NO TENGO PALABRAS PARA AGRADECER A ARLENE EISENBERG,
MI PRIMERA Y MáS IMPORTANTE COLABORADORA EN WHAT TO EXPECT.
TU LEGADO DE BONDAD, COMPASIÓN E INTEGRIDAD PERDURAN ETERNAMENTE;
SERÁS AMADA Y RECORDADA POR SIEMPRE.
SI HAY ALGO QUE HE APRENDIDO EN los últimos 23 años, es que los niños no se crían solos… ni tampoco los libros se escriben solos (sin importar cuántas horas te quemes las pestañas mirando la pantalla en blanco).
Afortunadamente, no he tenido que cargar sola con ninguna de las dos tareas. Para la crianza infantil (oficialmente concluida aunque, seamos sinceros, ¿se termina alguna vez?), he tenido el mejor colaborador de paternidad… mi marido Erik, quien también es mi socio en Qué Puedes Esperar Cuando Estás Esperando. Para escribir el libro, he contado con el aporte de colegas y amigos que contribuyeron con su apoyo, sus sugerencias e ideas para la creación (y re-creación, re-creación… re-creación) de cuatro ediciones de Qué Puedes Esperar® Cuando Estás Esperando.
Algunas de esas manos amigas han pasado y se han ido, pero otras se han mantenido a mi lado desde el primer día y la primera edición. Mil gracias a:
Sandee Hathaway por todas tus valiosas contribuciones a Qué Puedes Esperar Cuando Estás Esperando. Eres una gran hermana y sobre todo una gran amiga.
Suzanne Rafer, editora y amiga, que guiaste fielmente Qué Puedes Esperar Cuando Estás Esperando desde la concepción hasta la entrega nada menos que cuatro veces, poniendo el punto a cada i y el palito en cada t, eliminando todo juego de palabras involuntario (y algún par de paréntesis). ¿Qué se encierra en un nombre? En lo que respecta a Qué Puedes Esperar Cuando Estás Esperando, mucho… y tenemos que agradecer a Suzanne por el memorable apodo que ayudó a lanzar no solamente 29 millones de ejemplares, sino también cientos de titulares, tiras cómicas y parodias.
Peter Workman, editor de integridad poco común y un compromiso a toda prueba, quien creyó en nuestro libro cuando las librerías no lo hacían, que permitió que las raíces de Qué Puedes Esperar Cuando Estás Esperando fueran arraigándose lentas pero seguras, que nunca abandonó la pequeña serie en potencia, y que cumplió.
Todos los demás en Workman que contribuyeron a nuestra más reciente entrega: David Matt, por creer en la evolución (de Cover Mom), por asumir riesgos artísticos y supervisar nuestra exigente y exitosa remodelación total. John Gilman, por tu paciencia extrema en esta remodelación extrema, y por hacer posible la magia de las ilustraciones. Lisa Hollander, por ser siempre mi diseñadora femenina favorita, como también Weiheng Tang. Tim O’Brien por infundir vida a Cover Mom, The Next Generation, y por hacer que finalmente tomara vuelo. Lynette Parmentier por recrear el fondo de nuestra portada como si fuera una colcha de verdad. Karen Kuchar por dibujar nuestras mamis (¡casi me hace desear volver a quedar embarazada!) y Tom Newsom por nuestros fetos fabulosos. Irene Demchyshyn por ir con la corriente y ayudar a mantenerla en movimiento. Y mis otros amigos fantásticos en Workman, incluyendo Suz2 (Suzie Bolotin), Helen Rosner, Beth Doty, Walter Weintz, Jenny Mandel, Kim Small y Amy Corley.
Mi otra colaboradora, Sharon Mazel. Tú eres mi yo en miniatura, mi otra (y mejor) mitad, mi mejor amiga. Y te quiero. A la hermosa Daniella, Arianne, Kira y Sophia, por compartir a su notable mami conmigo (y por enfermarte y fracturarte sólo en caso de extrema necesidad). Y al médico de la casa, Jay, por sus estupendas lecciones de biología y su bondad, pero sobre todo, por dejarme ser la otra mujer en la vida de Sharon.
El Dr. Charles Lockwood, nuestro notable asesor médico, por tu consejo conciso y certero, tu atención meticulosa a todo detalle (médico y otro), y tu evidente compasión por las mamás y los bebés. Realmente es increíble todo lo que sabes y lo que haces (me agota sencillamente leer tu hoja de vida), y cuánto te preocupas.
Steven Petrow (MG), Mike Keriakos, Ben Wolin, Jim Curtis (CSOB), Sarah Hutter y todos mis maravillosos amigos y colaboradores en Waterfront Media, por convertir en realidad nuestra visión de whattoexpect.com y What to Expect. Gracias, también, a la sorprendente comunidad de mamis, no solamente por hacer de nuestro sitio web el lugar especial que es, sino también por compartir conmigo todos los días sus vientres, bebés e infantes.
Los otros dos compañeros de mi vida (una chica puede malacostumbrarse): Marc Chamlin, por tu ojo de águila en cuestiones legales, tu sagacidad comercial, tu apoyo y amistad inagotable; y Allan Nevis, por tu dirección magistral, tu tacto fenomenal, y tu paciencia, persistencia y apoyo sin límites.
Jennifer Geddes y Fran Kritz, por ayudarnos a corregir nuestros datos (¡revisar, revisar, revisar!) Dra. Jessica Wu, por tu impecable consejo sobre el cuidado de la piel durante el embarazo, y el Dr. Howie Mandel, por ser tolerante frente a las preguntas de What to Expect que le hago en cada edición. Y siempre, a la permanente fuente de inspiración Lisa Bernstein, directora ejecutiva de la Fundación What to Expect, por concretar milagros (milagros hechos y derechos), y a Zoe, “Oh, ese Teddy”, y Dan Dubno.
A Erik, mi compañero en todo lo que hago, siempre y para siempre, por todos los motivos enumerados antes, y más de los que puedo enumerar. No hay nadie más con quien preferiría mezclar negocios y placer. Y te amo por siempre. Y hablando de amor, a mi orgullo y alegría (no digo quién es quién), Emma (la bebé que dio origen a todo) y Wyatt (el bebé que le siguió). Los amo, chicos. Me han hecho una mamá afortunada.
El adorable Howard Eisenberg, padre y amigo (no necesariamente en ese orden); Victor Shargai (y John Aniello) por vuestro amor y apoyo, y a los mejores suegros del mundo, Abby y Norman Murkoff. Y a Rachel, Ethan y Liz, los tres fantásticos de Sandee, y a Tim, su Número Uno.
A ACOG, por ser promotores de mujeres y bebés, y a todos los médicos, parteras, enfermeras y practicantes de enfermería que trabajan día a día para permitir embarazos más seguros y felices para las familias en la dulce espera. Y sobre todo, a todas las mamás expectantes, primerizas y veteranas (y los papás) que han contribuido a hacer que cada edición de Qué Puedes Esperar Cuando Estás Esperando fuese mejor que la anterior. Lo he dicho antes y lo repito: los padres y madres son mi más valioso recurso, de modo que ¡sigan enviando sus tarjetas, cartas y correos electrónicos!
Una y otra vez gracias, a todos… ¡y que se cumplan sus mejores expectativas!