—Teniente, ¿está ocupado? —preguntó Mike al entrar en la oficina de Price dos días después de su cita con Sage.
Price puso los ojos en blanco.
—¿No lo estoy siempre? ¿Qué necesitas?
Mike respiró profundamente.
—Un par de minutos de su tiempo.
—¿Es importante? —preguntó Price.
—Yo creo que sí.
—Siéntate. —Price apuntó hacia la silla que había junto a su mesa. Mike se sentó después de cerrar la puerta—. Vale, habla.
—Antes de que decida que me he vuelto loco, deje que le pregunte qué piensa de la gente que dice haber tenido visiones de cómo se cometía un asesinato, o que saben dónde está una víctima de secuestro o un niño perdido.
Price bufó.
—El noventa y cinco por ciento solo quieren llamar la atención. ¿El otro cinco por ciento? —Se encogió de hombros—. He oído historias de unos pocos policías que dicen que puede ocurrir. Sobre si es un golpe de suerte por parte del médium o algo que de verdad ha visto, no tengo ni idea. ¿Por qué?
—Tenga paciencia conmigo en esto. Tengo un amigo que puede ver y hablar con fantasmas. —Mike levantó una mano para evitar que Price contestara—. Déjeme decirle qué pasó. Después puede tomar sus propias decisiones sobre si los dos estamos locos.
Por partes, Mike le contó la historia de Sage, Brody y Jon.
—Como puede ver —concluyó—, tuvimos que trabajar todos juntos para descubrir qué pasó y encontrar al responsable del asesinato de Brody Ellis. Si Irwin no hubiera muerto, es posible que hubiera podido probar que mató a Watts. Todas las piezas estaban sobre el tablero, pero no llegué a tiempo. Como le he dicho, sin embargo, la conversación que Brody tuvo con su espíritu fue lo que nos puso en el buen camino para descubrir quién le mató a él.
Price escuchó sin decir una sola palabra mientras Mike le contaba todo lo que había pasado. Después dijo:
—Estás intentando hacerme creer que el señor Crewe se comunicó con los fantasmas de Ellis y Watts, y que hablaron contigo a través de él.
—Sí, señor —respondió Mike sin apartar la mirada.
—Absurdo —dijo Price.
Mike suspiró.
—Me temía que fuera a pensar eso. Perdón por hacerle perder el tiempo. —Se levantó y empezó a caminar hacia la puerta.
—He dicho que es absurdo, no que no te crea.
Dándose la vuelta, Mike respondió con incredulidad:
—¿Lo hace?
Price asintió y apuntó a la silla de nuevo. Mike volvió a sentarse y entonces Price dijo:
—No al completo, pero no lo voy a descartar como imposible. —Extendió los dedos—. Pruébalo.
—¿Cómo?
—Habla con el señor Crewe. Concierta una reunión. Aquí sería lo ideal, de ese modo sabré que no hay ningún truco o engaño. —Price sonrió con los labios apretados—. Supongo que la razón por la que me has dicho todo esto es porque quieres que Sage sea, ¿qué? ¿Un asesor especial para el departamento?
—Sí. Obviamente, no podemos decir que está hablando con fantasmas. Las cadenas de noticias pensarían que les ha tocado la lotería si lo averiguaran. Pero si estuviera en una escena del crimen y el fantasma de la víctima también estuviera allí…
—Y le dijera al señor Crewe quién fue su asesino o asesina. —Price asintió—. Aun así, tendrías que probarlo, pero te apuntaría en la dirección correcta. No estoy seguro de cómo podríamos hacerlo con casos de asesinato de otros inspectores. Sería difícil convencerles de que el señor Crewe se ha comunicado con la víctima.
—Entonces trabajará exclusivamente conmigo. Al menos de momento.
—Lo consideraré, después de reunirme con él y Ellis. —Price hizo una mueca—. No puedo creerme que esté pidiendo que esto pase.
Mike rio.
—Así es como me sentí yo la primera vez que Sage me dijo que quería que me reuniera con alguien y resultó ser Brody, junto a Jon Watts. Lo prepararé y después le diré cuándo está disponible.
—¿Y Ellis?
—Es un fantasma. Creo que su tiempo es bastante fluido.
* * * *
—¿Has hecho qué? —Sage miró a Mike con sorpresa. Era más de medianoche cuando Mike había tocado el timbre y le había despertado de un sueño profundo. Estaba medio dormido, hasta que Mike le había dicho lo que había planeado.
—El teniente Price quiere una reunión contigo y Brody. ¿Cuándo puedes venir a comisaría?
—Yo… Eh. —Sage pensó en la agenda de los próximos días—. ¿Mañana? ¿A las tres?
—¿Quieres decir el viernes porque hoy ya es jueves?
—Sí.
—Vale. Habla con Brody primero, asegúrate de que le parece bien.
—¿De verdad piensas que el teniente lo aprobará?
Mike levantó los dedos cruzados.
—Creo que sí. Quiere decir que estarás localizable a cualquier hora de la noche, en caso de que haya un asesinato.
Sage se encogió de hombros.
—Dormir está muy sobrevalorado.
—Eso dices tú. En lo que a mí respecta, me voy a casa a caerme en la cama. —Mike hizo una pausa antes de darle a Sage un abrazo rápido—. Sé que esto ha salido de la nada. Gracias por… al menos aceptar hablar con él.
—Al menos será interesante, si es que sale adelante. Y… —Sage le devolvió el abrazo—. Podré verte más a menudo que solo en tus días libres. Eso es un plus.
Mike sonrió lentamente.
—Sí. Es definitivamente un plus.
* * * *
Sage se presentó en la comisaría justo antes de las tres el viernes por la tarde, con Brody y, por supuesto, con Jon, que no quería que le dejaran atrás.
—Joder, esto me trae recuerdos —dijo Brody—. Hasta conozco a algunos de los hombres. No a todos. Hay algunas caras que no me suenan.
—Te estás volviendo viejo y senil —le dijo Jon, y se agachó cuando Brody hizo como si fuera a pegarle.
Sage le pidió al sargento que estaba en la recepción que le dijera a Mike que estaba allí. Unos momentos más tarde, Mike apareció para llevarle a la oficina del teniente.
Después de las presentaciones, Price le preguntó a Sage con un claro escepticismo si el inspector Ellis estaba allí.
—Sí, señor —contestó Sage—. Entiendo por qué tiene dudas sobre todo este tema. Mike también las tenía al principio, como seguro que le ha dicho. La forma más fácil de probar que estoy diciendo la verdad es hacer una pregunta que solo él pueda contestar. Algo que ni siquiera Mike sabría.
Price asintió. Se quedó en silencio un momento hasta decir:
—Brody, te asignaron un doble homicidio un mes después de ascenderte a inspector. Viniste a mí a preguntarme si podía poner a otro inspector a cargo del caso, ¿por qué?
Brody miró a Jon antes de contestar.
—Conocía a la víctima masculina, aunque cuando le conocí no sabía que estaba casado. Nos liamos en un… un club bastante sórdido que visitaba a veces. No estaba fuera del armario por aquel entonces. —Bufó con suavidad—. Obviamente, él tampoco. Lo entendió, aunque no le hizo demasiada gracia. Bueno, no le hizo demasiada gracia que fuera bi. Prometió guardarme el secreto, y lo hizo.
Sage, como había hecho cuando Mike hablaba con Brody, le transmitió a Price lo que Brody estaba diciendo.
El teniente escuchó sin expresión antes de decir:
—Dado que eso es algo que solo sabíamos Brody y yo, estoy convencido. —Sonrió—. Bienvenido de nuevo, Brody. No estoy seguro de si es así como debería decirlo, pero sabes lo que quiero decir.
—Lo sé —dijo Brody—. Así está bien, jefe.
Price estuvo a punto de sonreír cuando Sage le dijo lo que había dicho Brody. Después preguntó:
—¿Trabajarás con el señor Crewe, Brody, si le hago asesor especial del cuerpo?
Sage miró a Brody con la pregunta escrita en el rostro.
—Joder. Por qué no. Entre Sage y yo, le daremos a Mike un índice de casos cerrados que será la envidia de todo el mundo.
Cuando Sage retransmitió las palabras de Brody, Mike resopló.
—Lo estoy haciendo muy bien por mi cuenta, muchas gracias. —Después rio—. Aunque no es como si no me fuera a venir bien toda la ayuda que puedan darme. —Se giró hacia Price—. ¿Le hará asesor? Si lo hace, ¿cómo va a explicarlo?
—Esa es una buena pregunta —admitió Price—. ¿En qué trabaja, señor Crewe?
—Por favor, llámeme Sage —respondió—. Soy arquitecto de exteriores.
—No es exactamente una profesión útil para nosotros, me temo. —Price golpeó la mesa con los dedos y después sonrió—. Por lo que Mike propuso, le necesitaríamos en la escena del crimen, Sage, con la suposición de que el fantasma de la víctima podría seguir allí. Hay una opción que haría que su aparición allí pasara relativamente desapercibida.
—¿De veras?
—Nuestro personal de la científica va vestido con el traje completo para las investigaciones de asesinato, un mono con capucha, máscara, calzas y guantes. Puedo organizarlo con el jefe del equipo para que tenga la misma ropa.
—¿Sin que él sepa por qué? —preguntó Mike.
—No. Eso lo discutiré con él. Puede que piense que estoy loco, pero, conociéndole, lo aceptará. —Price se volvió de nuevo hacia Sage—. Imagino que conducirá hasta la escena una vez Mike le diga dónde es. Lleve la ropa y camine hasta allí como si ese fuera su sitio.
—Eso podría funcionar —dijo Sage, obteniendo un asentimiento de Mike y Brody.
—Muy bien —dijo Price—. Yo me ocuparé de los detalles y después haré que Mike recoja el material que necesite, Sage. Si la primera vez funciona, entonces será trato hecho. —Levantó un dedo cuando Sage empezó a responder—. No me refiero a hablar con un fantasma, me refiero a si puede estar allí sin que nadie note que no es parte del equipo de la científica.
—Bien, porque iba a decir que es difícil saber lo a menudo que el fantasma de la víctima seguirá en la escena. Sospecho, y hemos hablado de esto, que las víctimas que saben quién las mató y por qué avanzarán rápido después de morir. No tienen ninguna razón para pensar que pueden comunicarse con los vivos y decirle a alguien qué ha pasado. Que yo esté allí, y hable con sus fantasmas antes de que eso pase, le dará a Mike la información que necesita para coger al asesino.
* * * *
El plan funcionó. Como Sage le dijo a Mike después de la primera vez que lo probaron: «Me siento como un pez fuera del agua, rezando porque nadie me pida que haga… lo que sea. No estoy seguro, de hecho, no, estoy seguro de que sería un desastre.»
—Te has integrado bien. Una pena que la verdadera razón por la que estabas allí no haya dado resultado.
—Pasará. —Sage rio—. Al menos me da algo que hacer. Y puedo pasar tiempo contigo. Como una cita extraña.
Mike bufó y le dio un abrazo.
—Muy rara.
A la tercera fue, como dijo Mike, la vencida. La víctima era un tal Victor Barnes, un hombre de mediana edad cuyo cuerpo fue descubierto por su compañero de negocios en el garaje del edificio en el que estaban sus oficinas.
Cuando Sage llegó, vio inmediatamente al fantasma de Barnes flotando sobre la escena del crimen.
—Estoy aquí para ayudarte —le dijo en voz baja, una vez se hubo distancia del resto de personas que estaban investigando la escena.
Barnes estaba obviamente confundido por el hecho de que Sage pudiera verle.
—Estoy… —Apuntó a su cuerpo tendido en el suelo del garaje—. Estoy muerto, ¿verdad? —dijo con enfado.
—Sí —respondió Sage—. Lo siento. Estoy aquí para ayudar, si puedo.
—Lo está —dijo Brody cuando se unió a ellos.
—Tú… Tú también estás muerto —dijo Barnes.
—Por desgracia. Ahora trabajo con él. —Asintió hacia Sage—. Está vivo, pero puede vernos. Como ha dicho, quiere ayudar.
—Oh. —Barnes se giró para volver a mirar su cuerpo, temblando.
—No pasa nada —dijo Brody compasivamente, tocando el hombro de Barnes—. Bueno, sí que pasa porque estás muerto, pero no hay nada que podamos hacer al respecto. ¿Tienes alguna idea de quién te ha matado?
El fantasma de Barnes empezó a desvanecerse antes de reaparecer.
—Ed. Mi hijo —dijo con tristeza—. Estaba a punto de retirarme, y en ese momento mi mitad del negocio iría a mi socio. Cometí el error de decírselo a Ed.
Sage frunció el ceño.
—¿Por qué fue un error?
—Hasta hace un mes, había planeado dejarle mi parte a Ed cuando me retirara. Después tuvimos una discusión. Entonces fue cuando le dije que no se lo daría nunca. —Suspiró—. Mis palabras fueron «Lo conseguirás por encima de mi cadáver». Obviamente, se lo tomó de forma literal. —Dicho eso, el fantasma se desvaneció, igual que Brody.
Sage se llevó a Mike a un lado para decirle lo que había aprendido del fantasma de la víctima antes de abandonar la escena.
* * * *
Mike llegó a casa a la vez que Sage estaba preparándose para ir al trabajo. Las primeras palabras que salieron de su boca cuando Sage abrió la puerta fueron un eufórico «¡Ha funcionado!».
—¿Has arrestado al hijo?
—No. Aún tengo que probar que es el asesino, pero con la información que has obtenido del fantasma de Barnes no tendré que estudiar al socio por el asesinato, ni intentar buscar a un ladrón. Puedo centrarme en el hijo.
—Siempre puedes decirle que el fantasma de su padre le señaló.
Mike bufó.
—Me gustaría, pero no creo que funcione. —Mike empezó a marcharse antes de darse la vuelta y decir—: Gracias.
—¿Por qué?
—Por ayudar. Por estar allí. Por demasiadas cosas como para nombrarlas todas. —Mike se quedó quieto por un momento, mirando a Sage. Una sonrisa lenta le iluminó el rostro—. Por ser tú. —Para sorpresa de Sage, Mike le besó. Fue rápido, un roce de labios y poco más, pero fue un beso.
—De nada —consiguió responder Sage antes de que Mike le besara de nuevo. Siguió siendo breve, incluso cuando Sage se lo devolvió.
—¿Cenamos el martes? —preguntó Mike al apartarse.
Sage asintió, intentando detener las emociones galopantes.
—Sí.
—Bien. Te recogeré a la hora de siempre. —Dicho eso, Mike se fue, caminando a través del patio hasta su casa.
—Ya era hora —dijo Jon, apareciendo al lado de Sage.
Sage puso los ojos en blanco.
—¿Vas a dejar de cotillear, o como quieras llamarlo?
—Cotillear es la palabra adecuada —dijo Brody al unirse a ellos—. He intentado convencerle de que tu vida no es asunto suyo, pero no me escucha.
Jon sonrió.
—Me mantiene ocupado y fuera de tu vista.
Sage sacudió la cabeza.
—Sois un caso.
—Fantasmal, para ser exactos —replicó Jon—. Vale, te dejaremos en paz. Por ahora.
—Te veré en la próxima —La sonrisa de Brody era amplia— aparición.
—Eso ha sido terrible —contestó Sage, agitando los dedos—. Largo de aquí.
Brody y Jon se fueron, con sus risas reverberando tras ellos.
Mientras terminaba de prepararse para ir a trabajar, Sage procesó lo que había pasado.
—Me ha besado —le dijo a su reflejo en el armario del dormitorio, tocándose los labios—. ¿Quería hacerlo, o solo estaba emocionado porque nuestro plan ha funcionado y ha reaccionado así? —Mientras bajaba las escaleras y se dirigía hacia la puerta, pensó en lo que Mike había dicho antes del beso—. No. Quería hacerlo y no tenía nada que ver con otra cosa que no sea el hecho de que le gusto. Ahora supongo que el tiempo dirá si las cosas pasan de gustarle a algo más.
* * * *
—El romance más lento de la historia del maldito tiempo —gruñó Jon un mes más tarde.
Mike y Sage habían salido a cenar y al cine varias veces desde lo que Jon llamaba «El Beso» y habían comido en casa de Sage una vez. En cada ocasión, la velada había terminado con abrazos y unos cuantos besos, y nada más. Lo mismo ocurría cuando Mike iba a ver cómo estaba Sage después de que hubiera estado en una escena del crimen.
—Es como si estuvieran esperando a la próxima… glaciación o algo antes de dar el último paso.
—Sabes —respondió Brody—, lo rápido que vayan no es asunto tuyo.
—Pero en el fondo soy un romántico.
—Eres un cotilla, en el fondo —respondió Brody, poniendo los ojos en blanco.
—Eso también. Aun así, quiero que su felices para siempre llegue, para ayer. No son como nosotros. No tienen todo el tiempo del mundo.
Brody rodeó la cintura de Jon con un brazo, volando con el fantasma más joven a su nueva residencia. La habían encontrado por accidente después de haber tenido que irse por segunda vez porque la policía necesitaba el piso franco en el que estaban. Cuando Jon sugirió que miraran la página web de una inmobiliaria para ver qué había disponible, Brody había descartado la idea… hasta que no pudo soportar más la insistencia de Jon.
Habían visto varias casas, estudiando los sótanos y los áticos. Ninguno les convenía. Entonces, una noche cuando estaban fuera, se encontraron con una mansión vieja que habían convertido en una pensión. Tenía un ático grande, separado en varias unidades de almacenamiento llenas de polvo, telas de araña y muebles abandonados.
—Con un poco de trabajo… —Había dicho Brody, estudiando la habitación más alejada de las escaleras. Jon había estado de acuerdo.
Brody hizo la gran mayoría del trabajo de verdad mientras Jon se ocupaba del polvo y las telarañas. Había descubierto recientemente que, para su alegría, si se concentraba, podía mover cosas ligeras, como un plumero. La ventana en el lado más alejado de la habitación les daba luz durante el día. Una bombilla, aunque poco atractiva, les bastaba en la oscuridad. Tuvieron suerte. Como había huéspedes, el dueño había instalado una conexión Wi-Fi para todo el lugar que Brody podía usar para el portátil que se habían llevado cuando se fueron del piso franco.
—El departamento puede permitirse comprar uno nuevo. —Había decidido Brody—. Nosotros no podemos. —Rio—. Pueden culpar de que falte a la última persona que estuvo allí. Después de todo, era un criminal, por mucho que testificara en un juicio.
Ahora, felizmente instalados en su nuevo hogar, mantenían la vista puesta en el progreso del romance entre Mike y Sage.
Por fin, llegó la noche en la que Jon dijo, eufórico:
—Ya iba siendo hora. —No es que se quedara para ver cómo culminaba el cortejo de Mike y Sage en persona. Hasta él sabía que eso no era algo que debiera observar. Pero era obvio por el hecho de que Mike había pasado la noche en casa de Sage, y la forma en la que actuaron la tarde siguiente antes de que Mike se fuera para prepararse para el trabajo, que Jon estaba observando a dos hombres que habían, al fin, dado el último paso y declarado el amor que sentían el uno por el otro física y emocionalmente.
Brody se rio de la reacción de Jon, preguntando:
—¿Y ahora qué vas a hacer para mantenerte ocupado?
Jon sonrió, abrazándole.
—Estoy seguro de que encontraré algo.
—Eso —murmuró Brody en respuesta— es lo que me da miedo.
THE END