Capítulo Dieciséis
—Lorne, habla Tony Warner. ¿Cómo está todo por allí?
—No muy bien. Ya no estoy a cargo del caso, yo-
—¿Cómo que no? ¿Ha sucedido algo de lo que deba enterarme?
—Supuse que el jefe te habría llamado. Se trata de mi hija…
Ella comenzó a contarle lo ocurrido, pero el hecho de que el Unicornio tenía a Charlie no había pasado desapercibido.
—¿Qué? ¿Cuándo? ¿Cómo sucedió? ¿Sabes dónde la mantiene cautiva? ¿Por qué no me llamaste enseguida?
—Oh, espera un segundo. Dime, esta técnica de interrogación, ¿la aprendiste de los Gestapo?
—Lo lamento, Lorne. Estoy atacándote con demasiado hoy.
—Así es. Vayamos por las respuestas, una por una —ella le comentó lo sucedido en orden cronológico y acabó contándole como habían arrestado a Crane y la decisión del jefe en tomar el liderazgo del caso.
—Entonces, este jefe nuevo, ¿Es bueno?
—No te voy a mentir, te seré sincera. Hemos tenido nuestros altibajos en el pasado —ella sonrió irónicamente, pero no se permitió compartir ningún detalle de la relación con Sean Roberts— Sin embargo, todo ha estado bien últimamente. Es un buen hombre. Pero antes de que te apresures a llamarlo a él, ¿para qué te comunicabas conmigo? Todavía me mantengo al tanto del caso, como deberás suponer.
—Sí, mira, no lo dije todavía, pero lamento mucho lo que está sucediendo. Intenta no preocuparte. Atraparemos al maldito. Un amigo mío del servicio secreto me envió lo que tiene de Abromovski. Ha causado muchos problemas en los últimos meses. ¿Recuerdas que te dije que frecuentaba mucho a un tipo, quien creemos sería el Unicornio? Bueno, eso no es todo lo que sabemos de él. Parece que ha sido proveedor de armas y explosivos para terroristas ubicados en el país.
—Eso lo conectaría con el Unicornio, entonces.
—Sí. La información que tenemos es que ellos son Musulmanes nacidos aquí, intentando tirar abajo el país. Creemos que ellos serían los responsables por los disturbios ocurridos en Bradford hace unos años. Y la mayor sospecha es que Abromovski fue el que se encargó de los explosivos del atentado del siete de julio del 2005. No hay evidencia pura de esto, pero tenías razón al vincularlo con el terrorismo.
—Pero todavía nos queda la pregunta, ¿Qué demonios hace un ruso dándole armas a los terroristas musulmanes? ¿Qué gana?
—Buena pregunta. Creemos que él es ‘un jugador’. Un hombre con mucho dinero para gastar y una personalidad cruel. Le da igual quien sufre, o que creencias o cultura tienen las personas que financia. Él solo busca la emoción, adrenalina y placer de ver que el mal esté hecho.
—¡Maldito enfermo! Disculpa por la pregunta tonta, pero ¿Por qué tu gente no lo ha capturado todavía?
—No es por no intentar. Hemos traído a Abromovski para interrogarlo varias veces, pero siempre está acompañado y protegido por gente importante, quienes justamente conocen donde y como lograr burlarse del maldito sistema.
—Entonces ahora, ¿Qué hacemos?
—Puedo darte algunos domicilios, si te es de ayuda. Son propiedades que Abromovski ha comprado o alquilado en los últimos años, pero te advierto, no te será fácil conseguir órdenes de allanamiento para poder revisarlas. Actualmente son lo que llamamos burdeles. Y son frecuentados por personas muy importantes. Aunque si ponemos un puesto de vigilancia podríamos averiguar algo.
—La misma mierda de siempre. Bueno, pero si llego a tener algún indicio de que Charlie es una de ellas, no hay una puta influencia que me prive de entrar allí. Dime las direcciones.
Luego de dictarle la última dirección, él dijo —Por cierto, hay una cosa más. El área de rastreo se ha extendido y se ha intensificado en el palacio de Westminster. De hecho, se está llevando acabo ahora mismo. Cada dispositivo, estamos utilizando la ayuda de los perros, todo-
—¿Y?
—Todavía no se encontró nada.
—¿Y qué tal si nos está hablando del jardín? —Lorne ya podía imaginarse que diría el comisario si la escuchara; pero por algún motivo, ella no creía que el Unicornio estuviese bromeando. Miró su reloj. Quedaban menos de dieciocho horas…
—No puedo contestarle eso, inspectora.
El teléfono hizo un pequeño ruido y la llamada terminó.