Capítulo Cuarenta y Seis
—Mamá, oh, mamá…
Lorne luchó por que sus deseos de abrazar a su hija, entre lágrimas y miedos, no le ganaran. Debía seguir las órdenes del jefe y mantener distancia. Sentía que estaba cometiendo el peor de los abusos a un menor.
—Ayúdame mamá, ayúdame… Tengo miedo. No quiero morir.
Los gritos de Charlie le rompían el corazón en pedazos.
—No te preocupes, cariño. Todo saldrá bien… Tenemos hombres en camino para ayudarlas. Especialistas en explosivos. Ellos las pondrán a salvo y allí podré acercarme. Llamaré a papá para que venga.
—Tom… soy yo… Oh, Tom… ¿Estás mirando la televisión? ¿Pudiste vernos? Ven de inmediato…
—Lorne… Oh, gracias a Dios. ¿Va a estar todo bien? ¿Puedo ir? Necesito estar con ustedes dos… Por favor dime que ella va a estar bien.
Su llanto la mataba.
—Llamó tu padre… Yo no he sido capaz de hacer nada. Vi cómo se desarrollaba todo, ha sido un infierno, Lorne.
—Lo sé, amor. Pero tampoco había algo que yo pudiera hacer para que esto sea más fácil. Te necesito. Necesito que estés aquí con nosotras.
—¿Cómo? La gente, el caos… ¿Cómo está todo allá? Parece como si fueran kilómetros y kilómetros de gente. Hay un helicóptero sobrevolando, y hay embotellamientos…
—Le pediré al jefe que envía un móvil para escoltarte. Prepárate. Te buscará una motocicleta, será más rápido.
—Está bien. Pero, Lorne, no te acerques todavía. Dime qué posibilidades hay de que eso explote.
—Siéndote sincera, no lo sé. Es un caso de mantener los dedos cruzados y esperar lo mejor. Y si me vas a preguntar si el Unicornio tiene un plan escondido, tampoco podría contestarte. Todo lo que podemos hacer es tener fe y rezar. Por ahora debemos asumir que Charlie está a salvo.
—Oh…
—No pierdas la esperanza, Tom.
—No es fácil. Por favor, dile a Charlie que la amo y que estaré allí pronto.
—Lo haré, amor. Nos vemos —estaba a punto de terminar la llamada, cuando escuchó que él gritaba algo más.
—Lo lamento, ¿qué dijiste, Tom?
—Dije que también te amo a ti. Y lamento ser un maldito el noventa por ciento del tiempo. No es fácil vivir con una mujer independiente y terca, que acepta con calma lo que la vida le tira.
Le era difícil no sonreír al escuchar a su marido demostrando amor y arrepentimiento. Se le llenaron los ojos de lágrimas al susurrar:
—Yo también te amo, Tom. Te prometo que cuando todo esto termine, tendremos una buena charla. Ahora, ¡ven aquí!
De inmediato, Lorne le pidió al jefe que buscaran a Tom. Él accedió al pedido sin dudarlo.
Más tranquila al saber que Tom estaba en camino, ella concentró su atención en su única hija.
—Hola, cariño. ¿Cómo estás? Papá está en camino. No vas a morir, mi amor. El equipo especialista está viniendo. Oye, ¿Por qué no me presentas a tus amigas?
Su estrategia funcionó. Automáticamente, Charlie se notó más animada y contenta.
—Ella es Sasha. Es de Rumania. Ella está aquí porque intentó ayudarme. Él le quebró el brazo, mamá.
Sasha la interrumpió.
—No, no es tu culpa que yo esté aquí. Es mi culpa que tú estés conmigo. De pronto me volví despreocupada. Intenté consolarla cuando pensé que estábamos solas, pero debí saber que el Unicornio escucha todo. Es un placer conocerla, mamá de Charlie.
Lorne sonrió.
—No es culpa de ninguna de ustedes. Deben saberlo. Aquí hay una sola persona responsable de todo.
Su corazón sangraba de dolor al ver a las dos chicas. Eran piel y hueso. Sus mejillas sobresalían, y tenían los ojos hundidos, señal de hambre y sufrimiento.
Quería preguntarle algo a Sasha también, para que pensara en otra cosa. Pero no se atrevió a preguntar por su familia. Sasha podría ser a quien se referían en la camioneta cuando hablaban de la familia asesinada entre llamas.
—Encantada de conocerte, Sasha. ¿Quién es tu compañera?
—Ella es Carli… Y Toni —indicó con la cabeza haciendo referencia a la chica muerta— ellas se ofrecieron a ser parte de esto. Ellas ni siquiera sabían que nos esperaba, pero lo hicieron porque el Unicornio quería elegir a las más pequeñas…
—Ese fue un gesto muy valiente de tu parte, Carly. Lamento lo sucedido con Toni. No te pasará lo mismo. Les aseguro que ninguna morirá.
—Mamá… la familia de Sasha… oh, mamá…
—Lo sé. Escuchamos lo que sucedió en la camioneta. Lo lamento mucho Sasha.
—Esta mañana nos obligó a todas a mirar el video que mostraba lo que le pasó a su familia. Oh, mamá, ¿Cómo alguien puede hacer algo tan macabro?
Lorne escuchaba el llanto de su hija y sabía que ya no regresaría la adolescente rebelde, sino una pequeña niña lastimada. Les esperaba un largo camino de recuperación.
—Hay personas enfermas y retorcidas en este mundo, Charlie. No podemos saber cómo funcionan sus mentes, pero no los dejaremos ganar. Sasha, haremos todo lo posible para ayudarte-
—Sí, puede vivir con nosotros ahora, ¿Verdad, mamá?
—Ya lo veremos, cariño, ya lo veremos.
Siguieron conversando animadas. A su derecha, Lorne veía al equipo listo. ¿Por qué demonios tardan tanto? ¿Por qué no intervienen?
Su celular comenzó a sonar.
—Lorne, ¿Cómo va todo?
—Nada mal, dentro de todo, jefe. ¿No has dado el ok para comenzar todavía?
—En cualquier momento. Tuvimos novedades. Abromovski está muerto. Asesinado. Y no de la mejor manera, para tu agrado.
—Bueno, son buenas y malas noticias. Escucharé los detalles luego. Pero, jefe, ¿Por qué hay retraso? Quiero a mi hija sana-
Una mano la tomó del hombro. Giró y cayó en los brazos de Tom.
—¿Se encuentra bien?
—Siempre y cuando le esté hablando, mi amor —él la abrazó con más fuerza. Al fin sentía ese calor que tan bien le hacía— estoy tan feliz de que estés aquí, Tom.
—¿Qué vamos a hacer?
—Mantenla distraída, hablando de algo que la haga sentir bien. Roberts me está pasando algunas novedades.
Tom observó a Charlie.
—Estoy aquí, hijita. Todo va a salir bien.
—¿Jefe?
—Estamos listos. Empezarán en cualquier momento. Escucha, están pasando ciertas cosas —él le contó lo del secuestro del hijo del primer ministro.
—¿Entonces todo se trataba de eso?
—No lo sabemos. Conseguimos algunos detalles acerca de cómo se escapó el Unicornio. Interceptó un auto. El conductor todavía se encuentra inconsciente. Estamos haciendo todo lo posible por rastrear el coche. Lorne-
Un estruendo dejó a todos en silencio. Charlie se desplomó al suelo.