Esto es un asco.
Gina empuja su silla hacia atrás y hace una mueca a la pantalla del ordenador. ¿Cómo invitar a doce amigos a esta estúpida página si todos los que cumplen los requisitos ya están en ella? ¿Y cómo puede ser que ella haya sido una de las últimas en ser invitada? Eso no debería suceder nunca. Siempre es la primera en enterarse de todo: fiestas, rupturas, líos. Así que, ¿cómo ha podido pasar esto?
Cuando Gina le echó la bronca a su mejor amiga por no haberle enviado el email, Michelle dijo que era porque había supuesto que Gina ya había sido invitada. Lo cual tenía sentido, pero aun así... No iba a ser la única de sus amigas que no recibiese su invitación a D.E.S.E.O. Gracias al anonimato de la red social nadie sabe que todavía no le han concedido su petición, pero es cuestión de principios. Gina Ferguson siempre está a la vanguardia de las modas. Si D.E.S.E.O. es lo actual, no solo va a formar parte de ello, sino que va a destacar sobre el resto.
Pero para que eso suceda la estúpida página tiene que colaborar.
Respirando profundamente, Gina acerca su silla al escritorio y hace clic en la pestaña de su perfil, la cual no solo incluye un irritante código de identificación que ella no puede cambiar, sino también actualizaciones de su petición de D.E.S.E.O.
Peticiones de deseos solicitadas:
Entradas para el concierto de Blondfire – A la espera de realización de los requisitos.
12 usuarios cualificados requeridos.
1 usuario cualificado ha aceptado tu invitación.
(Las invitaciones pendientes se han enviado a usuarios ya registrados. Te animamos a que lo vuelvas a intentar o pincha aquí para restaurar los requisitos de realización).
Uno. ¿Cómo puede ser eso posible? Había invitado a todos los de sus clases de inglés, estadística e historia del mundo. Apenas reconoce a alguno de ellos de vista o por su nombre. No forman parte de la gente popular, ¿cómo se inscribieron en D.E.S.E.O. antes que ella?
Qué fastidio.
Espera.
Gina relee el mensaje y suspira de alivio. El botón de restaurar los requisitos de realización es nuevo. Bien, porque no tiene más direcciones de correo electrónico para añadir.
Gina coloca el ratón sobre el enlace y hace clic con una sonrisa. El color de la pantalla cambia. Ahora las letras son azules.
Escribe el siguiente mensaje en una nota y pásalo por debajo de la puerta del número 519 de Sycamore Lane. Saca una fotografía de la casa y cuélgala en el tablón para confirmar que has completado la tarea.
«Gracias por lo de anoche. Sé que tenemos que esperar al momento adecuado para estar juntos. Espero que llegue pronto. – L»
¿Entregar una nota? Ja. Esto es bastante más fácil que enviar invitaciones por email. Qué pena que el sistema no le diese ese encargo antes. Ya está oscureciendo fuera, qué desperdicio de día.
Sycamore Lane. ¿Eso no está en la otra parte de la ciudad? Gina escribe la dirección en la barra de búsqueda y sonríe cuando los nombres de la gente que vive ahí aparecen en el monitor. Perfecto. El pastor Frey y su familia siempre se comportan como si fuesen superiores a los demás. La señora Frey incluso ha parado a Gina en la tienda para sugerirle que no se vista como una cualquiera o la tratarán como tal. Ya, claro. Y su hijo, Luke, es aún peor. Hace comentarios crueles sobre ella todo el tiempo, y además se chivó cuando copió en el examen final de lengua, aunque solamente había copiado una cosa de su hoja. Dijo que era por su bien. Dios le estaba mandando una señal de que quería que lo hiciese mejor. Como si Luke tuviese línea directa con Dios gracias a su padre. Bueno, no es el único que puede jugar a ese juego. Y claramente Dios, a través de D.E.S.E.O., le había encomendado una misión.
De pie, Gina escribe el mensaje, coge su bolso y se dirige a la puerta. No hay tiempo que perder para completar la tarea. Y si entrega esta nota fastidia a Luke o a su santurrona familia hoy se lo va a pasar mejor de lo que creía. Está casi justificado. Diablos, casi estaría dispuesta a hacerlo sin el incentivo de las entradas gratis.
Casi.