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DÍA 349

Me aferro a Dios, y sólo a él

 

Cuántas veces trato de atrapar a las personas y a las cosas, para que se queden cerca de mí. Al hacerlo, alejo a todos y a todo lo que amo.

Hoy me aferro sólo a Dios. Al depender de Dios dentro de nosotros, nos hacemos más independientes de las personas. Con la independencia de mi espíritu atraigo a todos y a todo lo que contribuye a mi bienestar. Liberado del ego, libero a los otros para amarme.

Querido Dios,

por favor, quita

mis apegos

a las cosas que no son mías.

Quita el control de mi ego

sobre el flujo de todas las cosas buenas,

para que todas las cosas buenas lleguen a mí.

Amén.