Capítulo nueve

Nadie ve a Ardell los siguientes dos días. Nadie ve a Jojo tampoco, pero eso es porque ahora Jojo siempre sale por la parte de atrás.

Hay una cerca que rodea el pequeño patio trasero de su madre, igual que en todos los patios traseros de la calle. Del otro lado de la cerca hay un callejón. El mismo callejón pasa detrás de todas las casas de mi lado de la calle. Si caminas en cualquier dirección, llegas a la calle. Pero antes de llegar a cualquiera de las dos esquinas, llegas a los callejones que pasan detrás de las casas de esas calles.

Veo que Jojo sale de su casa por la puerta trasera, atraviesa el patio de su madre, sale por la pequeña puerta de atrás y desaparece en el callejón. Siempre se va por mucho rato y cuando regresa trae llena la bolsa de tela de su madre. Me imagino que ahora está tomando el autobús para ir de compras fuera del vecindario. Me pregunto si alguien más lo sabe.

Entonces, un día, el padre de Ardell llega en su auto a la casa de Ardell. Sale del coche, sube hasta la terraza y toca el timbre. La madre de Ardell abre la puerta. Está vestida con sus mejores ropas, con todo y sombrero. Ardell también está muy bien vestido. Se niega a mirar a su padre. Él y su madre caminan hasta el auto. Ardell la ayuda a sentarse en el asiento trasero. Después se sube junto a ella. El padre de Ardell se pone tras el volante. Se ve como un chofer o como el conductor de un taxi, no como un miembro de la familia.

Cuando regresan, un par de horas más tarde, la madre de Ardell está llorando. Ardell tiene que sostenerla hasta entrar a la casa. Su padre se queda sentado en el auto por algunos minutos. Veo que antes de irse se enjuga los ojos.

Esa noche mi madre me dice:

—Eden ha muerto. El funeral es pasado mañana.

Todas las personas de la calle que conocieron a Eden alguna vez van al funeral. Bueno, casi todas. Veo a la madre y al padre de Shana, pero no a Shana.

También llegan muchas otras personas que no viven en nuestra calle. Eden era popular. Era un buen tipo. Vienen amigos de su antigua escuela; también gente que practicaba algún deporte con él. La iglesia está llena de personas viejas, jóvenes, de todas las edades. A mi madre le parece muy bien que haya tanta gente.

—A una madre le gusta saber que su hijo era querido —comenta—. Dice mucho de una persona cuánta gente viene a dar su pésame.

Después del funeral, la gente baja al sótano, donde las señoras de la iglesia ofrecen refrigerios. La gente hace fila para hablar con la madre y el padre de Eden, y para decirles cuánto lo sienten y cómo recuerdan a su hijo. Todos tienen pequeñas historias que contar de él. La madre de Eden llora todo el tiempo, pero abraza a todos los que se acercan a hablarle y les agradece por haber venido. Esa noche, el auto del padre de Ardell se queda estacionado frente a la casa toda la noche. Todavía está ahí a la mañana siguiente. Ardell se sienta en la terraza, mirándolo, cuando no está mirando hacia la casa de Jojo.