La cúspide de la creatividad
Dejando a un lado la detallada lista de productos derivados de la serie, retomamos la historia donde la dejamos. Tras la primera película y con la certeza de que la serie ha pasado su ecuador, y es ahora cuando hay que comentar uno de los detalles fundamentales para el seguimiento de la serie.
Las aventuras de Mulder y Scully se habían consolidado como un acontecimiento de envergadura mundial, con éxitos cinematográficos de por medio y con una mitología asentada, y entonces Chris Carter y los guionistas decidieron dar un golpetazo sobre la mesa y poner fin a la historia de la Conspiración que había servido como eje central del argumento y con ello, terminar por dividir a la audiencia.
Por una parte, y como veremos más adelante, estarían los fans que se engancharon a las primeras temporadas y que acabaron perdiendo el interés conforme avanzaba la serie, David Duchovny la abandonaba, aparecían los llamados Supersoldados y Scully se quedaba embarazada. En el otro extremo, personas que no habían tenido contacto con la serie aprovecharon para unirse a raíz de la película Fight The Future, y estaban más acostumbrados a la fotografía luminosa de Los Ángeles que la de Vancouver, y a los efectos especiales más tangibles que la acción oscura.
La sexta y séptima temporadas fueron también el mejor momento creativo de la serie, donde prácticamente todos los capítulos quedan para el recuerdo y son capaces de ser vistos una y otra vez.
El final de ‘Fight The Future’ nos dejaba con los Expedientes X reabiertos, pero eso no quiere decir que Mulder y Scully hayan regresado a sus antiguos puestos. La mayor parte de los documentos quedó completamente destruida en el incendio de los sótanos y Mulder tiene que presentar un informe sobre toda la aventura que tuvo lugar en la Antártida.
El hecho de que la película no sea un mero spin-off en la trama, sino que quede integrada en ella y continúe en la televisión fue algo novedoso, y nos alegra comprobar que la tienen en cuenta. Y es que el hecho de que una nave extraterrestre provoque un enorme cráter en el hielo y emerja de bajo tus pies es digno de recordar, aunque una vez más la agente Scully sea incapaz de recordar nada. El juego de creyente-escéptico empieza a cansar. No sólo al espectador, sino también a Mulder, que fue quien se recorrió medio planeta para rescatarla de lo que podría haber sido un brusco y sanguinolento final.
The Beginning es uno de mis capítulos favoritos. El calor y el Sol de California contrastan con la fotografía neblinosa, oscura y fría de la ciudad de Vancouver, donde se grabaron las cinco primeras temporadas de la serie. Una de las posibles causas de estos cambios en las localizaciones son las peticiones de Duchovny, harto de estar separado de su mujer, la actriz Téa Leoni.
Duchovny, que, además, empezaba a estar cansado del personaje buscaba nuevas formas de trabajar y la sexta temporada arrojó un buen puñado de ideas suyas y algún capítulo dirigido que nos dio la oportunidad de ver cómo los actores se hacían cargo de sus personajes y los desarrollaban a su antojo, para descubrir la inteligencia y el carácter reflexivo y retrospectivo de Duchovny.
Hasta que llegue el momento, seguimos con Beginning, que es como una película de terror en la que uno de los trabajadores del Sindicato que manipula el Aceite Negro es infectado con el virus, que se desarrolla en su cuerpo para dar lugar a un nuevo ente brutal, un ser reptiliano como los que conocimos en la película.
La explicación de por qué esto ha sucedido ahora y de por qué en temporadas anteriores gente como Alex Krycek sólo quedaba “poseída” por el virus puede entenderse por temperaturas más altas, que parecen esenciales para el desarrollo de los alienígenas. Lo siguiente es una carrera contra reloj para encontrar al ser recién nacido, que está ahí fuera, probablemente en busca de calor. Y jugando con esa tensión sexual predominante en la serie, Scully se siente abandonada por Mulder cuando éste decide irse con la petarda de Diana Fowley, “la otra”.
Continuamos entonces con el hilo argumental que dejamos colgado al final de la quinta temporada, con la desaparición de Cassandra Spender y todo lo que conlleva. Regresan personajes como Jeffrey o el niño capaz de leer el pensamiento, Gibson. El Fumador usa los poderes mentales de Gibson porque al parecer es capaz de comunicarse con esa cosa, y deberán encontrarla cuanto antes. Mulder, mientras tanto, piensa que si confía en Diana puedan hacerlo antes que los demás y así contar por fin con una prueba definitiva de la existencia de vida alienígena.
Dejando al margen que el ser es muy violento y no parece una buena idea acercarse a él, Diana traiciona a Mulder cuando son detenidos, sin desvelar realmente a qué bando pertenece.
Mientras tanto, encerrado en los reactores de una central nuclear para absorber todo el calor posible y a escasos metros de Gibson Praise, el ser alienígena termina su gestación. Su recubrimiento se resquebraja y vemos emerger por fin a un ser GRIS, el arquetipo de invasor extraterrestre, el enemigo central de la serie, por cuyas venas corre el aceite negro.
Es la primera vez que tenemos una visión completa de un alienígena.
De los veintidós episodios que componen la sexta temporada, se calificaría como Magistrales un total de diecisiete, contando con el que acabamos de analizar. Algunas de las ideas viven directamente del cine, tanto en forma de guiños como de homenajes directos a guiones completos. Y empezamos con ‘Drive’, donde un hombre afectado por una misteriosa enfermedad sólo es capaz de sobrevivir yendo en coche a toda velocidad, recordándonos en algunos momentos a ‘El Diablo sobre ruedas’ o ‘Speed’.
Como actor invitado aparece Bryan Cranston, a quien identificamos durante años como “El Padre de Malcolm” y quien se ha reencontrado con la fama gracias a la serie ‘Breaking Bad’. Siempre me ha impresionado la imagen en la que Scully, armada con la que parece ser la única posibilidad de salvación del personaje de Cranston, espera a que el coche que lo transporta frene junto a ella, pero pasa de largo, para ver a Mulder salir derrotado en la línea del mar; y la ventanilla, llena de sangre.
Triángulo es un capítulo espectacular. Un viaje de Mulder a un buque a través del tiempo, cayendo en plena segunda guerra mundial, donde los demás actores habituales de la serie aparecían como oficiales nazis y que fue grabado en larguísimos planos secuencia, es decir: una escena sin cortes y una sola cámara que necesitaba realizar tomas de hasta casi cinco minutos de duración obligando a cambiar decorados enteros en segundos. Alucinante.
Como detalle curioso, aquí fue la primera vez que Mulder y Scully pudieron besarse. Se había grabado un beso anterior para el capítulo Memento Mori, pero fue descartado, y aquí, aunque hay contacto entre los actores, no así en los personajes, ya que la Scully de este capítulo no es la que conocemos. Además, sirve para que Mulder le diga que la quiere, aunque ella cree que lo que pasa es que está delirando debido a un golpe en la cabeza (humor negro por delante).
Dreamland son palabras mayores. Por si no os habéis dado cuenta, el terror ha pasado a un segundo plano y estos capítulos caen en la comedia e incluso en la parodia. Mulder y Scully van a encontrarse con una fuente anónima que dice trabajar en el Área 51, pero por el camino un avión experimental del gobierno capaz de doblar el espacio y el tiempo ocasiona un cambio de cerebros entre varias personas, entre ellas, Mulder y un miembro de los llamados ‘Hombres de negro’.
No es la primera coña hacia la película Men In Black. Lejos de ser tan emocionantes como la vida del agente interpretado por Will Smith, Mulder se encuentra con que el hombre a quien ha usurpado su cuerpo tiene una vida desgraciada en un matrimonio que se cae a cachos y unos hijos que le menosprecian.
Mientras tanto, el Men In Black original, Morris Fletcher, ve en el cambio una oportunidad para abandonar su vida y dedicarse a vivir un poco. Chistes, guiños a Los Hermanos Marx, diálogos geniales, insinuaciones de que Mulder es adicto a la pornografía a la vez de que parece un estudiante a quien Morris llega incluso a comprar un colchón de agua con la esperanza de tener sexo con la agente Scully…
El siguiente, ‘How the Ghost stole The Christmas’, es un episodio Navideño, que nos cuenta que Mulder decide explorar una supuesta casa encantada donde las navidades se cometen suicidios o asesinatos. Los dos fantasmas que viven en el interior intentan que se acaben matando mutuamente para, así, seguir saliendo en las revistas sobre temática paranormal y atraer turistas.
The Rain King también es cómico y cuenta la historia de un hombre capaz de hacer llover y que se dedica a hacer dinero gracias a eso, trayendo la lluvia a los campos secos de los granjeros. La pareja de agentes va a investigarle, pero descubren que al final, el responsable de alterar el clima es un meteorólogo de la televisión local (un puesto idóneo), enamorado de una de sus compañeras de trabajo y relegado a la tan temida “Friendzone”.
La única posibilidad de evitar un huracán que los destruya, consiste en conseguirle a éste una cita con la chica de sus sueños, y para ello, pedirá consejo amoroso a Mulder que, como Scully y nosotros sabemos, hace mucho, mucho tiempo que no tiene una cita. Para el recuerdo nos quedan frases y momentos geniales, como cuando al pobre meteorólogo le sueltan la terrible frase “te quiero, como amigo” Y Mulder dice: Yo construiré el Arca, tú reúne a los animales.
Ha llegado el momento de ponerse serios, de responder la mayoría de las preguntas y de dejar claro que hemos llegado a un momento clave en la televisión, y al fin de la Conspiración desarrollada por El Sindicato. Y es extraño que decidan hacerlo a la mitad de la temporada, cuando hubiera sido algo más lógico hacerlo en el último capítulo, y nos da a entender que la serie ha dado todo lo que podía de sí y que lo que le queda es ir dando bandazos (algunos muy buenos, hay que reconocerlo) hasta su agónico final, tres años después. Si se hubiesen aglutinado los capítulos autoconclusivos y dejado el díptico formado por ‘Dos Padres’ y ‘Un Hijo’ para el final, junto con un fragmento de ‘Closure (perteneciente a la séptima temporada), podríamos haber hablado de un final redondo y magistral para la serie. Pero no fue así, y la historia de alienígenas rebeldes, híbridos, la familia Spender y los miembros del Sindicato llegó a su conclusión en un momento tan inusual como inesperado.
En este doble capítulo se nos resuelven las duras en forma de un largo monólogo pronunciado por El Fumador, que habla con Diana Fowley acerca de lo que ha ocurrido en estos últimos cincuenta años. Este recurso es bastante parecido al que la serie utilizará en su cierre final, titulado “The Truth”, pero obtiene un mejor resultado.
Recuperando a Cassandra Spender, vemos que ella ha sido el resultado de los experimentos, fallidos o no, que hemos presenciado a lo largo de la serie. Lo que tenemos aquí es un híbrido humano y extraterrestre que tiene un éxito completo. Cassandra es la clave para la invasión alienígena, que se producirá cuando “los grises” descubran su existencia. Esto plantea un dilema, porque, por una parte, el Sindicato jamás pensó que el plan fuese a funcionar.
Cuando en 1973 comprendieron que los alienígenas iban a invadirnos, ellos decidieron aliarse con ellos para planificar el acontecimiento. A cambio, ellos sobrevivirían como híbridos humanos y extraterrestres, inmunes al aceite negro y esclavos de los grises. Esa es, en esencia, la trama de esta serie de televisión. Colaborar con el enemigo para salvar a unos pocos. El Fumador, el padre de Fox Mulder y los miembros del Sindicato tuvieron que entregar como garantía de su completa fidelidad al Proyecto un miembro de su familia. Bill Mulder entregó a su hija Samantha, que le sería devuelta en la fecha de la invasión.
Mientras el Sindicato buscaba una forma de conseguir una hibridación fiable, la creación de la vacuna fue avanzando de la misma forma que otros muchos logros científicos y militares durante la Guerra Fría. La vacuna podría ser la única oportunidad que tendría El Sindicato de salvar millones de vidas, lo que curiosamente no los convierte en los totalmente en villanos de la historia, a pesar de que, para conseguirlo, innumerables personas tuvieron que ser sacrificadas. El lado oscuro de toda ciencia y los daños colaterales de la preparación frente al inminente Apocalipsis vírico. Eso sin contar con la nueva amenaza, los Rebeldes.
Los rebeldes no comparten los planes de invasión, pero eso no les convierte en Salvadores de la Humanidad. Se oponen a la hibridación, (ellos no son Grises), así que deciden poner al Sindicato en evidencia cuando dejan al descubierto la existencia de Cassandra. Al Sindicato entonces le quedan dos opciones: O eliminar a Cassandra (y, con ello, poner en evidencia que no son aliados de los Colonizadores grises) o acceder a que la invasión comience. La vida de Cassandra es el eje central de esta carrera a toda velocidad por salvar el mundo, incluso cuando Mulder se rinde finalmente ante la evidencia y decide unirse al Fumador y abrazar la única posibilidad de sobrevivir.
El drama familiar de los Spender nos da a entender que El Fumador realmente no amaba a su esposa, sino que quizás estuvo con ella porque necesitaba algo de lo que desprenderse. Sabiendo que los hombres tienen un punto débil en su propia familia, decidió crear una que no le importase en absoluto y así destruir cualquier signo de debilidad. Ni siquiera su propio hijo, Jeffrey, logra hacer sombra a la admiración que El Fumador ha desarrollado por Fox Mulder, ya que demuestra que es incapaz de aceptar la responsabilidad que conlleva saber La Verdad.
El final del capítulo es una trampa. El Sindicato decide aprobar el inicio de la Colonización, ya que no les queda otra salida. Deciden adelantar la fecha más de diez años, y esperan la llegada de los invasores, que les transportarán para iniciar el proceso de Hibridación. De haber continuado con estos planes, El Fumador, Krycek, Mulder, que arrastraría a Diana Fowley y Dana Scully, junto con los miembros del Sindicato, serían convertidos en híbridos, las abejas atacarían a la población del mundo entero y se propagaría así el virus del Aceite Negro, que impregnaría a millones de seres humanos para dar origen a nuevos seres Grises. Los aliados sobrevivirían, y Samantha Mulder regresaría con su hermano.
Pero los rebeldes tenían otros planes, que consistían en reunir a los miembros del Sindicato en el punto de reunión, presentarse antes que Los Grises y eliminarlos, poniendo así fin a la Conspiración y al Proyecto. Asesinan a los miembros del Sindicato, (menos al Fumador, que logra huir cuando se da cuenta de que algo no marcha bien) y dejan sus ennegrecidos cadáveres como testigo de su fracaso. Es el fin de todo, de los experimentos con el Aceite Negro, de las reuniones, de la trama alienígena…
Los rebeldes han ganado y la Invasión no se llevará a cabo, al menos, de momento. Los hombres que han muerto fueron los responsables de firmar un pacto con el enemigo en la esperanza de que ellos pudieran ganar, pero sólo consiguieron hacerse otro enemigo, y el resultado fue su completa condenación.
Una vez has visto esto, te preguntas qué va a pasar a continuación, a qué se agarrarán los guionistas teniendo en cuenta que la Trama se ha dado por finalizada. Muchas preguntas han sido respondidas, y aunque el Fumador sigue ahí fuera, Jeffrey Spender es asesinado. Sin posibilidad de estirar la historia hacia delante, ha llegado el momento de mirar hacia atrás, hacia nuestro origen como especie. Como ya vimos anteriormente, existen personajes como Gibson Praise, con poderes paranormales. Su telepatía es un vestigio de ADN inactivo que todos los seres humanos tenemos en nuestro cuerpo, lo que le convertiría en medio extraterrestre y, por extensión, nos definiría nosotros por igual. La idea de la Panspermia, que ya comentamos, cobra fuerza con capítulos como el final de la Sexta Temporada y el inicio de la Séptima, a la que denominaremos un momento de transición y que demuestra el agotamiento de la serie.