Epílogo

Terminamos de escribir este libro en septiembre de 2016. Para febrero de 2017, cuando completamos los últimos toques de edición, sentíamos que vivíamos en un mundo totalmente diferente.

El resultado de las investigaciones llevadas a cabo en Estados Unidos, Suiza y Brasil sobre las actividades de la constructora brasileña Odebrecht habían sacudido a toda América Latina. Los ejecutivos de la empresa llegaron a acuerdos de delación para evitar largas condenas de prisión. Como parte de estos acuerdos aceptaron el pago de sobornos a funcionarios de varios países quedando al descubierto un entramado de sociedades offshore utilizadas para mover el dinero. Muchas de esta sociedades fueron incorporadas en Panamá y en Islas Vírgenes Británicas. También se revelaron cuentas bancarias secretas en Suiza y Panamá.

El pago de sobornos alcanzaba varios cientos de millones de dólares en al menos 12 países, como Panamá, Perú, Brasil, República Dominicana, entre otros. Odebrecht fue penalizada en Estados Unidos y Suiza por dos mil millones de dólares, una de las multas más altas de la historia.

Y lo que era impensable para Scott, sucedió. Como parte de las investigaciones derivadas del caso Lava Jato llevadas a cabo en Panamá, Ramón Fonseca Mora, Jürgen Mossack, Ediston Teano y María Mercedes Riaño (la abogada que manejaba la oficina de la firma en Brasil), fueron detenidos en febrero de 2017. Esta última hizo importantísimas revelaciones del modus operandi de la firma así como de su círculo cero. Todos fueron acusados de lavado de dinero. Todo sucedió, no sin que antes de ingresar al Ministerio Público, Fonseca Mora acusara directamente al presidente de Panamá, su antiguo amigo y copartidario, de haber recibido donaciones políticas de Odebrecht.

Los arrestos de los abogados hicieron reflexionar a Scott, quien desde que se iniciaron las publicaciones de las investigaciones a partir de la base de datos de la firma, había sido un gran crítico de que La Prensa decidiera iniciar su cobertura precisamente con los hallazgos relacionados con la constructura brasileña.

La cobertura hecha por La Prensa sobre los nexos de Mossack Fonseca y la investigación Lava Jato en Brasil, hizo que el editor de la Unidad de Investigación y Director Asociado del diario, Rolando Rodríguez, invirtiera incontables horas frente a la computadora atando todos los cabos. De hecho, estas publicaciones sirvieron de notitia crimini, para que el Ministerio Público lograra avanzar en sus investigaciones. Es justo decir que sin estas publicaciones hechas por La Prensa, el caso en el Ministrio Público pudo haber tomado otra dirección.

Otro tema que cambió el mundo desde noviembre de 2016 fue sin duda la elección y toma de posesión de Donald Trump como presidente de Estados Unidos. Las políticas de exclusión marcaron sus primeros días en la Casa Blanca, en cumplimiento a sus promesas de campaña, que incluían la reversión de acuerdos de intercambio comercial y un excesivo intento de controlar las migraciones.

Los cambios efectuados por Trump incluyeron la propuesta de eliminar las reformas implementadas al sector bancario luego de la crisis de 2008, lo cual permitiría a los bancos operar de la forma en que lo habían hecho antes.

Pero estos movimientos no fueron pasados por alto internacionalmente; en enero de 2017, la Unión Europea hizo algo hasta entonces impensable: propuso que Estados Unidos entrara en la lista de paraísos fiscales. La lista final deber ser publicada a finales de 2017.

Curiosamente, la iniciativa coloca a Estados Unidos en la misma categoría que Brasil, Panamá, Singapur y Malasia.

En Panamá los procesos a Mossack Fonseca siguen su curso, no sin enfrentar las escaramuzas de los abogados defensores que buscan cerrar la investigación basados en que el fiscal excedió el término de seis meses otorgado por ley para emitir su vista fiscal, pese a que un juez extendió indefinidamente el periodo de investigación debido a la complejidad del caso.

Mientras, Panamá sigue en la lista de países no colaboradores de Francia y aunque la OCDE ha reconocido los esfuerzos hechos por Panamá para cumplir con los estándares de la organización, todavía no está preparada para darle al país su completo reconocimiento. A Panamá le tocará demostar, ahora con hechos, la palabra que ha empeñado a través de los múltimples acuerdos alcanzados y cambios a su legislación.

Y aquí nos encontramos en estos momentos. Aun cuando las investigaciones en el Ministerio Público continúan, las nuestras han llegado a su fin, aunque esperamos que pronto se logre concluir con el proceso en contra de la firma, lo cual podría suceder antes de que este libro se publique.

Pero el tema relacionado con la evasión de impuestos, el secreto bancario y la economía local sigue y seguirá siendo parte del debate internacional. La pregunta es cuánto tiempo más ocuparán las salas de las cortes y los palacios legislativos.

La lección más valiosa que obtuvimos de este proyecto fue que algunas cosas sólo pueden ser resueltas a través de la colaboración internacional. Tristemente, el mundo parece moverse en la dirección opuesta, al menos mientras los gobiernos estén más preocupados en construir muros y barreras para separar a la humanidad.