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DÍA 31

Con cada aliento respiro el amor de Dios

 

El amor y el poder eternos están disponibles para mí cuando recuerdo quién soy. Soy un hijo del universo, un pensamiento en la mente de Dios, que siempre está rodeado y sostenido por la sustancia de la mente divina.

Hoy abro mi mente al recordar mi verdadera naturaleza y la naturaleza del universo. Abro mi mente y mis ojos al amor que me rodea. Con cada aliento, bebo la sustancia sagrada que forma parte de todas las cosas.

El día de hoy recuerdo y no olvido que el amor me rodea. Reconozco la presencia del amor en mí y en otros, y respiro en cada aliento todo lo que éste me otorga.