Agradecimientos
A J. Ángel Bueno, a Luís y Carmen Sanchiz, a Íñigo y María de Camps, a Jesús y Emma Mora, por leer el manuscrito y darme sabios consejos. Y muy especialmente a Vanessa, e.p.d., que hace años, me acompañó a recorrer los Llanos Orientales de Colombia, en busca de los cuivas.