Hace ocho años, Sophie entregó su corazón y su virginidad a Zach Barret en una noche que no podría haber resultado menos romántica o más vergonzosa. El medio hermano de Zach, un motero que se hace llamar Ruger, les pilló in fraganti, llevándose consigo una imagen de Sophie que nunca olvidará.
Tal vez ella perdiera la dignidad aquella fatídica noche, pero Sophie ganó algo precioso para sí: su hijo Noah. Por desgracia, Zach acabó siendo un padre vago e irresponsable, lo que les llevará a ella y a su hijo a vivir casi en la indigencia. Cuando Ruger se entera, decide tomar las riendas del asunto.