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DÍA 93

Hoy soy enormemente poderoso, porque el poder de Dios está en mí

 

Mi poder no es algo que pueda revelarse en un momento posterior. Mi poder en el mundo es un resultado de mi decisión para manifestarlo. Soy poderoso en el momento en que decido serlo, ya que Dios está en mi mente.

El poder de Dios es mi poder para sanar. Al dejar mis pensamientos al amor, el poder de Dios se mueve a través de mí y me vuelvo un sanador. Me transformo en un líder cuando me vuelvo un seguidor de la luz de Dios dentro de mí.

Que el poder de Dios se mueva hoy a través de mí y me haga el poderoso representante de su amor en la tierra. Que mi ser inferior pueda ser expulsado y su iluminación brille por medio de mi personalidad y se revele a través de mí.