¿TIENES DOS (O MÁS) PASAJEROS EN el buque madre? Aunque hayas deseado tener un embarazo múltiple, tu primera reacción a la noticia de que esperas más de un bebé puede incluir toda una gama de emociones: de incredulidad a alegría, de entusiasmo a temor (digamos, miedo). Y entre todas las exclamaciones de alegría y mares de lágrimas, vendrán las preguntas: ¿Los bebés nacerán sanos? ¿Lo estaré yo? ¿Podré conservar mi propio médico o tendré que consultar a un especialista? ¿Cuánto tendré que comer y cuánto peso debo aumentar? ¿Tendré espacio suficiente en mi interior para dos bebés? ¿Habrá suficiente espacio en casa para dos bebés? ¿Podrán nacer a término? ¿Necesitaré reposo en cama? ¿Dar a luz a dos será el doble de difícil?
Cargar un bebé conlleva su cuota de desafíos y cambios. Cargar más de uno… bueno, probablemente ya habrás sacado la cuenta. Pero no te preocupes. Estarás a la altura de las circunstancias. O al menos lo estarás cuando te proveas de la información en este capítulo (y el apoyo de tu compañero y tu médico). Por eso siéntate (cómodamente, mientras todavía puedes) y prepárate para tu maravilloso embarazo múltiple.
“Acabo de enterarme de que estoy embarazada y tengo un presentimiento de que son mellizos. ¿Cómo puedo saberlo con certeza?”
Ya ha quedado atrás la etapa en que los embarazos múltiples tomaban por sorpresa a los papás en la sala de parto. Actualmente, la mayoría de los futuros padres descubre la emocionante noticia mucho antes. ¿Cómo?:
Ultrasonido.
La prueba está a la vista… es decir, en la imagen del ultrasonido. Si estás buscando una confirmación certera de que estás gestando más de un bebé, lo mejor es un ultrasonido. Aun uno realizado en el primer trimestre, entre las seis y ocho semanas puede a veces detectar un embarazo múltiple (y es muy probable que te hagan un ultrasonido en esta etapa para comprobar si el nivel de hCG en la sangre es elevado o si has concebido usando tratamiento para la fertilidad, aunque algunos médicos también lo hacen por rutina). Pero si quieres estar absolutamente segura de que estás viendo doble, tendrás que esperar a un ultrasonido después de la semana 12 (porque los realizados tempranamente no siempre revelan a los dos bebés).
Doppler.
El tictac del corazón sigue… y sigue… Por lo general, tu médico puede captar el latido cardíaco del bebé después de la novena semana. Y aunque es difícil distinguir dos latidos con sólo un Doppler, si el profesional es un oyente experimentado y cree detectar dos latidos, existe una buena probabilidad de que tengas un embarazo múltiple (el ultrasonido confirmará la noticia).
Niveles hormonales.
La hormona hCG del embarazo se detecta en la orina más o menos a los 10 días después de la concepción y su nivel sube rápidamente a lo largo del primer trimestre. A veces (aunque no siempre) un nivel de hCG superior al habitual puede indicar fetos múltiples. Vale aclarar, sin embargo, que el rango de los niveles normales de hCG para mellizos también cae dentro del rango normal para un solo feto, por lo tanto un número elevado de hCG de por sí solo no indica un embarazo múltiple.
Resultados de los exámenes.
Un resultado inusualmente alto (positivo) en el examen cuádruple (lee la página 68) en el segundo trimestre, puede indicar a veces un embarazo múltiple.
Tus medidas.
No es de sorprender que, mientras más bebés, más grande el útero. En cada visita, tu médico controla el fondo del útero para medir ese crecimiento. Una medida mayor de lo esperado para la edad gestacional podría ser una señal de que llevas más de un bebé a bordo (aunque no siempre; consulta la página 174).
En definitiva: muchas pistas podrían apuntar a la posibilidad de un embarazo múltiple (incluyendo tu instinto de futura mamá), pero sólo un ultrasonido te lo puede confirmar a ciencia cierta. Consulta con tu médico.
“Acabo de descubrir que estoy esperando mellizos. ¿Puedo seguir viendo a mi obstetra ginecólogo regular o necesito buscar un especialista?”
Si estás satisfecha con tu médico, no hay motivo para reemplazarlo por un especialista sólo porque tendrás dos bebés que atender. Sólo asegúrate de que realmente estás feliz con tu médico, ya que pasarás más tiempo con él durante tu embarazo de mellizos (más bebés significa más visitas al consultorio). Si el profesional es una partera, probablemente podrás seguir viéndola siempre y cuando tengas un médico a bordo para los exámenes regulares y el parto.
¿Te agrada tu obstetra regular pero también la idea de recibir atención extra? Muchos obstetras ginecólogos envían a sus pacientes con embarazos múltiples a un especialista para consultas periódicas, lo que resulta un buen acuerdo si quieres combinar el confort familiar del cuidado de tu médico con la experiencia de un especialista. Las futuras mamás de más de un bebé que tienen necesidades especiales específicas (como edad avanzada, antecedentes de abortos espontáneos o una dolencia crónica) podrían considerar cambiar a un especialista en medicina materno-fetal (también conocido como perinatólogo). Discute esta posibilidad con tu médico si tu embarazo está dentro de una categoría de mayor riesgo.
Cuando escojas al médico para tu embarazo múltiple, también tendrás que considerar el hospital al que está afiliado. Idealmente, querrás un establecimiento con la capacidad para cuidar de bebés prematuros (con una unidad de cuidado neonatal intensivo) en caso de que tus bomboncitos lleguen antes de tiempo, como suele ocurrir en este tipo de embarazos.
También consulta la política del médico respecto a temas relacionados con nacimientos múltiples: ¿Te inducirán a las 37 ó 38 semanas o tendrás la opción de pasar más allá de ese margen de tiempo si todo va bien? ¿Será posible un parto vaginal o el médico practica sólo cesáreas en casos de embarazos múltiples? ¿Podrás dar a luz en una sala de parto y alumbramiento (LDR, en inglés) o en una sala de operaciones como medida de precaución?
Para más información general acerca de cómo elegir al médico, consulta la página 22.
“He oído que cuando estás esperando mellizos, los síntomas son peores que cuando se trata de un solo bebé. ¿Es cierto?”
El doble de bebés suele duplicar las incomodidades del embarazo, pero no siempre. Cada embarazo múltiple, al igual que cada embarazo de un solo feto, es diferente. La futura mamá de uno solo podría experimentar suficiente náusea y vómitos por dos, mientras que la de múltiples podría pasar todo su embarazo sin un solo día de mareo. Lo mismo con los demás síntomas.
Pero aunque no esperes una dosis doble de náuseas (o acidez estomacal, o calambres en las piernas, o várices), tampoco puedes descartarlo. En promedio, las incomodidades se multiplican en un embarazo múltiple, lo que no es de sorprender dado el peso extra que llevarás y las hormonas extra que ya estás produciendo. Entre los síntomas que podrían aumentar en proporción –aunque no necesariamente– cuando esperas mellizos o más se cuentan:
Náuseas matutinas. La náusea y vómitos podrían empeorar en un embarazo múltiple gracias a –entre otras cosas– el mayor nivel hormonal que circula en el sistema de la mamá. Además, esta indisposición podría empezar antes y prolongarse por más tiempo.
Otros problemas de la barriga. Aquí se incluyen acidez, indigestión y estreñimiento. La mayor acumulación de gases (y más carga gástrica, ya que estas mamás comen por partida triple o más) puede conducir a un aumento en el tipo de incomodidades digestivas que son características del embarazo.
Fatiga. No hace falta mencionarlo. Mientras más peso estés arrastrando, más arrastrada te sentirás. La fatiga también puede aumentar con la energía extra que gasta la futura mamá de mellizos (tu cuerpo tiene que trabajar el doble para gestar dos bebés). La falta de sueño también te puede agotar (es suficientemente difícil descansar con una barriga del tamaño de una sandía, y ni que hablar si las sandías son dos).
Todas las demás incomodidades físicas. Todo embarazo conlleva su cuota de incomodidades y dolores y tu embarazo de mellizos podría traer una cuota un poquito mayor. Cargar ese bebé extra puede traducirse en un aumento de dolor de espalda, punzadas en la pelvis, calambres, tobillos inflamados y várices, por nombrar algunas incomodidades. Respirar por partida triple también puede representar un esfuerzo extra, especialmente a medida que tus bebés crecen lo suficiente como para ejercer presión en tus pulmones.
Movimiento fetal. Aunque cada embarazada podría sentir en cierto punto que está esperando un pulpo, los ocho miembros que llevas dentro realmente pueden dar un buen golpe. Mejor dicho muchos golpes y pataditas.
Ya sea que tu embarazo termine duplicando o no tu incomodidad, hay algo seguro: duplicará la recompensa. Nada mal para nueve meses de trabajo.
“Estoy decidida a alimentarme bien ahora que estoy embarazada de trillizos, pero no estoy segura de qué es lo que eso significa: ¿tengo que comer el triple?”
¡A comer se ha dicho, mamá! Alimentar a cuatro exige activar esas mandíbulas. Aunque no tendrás literalmente que cuadruplicar tu consumo diario (como tampoco una mujer que espera uno solo tiene que comer el doble), necesitarás una buena alimentación en los meses que vienen. Las futuras mamás de más de un bebé deben consumir de 150 a 300 calorías extra por cada feto, por orden del médico (buenas noticias si buscas licencia para comer, pero no tan buena si las náuseas o la barriga llena te cortan el apetito). Esto se traduce en 300 a 600 calorías extra si tienes mellizos, y de 450 a 900 calorías extra para trillizos (si es que has comenzado con un peso promedio antes del embarazo). Pero antes de consumir esa cantidad extra como un pase gratuito a Burritolandia (extra guacamole para el Bebé A, extra crema agria para el Bebé B, frijoles refritos para el Bebé C), piénsalo dos veces. La calidad de lo que comas será tan importante como la cantidad. De hecho, una buena nutrición durante un embarazo múltiple ejerce un impacto todavía mayor sobre el peso del bebé al nacer que para un bebé solo.
¿Entonces cómo comer bien cuando esperas más de uno? Revisa la Dieta del Embarazo (consulta el Capítulo 5) y:
Consume comidas ligeras.
Mientras más grande tengas la barriga, más pequeñas querrás las comidas para que se te asienten en el estómago. Consumir cinco o seis comidas ligeras y bocadillos saludables no sólo aliviará tu carga digestiva (y la acumulación en la barriga), sino que además te permitirá conservar energías (y te proporcionará la misma riqueza nutritiva).
Haz que tus calorías cuenten.
Escoge comidas que tengan muchos nutrientes en porciones pequeñas. Los estudios indican que una dieta rica en calorías y en nutrientes mejora significativamente tus probabilidades de tener bebés saludables a término. Por otra parte, desperdiciar el espacio privilegiado en comida chatarra significa que tendrás menos lugar para alimentos nutritivos.
Busca nutrientes extra.
No es de sorprender que necesites multiplicar los nutrientes por cada bebé, lo que significa que tendrás que agregar algunas porciones a tu Dieta de la Docena Diaria (lee la página 102). Se recomienda que las mujeres que esperan más de un bebé consuman una porción extra de proteína, una porción extra de calcio y una porción extra de granos integrales. Pregúntale al médico qué es lo recomendable en tu caso.
Aumenta tu dosis de hierro.
Otro nutriente que necesitarás reforzar es el hierro, que ayuda a tu organismo a producir glóbulos rojos (necesitarás muchos para el mayor flujo de sangre que usará tu fábrica de bebés múltiples) y a prevenir la anemia, que suele manifestarse en este tipo de embarazos. La carne roja, las frutas secas, las semillas de calabaza y la espinaca son estupendas fuentes de hierro (puedes encontrar más alimentos ricos en hierro en la página 109). Pregúntale a tu médico si tu vitamina prenatal y posiblemente un suplemento de hierro podrían completar el resto.
Deja el agua correr.
La deshidratación puede provocar un parto prematuro (un riesgo que corren las futuras mamás de bebés múltiples), por lo tanto bebe por lo menos ocho vasos de 8 onzas de líquido por día.
Para mayor información acerca de cómo alimentarte bien cuando tienes un embarazo múltiple, consulta Qué esperar: comer bien cuando estás esperando (What to Expect: Eating Well When You’re Expecting).
“Sé que tengo que aumentar más de peso por estar esperando mellizos, ¿pero cuánto más?”
Prepárate a aumentar. La mayoría de los médicos aconseja a las mujeres que esperan mellizos que aumenten de 35 a 45 libras y a las que esperan trillizos un promedio de 50 libras (un poquito menos si estabas excedida de peso antes del embarazo; un poquito más si pesabas menos). Parece sencillo ¿no es así? Pero la realidad es que ganar suficiente peso no siempre es tan fácil como parece cuando tienes dos –o más– pasajeros a bordo. De hecho, existe una variedad de desafíos que puedes enfrentar durante el embarazo que podría impedir que las cifras de la balanza suban con suficiente rapidez.
Un intruso que se puede interponer entre tú y tu aumento de peso en el primer trimestre es la náusea, que podría dificultarte tragar la comida… y mantenerla allí. Comer pequeñas cantidades de alimentos reconfortantes (y ojalá nutritivos) a lo largo de todo el día puede ayudarte a sobrellevar esos meses de mareos. Busca aumentar una libra por semana durante el primer trimestre, pero si te das cuenta que no puedes subir tanto, o si tienes dificultades para subir algo siquiera, no te preocupes. Podrías divertirte poniéndote al día más adelante. Sólo preocúpate de tomar tu vitamina prenatal y mantenerte hidratada.
Aprovecha el segundo trimestre (que tal vez será el más cómodo, y en el que comerás con ganas más fácilmente) como la oportunidad de consumir la carga nutritiva que tus bebés necesitan para crecer. Si no aumentaste de peso durante el primer trimestre (o si bajaste debido a intensas náuseas y vómitos), tu médico podría indicarte que subas de 1½ a 2 libras por semana durante este período si esperas mellizos, o 2 a 2½ por semana en el caso de trillizos. (Si has estado aumentando de peso regularmente durante el primer trimestre, sólo tendrás que aumentar 1½ libra semanal para mellizos o 2 por semana para trillizos). Puede que parezca mucho peso en poco tiempo, y así es. Pero es un peso importante. Refuerza tu plan alimenticio con porciones extra de proteína, calcio y granos integrales. ¿La acidez y la indigestión empiezan a afectar tu estilo de alimentación? Divide tus nutrientes a lo largo de esas seis (o más) comidas ligeras.
A medida que te acercas a la recta final (es decir, al tercer trimestre), proponte una meta de 1½ a 2 libras por semana hasta el séptimo mes. Hacia las 32 semanas, tus bebés podrían pesar 4 libras cada uno, lo que no te dejará mucho espacio para los alimentos en tu atestado estómago. De todos modos, aunque ya te estarás sintiendo muy abultada, tus bebés tendrán que ganar bastante más peso, y apreciarán la nutrición que suministra una dieta bien equilibrada. Por eso antepone calidad a cantidad y disminuye el ritmo a un aumento de una libra semanal o menos en el octavo mes, y sólo una libra más o menos en total para el noveno mes (esto adquiere más sentido si recuerdas que los embarazos múltiples no llegan a las 40 semanas).
“Me encanta correr, pero ahora que estoy esperando mellizos, ¿puedo seguir ejercitándome?”
El ejercicio puede beneficiar a la mayoría de los embarazos, pero cuando te mantienes en forma por partida triple, debes ejercitarte con cuidado. Si tu médico te da el visto bueno para que te ejercites en el primer y segundo trimestres (pregúntale), probablemente te orientará a opciones más gentiles que la de correr. Decididamente te aconsejará evitar todo entrenamiento que imponga mucha presión descendente sobre tu cuello uterino o eleve demasiado tu temperatura corporal. La ACOG recomienda que las futuras mamás de mellizos se abstengan de los ejercicios aeróbicos de fuerte impacto (que podrían incluir correr) debido a que pueden aumentar en ellas el riesgo de parto prematuro. Esto también cuenta para las corredoras experimentadas.
¿Buscas una rutina más sensible para ustedes tres? Las buenas opciones incluyen natación o aeróbicos acuáticos para embarazadas, estiramientos, yoga prenatal, entrenamiento ligero de pesas livianas y bicicleta estacionaria, todos ejercicios que no te exigen estar de pie mientras los practicas. Y no te olvides de los ejercicios de Kegel, diseñados para fortalecer la pelvis (que necesita refuerzo extra cuando hay bebés extra en su interior).
Sin importar lo que hagas durante tu entrenamiento, si el esfuerzo te provoca contracciones Braxton Hicks o enciende cualquier luz roja de las enumeradas en la página 240, detente inmediatamente, descansa, bebe agua y llama a tu médico si no cesan en 20 minutos o más.
“Todos piensan que es muy emocionante el que estemos esperando mellizos, excepto nosotros. Estamos decepcionados y asustados. ¿Qué nos sucede?”
No les pasa absolutamente nada. Las fantasías prenatales no suelen incluir dos cunas, dos sillitas altas, dos cochecitos o dos bebés. Para la llegada de un bebé, te preparas psicológicamente, como también física y financieramente, y cuando descubres de pronto que tienes dos, los sentimientos de decepción no son inusuales. Ni tampoco lo es la sensación de temor. Las responsabilidades inminentes de cuidar de un nuevo bebé son ya intimidantes sin tener que duplicarlas.
Aunque algunos padres y madres se alegran al saber que esperan más de uno, otros tardan en acostumbrarse a la noticia. Es tan común sentir una conmoción inicial como una alegría inicial; experimentar una sensación de pérdida de intimidad y normalidad en la relación de pareja que tendrás con un solo bebé para imaginarte inmediatamente que tendrás dos. En vez de imaginarte a ustedes dos meciendo, alimentando y mimando a ese bebé, podrías tener dificultades para llegar a aceptar el cómo será el día a día con dos recién nacidos. También podrías verte inundada de sentimientos contradictorios: preguntarte primero ¿por qué nosotros? Y después sentirte culpable por cuestionar tu doble bendición (especialmente si tuviste que librar una lucha para quedar embarazada). Todos estos sentimientos (y los demás que podrías experimentar) constituyen una reacción perfectamente normal a la noticia de que tu embarazo y tu vida están tomando un giro inesperado y muy especial.
Por eso acepta el hecho de que te sientes ambivalente frente a la llegada de los dos bebés y no te cargues de culpa (como tus sentimientos son normales y comprensibles, no hay absolutamente nada de qué sentirte culpable). Aprovecha los meses del embarazo para acostumbrarte a la idea de que tendrás mellizos (aunque no lo creas, te acostumbrarás ¡y te sentirás feliz!). Habla con tu pareja con total franqueza (mientras más manifiestes tus sentimientos, menos te pesarán y más rápido podrás aceptarlos). Habla con alguien que haya tenido mellizos y, si no conoces a nadie, búscalas por medio de grupos y tableros de mensajes. Compartir tus sentimientos con otras mujeres que los hayan sentido, y reconocer que ustedes no son los primeros padres que los experimentan, les ayudará a aceptarlo y, a su tiempo, a entusiasmarse con este embarazo y los dos preciosos bebés que pronto cuidarán. Descubrirás que los mellizos podrán duplicar el esfuerzo al principio, pero también duplicarán el placer a lo largo del trayecto.
“No puedo creerlo, pero cuando les dije a mis amistades que esperábamos mellizos, una de ellas me dijo ‘Mejor que te pase a ti que a mí’. Pensé que ella estaría feliz por mí… ¿Por qué habría de hacer un comentario tan fuera de lugar?”
Puede que ése sea el primer comentario insensible que te hayan lanzado durante tu embarazo de mellizos, pero probablemente no será el último. Desde compañeros de trabajo hasta familiares, pasando por amistades, o esas perfectas extrañas (digamos, no tan perfectas) en el supermercado, te sorprenderás por los comentarios rudos que la gente es capaz de decir suelta de cuerpo a una futura mamá de mellizos: desde “¡Oh! Estás tan enorme, que debes tener allí una camada” hasta “Oye, ya sabes en lo que te metiste” pasando por “Yo nunca podría lidiar con más de uno a la vez”.
¿A qué se debe tanta falta de tacto? La verdad es que mucha gente no sabe cómo reaccionar a la noticia de que estás esperando más de un bebé. Unas sencillas “¡Felicitaciones!” sería lo más adecuado, pero la mayoría supone que los mellizos son especiales (lo son) y por lo tanto necesitan reaccionar con un comentario “especial”. Curiosas por lo que debe ser estar embarazada de mellizos, asombradas por lo que tendrás que pasar una vez que nazcan, las personas no tienen idea de cómo responder, y por eso reaccionan con una respuesta completamente fuera de lugar. Sus intenciones son buenas, pero sus comentarios inapropiados.
¿Cuál es la mejor manera de reaccionar ante la descortesía? No te lo tomes como algo personal ni tampoco muy seriamente. Date cuenta que aunque tu amiga metió la pata, seguramente tenía el propósito de desearte lo mejor (y probablemente no tiene idea de que te ofendió, y por eso tú trata de no ofenderte). Recuerda además que tú eres la mejor portavoz de las mamás de mellizos, y que tendrás muchas oportunidades de difundir las bondades de tener más de un bebé a la vez.
“La gente insiste en preguntarme si hay mellizos en mi familia o si me sometí a un tratamiento de fertilidad. No me avergüenzo de haber concebido a mis bebés usando un fármaco para la fertilidad, pero no es algo que quiera compartir con extraños”
La mujer embarazada provoca reacciones como nadie, pero una mujer que espera mellizos pasa a estar en boca de todos. Súbitamente tu embarazo se hace público, y gente que apenas conoces (o no conoces para nada) se inmiscuye en tu vida personal (y hábitos del dormitorio) y te presiona para obtener información personal sin pensarlo dos veces. Pero allí está la cuestión: esa gente no está pensándolo realmente dos veces, y ni siquiera una vez. No se proponen ser impertinentes, sino que sencillamente son curiosos (los bebés múltiples son un tema fascinante, después de todo) y no han sido instruidos en el arte de la discreción. Si estás dispuesta a contar los detalles jugosos, larga todo el rollo (“Bueno, al principio probamos con Clomid, y cuando eso no dio resultado tratamos IVF, lo que significa que mi marido y yo fuimos a una clínica de fertilidad…”). Cuando estés en la mitad del relato, la preguntona probablemente estará al borde del aburrimiento y pensando cómo zafar. O, en cambio, puedes probar con alguna de las siguientes respuestas la próxima vez que alguien te pregunte por la concepción de tus mellizos:
“Fueron una gran sorpresa”. Esto puede reflejar la realidad, sin importar si concebiste o no con un tratamiento de fertilidad.
“Hay mellizos en la familia… ahora”. Esto les tapará la boca aunque sigan intrigados.
“Tuvimos relaciones sexuales dos veces en la misma noche”. ¿Quién no lo ha hecho en algún momento? Aunque la última vez haya sido en tu luna de miel, no es mentira… y dará por terminado el cuestionario.
“Fueron concebidos con amor”. Bueno, es un hecho, pero ¿qué más van a preguntar?
“¿Por qué preguntas?” Si ellas mismas están tratando de concebir, quizás se iniciará una conversación que podría ayudarlas (la infertilidad puede ser un camino solitario, como probablemente ya lo sabes). Y si no, podría detener su curiosidad. Después de todo, no están tan interesadas en hablar de sus propias vidas como lo están de la tuya.
¿No estás de ánimo para una respuesta ingeniosa? ¿O de responder siquiera (especialmente después que has escuchado la misma pregunta cinco veces en un día)? No tiene nada de malo decirle a quien pregunta que no es de su incumbencia. “Es un asunto personal” como respuesta, lo dirá todo.
“Recién nos habíamos acostumbrado a la idea de que estoy embarazada, cuando descubrí que estoy esperando mellizos. ¿Hay un riesgo extra para ellos o para mí?”
Los bebés extra conllevan ciertos riesgos extra, pero no tantos como pudieras pensar. De hecho, no todos los embarazos de mellizos son clasificados de “alto riesgo” (aunque más de dos decididamente entran en esa categoría), y la mayoría de las futuras mamás de más de un bebé puede esperar embarazos relativamente tranquilos (por lo menos en términos de complicaciones). Además, llegar a tu embarazo de mellizos provista de un poquito de conocimientos sobre los riesgos y complicaciones potenciales, puede ayudarte a evitar muchos, y te preparará en el caso de que encuentres alguno. Por eso tranquilízate (los embarazos de mellizos son realmente seguros), pero sigue leyendo.
Para los bebés, los riesgos potenciales incluyen:
Parto prematuro.
Los mellizos tienden a llegar antes que los que vienen en solitario. Más de la mitad de los mellizos (el 59%), la mayoría de los trillizos (93%) y prácticamente todos los cuatrillizos nacen prematuramente. Mientras las embarazadas con un solo feto dan a luz, en promedio, a las 39 semanas, el nacimiento promedio de los mellizos ocurre entre las 35 y 36 semanas. Los trillizos por lo general llegan (también en promedio) a las 32 semanas, y los cuatrillizos a las 30. (Ten en cuenta que un embarazo a término para los mellizos es de 37 semanas y no 40). Después de todo, aun con lo confortable que sea el útero para tus pequeños, también puede resultar bastante atestado a medida que crecen. Asegúrate de conocer los signos del parto prematuro, y no dudes en llamar a tu médico inmediatamente si experimentas alguno de ellos (consulta la página 324).
Escaso peso al nacer.
Como muchos embarazos múltiples terminan pronto, la mayoría de los bebés llega pesando menos de 5½ onzas, que es considerado bajo peso al nacer. La mayoría de los bebés de 5 onzas nace saludablemente, gracias a los progresos en el cuidado de esos pequeños recién nacidos, pero los bebés que pesan menos de 3 libras corren un mayor riesgo de complicaciones de la salud, como también de incapacidades a largo plazo. Si te aseguras de que tu salud prenatal es óptima y de que tu dieta contiene numerosos nutrientes (incluyendo la cantidad correcta de calorías) puede ayudar a que tus bebés nazcan con un peso mayor (consulta Qué esperar en el primer año –What to Expect the First Year– para leer más sobre los bebés prematuros).
Síndrome de transfusión de mellizo a mellizo (TTTS).
Esta situación intrauterina, que se presenta en un 15% de casos de embarazos de mellizos idénticos que comparten la placenta (los mellizos fraternales casi nunca se ven afectados, porque nunca comparten la placenta), ocurre cuando se cruzan los vasos sanguíneos en la placenta compartida, provocando que un bebé reciba mucho flujo sanguíneo mientras que el otro muy poco. Esta condición es peligrosa para los bebés, aunque no para la madre. Si lo detectan en tu embarazo, tu médico podría optar por usar amniocentesis para drenar el exceso de fluido, mejorando el flujo sanguíneo en la placenta y reduciendo el riesgo de parto prematuro. La cirugía con láser para sellar la conexión entre los vasos sanguíneos es otra opción que tu médico puede considerar. Si estás lidiando con TTTS, consulta fetalhope.org para mayor información y recursos.
Un embarazo múltiple también puede incidir sobre la salud de la futura mamá:
Preeclampsia.
Mientras más bebés tengas, más placenta cargarás a bordo. Esta placenta extra (junto con las hormonas extra que conlleva tener dos bebés) puede provocar hipertensión sanguínea, que a su vez puede desembocar en preeclampsia. Ésta afecta a una de cada cuatro madres de mellizos y, por lo general, se detecta tempranamente gracias a un cuidadoso control de tu médico. Para saber más sobre esta afección y las opciones de tratamiento, consulta la página 590.
Diabetes gestacional.
Las mamás que esperan múltiples tienen una probabilidad ligeramente mayor de padecer diabetes gestacional que una mamá que espera sólo un bebé. Eso probablemente se debe a que los altos niveles de hormonas pueden interferir con la capacidad de la madre para procesar insulina. Por lo general, la dieta puede controlar (o incluso prevenir) esta afección, pero a veces se necesita una dosis extra de insulina (consulta la página 589 para leer más al respecto).
Problemas con la placenta.
Las mamás con embarazos múltiples corren un riesgo ligeramente mayor de complicaciones como placenta previa (placenta baja) o desprendimiento de la placenta (separación prematura de la placenta). Afortunadamente, una cuidadosa atención (que estarás recibiendo) puede detectar placenta previa mucho antes de que plantee un riesgo significativo. El desprendimiento no puede detectarse antes de que ocurra, pero como tu embarazo es controlado rigurosamente, pueden tomarse medidas para evitar complicaciones si es que se da el caso.
“¿Tendré que hacer reposo en cama sólo porque estoy esperando mellizos?”
¿Reposar o no en la cama? Ésa es la pregunta que se hacen muchas futuras mamás de mellizos, y para muchos médicos la respuesta no siempre es fácil. Eso se debe a que no hay una respuesta fácil. El jurado obstétrico sigue sin decidir si el reposo en cama ayuda a prevenir las complicaciones a veces asociadas a un embarazo múltiple (como parto prematuro y preeclampsia). Por eso mientras tanto, hasta que se tenga más información, algunos médicos lo recomiendan en ciertos casos. Mientras más bebés lleve la embarazada, es más probable que le prescriban reposo, ya que el riesgo de complicaciones crece con cada feto adicional.
Conversa con tu médico al inicio de tu embarazo acerca de cuál es su filosofía respecto al reposo en cama. Algunos médicos lo aconsejan rutinariamente para todas las embarazadas de más de un bebé (a menudo a partir de las 24 y las 28 semanas). Cada vez más se hace en base a caso por caso, en una actitud de cautelosa espera.
Si te recomiendan descansar en la cama, consulta la página 615 para leer consejos acerca de cómo sobrellevarlo. Y ten en cuenta que aunque no te envíen a la cama, tu médico probablemente te aconsejará que te tomes el embarazo con calma, que disminuyas tus tareas y que evites estar de pie por mucho tiempo tanto como te sea posible durante la segunda mitad de tu embarazo… por lo tanto, prepárate a descansar.
“He oído hablar del síndrome del mellizo desaparecido. ¿Qué es eso?”
Detectar los embarazos múltiples tempranamente mediante la tecnología del ultrasonido tiene muchas ventajas, porque mientras más pronto tú y tu médico descubran que llevas dos (o más) bebés que cuidar, mejor será la atención que puedas tener. Pero a veces saberlo demasiado pronto tiene su desventaja. Una temprana identificación de embarazos de mellizos también revela pérdidas que antes de los ultrasonidos no se detectaban.
La pérdida de uno de los dos mellizos durante el embarazo puede ocurrir en el primer trimestre (a menudo antes de que la madre sepa siquiera que espera mellizos) o, menos frecuentemente, más adelante en el embarazo. Durante una pérdida en el primer trimestre, el tejido del mellizo abortado suele ser reabsorbido por la madre. Este fenómeno, conocido como el síndrome del mellizo desaparecido, ocurre en un 20% a 30% de los embarazos múltiples. La documentación sobre el síndrome del mellizo desaparecido ha aumentado significativamente en las últimas décadas, a medida que se han hecho rutinarios los exámenes de ultrasonidos, el único medio para asegurarte a comienzos del embarazo que esperas mellizos. Los investigadores reportan más casos de este fenómeno en mujeres mayores de 30 años, aunque eso podría deberse a que las madres de más edad en general tienen mayores tasas de embarazos múltiples, especialmente con el uso de tratamientos de fertilidad.
Rara vez se presenta algún síntoma cuando ocurre la pérdida temprana de uno de los mellizos, aunque algunas madres experimentan calambres leves, sangrado o dolor pélvico, similar al de un aborto espontáneo (aunque ninguno de estos síntomas es una indicación segura de tal pérdida). Una disminución en los niveles hormonales (detectados en exámenes tempranos) también podría indicar que se ha perdido un feto.
La buena noticia es que cuando ocurre el síndrome del mellizo desaparecido en el primer trimestre, la madre suele experimentar un parto normal y da a luz a un bebé saludable sin complicaciones ni intervenciones. En el caso mucho menos probable de que un mellizo muera en el segundo o tercer trimestre, el bebé restante podría correr un mayor riesgo de restricción del crecimiento intrauterino, y la madre de parto prematuro, infección o sangrado. El bebé debe ser entonces vigilado cuidadosamente, como también el resto del embarazo para prevenir complicaciones.
Para consejos sobre cómo sobrellevar la pérdida de un mellizo en el útero, consulta la página 628.
TODO ACERCA DE …
Probablemente has pasado mucho tiempo preguntándote (bueno, quizás obsesionándote) sobre el día en que darás a luz a tu esperado bebé. Todo nacimiento es una jornada inolvidable, pero si tienes mellizos (o más), la tuya no será probablemente la típica historia que has escuchado sobre los partos de las mamás que tienen un solo bebé. No es de sorprender que la situación pueda volverse un poquito más complicada en el caso de que tengas dos o más bebés que se dirigen al canal de salida… como también mucho más interesante.
¿Tu parto y alumbramiento requerirán el doble de esfuerzo? ¿Cuál será el modo ideal de que tus recién nacidos lleguen a tus brazos? Las respuestas pueden depender de muchos factores, como la posición fetal, tu salud y la seguridad de los bebés, entre otros. Los nacimientos múltiples tienen más variables –y más sorpresas– que los de un solo bebé. Pero como recibirás dos (o más) por el precio de un solo parto, tu nacimiento múltiple será un muy buen trato independientemente del trabajo que te dé. Y recuerda que cualquier ruta que tus bebés sigan desde tu útero apretado hasta tu aún más apretado abrazo, el mejor modo es el que resulte más saludable y seguro para ellos y para ti.
¿En qué se diferenciará tu proceso de parto del de una madre de un solo bebé? Éstas son algunas posibilidades:
Podría ser más corto. ¿Tendrás que soportar el doble de dolor para atesorar el doble de alegría? No. De hecho, en lo que respecta al parto, probablemente tendrás un agradable alivio (por fin). La primera etapa del parto suele ser más breve en estos casos, lo que significa que podrías necesitar menos tiempo para llegar al momento en que puedas empezar a empujar, si darás a luz vaginalmente. ¿La desventaja? Que llegarás más pronto a la parte dura del parto.
O podría ser más largo. Como el útero de la mamá que espera más de un bebé está superestirado, las contracciones son a veces más débiles. Y contracciones más débiles podrían significar mayor tiempo para dilatarse completamente.
Serás controlada con mayor rigurosidad. Como tu equipo médico tendrá que tener el doble de cuidado durante el parto, te vigilará más que en la mayoría de los partos en que se espera un solo bebé. Durante todo el proceso probablemente te conectarán a dos (o más) monitores fetales para que tu médico controle cómo responde cada bebé a tus contracciones. Al comienzo, podrían controlar el latido cardíaco de los bebés con monitores externos, lo que podría permitirte quitártelos periódicamente para dar unos pasos o entrar en la tina de hidromasaje para aliviar el dolor. En las etapas posteriores del proceso de parto, el Bebé A (el más cercano a la salida) podría ser vigilado internamente con un electrodo en el cuero cabelludo, mientras el Bebé B seguirá siendo controlado externamente. Al estar conectada a una maquina ya no podrás dar paseos por los pasillos (aunque a esta altura, ya se te habrán pasado todas las ganas de caminar). Asegúrate de discutir con tu médico el monitoreo fetal y cómo afectará tu movilidad.
Probablemente te administrarán una epidural. Si estás interesada en recibirla, te alegrará saber que las epidurales son firmemente recomendadas –o aun exigidas– en los partos de más de un bebé, en el caso de que sea necesaria una cesárea de emergencia. Si quieres evitar la epidural, habla con tu médico, porque las políticas de los profesionales y los hospitales difieren en este tema.
Probablemente darás a luz en una sala de operaciones. La mayoría de los hospitales lo requiere, para mayor seguridad (y en caso de que una cesárea de emergencia sea necesaria). Es probable que pases el proceso de parto en una habitación acogedora con bonitas cortinas y cuadros relajantes en las paredes, pero cuando llegue el momento de empujar, probablemente te trasladarán a la sala de operaciones.
Esto es lo que puedes esperar al dar a luz a mellizos:
Alumbramiento vaginal.
Aproximadamente la mitad de todos los mellizos nacidos en estos días llega al mundo de la manera tradicional, pero eso no significa que la experiencia sea igual que para las mamás que tienen un solo bebé. Una vez que estás completamente dilatada, la salida del Bebé A podría ser bastante sencilla (“¡sólo me hizo falta empujar tres veces!”) o una odisea interminable (“¡me tomó tres horas!”). Aunque este último panorama no es nada seguro, algunas investigaciones han demostrado que la fase en la que debes empujar (etapa dos), suele ser más larga en el parto de mellizos que en el de un solo bebé. El segundo mellizo en un parto vaginal suele llegar de 10 a 30 minutos después del primero, y la mayoría de las madres dice que el nacimiento del Bebé B es tarea fácil comparado con el del Bebé A. Dependiendo de la posición del Bebé B, éste podría necesitar alguna ayuda del médico, que puede intervenir moviendo la cabecita hacia el canal del parto (versión interna) o usando la extracción con ventosa para acelerar su salida. La posibilidad de este tipo de intervención es otro motivo por el cual muchos médicos aconsejan enérgicamente la epidural para las mamás que esperan más de un bebé. (Sentir un brazo en el útero mientras intenta sacar a un bebé no es tarea fácil sin anestesia).
Alumbramiento mixto.
En pocos casos (muy rara vez), el Bebé B debe nacer por cesárea, después del nacimiento vaginal del Bebé A. Esto sólo se efectúa cuando se produce una situación de emergencia que pone en riesgo al Bebé B, como desprendimiento de la placenta o prolapso del cordón. (Todos esos monitores superimportantes le indican a tu médico cómo está el Bebé B después de la llegada del Bebé A). El alumbramiento mixto no es precisamente divertido para la mamá: llegado el momento puede ser muy alarmante y, después del nacimiento de los bebés, viene la recuperación tanto de un parto vaginal como de una operación quirúrgica abdominal, es decir, dolor por partida doble. Pero cuando es necesario, puede ser un procedimiento que salve la vida del bebé, y eso bien vale la pena.
Cesárea programada.
Tu médico lo discute contigo por anticipado y fija una fecha. Los motivos posibles para este plan incluyen que hayas tenido una cesárea anterior (el nacimiento vaginal después de una cesárea, no es práctica común para cuando se espera más de un bebé), placenta previa u otras afecciones obstétricas o médicas, o posiciones fetales que hagan inseguro el parto vaginal. En la mayoría de las cesáreas, tu pareja puede acompañarte hasta la sala de operaciones, donde probablemente te administrarán bloqueo espinal (una versión ampliada de la epidural usada para bloquear el dolor en un parto vaginal). Podrías sorprenderte de la rapidez del proceso después de que te anestesian: los nacimientos del Bebé A y el Bebé B ocurrirán en un intervalo de pocos segundos a uno o dos minutos.
Cesárea imprevista.
Una cesárea no programada es otro posible camino de entrada de tus bebés al mundo. En este caso podrías ir a tu cita semanal prevista y descubrir que vas a conocer a tus bebés ese mismo día. Es mejor estar preparada, y por eso en las últimas semanas del embarazo, asegúrate de tener tu bolso preparado para partir. ¿Cuáles son los motivos de una cesárea imprevista? La restricción del crecimiento intrauterino (cuando los bebés se quedan sin espacio para crecer) o un agudo aumento en tu presión sanguínea (preeclampsia). Otra posibilidad surge si tu proceso de parto se prolonga mucho tiempo sin registrar progresos. Un útero que soporta 10 o más libras de bebés podría estar demasiado esti rado para contraerse efectivamente, de modo que una cesárea podría ser la única salida.
¿Te preguntas si tus trillizos están destinados a tomar la ruta de salida abdominal? La cesárea es el procedimiento más utilizado en el caso de trillizos, no sólo porque es lo más seguro, sino porque son más comunes en los partos de alto riesgo (una categoría en la que siempre entran los trillizos) y porque son más comunes en las mamás de mayor edad (que dan a luz a la mayoría de los trillizos). Pero algunos médicos dicen que el parto vaginal puede ser una opción en el caso de que el Trillizo A (el más cercano a la puerta de salida) tenga una presentación de cabeza y no se den otras complicaciones (como preeclampsia en la madre o sufrimiento fetal en uno o más de los bebés). En algunos pocos casos, el primer bebé o el primero y segundo podrían nacer vaginalmente, y el último requerir cesárea. Por supuesto, más importante que dar a luz vaginalmente a los tres, es que ustedes cuatro salgan de la sala de operaciones en buenas condiciones, y toda ruta que se tome para ese fin será un éxito.