DÍA 297
Que mis palabras surjan del silencio de mi alma
Si hablo con mi boca, otros me escucharán con los oídos. Pero si hablo desde el corazón, otros me escucharán con sus corazones. Hoy mis palabras surgirán de un lugar más profundo que mi intelecto, nunca de mi enojo o de mi instinto de defensa. Que mis palabras surjan del silencio de mi alma.
Las palabras tienen el poder de sanar o hacer daño; dedico las mías al poder curativo del amor. Que yo sea el sanador de la palabra hablada.
Querido Dios,
que tu espíritu
esté en mí conforme hablo,
llenando mis palabras con
la energía del amor.
Que mis palabras transmitan tu poder
y sólo el tuyo.
Amén.