Remolino de sentimientos

Rugosa piel inmóvil

Donde no puedo encontrar

Ya descanso.

De pronto

Siento una gran tentación de morir

Como imperiosa llamada

Que reconozco

Desde el secreto de tu cuerpo,

Caricia extinguida ya

Como la juventud,

Súbita canción suspendida

En el tiempo

De la pasión

Cuando tu corazón espera

En un pecho muy triste

Dejando palabras

Colgadas en un beso.

Es el temblor de un cuerpo

Que yace inerte

Junto a mí, más allá de la sangre

Desbordada en cada hora

Del día que no existe ya más.

No sé si la muerte

Esté próxima,

Sólo sé por el amor

Que llega con tu olvido

Y traspasa los límites del cuerpo

Con su huracán

De sentimientos

Cuyo sentido ignoramos

Por el rubor de vivir.

Yo renuncio

A creer que esta tierra

Que contiene tu carne

Es de mi cuerpo

Comulgando en el tiempo...

Soy esa niña

Que aún no ha nacido,

Que la luna ignora...

Soy aquel pájaro

De vuelo misterioso

Que la pura inocencia

No ha logrado engañar

Ni en su deseo

Aparente de la hiedra

Con que los muslos

Fingen desvestir

A mi sangre que pulsa

Estrujando la muerte

En la soledad de los vivos.

Nadie habitó

El vestido de mi boda

Que ensució mi destino

De viajera

Ni oprimió aquella mano

Abierta al cansancio del mundo.

Carne fugaz

Heredada en un cuerpo

Que se acaba

A la orilla del tiempo

Repitiendo sin tregua

El lustre de sus brillos.