Hemos basado nuestra traducción de los Cuentos y poemas en prosa, de Oscar Wilde, en la edición de Oxford University Press, en su colección The World’s Classics, que tiene como fuente la última que revisó el autor y excluye los relatos que se recogieron de viva voz y pueden considerarse apócrifos, comparando los textos, en el caso de otras versiones existentes, con los de la edición de Robert Ross de 1908.
El orden en que los cuentos se presentan aquí ha sido orientado por razones estilísticas más que cronológicas, teniendo en cuenta, además, que el orden de su composición no corresponde con el de su publicación. Hemos seguido, eso sí, la secuencia de los relatos de cada volumen según la dispuso Oscar Wilde, aunque en repetidas ocasiones hubieran aparecido individualmente y en otro orden cronológico en diversas revistas.
Los cinco primeros cuentos, los más conocidos quizá, corresponden al volumen El Príncipe Feliz y otros cuentos —«El ruiseñor y la rosa», «El gigante egoísta», «El amigo abnegado» y «El insigne cohete»—, publicados por primera vez juntos en 1888. Les siguen los cuatro que forman Una casa de granadas: «El joven rey», «El cumpleaños de la infanta», «El pescador y su alma» y «El niño-estrella», publicados en noviembre de 1891, seis meses más tarde que El crimen de lord Arthur Savile y otras historias, que apareció en mayo de ese mismo año, pero cuyas historias, que incluyen, además, de esa primera, «La esfinge sin secreto», «El fantasma de Canterville» y «El millonario modelo», se habían publicado todas individualmente en diversas revistas en 1887.
El retrato de míster W. H., que cierra los relatos, es traducción de la versión de 1889, considerada por muchos de mayor calidad literaria que la siguiente, que no se publicó hasta 1921, a causa de la pérdida del manuscrito.
Finalmente, presentamos los bellísimos poemas en prosa, que publicó juntos por primera vez la Fortnightly Review en julio de 1894, si bien otra revista, The Spirit Lamp, había publicado «La Sala del Juicio» en febrero de 1893 y «El discípulo» en junio de ese mismo año.
Hemos juzgado conveniente mantener los nombres propios en inglés. En cuanto a expresiones en francés y en alguna ocasión en italiano o español —como en el cuento «El cumpleaños de la infanta»—, aparecen en letra cursiva, sin nota aclaratoria cuando son fácilmente comprensibles; en algunos casos han sido traducidos, para mayor fluidez en la lectura.
C. M.