YZUF y AURELIO.
YZUF Trecientos escudos di,
Aurelio, por la doncella.
Esto di al turco, que a ella
alma y vida le rendí;
y es poco, según es bella. 5
Vendiómela de aburrido,
que dice que no ha podido,
mientras la tuvo en poder,
en ningún modo atraer
al amoroso partido. 10
Púsela en casa de un moro,
sin osarla traer acá,
y allí está donde ella está
todo mi bien y tesoro,
y la gloria que amor da. 15
Allí se ve la bondad
junto con la crueldad
mayor que se vio en la tierra;
y juntas, sin hacer guerra,
belleza y honestidad. 20
No pueden prometimientos
ablandar su duro pecho.
Veme en lágrimas deshecho,
y ofrece siempre a los vientos
cuantos servicios la he hecho. 25
No echa de ver su ventura,
ni cómo el dolor me apura
poco a poco sospirando;
antes, cuando yo más blando,
entonces ella más dura. 30
A casa quiero traella
y reclinar en tu mano
mi gozo más soberano:
quizá tú podrás movella,
siendo, como ella, cristiano; 35
y desde aquí te prometo
que, si conduces a efecto
mi amorosa voluntad,
de darte la libertad
y serte amigo perfecto. 40
AURELIO En todo lo que quisieres,
he, señor, de complacerte,
por ser tu esclavo y por verte
que melindres de mujeres
te tengan de aquesa suerte. 45
¿De qué nación es la dama
que te enciende en esa llama
sin mirar a su interés?
YZUFEspañola dicen que es.
AURELIO¿Y el nombre?
YZUFSilvia se llama. 50
AURELIO ¿Silvia? Una Silvia venía
adonde yo cautivé,
y, según que la miré,
no en tanto allá se tenía.
YZUFÉsa es: yo la compré. 55
AURELIO Si ella es, yo sé decir
que es hermosa sin mentir,
y que no es tan cruda altiva,
que su condición esquiva
a ninguno hace morir. 60
Traéla a casa, señor, luego,
y ten las riendas al miedo;
y tú verás, si yo puedo,
cómo a mis manos y ruego
amaina el casto denuedo. 65
YZUF Yo voy; y, mientras se ordena
su venida, por estrena
del contento que me has dado,
yo diré a mi renegado
que te quite esa cadena. 70
(Vase YZUF y queda AURELIO solo.)
AURELIO ¿Qué es esto, cielos? ¿Qué he oído?
¿Es mi Silvia? Silvia es, cierto.
¿Es posible, oh hado incierto,
que he de ver quien me ha tenido
vivo en muerte, en vida muerto? 75
Ésta es mi Silvia, a quien llamo,
a quien quiero y a quien amo
más que a todo lo del suelo.
¡Gracias hago y doy al cielo,
que a los dos ha dado un amo! 80
Tregua tendrán mis enojos
entre tanta desventura,
pues, por estraña ventura,
vendrán a mirar mis ojos
tu sin igual hermosura. 85
Y si della está rendido
mi amo, está conocido
que quien la supo mirar
es imposible escapar
de preso o de malherido. 90
Y, pues que con tales bríos
él descubre sus amores,
si nos vemos, sus dolores
se callarán y los míos
te diré, que son mayores. 95
Y, mientras pudiere ver
tu hermosura y gentil ser,
templaré mi desconsuelo,
hasta que disponga el cielo
de entrambos lo que ha de ser. 100
(Vase AURELIO, y entran mercaderes moros, primero y segundo; y padre y madre y dos hijos cautivos. Un pregonero; MAMÍ, soldado cosario.)
MERCADER En fin, Aydar, ¿que en Cerdeña
habéis hecho la galima?
MAMÍSí; y aun no de poca estima,
según se vio en la reseña.
MERCADER 2.º Dícennos que os dieron caza 105
de Nápoles las galeras.
MAMÍSí dieron, mas no de veras,
que el peso las embaraza.
El ladrón que va a hurtar,
para no dar en el lazo, 110
ha de ir muy sin embarazo
para huir, para alcanzar.
Las galeras de cristianos,
sabed, si no lo sabéis,
que tienen falta de pies 115
y que no les sobran manos;
y esto lo causa que van
tan llenas de mercancías,
que, si bogasen dos días,
un pontón no tomarán. 120
Nosotros, a la ligera,
listos, vivos como el fuego,
y, en dándonos caza, luego
pico al viento y ropa fuera,
las obras muertas abajo, 125
árbol y entena en crujía,
y así hacemos nuestra vía
contra el viento sin trabajo;
y el soldado más lucido,
el más flaco y más membrudo, 130
luego se muestra desnudo
y del bogavante asido.
Pero allá tiene la honra
el cristiano en tal estremo,
que asir en un trance el remo 135
le parece que es deshonra;
y, mientras ellos allá
en sus trece están honrados,
nosotros, dellos cargados,
venimos sin honra acá. 140
MERCADER 1.º Esa honra y ese engaño
nunca salga de su pecho,
pues nuestro mayor provecho
nace de su propio daño.
Un mozo de poca edad 145
destos sardos comprar quiero.
MAMÍYa los trae el pregonero
vendiendo por la ciudad.
MERCADER 2.º ¿Hay españoles entre ellos?
MAMÍSí hay; que también tomamos 150
una nave, y allí hallamos
hasta viente y cuatro dellos.
(Entra el pregonero, con el padre y la madre y los dos muchachos y un niño de teta a los pechos.)
PREGONERO ¿Hay quien compre los perritos,
y el viejo, que es el perrazo,
y la vieja y su embarazo? 155
Pues, ¡a fe que son bonitos!
Déste me dan ciento y dos;
déste docientos me dan;
pero no los llevarán.
¡Pasá acá, perrazo, vos! 160
HIJO ¿Qué es esto, madre? ¿Por dicha
véndennos aquestos moros?
MADRESí, hijo; que sus tesoros
los crece nuestra desdicha.
PREGONERO ¿Hay quien a comprar acierte 165
el niño y la madre junto?
MADRE¡Oh amargo y terrible punto,
más terrible que la muerte!
PADRE ¡Sosegad, señora, el pecho;
que si mi Dios ha ordenado 170
ponernos en este estado,
Él sabe por qué lo ha hecho!
MADRE Destos hijos tengo pena,
que no sé por dónde han de ir.
PADREDejad, señora, cumplir 175
lo que el alto cielo ordena.
MERCADER 1.º ¿Qué han de dar déste, decí?
PREGONEROCiento y dos escudos dan.
MERCADER ¿Por ciento y diez darlo han?
PREGONERONo, si no pasáis de ahí. 180
MERCADER ¿Está sano?
PREGONEROSano está.
MERCADER Ábrele la boca.
Abre; no tengas temor.
HIJO¡No me la saque, señor;
que ella misma se cairá!
MERCADER ¿Piensa que sacalle quiero 185
el rapaz alguna muela?
HIJO¡Paso, señor, no me duela;
tenga, quedo, que me muero!
MERCADER 2.º Destotro, ¿cuánto dan dél?
PREGONERODocientos escudos dan. 190
MERCADER 2.º¿Y por cuánto le darán?
PREGONEROTrecientos piden por él.
MERCADER 1.º Si te compro, ¿serás bueno?
HIJOAunque vos no me compréis,
seré bueno.
MERCADER 2.º¿Serlo heis? 195
HIJOYa lo soy, sin ser ajeno.
MERCADER 1.º Por éste doy ciento y treinta.
PREGONEROVuestro es: venga el dinero.
MERCADER 1.ºEn casa dároslo quiero.
MADREEl corazón me revienta. 200
MERCADER 1.º Comprad, compañero, esotro.
Ven, niño, vente a holgar.
HIJONo, señor; no he de dejar
mi madre por ir con otro.
MADRE Ve, hijo, que ya no eres 205
sino del que te ha comprado.
HIJO¡Ay, madre! ¿Habéisme dejado?
MADRE¡Ay, cielo, cuán crudo eres!
MORO Anda, rapaz, ven conmigo.
HIJOVámonos juntos, hermano. 210
HERMANONo puedo, ni está en mi mano.
PADREEl cielo vaya contigo.
MADRE ¡Oh, mi bien y mi alegría,
no se olvide de ti Dios!
HIJO¿Dónde me llevan sin vos, 215
padre mío y madre mía?
MADRE ¿Quïeres que hable, señor,
a mi hijo aun no un momento?
Dame este breve contento,
pues es eterno el dolor. 220
MORO Cuanto quisieres le di,
pues será la vez postrera.
MADRESí, pues ésta es la primera
que en este trance me vi.
HIJO Tenedme con vos aquí, 225
madre, que voy no sé dónde.
MADRELa ventura se te asconde,
hijo, pues yo te parí.
Hase escurecido el cielo,
turbado los elementos, 230
conjurado mar y vientos
todos en tu desconsuelo
No conoces tu desdicha,
aunque estás bien dentro della,
puesto que el no conocella 235
lo puedes tener a dicha.
Lo que te ruego, alma mía,
pues el verte se me impide,
es que nunca se te olvide
rezar el Avemaría; 240
que esta reina de bondad,
de virtud y gracia llena,
ha de limar tu cadena
y volver tu libertad.
MORO ¡Mirad la perra cristiana 245
qué consejo da al muchacho!
¡Sí que no estaba él borracho
como tú, sin seso, vana!
HIJO Madre, al fin, ¿que no me quedo?
¿Que me llevan estos moros? 250
MADREContigo van mis tesoros.
HIJOA fe que me ponen miedo.
MADRE Más miedo me queda a mí
de verte ir donde vas,
que nunca te acordarás 255
de Dios, de ti, ni de mí;
porque esos tus tiernos años,
¿qué prometen sino aquesto,
entre inicua gente puesto,
fabricadora de engaños? 260
PREGONERO ¡Calla, vieja y mala pieza,
si no quieres, por más mengua,
que lo que dice tu lengua
que lo pague la cabeza!
¿Destotro hay quien me dé mas? 265
Que es mas bello y más lozano
que no es el otro su hermano.
MERCADER 2.º¡Sus!, ¿en cuánto le darás?
PREGONERO ¿No os he dicho que trecientos
escudos de oro por cuenta? 270
MERCADER 2.º¿Quies docientos y cincuenta?
PREGONEROEs dar voces a los vientos.
MERCADER 2.º Enamorado me ha
el donaire del garzón;
yo los doy en conclusión. 275
PREGONERODinero o señal me da.
MERCADER 2.º Cómo te llamas me di.
HIJOSeñor, Francisco me llamo.
MERCADER 2.ºPues que has mudado de amo,
muda el Francisco en Mamí. 280
HIJO ¿Para qué es mudar el nombre,
si no ha de mudar la fe?
MERCADER 2.ºEso agora no lo sé.
HIJONo hay castigo que me asombre.
MERCADER 2.º Alto, venidos tras mí. 285
HIJO¡Amados padres, adiós!
PADRE¡El mesmo vaya con vos!
MADRE¡Francisco!
MERCADER 2.ºNo, no: Mamí.
HIJO Eso no, señor patrón:
Francisco me has de llamar. 290
MERCADER 2.ºEl palo os hará trocar
el nombre y aun la intención.
HIJO Pues me aparta el hado insano
de vos, señor, ¿qué mandáis?
PADRESólo, hijo, que viváis 295
como bueno y fiel cristiano.
MADRE Hijo, no las amenazas,
no los gustos y regalos,
no los azotes y palos,
no los conciertos y trazas, 300
no todo cuanto tesoro
cubre el suelo, el cielo visto,
te mueva a dejar a Cristo
por seguir al pueblo moro.
HIJO En mí se verá, si puedo, 305
y mi buen Jesús me ayuda,
cómo en mi alma no muda
la fe, la promesa o miedo.
PREGONERO ¡Oh, qué cristiano se muestra
el rapaz! Pues ¡yo os prometo 310
que alcéis con sancto aprïeto
la flecha y la mano diestra!
Estos rapaces cristianos,
al principio muchos lloros,
y luego se hacen moros 315
mejor que los más ancianos.
(Sálense, y entran YZUF y SILVIA.)
YZUF Dejad, Silvia, el llanto agora;
poned tregua al ansia brava,
que no os compré para esclava,
sino para ser señora. 320
Mirad que imagino y creo
que vuestra gran desventura,
para daros más ventura
ha traído este rodeo.
Con vos Fortuna en su ley 325
no usa de nuevas leyes:
que esclavos se han visto reyes,
aunque vos sois más que rey.
Limpiad los húmedos ojos,
que sujectan cuanto miran, 330
y, al tiempo que se retiran,
llevan de almas los despojos;
y no cubra el blanco velo
esa divina hermosura,
que es como la nieve pura, 335
que impide la luz del cielo.
SILVIA Esme ya tan natural,
señor, el llanto y tormento,
que, si me deja un momento,
lo tengo por mayor mal; 340
y, aunque así estoy, estaré
alegre al obedeceros,
pues distes tantos dineros
por mí sin saber por qué;
que, si acaso lo habéis hecho 345
pensando sacar de mí
gran rescate, desde aquí
se apoca vuestro provecho;
porque os prometo, señor,
que de miseria y pobreza 350
tengo cuanto de riqueza,
si la riqueza es dolor;
y de dolor soy tan rica,
cuanto, por darme pasión,
este caudal la ocasión 355
por puntos le multiplica.
YZUF Silvia, vives engañada:
que yo no quiero de ti
sino que quieras de mí
ser servida y respectada; 360
que el provecho que yo espero,
Silvia, de haberte comprado,
es ver tu rostro estremado
y no doblar el dinero;
que el Amor, que se mejora 365
en mostrar su fuerza brava,
me ha hecho esclavo de mi esclava,
esclava que es mi señora;
y quedo tan satisfecho
de perder la libertad, 370
que alabo la crueldad
deste crudo y nuevo hecho.
Y, porque lo que aquí digo
lo entiendas, Silvia, mejor,
nunca me llames señor, 375
sino siervo o caro amigo.
SILVIA Aunque tamaña mudanza
hace fortuna en mi estado,
no creo se me ha olvidado
el término de crianza. 380
Bien sé cómo he de llamarte,
y sé que es de obligación
que en lo que fuera razón
procure de contentarte.
YZUF Tu habla tan comedida, 385
tu donaire, gracia y ser,
claro me dan a entender
que eres, Silvia, bien nacida;
y, aunque pudiera esperar
de ti un rescate crecido, 390
a tal término he venido,
que tú me has de rescatar.
Mas, en tanto que a la clara
veas cuanto hago por ti,
ven, Silvia, vente tras mí: 395
verás a tu ama Zahara.
SILVIA Vamos, señor, en buen hora.
YZUFSilvia, no tanto «señor»,
pues mi ventura y amor
os ha hecho a vos mi señora. 400
(Sale ZAHARA.)
ZAHARA Seáis, Yzuf, bien llegado.
¿Cúya es la esclava rumía?
SILVIAVuestra soy, señora mía.
YZUFVerdad es: yo la he comprado.
ZAHARA Por cierto, la compra es bella 405
si cual hermosa es honesta.
Decid, señor, ¿cuánto os cuesta?
YZUFDado he mil doblas por ella.
ZAHARA ¿Espera ser rescatada?
YZUFDe muy rica tiene fama. 410
ZAHARA¿Su nombre?
YZUFSilvia se llama.
ZAHARA¿Es doncella o es casada?
SILVIA Casada soy y doncella.
ZAHARA¿Cómo es eso, Silvia? Di.
SILVIASeñora, ello es ansí, 415
que ansí lo quiso mi estrella.
El cielo me dio marido,
no para que le gozase,
sino para que quedase
yo perdida y él perdido. 420
(Aquí entra un moro diciendo:)
MORO Yzuf, a llamarte envía
apriesa el rey nuestro, Azán.
YZUF¿Dónde está agora?
MOROEn Duán,
metido en grande agonía.
Amet, jenízar agá, 425
y los bolucos bajíes,
y también los debajíes
y oldajes están allá.
Hanse juntado a consejo
sobre que es averiguado 430
que el rey de España ha juntado
de guerra grande aparejo.
Dicen que va a Portugal,
mas témese no sea maña;
y es bien que tema su saña 435
Argel, que le hace más mal.
En la guerra hay mil ensayos
de fraude y de astucia llenos:
acullá suenan los truenos
y acá disparan los rayos. 440
YZUF Vamos: quel cielo, que toma
por suya nuestra defensa,
a España hará, con su ofensa,
sujecta y sierva a Mahoma.
Y vos, señora, ordenad 445
a Silvia lo que ha de hacer;
y vos, Silvia, a su querer
sujetad la voluntad.
(Vanse los dos, y quedan SILVIA y ZAHARA solas.)
ZAHARA Cristiana, di: ¿de adónde eres?
¿Eres pobre, o eres rica? 450
¿De suerte ensalzada, o chica?
No me lo niegues, si quieres,
porque soy, cual tú, mujer,
y no de entrañas tan duras
que tus tristes desventuras 455
no me hayan de enternecer.
SILVIA Señora, soy de Granada,
y de suerte ansí abatida,
cual lo muestra el ser vendida
a cada paso y comprada. 460
Dicen que fui rica un tiempo,
pero toda mi riqueza
se ha vuelto en mayor pobreza
y ha pasado con el tiempo.
ZAHARA ¿Has algún tiempo tenido 465
enamorado deseo?
SILVIAAl estado en que me veo,
el crudo Amor me ha traído.
ZAHARA ¿Fuiste acaso bien querida?
SILVIAFuilo; y quise con ventaja 470
tal, que apenas la mortaja
borrará fe tan subida.
ZAHARA ¿Fuiste querida primero,
o empezó el amor de ti?
SILVIAPrimero querida fui 475
del que quise, querré y quiero.
ZAHARA ¿Es mozo?
SILVIAY aun gentilhombre.
ZAHARA¿Es cristiano?
SILVIAPues ¡qué!, ¿moro?
¡No sale de su decoro
quien ha de cristiano el nombre! 480
ZAHARA ¿Y es pecado querer bien
a un moro?
SILVIAYo no sé nada;
sé que es cosa reprobada,
y a cristianas no está bien.
ZAHARA ¿Y querer mora a cristiano? 485
SILVIAEso tú mejor lo entiendes.
ZAHARA¡Ay, Silvia, cómo me ofendes
y me lastimas temprano!
SILVIA ¿Yo, mi señora? ¿En qué suerte?
ZAHARAEscucha y te lo diré; 490
que, en oyéndome, bien sé
que vendrás de mí a dolerte.
«Has de saber, ¡oh Silvia!, que estos días
partieron deste puerto con buen tiempo
doce bajeles, de cosarios todos, 495
y con próspero viento caminaron
la vuelta de las islas de Cerdeña;
y allí, en las calas, vueltas y revueltas,
y puntas que la mar hace y la tierra,
se fueron a esconder, estando alerta 500
si algún bajel de Génova o de España,
o de otra nación, con que no fuese
francesa, por el mar se descubría.
En esto, un bravo viento se levanta,
que maestral se llama, cuya furia 505
dicen los marineros que es tan fuerte,
que las tupidas velas y las jarcias
del más recio navío y más armado
no pueden resistirla, y es forzoso
acudir al abrigo más cercano, 510
si su rigor acaso lo concede.
Las levantadas ondas, el rüido
del atrevido viento detenía
los cosarios bajeles en las calas,
sin dejarles salir al mar abierto; 515
y en otra parte, con furor insano,
mostrando su braveza fatigaba
una galera de cristiana gente
y de riquezas llena, que, corriendo
por el hinchado mar sin remo alguno, 520
venía a su albedrío, temerosa
de ser sorbida de las bravas ondas;
pero después, a cabo de tres días,
del recio mar y viento contrastada,
descubrió tierra, y fue el descubrimiento 525
de su mayor dolor y desventura,
porque a la misma isla de San Pedro
vino a parar, adonde recogidos
estaban los bajeles enemigos,
los cuales, de la presa cudiciosos, 530
salen, y de furor bélico armados,
la galera acometen destrozada
y de solos deseos defendida.
Una pelota pasa en el momento
al capitán el pecho, y a su lado 535
del lusitano fuerte, muerto cae
un caballero ilustre valenciano.
El robo, las riquezas, los cativos
que los turcos hallaron en el seno
de la triste galera me ha contado 540
un cristiano que allí perdió la dulce
y amada libertad, para quitarla
a quien quiere rendirse a su rendido.»
Este cristiano, Silvia, este cristiano;
este cristiano es, Silvia, quien me tiene 545
fuera del ser que a moras es debido,
fuera de mi contento y alegría,
fuera de todo gusto, y estoy fuera,
que es lo peor, de todo mi sentido.
Compróle mi marido, y está en casa; 550
y, puesto que con lágrimas y ruegos,
con sospiros, ternezas y con dádivas,
procuro de ablandar su duro pecho,
al mío, que contino es blanda cera,
el suyo se me muestra de diamante; 555
ansí que, Silvia, hermana, como has dicho
que al cristiano no es lícito dé gusto
en cosas del amor a mora alguna,
tus razones me tienen ofendida,
y con aquesas mesmas se defiende 560
Aurelio, a quien ha hecho tan cristiano
el cielo para darme a mí la muerte.
SILVIA¿Aurelio dices que por nombre tiene,
señora, ese cristiano?
ZAHARAAnsí se llama.
SILVIALa galera que dices, según creo, 565
se llamaba San Pablo, y era nueva
y de la sacra religión de Malta.
Yo en ella me perdí, y aun imagino
que conozco a ese Aurelio, y es un mozo
de rostro hermoso y de nación hispana. 570
ZAHARASin duda has acertado, ¡ay, Silvia mía!
¿Quién es este enemigo de mi gloria?
¿Es caballero, o rústico villano?
Que todo lo parece en su apostura
y dura condición: el talle ilustre, 575
de la ciudad; la condición, del monte.
SILVIAA mí, pobre escudero me parece,
según en la galera se trataba;
que de su hacienda no sé más, señora.
ZAHARANi yo sé qué te diga, ¡oh Silvia, Silvia!, 580
sino que a tal estremo soy venida,
que le tengo de amar, sea quien se fuere.
Sólo te ruego que procures, Silvia,
de ablandar esta tigre y fiera hircana,
y atraerla con dulces sentimientos 585
a que sienta la pena que padece
esta mísera esclava de su esclavo;
y si esto, Silvia, haces, yo te juro
por todo el Alcorán de buscar modo
cómo con brevedad alegre vuelvas 590
al patrio dulce suelo deseado.
SILVIADeja, señora, al cargo a Silvia dello,
que tu verás lo que mi industria hace
por gusto tuyo y por provecho mío.
(AURELIO, solo.)
AURELIO ¡Oh sancta edad, por nuestro mal pasada, 595
a quien nuestros antiguos le pusieron
el dulce nombre de la Edad dorada!
¡Cuán seguros y libres discurrieron
la redondez del suelo los quen ella
la caduca mortal vida vivieron! 600
No sonaba en los aires la querella
del mísero cautivo, cuando alzaba
la voz a maldecir su dura estrella.
Entonces libertad dulce reinaba
y el nombre odioso de la servidumbre 605
en ningunos oídos resonaba.
Pero, después que sin razón, sin lumbre,
ciegos de la avaricia, los mortales,
cargados de terrena pesadumbre,
descubrieron los rubios minerales 610
del oro que en la tierra se escondía,
ocasión principal de nuestros males,
este que menos oro poseía,
envidioso de aquel que, con más maña,
más riquezas en uno recogía, 615
sembró la cruda y la mortal cizaña
del robo, de la fraude y del engaño,
del cambio injusto y trato con maraña.
Mas con ninguno hizo mayor daño
que con la hambrienta, despiadada guerra, 620
que al natural destruye y al estraño.
Ésta consume, abrasa, y echa por tierra,
los reinos, los imperios populosos,
y la paz hermosísima destierra,
y sus fieros ministros, codiciosos 625
más del rubio metal que de otra cosa,
turban nuestros contentos y reposos.
Y, en la sangrienta guerra peligrosa,
pudiendo con el filo de la espada
acabar nuestra vida temerosa, 630
la guardan de prisiones rodeada,
por ver si prometemos por libralla
nuestra pobre riqueza mal lograda.
Y así, puede el que es pobre y que se halla
puesto entre esta canalla al daño cierto 635
su libertad a Dios encomendalla,
o contarse, viviendo, ya por muerto,
como el que en rota nave y mar airado
se halla solo, sin saber dó hay puerto.
Y no tengo por menos desdichado 640
al que tiene con qué y el modo ignora
cómo llegar al punto deseado,
porque esta gente, do bondad no mora,
no dio jamás palabra que cumpliese,
como falsa, sin ley, sin fe y traidora. 645
Guardará por su dios al interese,
y do éste no interviene, no se espere
que por sola virtud bondad hiciese.
Aquí en diverso traje veo que muere
el ministro de Dios, y por su oficio 650
más abatido es, peor se quiere,
y el mancebo cristiano al torpe vicio
es dedicado desta gente perra,
do consiste su gloria y ejercicio.
¡Oh cielo santo! ¡Oh dulce, amada tierra! 655
¡Oh Silvia! ¡Oh gloria de mi pensamiento!
¿Quién de tu alegre vista me destierra?
Pero, si no me engaño, pasos siento.
Yzuf, mi amo, es éste que aquí viene.
¡Cuán ajeno de sí le trae el tormento! 660
YZUF Quien con amor amargo se entretiene,
y al duro yugo de su servidumbre
el flaco cuello ya inclinado tiene,
si del cielo no viene nueva lumbre
que aquella ceguedad de los sentidos 665
con claros rayos de razón alumbre,
todos estos remedios son perdidos;
que al fin irán por tierra derribados
los amigos consejos más sabidos.
Más viejos y más pláticos soldados 670
tiene el rey a su mando y su servicio;
déjeme a mí, que tengo otros cuidados;
mejor será que el trabajoso oficio
de reparar los fosos y muralla
entregue al que de Amor aún es novicio; 675
que yo más cruda y más fiera batalla
espero a cada paso, ¡ay suerte dura!,
que teme el alma y ha de atropellalla.
¡Oh Silvia, reina de la hermosura!,
por vos a los oficios doy de mano 680
que pudieran honrarme y dar ventura.
Pero, ¿qué es lo que he dicho? ¡Oh ciego insano!
¿No vale más gozar de aquellos ojos,
que ser señor del áureo suelo hispano?
Tu beldad, Silvia, adoro aquí de hinojos. 685
(AURELIO vuelve y, hallándole de rodillas, le dice:)
AURELIO ¿Son éstos los despojos, señor mío,
que el gran cuidado mío te procura?
Por cierto que es locura averiguada
mostrar tan derribada la esperanza.
Ten, señor, confianza; espera un poco, 690
que das muestras de loco en lo que haces.
YZUFPoco me satisfaces y contentas,
si consolarme tientas con razones.
¿Has visto las faciones de mi diosa?
AURELIOSeñor, no he visto cosa. ¿Es ya venida? 695
Si lo es, retraída está allá dentro.
YZUFSí está, y aun en el centro de mi pecho.
AURELIOTen cierto tu provecho desde hoy más.
YZUFVamos, y verla has, y ten cuidado
de lo que te he rogado, Aurelio amigo. 700
AURELIOEl cielo será dello buen testigo.
(Vanse, y sale FÁTIMA sola.)
FÁTIMA El esperado punto es ya llegado
que pide la no vista hechicería
para poder domar el no domado
pecho, que domará la ciencia mía. 705
Por la región del cielo, el estrellado
carro lleva la noche obscura y fría,
y la ocasión me llama do haré cosas
horrendas, estupendas, espantosas.
El cabello dorado al aire suelto 710
tiene de estar, y el cuerpo desceñido,
descalzo el pie derecho, el rostro vuelto
al mar adonde el sol se ha zabullido;
al brazo este sartal será revuelto
de las piedras preñadas que en el nido 715
del águila se hallan, y esta cuerda
con mi intención la virtud suya acuerda.
Aquestas cinco cañas, que cortadas
fueron en luna llena por mi mano,
en esta mesma forma acomodadas, 720
lo que quiero harán fácil y llano;
también estas cabezas, arrancadas
del jáculo, serpiente, en el verano
ardiente allá en la Libia, me aprovechan,
y aun estos granos si en el suelo se echan. 725
Esta carne, quitada de la frente
del ternecillo potro cuando nace,
cuya virtud rarísima, excelente,
en todo a mi deseo satisface,
envuelta en esta yerba, a quien el diente 730
tocó del corderillo cuando pace,
hará que Aurelio venga cual cordero
mansísimo y humilde a lo que quiero.
Esta figura, que de cera es hecha,
en el nombre de Aurelio fabricada, 735
será con blanda mano y dura flecha,
por medio el corazón atravesada.
Quedará luego Zahara satisfecha
de aquella voluntad desordenada,
y el helado cristiano vendrá luego 740
ardiendo en amoroso y dulce fuego.
A vosotros, ¡oh justos Radamanto
y Minos!, que con leyes inmutables
en los escuros reinos del espanto
regís las almas tristes miserables; 745
si acaso tiene fuerza el ronco canto
o mormurio de versos detestables,
por ellos os conjuro, ruego y pido
ablandéis este pecho endurecido.
¡Rápida, Ronca, Run, Raspe, Riforme, 750
Gandulandín, Clifet, Pantasilonte,
ladrante tragador, falso triforme,
herbárico pastífero del monte,
Herebo, engendrador del rostro inorme
de todo fiero dios, a punto ponte 755
y ven sin detenerte a mi presencia,
si no desprecias la zoroastra ciencia!
(Sale un DEMONIO y dice:)
DEMONIO La fuerza incontrastable de tus versos
y mormurios perversos me han traído
del reino del olvido a obedecerte; 760
mas, ¡oh mora!, quel verte en esta empresa
infinito me pesa, porque entiendo
que es ir tiempo perdiendo.
FÁTIMA¿Por qué causa?
DEMONIOPon al conjuro pausa, y al momento
satisfaré tu intento en lo que pides, 765
si acaso tú te mides y acomodas
a mis palabras todas y consejos.
Todos tus aparejos son en vano,
porque un pecho cristiano, que se arrima
a Cristo, en poco estima hechicerías. 770
Por muy diversas vías te conviene
atraerle a que pene por tu amiga.
FÁTIMA¿Ansí questa fatiga no aprovecha?
DEMONIOEn balde ha sido hecha. Mas escucha,
que con presteza mucha y sin rodeo 775
cumplirás tu deseo en este modo:
en el infierno todo no hay quien haga
más cruda y fiera plaga entre cristianos,
aunque muestren más sanos corazones
y limpias intenciones, que es la dura 780
necesidad que apura la paciencia;
no tiene resistencia esta pasión;
la otra es la ocasión. Si estas dos vienen
y con Aurelio tienen estrecheza,
verás a su braveza derribada 785
y en blandura tornada, y con sosiego,
regalarse en el fuego de Cupido.
FÁTIMAPues esas dos te pido que me invíes,
y que no te desvíes desta empresa.
DEMONIOTu mandado se hará con toda priesa. 790
(Vanse.)