Indicios de agotamiento
En las costas de África, aparece una nave extraterrestre hundida en la playa cubierta de símbolos, entre los que se pueden leer fragmentos de la Biblia, del Corán, de demás las religiones del mundo e, incluso, cadenas completas de ADN. Llevando al extremo nuestro origen, los guionistas deciden explicar que los extraterrestres podrían ser, de hecho, Dios.
Esta pequeña trilogía es confusa, enrevesada y llena de pequeños guiños. Mulder se siente afectado por un grabado de la nave extraterrestre, como si su cuerpo reaccionase al contacto con ella. Scully, por lo tanto, viajará a África con la esperanza de encontrar una respuesta que sea capaz de salvarle. Es muy curioso que Diana Fowley siga metiendo las narices donde no le llaman, quedándose con Mulder cuando está enfermo y dejando caer la sutil puñalada cuando le dice a Scully: Anoche preguntó por usted.
La Sexta Extinción nos habla de milagros bíblicos, de la fe, de Dios y de las elecciones que tomamos en nuestra vida. Se nos presenta a Fox Mulder no ya como un cruzado idealista, sino como un salvador, un elegido, alguien que no puede apartar la mirada y hacer con que no le importa, ya que toda la humanidad podría depender de él. Para ello, Duchovny decidió usar la película de Martin Scorsese “La Última tentación de Cristo”. En ella, Jesucristo tenía la opción de vivir una vida normal y corriente, tener hijos y envejecer, para, al final, darse cuenta de que quería ser el Mesías.
En La Sexta Extinción, El Diablo aparece retratado como El Fumador, quien le da a Mulder la opción de rendirse, de liberarse. De ser uno más y poder abrazar una vida normal, libre de agobios. Da a entender también que muchas de las agonías y tristezas que han acosado a Mulder son en realidad culpa suya, no de nadie más, y se reencuentra con su hermana e incluso con Garganta Profunda. Todos vivos, tranquilos y felices la nevera llena de pipas de girasol (otro fetiche de nuestro agente del FBI). Y Diana como esposa amante. Aquí la historia se acelera para ver a Mulder envejeciendo a su lado, teniendo hijos y finalmente muriendo.
La última escena de esta secuencia onírica es Mulder en la cama, custodiado por El Diablo. Mientras él se relajaba, dejaba que la copa pasase de largo y otros cargasen con la responsabilidad, el planeta entero se ha ido al infierno. Ya sólo quedan ellos dos, y Scully aparece como una visión fantasmal para recriminarle por su cobardía. Mulder ha de ponerse en pie y ocupar el puesto que le corresponde, quizá no el de Mesías o Salvador, pero sí el del tipo que se va a dejar la sangre y la piel en la lucha.
Estos capítulos acaban de forma muy abierta. El Fumador opera a Mulder para extraerle lo que sea que le está afectando, y así cargar él con la responsabilidad, mientras que Diana Fowley hace una última buena obra poniéndose de lado de Scully, lo que ocasiona que acabe asesinada. La nave enterrada en África desaparece, y nosotros nos quedamos con un par de buenos momentos, pero con demasiadas preguntas.
El arranque de la séptima temporada con estos dos capítulos venia con muchas expectativas, pero se quedó en la nada. La resolución dejó a muchos confuso evidenciando la fatiga de la serie.
Algo que se dice es que todo empezó debido a las desavenencias de David Duchovny con la serie y con la Fox. Hay mucho que leer en Internet sobre la relación entre estos dos elementos y entender la postura del actor, quizá cansado de hacer lo mismo durante siete largos años, y con la esperanza de abandonarlo. Sin embargo, Duchovny recibía grandes beneficios por la serie, no sólo por su salario como actor sino también por otras fuentes, y denunció a la Fox por estafarle varios millones de dólares y “jugar sucio” a la hora de vender ‘Expediente X’.
Los jueces dieron la razón a Duchovny, pero éste ya estaba cansado del tema y quería abandonar el papel que le catapultó a la fama, distanciándose así para siempre. Es por ello que la trama se suavizó hasta niveles mínimos en la séptima temporada, en parte porque sólo quedaba el destino final de Samantha Mulder por desvelar, y también porque no sabían cómo iba a acabar todo aquello y si Duchovny abandonaría ‘Expediente X’ al final. Aunque acabaría dejando su puesto en la serie, siguió participando en ella, lanzándose incluso a dirigir un interesante capítulo “Lo Antinatural” que ya reseñé aquí y que contiene un gran momento romántico entre nuestra pareja. David Duchovny es increíblemente inteligente y un hombre muy referencial, al que le gusta impregnar sus trabajos de homenajes a grandes clásicos de la literatura y el cine.
Hay una frase en un capítulo en concreto, en el que Scully, quizá cansada (Recordemos que Gillian Anderson también acabó saturada de Expediente X) le pregunta a Mulder qué le queda por encontrar y sacar a la luz. Le explica que identificó a los Conspiradores, que desveló sus planes y que eso ya todo quedó atrás, así que realmente ya no queda nada, a lo que Mulder responde: A mi hermana.
Esa frase es un buen punto que explica el último cierre de la serie, la resolución de su misterio original, saber qué ocurrió con nuestra Laura Palmer. En una trama que involucra a un secuestrador de niños, Fox está a punto de encontrar a su hermana sepultada en una fosa común, un destino mucho más prosaico y que nada tiene que ver con extraterrestres o conspiradores alienígenas. Al final, de nuevo en una secuencia onírica que habla sobre la vida, la muerte y los espíritus de los niños (hablaremos sobre estos detalles y sobre la Muerte más adelante, porque es importantísimo) descubrimos lo que realmente ocurrió.
Hay que entender que esto es ficción. Un cierre artístico puede funcionar tan bien como uno crudo, y lo que nos muestran en la pantalla no tiene por qué ser realmente lo que pasó. Muchas veces se busca una forma de acabar con arcos argumentales que había que cerrar ya y no sabían muy bien cómo hacerlo. El misterio de Samantha Mulder ya se había complicado demasiado. Clones, niñas mudas que trabajan con abejas…
Entendemos que Samantha fue secuestrada de la casa de los Mulder, y devuelta al cabo de un tiempo, como lo fueron por ejemplo Cassandra Spender. Sin embargo, su familia jamás la encontró. El Fumador la adoptó y vivió con Jeffrey Spender, hasta que, al final, cansada de las torturas, de las abducciones y del sufrimiento, decidió escapar. Mulder y Scully siguen las pistas de una chica de catorce años que fue ingresada en un hospital, y encontramos un diario escrito por la verdadera Samantha.
Todo lo que vimos hasta entonces en la serie no eran más que experimentos llevados a cabo con material genético de la hermana de Fox, que la dejaron tan trastornada como para no recordar quién es ni de dónde venía. Sólo podía alcanzar a recordar a un chico, posiblemente su hermano, de pelo castaño, a quien le gustaría volver a ver.
Finalmente, cuando Samantha decidió huir y acabó capturada de nuevo por El Fumador, sucedió algo que dejó a todo el mundo desconcertado: la chica, sencillamente, desapareció. Como muchos otros sucesos paranormales, podríamos hablar de un espíritu, un ángel, una fuerza bondadosa encargada de proteger a los niños, que se llevó a Samantha de una habitación cerrada con llave para evitar que sufriera más. El Fumador no pudo llevársela y seguir experimentando con ella, y así quizá el alma de la niña pudo descansar en paz.
Samantha Mulder, muerta, es la conclusión, el final de su cruzada. Fox Mulder se reencuentra con ella con una música angelical creada por Moby, y así le hace libre.
Con este ambiguo cierre, y con ninguna conspiración abierta, los Expedientes X daban indicios de cansancio. No había ningún camino abierto, y aunque los excelentes capítulos autoconclusivos (Arcadia, First Person Shooter o Je Souhaite) daban a entender que Mulder y Scully tenían cuerda para rato, ya habían quedado atrás los momentos de grandes alardes y elaborados diálogos. Sólo les quedaba la experimentación (X- Cops) o el divertimento más absurdo. Como podemos ver, El Fumador ya no tiene nada que hacer, ni ningún gran plan puesto en marcha.
Simplemente es un hombre que, de tener un gran poder, ha pasado a cargar con una maldición. Seduce a Scully para que la acompañe en un viaje con la esperanza de ponerle en las manos la cura para todas las enfermedades, confesándole de que se está muriendo y de que, al final, desean que sus vidas valgan para algo. La oportunidad de enmendarse es poner ese conocimiento en manos de Scully.
En Ami (Como amigo), juega mucho con si el Fumador nos cae bien o mal, y nos lo presenta de nuevo como un hombre capaz de caer en lo más adorable (y en tener deseos eróticos por Scully, como todo el mundo en esa serie), pero al final, le da el cambiazo.
Mulder recrimina a Scully por dejarse embaucar, diciendo que ese hombre nunca cambiará, pero nosotros podemos entrever que ha habido una pequeña fractura en su interior. Al margen de lo que Mulder crea, sí existe la cura para las enfermedades. Los extraterrestres pueden curar, como ya vimos, pero ¿para qué dar esperanza? ¿para qué proporcionar un cabo al que agarrarse cuando la humanidad ya está condenada sin remisión? El Fumador se deshace de su única oportunidad de redención y saca un cigarrillo, resignándose a ser quien es durante el poco tiempo que a él y a nosotros nos queda de vida.
Réquiem es el final de la séptima temporada y, si queremos, el final de la serie. Ya no queda nada más salvo regresar al escenario del primer capítulo, donde Billy Mais está presenciando abducciones de nuevo. Esta forma de regresar al origen de la serie siete años después viene a significar que Chris Carter no confiaba en que fueran a regresar.
Por una parte, Duchovny abandonaba (aunque seguiría apareciendo en más capítulos), y por otra, la Fox no sabía si renovarla, tal vez un castigo por esas demandas judiciales. El Fumador, confinado a una silla de ruedas, ve una oportunidad de reconstruir el Proyecto. Para ello, Krycek deberá encontrar un OVNI siniestrado que se está reconstruyendo muy cerca de donde vive Billy Mais.
La idea era que acontecimientos de las primeras temporadas volvían a repetirse, y Mais tenía miedo de ser abducido de nuevo. Mulder también teme que Scully sea la siguiente, pero sus temores son infundados ya que acaba siendo él mismo quien es raptado por una nave extraterrestre. Por fin, Fox Mulder sabrá lo que les ocurre a los abducidos, pero no sabemos si vivirá para contarlo o si la experiencia merecerá la pena sobre el sufrimiento y el horror que le aguarda.
Krycek se rebela contra el fumador y le lanza por unas escaleras, dándole por muerto, y dejándonos vía libre para descubrir el último giro de guión. Con el director Skinner presenciando la abducción de Mulder, ahora él se convierte en un firme creyente de una religión que se encargó de rechazar durante años, y le promete a Scully que encontrará a Mulder cueste lo que cueste.
Dana Scully le mira, sonríe y anuncia a una perpleja audiencia que está embarazada.