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DÍA 310

PARA REFLEXIONAR

Mover montañas

 

Todos tenemos “lo que debemos tener” porque todos albergamos a Dios como nuestro huésped interior; su voz, y no la del ego manejado por el miedo, es la que debemos escuchar y seguir. Cada uno de nosotros debe ser el medio para canalizar las fuerzas espirituales de nuestro talento, creatividad e inteligencia. Esto no es algo por lo que deberías recibir crédito personal, pero tampoco para disculparte. Como hijo de Dios, sucede que eres el vehículo de un poder y posibilidades de crear y tener logros más allá de tus sueños.

Y esto no cambia nunca. Ninguna condición mortal disminuye el poder de Dios. No importa lo que dice tu currículo o los títulos que tengas. No importan los errores cometidos ni cómo esté tu situación económica. Lo único que importa es hacia dónde dirijas tu conciencia. Debes saber quién eres y quién vive dentro de ti; mover montañas puede parecer pequeño comparado con lo que puedes hacer.