Automóviles

Comprar un auto nuevo

El letargo económico ha afectado la venta de autos, pero los estadounidenses aún compran alrededor de 14 millones de autos, minivans, furgonetas y camionetas pickup nuevos cada año. Y en casi cada una de esas transacciones, nos roban. La National Automobile Dealers Association reporta que sus miembros en realidad pierden más o menos $30 por cada auto nuevo que venden, pero eso no significa que nos acercamos a una oferta justa. Lo anterior se debe a que el dinero que los distribuidores pierden en los autos, lo compensan de sobra al golpearnos con asombrosos cargos financieros y servicios agregados sobrevaluados como extensiones de garantías, películas anticorrosivas y selladores de pintura. Sólo las extensiones de garantías producen $5 mil millones por año, tres cuartas partes de las cuales son utilidades.

El hecho es que, incluso sin los trucos y los engaños, comprar un auto casi siempre es una mala inversión. Si eres afecto a la novedad y a la última tecnología, tiene mucho más sentido, desde un punto de vista financiero, elegir un vehículo usado, de uno o dos años de antigüedad y de bajo kilometraje. Lo anterior se debe a que los autos nuevos tienen el rango más alto de depreciación durante el primer año después de salir del lote del distribuidor; por lo regular pierden entre 25 y 30 por ciento de su valor. Los consumidores que sí son expertos permiten que alguien más absorba esa pérdida y compran autos casi nuevos, que por lo general aún conservan la garantía del fabricante y han sufrido un desgaste relativamente menor, por menos de 70 centavos de dólar.

Entonces, una vez más, el sentido común económico nunca se ha visto muy atrapado por la lujuria de un auto nuevo. Quizá no deberíamos comprarlos, pero lo hacemos. Y, si vamos a hacerlo, deberíamos hacerlo bien.

Cómo luchar por tu dinero

Existen alrededor de 21.000 distribuidores de autos nuevos en Estados Unidos. Ellos constituyen el canal exclusivo a través del cual se distribuyen los autos; por tanto, si compras un auto, es probable que sea a través de alguno de ellos.

Como grupo, los distribuidores de autos tienen una reputación dudosa. Quizá esto no sea del todo justo, pero es comprensible. No fue hace mucho tiempo cuando se realizaban prácticas como “rodarlo”; es decir, animar a los posibles clientes a llevarse un auto a casa de un día para otro, sólo para amenazarlos a la mañana siguiente con arrestarlos por robo si no pagaban de inmediato, y esto se llevaba a cabo con más frecuencia de la que a nadie le gustaría admitir.

Este tipo de trampas sorprendentes ha sido eliminado casi en su totalidad, pero aún pensamos que los vendedores de autos son temibles y tenemos buenas razones. La mayoría de ellos trabaja por comisión y muchos tienen la creencia de que, una vez que un consumidor entra a la sala de exhibición, es su trabajo hacer lo que sea necesario para asegurarse de que él o ella no se marchen sin firmar un contrato de venta.

Por tanto, si has decidido comprar un auto nuevo, debes comprender adónde te metes; el trato típico no es un amigable oasis, sino un vicioso campo de batalla.

He aquí algunos SÍ y NO fundamentales.

Concéntrate en el precio

En un esfuerzo por maximizar sus ganancias, los distribuidores de autos intentan manipular cada variable involucrada en el proceso de compra de un auto, desde el costo del financiamiento hasta el precio de los tapetes. En este ambiente tan cruel, la mejor manera de proteger tu dinero es enfocarte en un solo número: el precio de compra del auto.

Esto puede parecerte obvio, pero lo único acerca de lo cual los distribuidores de autos no quieren hablar es del precio. Lo anterior se debe a que, una vez que se comprometen con un precio, les resulta mucho más difícil enredarte para que aceptes sus servicios agregados que les producirán más dinero (como el financiamiento de distribuidor) sin que el costo adicional sea evidente. Por tanto, en lugar de darte una respuesta directa cuando tú preguntas cuánto cuesta un auto en particular, el distribuidor te preguntará el monto del pago mensual que buscas. Dile que no buscas un pago mensual; tú buscas un auto. Si él no menciona un precio, acude a otro distribuidor.

Conoce el precio real, no el falso precio a menudeo sugerido por el fabricante

Con el fin de conseguir el mejor acuerdo posible, necesitas informarte de antemano acerca de lo que el distribuidor pagó por el auto que te interesa, el costo de todos los accesorios que deseas, el tipo de incentivos y reembolsos que el fabricante ofrece a los distribuidores y cuánto sobreprecio permiten las condiciones actuales del mercado. Son esas cantidades, y no el precio a menudeo sugerido por el fabricante que encontrarás en la etiqueta del parabrisas, las que pueden servirte como base para tus negociaciones. Dicha información está disponible en línea en fuentes como Cars.com, Consumer Reports (www.consumerreports.org), Edmunds.com y Kelley Blue Book (www.kbb.com).

Ten en cuenta que el precio de factura de un auto no es el costo verdadero del distribuidor dado que por lo general incluye lo que se conoce como restricción; ésta es una tarifa (por lo regular entre 2 y 4 por ciento del precio sugerido por el fabricante) que la mayoría de los fabricantes de autos pagan a sus distribuidores cada vez que venden un auto. Además de ello, con frecuencia existen incentivos de fabricante a distribuidor, en especial hacia el final del año del modelo, que pueden disminuir aún más el costo del distribuidor.

Esto es lo que hace posible que los distribuidores hagan lo que esperan que consideres una oferta que no puedes rechazar. Si ellos sienten que no pueden abusar de ti, a veces te llevarán aparte, te felicitarán por tus habilidades de negociación y te ofrecerán el auto por “un dólar más sobre el precio de fábrica”. Con el fin de demostrarte su sinceridad, incluso pueden mostrarte una copia de la factura.

Todo está muy bien pero, en definitiva, ésta es una oferta que puedes y debes rechazar dado que el precio de la factura en realidad es un constructo artificial. Lo que tú deseas es un acuerdo cercano al costo real del distribuidor, lo cual, como resultado de todos esos reembolsos y descuentos, puede ser cientos de dólares menor al precio de fábrica.

Lo que en realidad cuesta un VW Jetta modelo 2009
Precio sugerido por el fabricante: $19.090  
Precio de fábrica: $18.445  
Precio real del distribuidor: $18.063  

Cientos de dólares parecen ser una utilidad razonable para un distribuidor, pero incluso en un auto de $20.000 es en realidad un margen estrecho; es decir, no más de unos cuantos puntos porcentuales. Ésta es la razón por la cual, como ya veremos, la mayoría de los distribuidores intentan exprimir tantas ganancias como puedan en términos de servicio, financiamiento, accesorios opcionales y extensiones de garantías. Esto se debe a que no pueden lograr una utilidad decente por la venta del auto en sí misma.

Recuerda que puedes obtener toda la información en línea. Es probable que el distribuidor hable con franqueza una vez que le informes que sabes cuánto dinero obtendrá en términos de incentivos del fabricante.

Solicita revisar los documentos del distribuidor

Una manera sencilla de medir la confiabilidad del distribuidor es evaluar su transparencia financiera. Los distribuidores responsables te permitirán ver los documentos que muestran el costo real para ellos del auto que tú deseas y te comentarán cualquier reembolso, descuento e incentivos del fabricante que puedan aplicar. Dado que tú puedes obtener toda esa información en línea, el hecho de comparar tus cantidades con las de ellos es una manera grandiosa de asegurarte que haces negocios con una empresa honesta. Si los vendedores pretenden enredarte con palabrerías acerca de por qué tus números no aplican o si se niegan a revelar sus cantidades, no te molestes en discutir con ellos. Sal de allí cuanto antes.

Pide prestado a un banco, no a un distribuidor de autos

Más de una cuarta parte de las utilidades de un distribuidor de autos proviene de lo que ellos llaman F&S; es decir, financiamiento y seguros. De hecho, esta parte del negocio es tan lucrativa que muchos distribuidores dependen de ella para subsanar las utilidades a las cuales renuncian cuando se ven obligados a ofrecer a los clientes un buen acuerdo sobre el precio de compra.

Desde el punto de vista financiero, lo que los distribuidores de autos hacen con frecuencia para incrementar sus márgenes es decirles a los clientes con buen historial crediticio que no califican para financiamientos de interés bajo y, por tanto, tendrán que aceptar términos de préstamo más costosos. El término técnico para esta estrategia es mentir.

Esto es justo lo que le sucedió a Tom Costibile de Union Grove, Wisconsin. Después de acordar un precio razonable por el auto que Tom quería, el vendedor se alejó para conversar con su gerente acerca del financiamiento. “Al rato regresó y nos dijo a mi esposa y a mí que nuestro límite de crédito era muy, muy bajo, pero que podía conseguirnos un préstamo con una tasa de interés de veinticinco por ciento”.

Acertadamente, Tom y su esposa salieron del establecimiento y se fueron a casa a hacer lo que debieron hacer antes de comenzar a buscar autos para comprar: revisaron sus límites de crédito. “Entré a Internet y ordené mi historial crediticio”, dice Tom. “Los distribuidores habían bajado 120 puntos a nuestro límite”.

He aquí una regla invariable: si no planeas pagar en efectivo por un auto nuevo, debes obtener un préstamo para auto de un banco o de una unión de crédito, no de un distribuidor de autos. Da por hecho que cualquier tasa de interés que el distribuidor de autos te asigne será más alta y, con frecuencia, mucho más alta que la que puedas conseguir en una institución financiera fiable.

Es verdad que a menudo los distribuidores anuncian préstamos para autos a muy bajas tasas de interés (a veces con 0 por ciento de interés) como parte de un incentivo de ventas por parte del fabricante. El truco es que esos préstamos por lo regular están garantizados sólo a aquellos clientes con las más altas calificaciones crediticias y bajo términos muy limitados.

Comienza a pagar ahora

Una oferta igualmente confusa es el engaño de “cero pagos durante un año”. Seamos claros en esto. Todo lo que hace es diferir tus pagos del auto por un año. Esto podría parecer atractivo, pero dos cosas suceden durante ese año: el interés se acumula sobre tu préstamo y el auto se deprecia. Como resultado, para cuando comienzas a pagar tu deuda, la cantidad que debes se habrá incrementado en cientos o miles de dólares y es probable que tu auto haya perdido entre 20 y 30 por ciento de su valor.

De hecho, podrías terminar por deber más por tu auto de lo que vale el vehículo en sí mismo. En los círculos financieros, esto se conoce como estar “atrapado” en una deuda, lo cual puede ser tan incómodo como peligroso. La razón es que el seguro de tu auto sólo cubrirá el valor real del vehículo, de manera que, si tu auto es robado o destruido en un accidente, tu pago de seguro no será suficiente para pagar tu préstamo. Además, tendrás que continuar pagando por un auto que ya no tienes.

Tampoco les compres un seguro

Si les permites hacerse cargo del financiamiento, los distribuidores también intentarán venderte el seguro “para pagar el préstamo del auto si mueres”. Éste es otro negocio grandioso para ellos y terrible para ti. En cierta ocasión, realicé una renovación monetaria en The Oprah Winfrey Show con una pareja que accedió a pagar $7.500 por una póliza que cubría su préstamo de auto con un valor de $50.000. Para empeorar la situación, ellos no tenían los $7.500, ¡así que permitieron que el distribuidor se los financiara! ¡Esto es un robo! Incluso si eres fumador, puedes obtener un seguro de vida de $50.000 por diez años y por no mucho más de $100 al año.

El robo del seguro del préstamo para auto
Lo que podrías pagar: $7.500  
Lo que deberías pagar: $0  
Tú ahorras: $7.500  

En resumen: un distribuidor de autos no puede obligarte a contratar un seguro que pague el préstamo del auto si mueres. Si intenta obligarte a contratarlo, entonces sal de la distribuidora de autos y acude a una distribuidora con ética que no haga este tipo de trampas.

No ofrezcas tu auto viejo a cambio

Es cierto que es más conveniente permitir que el distribuidor acepte a cambio tu auto viejo que venderlo por separado, pero esa conveniencia tiene un precio alto.

No te equivoques: el hecho de ofrecer tu auto viejo a cambio es otra variable que el distribuidor puede utilizar y utilizará para manipularte con el fin de incrementar sus ganancias y robarte. En pocas palabras, él bajará el precio de tu auto viejo para compensar el buen precio que te ofreció en tu compra. Los distribuidores se salen con la suya porque, con el fin de la transacción en la mira, la mayoría de los compradores de autos no objetarán.

Ésta es la razón por la cual los vendedores insisten a menudo en llevarse tu auto viejo a evaluar. El hecho de llevarse el vehículo que te transportará a casa no sólo te dificultará salir del establecimiento, sino que coloca en la mesa el asunto del valor de tu auto viejo, lo cual le quita atención al precio del auto que quieres comprar.

Por tanto, no ofrezcas tu auto viejo a cambio. Véndelo en privado a otro distribuidor. Lo más probable es que una venta por separado te produzca más dinero por tu auto que lo que el distribuidor te ofrecerá en un acuerdo de intercambio.

De lo que debes cuidarte

Caer en la fantasía

Los fabricantes de autos invierten miles de millones de dólares al año en publicidad diseñada para convencernos de que, al cambiar de auto, cambiamos quienes somos. Esto es verdad, hasta cierto punto. El hecho de comprar un costoso quemador de combustible puede transformar a una persona rica en pobre en muy poco tiempo. Eso es todo. Conducir una camioneta fastuosa a la práctica de fútbol no te convierte en un as del balón ni eres menos mamá o papá que si conduces una minivan. Saltar a un 4×4 para ir de urgencia a comprar pañales en la noche no eliminará las manchas de tu camisa.

Por tanto, no caigas en la fantasía de que comprar un vehículo en particular cambiará quién eres o, incluso, cómo te perciben los demás. Elige el tipo de auto que comprarás con base en lo que necesitas y en cuánto dinero te costará operarlo; lo cual significa calcular no sólo el precio de compra, sino la economía del combustible, el mantenimiento, los costos de los seguros, la depreciación, el valor de reventa y los cargos financieros, si existen. Todo lo demás es sólo una excusa para gastar más de lo que necesitas. Edmunds.com cuenta con una fabulosa calculadora de “costo total” que sopesa todos los factores fundamentales y te informa cuánto puede en realidad costarte un modelo en particular durante tus primeros cinco años de propiedad.

Poseer un Jetta 2009*
Pago mensual del auto: $394  
Costo total de propiedad por mes: $698  
*Basado en un préstamo para auto a sesenta meses para un Volkswagen Jetta sedán en la calculadora de “costo total de propiedad” de Edmunds.com durante cinco años.

Distribuidores que regatean

De acuerdo con la mayoría de las encuestas, lo que la gente odia más que el hecho de comprar un auto es regatear el precio. Esto quizá se deba a que la mayoría de nosotros no somos muy buenos al regatear y la mayoría de los vendedores de autos son profesionales en eso.

Solía suceder que no tenías opción. La única manera de comprar un auto con inteligencia era entrar al establecimiento armado con muchos datos acerca de precios de fábrica, retenciones del fabricante y valores residuales (cuánto valdrá el auto después de algunos años), por no mencionar un estómago fuerte y una actitud firme.

Por suerte, ya no es así. Un número cada vez mayor de distribuidores de autos nuevos siguen una política de no regateo y de precio establecido. Saturn hizo de esta perspectiva la base de su marca y todos sus autos se venden de esa manera. Lo mismo ocurre en CarMax. Es mejor conocida como una supertienda de autos usados de últimos modelos, pero también vende algunos autos nuevos, todos bajo una política de no regateo. Otras cadenas de distribuidores, como Fitzgerald’s Auto Mall, aplican esta política a todas las marcas que representan.

En gran medida, podemos agradecer al Internet por ello. Los sitios electrónicos como Autos.com, Cars.com, Carsdirect (www.carsdirect.com), InvoiceDealers (www.invoicedealers.com), Edmunds.com, MyRide.com y Yahoo! Autos (www.autos.yahoo.com) hicieron posibles las comparaciones y la elección del distribuidor menos costoso sin tener que trasladarnos a ningún sitio o discutir con nadie.

Y si piensas que hacer una investigación en línea es demasiado complicado, puedes delegar el proceso. Muchas uniones de crédito y grupos no lucrativos de consumidores ofrecen el servicio de realizar toda la investigación y las comparaciones por ti. Algunas, como la American Automobile Association’s Car Buying Service (www.aaa.com) son gratuitas para sus miembros; otras, como Consumers’ Checkbook’s CarBargains (www.checkbook.org), cobran una tarifa. Todo lo que tienes que hacer es especificar el fabricante, el modelo, el color y los accesorios que deseas. Ellos hacen el resto, tanto ponerte en contacto con un distribuidor recomendado dispuesto a ofrecerte un precio prenegociado (por lo regular menor al precio sugerido del fabricante) u obtener cierto número de distribuidores que propongan ofertas entre sí y proporcionarte opciones entre las cuales puedas elegir.

El punto es que ya no necesitas regatear para obtener un buen precio por un auto nuevo. Entonces, ¿para qué molestarte? Permite que los profesionales se encarguen de ello por ti. Y evita a los distribuidores que intenten obligarte a hacerlo tú mismo.

Accesorios que no solicitaste y que no necesitas

Con unos márgenes más estrechos, los distribuidores de autos buscan utilidades dondequiera que puedan encontrarlas. Una gran fuente es el equipo opcional. Los incrementos de precio, desde los tapetes hasta los sistemas contra robos, son fenomenales. Sólo hay un problema en lo que se refiere al distribuidor: que las opciones son opcionales. No existe garantía alguna de que los compradores de autos las ordenen por sí mismos.

Con el fin de eliminar esta incertidumbre y maximizar sus ganancias, muchos distribuidores instalan accesorios en casi todos los autos del lote y después insisten en que los aceptes y pagues por ellos, sin importar si en realidad los quieres o los necesitas. La teoría es que, al elegir entre un auto con un montón de accesorios indeseados y ningún auto, la mayoría de los consumidores aceptarán el auto con los accesorios.

Los distribuidores también intentarán explotarte con la presión de adquirir aditamentos innecesarios como protección de pintura y recubrimientos. El material anticorrosivo es un engaño típico. A pesar de que la mayoría de los automóviles nuevos ya cuentan con una garantía por corrosión de seis años/100.000 millas, muchos distribuidores intentarán venderte un tratamiento anticorrosión de $800 que a ellos les cuesta $40. Lo mismo sucede con cosas como el sellador de pintura y el protector de vestiduras. (Lo que el distribuidor hará por tus vestiduras por $300, tú puedes hacerlo por ti mismo con una lata de Scotchgard de $10).

¿Es necesaria esta opción?
Costo del “Paquete de protección de vestiduras” del distribuidor: $300  
Costo de una lata de ScotchgardTM: $10  
Tú ahorras: $290  

Por fortuna, existe una manera sencilla de enfrentar este tipo de cosas. Para citar la vieja frase antidrogas: “¡Sólo di que no!”.

Extensiones de garantía

Uno de los aditamentos más innecesarios que un distribuidor intentará venderte es una extensión de garantía. Ya mencioné antes que las extensiones de garantía son fuentes de negocios enormes para los distribuidores de autos (más de $5 mil millones en utilidades por año). A los vendedores de autos les gusta decir que dichas garantías proporcionan “paz mental”. Esto es verdad sólo si el hecho de que te roben te hace sentir paz en lugar de ira.

El hecho es que los autos están mejor fabricados y duran más tiempo que antes, y esto se refleja en que ahora vienen con garantías de fabricación cada vez más generosas. Sin embargo, más compradores de autos nuevos que nunca antes (más de un tercio en nuestros días, comparado con sólo uno de cada cinco a finales de los años noventa) ceden a la presión de comprar contratos de servicio extendido. Ceder a la presión es el término apropiado debido a que el precio de estos planes es, en promedio, $1.000, mientras los costos totales de reparación que absorben son, por lo general, de sólo $250 más o menos.

El precio de los contratos de servicio extendido es, en promedio, $1.000, mientras los costos totales de reparación que absorben son, por lo regular, de sólo $250 más o menos.

La garantía extendida típica en realidad no es una garantía. Es una póliza privada de seguro. En esencia, tú apuestas a que tu resplandeciente auto nuevo sufrirá una falla de costo catastrófico dentro de un periodo específico; por lo regular, en los dos o tres años posteriores al vencimiento de la garantía de fábrica. Si crees que tu auto no es lo bastante fiable para que ésta sea una buena apuesta, no deberías comprarlo.

Qué hacer si algo sale mal

Si compraste un auto de un distribuidor autorizado y no estás satisfecho con algún aspecto de la transacción, lo mejor que puedes hacer es discutir el asunto con el director general de la agencia distribuidora. Por lo general una carta breve, clara y cordial donde señales tus preocupaciones dará resultado. (Encontrarás una carta de ejemplo que puedes utilizar como modelo en la página 435 del conjunto de herramientas de Lucha por tu dinero). Evita hacer amenazas o insultar a la gente. Quizá de momento te sientas mejor, pero NUNCA será útil para el caso. Lo más probable es que desmotives a la gente y que no esté tan dispuesta a ayudarte.

En términos generales, las primeras semanas o meses después de comprar un auto nuevo es el mejor tiempo para hacer llegar tus quejas al distribuidor. Los distribuidores no quieren ser señalados en las encuestas de satisfacción del cliente de las empresas automotrices, así que tienden a hacerse cargo de las quejas de inmediato.

Si tu carta al director general no provoca una respuesta satisfactoria, escribe una carta similar para el dueño de la distribuidora y señala que no pudiste resolver el problema en un nivel inferior. Puedes averiguar quién es el dueño y dónde se encuentra en la página web de la distribuidora, o llama a la sala de exhibición y pregúntale a la recepcionista. Si el dueño es una empresa, contacta a su presidente. Las corporaciones como AutoNation y CarMax han dispuesto contactos de servicio al cliente en sus oficinas generales, aunque afirman que la mayoría de los problemas son resueltos por el director general de la distribuidora en cuestión.

Si el dueño no es amable y estás convencido de que tu insatisfacción es legítima, debes informar a la empresa automotriz a través del número telefónico de atención al cliente o a la dirección de correo electrónico que encontrarás en su página web.

En este punto, si tu queja no ha sido atendida, entonces quizá sea momento de involucrar al gobierno o a un abogado. Si el problema implica fraude o prácticas ilegales por parte del distribuidor o del fabricante de autos, debes quejarte con la Federal Trade Comission (www.ftc.gov) así como con la oficina general del fiscal estatal (la mayoría tiene una división de protección al consumidor).

También puedes contactar a la oficina local del Better Business Bureau (www.bbb.org) y quizás a algún medio noticioso, como el periodista del consumidor en tu estación televisiva local (sus datos de contacto estarán en la página web de la estación). Los distribuidores de autos odian cuando un grupo de reporteros entra a su sala de exhibición y quiere saber por qué engañan a sus clientes.

Si tu queja es que tu auto nuevo es una porquería (o un “limón”, lo cual significa que tiene un problema mecánico recurrente sin solución) quizá aplique la ley Lemon de tu estado.

Conoce la ley Lemon. ¡Puede ahorrarte una fortuna!

Cuando salí de la escuela en 1990 y comencé a trabajar en bienes raíces comerciales, necesitaba un auto agradable para transportar a los clientes. Por tanto, a pesar de que apenas podía pagarlo, acudí a un respetado distribuidor local y compré un Volkswagen Passat nuevecito. Por desgracia, el auto resultó ser un “limón”. En el transcurso de un año había ingresado al departamento de servicio media docena de veces y muchas de las reparaciones no estaban cubiertas por la garantía. Entonces, alguien me contó acerca de la ley Lemon en California; es decir, una legislación que protege a los compradores de autos nuevos si su vehículo tiene un problema que numerosos viajes al taller no pueden resolver. La ley define este tipo de auto como “limón” y solicita que el fabricante lo arregle (y cubra los costos) o lo sustituya.

Armado con este conocimiento, escribí una detallada carta al propietario de la distribuidora donde compré mi Passat y le dije, en términos directos, que ya no estaba dispuesto a aceptar los problemas de mi auto y que esperaba que lo arreglara de una vez por todas o que me diera uno nuevo. Pocos días después, el gerente del departamento de servicio de la distribuidora me llamó en persona para ofrecerme su compromiso de que arreglaría mi auto sin cargo para mí y que, hasta que no estuviera arreglado por completo, me proporcionaría otro auto (nuevo en la distribuidora), también sin costo.

Al final, les tomó SEIS SEMANAS arreglar mi auto. El costo total fue de más de $11.000; una gran suma si consideramos que el auto costó sólo $17.000 pero, desde luego, ellos la pagaron y no yo.

Por qué contamos con leyes Lemon
Costo para arreglar mi auto nuevo: $11.000  
Costo para mí: $0  

Ésta es la razón por la cual tenemos leyes Lemon y por qué debes conocerlas. A pesar de que los detalles varían de un estado a otro, todos los estados tienen una. Como la de California, todas solicitan al fabricante que “haga lo correcto” en el caso de que un auto nuevo que te hayan vendido resulte ser un “limón”. Existe una página web útil llamada Lemon Law America (www.lemonlawamerica.com) que enlista los estatutos de cada estado así como los abogados locales especializados en casos de leyes Lemon. Consulta la carta de queja de ejemplo para la ley Lemon de autos nuevos en la página 435 de nuestro conjunto de herramientas.

Pasos de acción para luchar por tu dinero

Si no vas a pagar en efectivo por un auto, conoce tu historial crediticio antes de solicitar un crédito. Visita www.annualcreditreport.com.

Entra a Internet y revisa los recursos numerosos e invaluables para compradores de autos. Utilízalos para comparar, para determinar los costos de los distribuidores y también para calcular el precio real de tu auto viejo.

Enfócate en el costo total de propiedad, no sólo en el pago mensual.

Evita entregar tu auto viejo a cambio. Véndelo por separado a otro distribuidor.

¡Sólo di que no a las extensiones de garantía!

Comprar un auto usado

No hay duda alguna en que, si necesitas un vehículo, tiene mucho más sentido comprar un auto usado de modelo reciente, bien conservado, que uno nuevo. ¿Por qué? Porque si tiene menos de tres años de antigüedad, es probable que un buen auto usado cuente con todos los accesorios de última generación, por no mencionar la garantía original del fabricante. Y gracias a la depreciación masiva que sufren casi todos los autos nuevos al instante en el que sus dueños los sacan de la sala de exhibición, por lo general puedes conseguir un buen auto usado a un precio entre 20 y 50 por ciento menor al del auto nuevo.

El problema es que tratar con los vendedores y vendedoras de autos usados puede ser una pesadilla. No todos son deshonestos pero todos están allí para sacar tanto de ti como puedan. Si eso significa venderte un auto que en realidad no te gusta por más dinero que el que puedes pagar, eso es justo lo que intentarán hacer.

También son muy buenos para ello. Los estadounidenses compraron 41,4 millones de autos usados en el 2007; dos terceras partes de ellos de distribuidores (en vez de las negociaciones entre particulares). Y a diferencia de los distribuidores de autos nuevos, los vendedores de autos usados ganan más dinero por los autos que venden; es decir, un promedio de ganancias de alrededor de $300 por vehículo, lo cual suma un total de $8,3 mil millones. (La mayoría de los distribuidores de autos nuevos obtiene su dinero por servicio, financiamiento, opciones y extensiones de garantía; en realidad, pierden un poco de dinero en la venta del auto en sí misma).

Desde luego que no hay nada de malo en una pequeña ganancia, siempre y cuando te asegures de que no sea a tus expensas.

Cómo luchar por tu dinero

En aquellos malos tiempos cuando los grandes fabricantes de autos creían en la obsolescencia planeada, los odómetros de los automóviles sólo ascendían hasta 99.999 millas, y por una buena razón. Hasta bien entrados los años ochenta, la verdad es que los autos no eran fabricados para durar. Comenzaban a mostrar su edad alrededor de las 50.000 millas y estaban listos para el deshuesadero mucho antes de llegar a las 100.000 millas.

En la actualidad, los odómetros llegan hasta las 999.999 millas. Quizás esto sea un tanto optimista, pero el hecho es que, fácilmente, los autos más modernos te darán 200.000 millas o más. De hecho, de acuerdo con el grupo de análisis de la industria R. L. Polk en el 2007 el vehículo promedio para pasajeros en las calles tenía 9,2 años de antigüedad. Lo cual significa que un auto de tres años de antigüedad con 36.000 millas apenas ha gastado menos de un tercio de su vida útil, y quizá mucho menos.

Ésta es la razón por la cual esta estadística es importante para ti: a pesar de que un auto usado todavía cuenta con 70 por ciento de su vida útil, su precio tiende a ser mucho menor al 70 por ciento de su costo cuando era nuevo. Lo más probable es que puedas comprar un auto así por sólo 60 por ciento de su precio original, y a veces hasta 50 por ciento.

Los autos más viejos pueden ser las mayores gangas. A un auto de cinco años de antigüedad con 60.000 millas es probable que le queden otras 100.000 millas de buen funcionamiento; sin embargo, puede costarte la cuarta parte de su valor cuando era nuevo.

Por eso digo que, por lo general, los autos usados son una compra mucho más conveniente que los autos nuevos.

He aquí cómo maximizar tus oportunidades de obtener un gran trato.

Recuerda: se les llama “vendedores” por una razón

No es accidental que los vendedores de autos tengan una reputación tan cuestionable. “¿Sabes cuál es nuestro lema?”, me preguntó uno de ellos cierto día. “Si no haces trampa, no estás esforzándote”. Más tarde, aclaró que sólo era una broma, pero no estoy seguro de eso. Desde luego, en comparación con todos los vendedores de “vieja escuela” como éste, hay muchos otros que se consideran “especialistas en transporte” o “consultores”. Pero, sin importar cómo le llames a la persona que te vende el auto, lo que es seguro es que él o ella han sido entrenados para venderte el auto. En particular, ellos conocen todo tipo de trucos psicológicos para mantenerte fuera de balance, para hacerte sentir culpable por no confiar en ellos y para distraerte de los asuntos en los cuales debes concentrarte.

Por ejemplo, lo último que ellos quieren que sepas es cuánto cuesta en realidad el auto que te presionan a comprar. Por tanto, ellos nunca hablan acerca del precio real, sino sólo de los pagos mensuales. (“Sólo son $200 al mes. Usted puede pagar eso, ¿no es así?” Bueno, no si es durante 200 meses). Y nunca admitirán que no tienen el tipo de auto que buscas. (Como me dijo un vendedor en cierta ocasión: “Si le digo al cliente que tengo cierto vehículo aunque no lo tenga, aún tengo 50 por ciento de probabilidades de cerrar una venta. Si le digo que no lo tengo, mi probabilidad es de 0”). O si dices que necesitas discutir un trato potencial con tu cónyuge, padre o amigo (lo cual es un acto inteligente cada vez que realices una compra mayor), ellos harán un gesto de impaciencia que sugiere que tú debes ser una especie de tonto. Incluso pueden fingir que han perdido las llaves de tu auto para impedir que salgas del lote.

También les gusta presumir que venden más autos a la semana que los que la mayoría de la gente compra en su vida entera, y utilizan este hecho para intentar intimidarte y que juegues su juego. Pero, ¿sabes una cosa? No tienes que caer en sus tretas. Investiga un poco antes de comenzar a buscar para que al menos tengas una idea general de lo que deseas y cuánto dinero es probable que te cueste. Habla con amigos y colegas; revisa los sitios electrónicos de venta de autos más importantes como Edmunds.com y Kelley Blue Book (www.kbb.com), y averigua lo que tienen que decir los abogados del consumidor fiables, como Consumer Reports (www.consumerreports.org) y la American Automobile Association (www.aaa.com). Y no aceptes ningún abuso. Recuerda que los distribuidores de autos usados te necesitan más de lo que tú los necesitas a ellos. Si no te gusta cómo te atienden en determinado lote, agradéceles su tiempo y márchate de allí.

Revisa la historia: averigua el número de identificación vehicular (VIN, por sus siglas en inglés) y verifícalo

¿Cómo puedes saber que un vendedor de autos usados miente?

Sus labios se mueven.

Ya en serio, cuando estás en busca de un auto usado, no hay razón alguna para que tomes como cierta cualquier cosa que el vendedor te diga. En lugar de preguntarte si en verdad ese bello Toyota que te ha fascinado sólo tuvo un dueño previo y nunca tuvo un accidente, puedes ordenar un reporte de historia del vehículo que te lo informe con seguridad.

Una gran cualidad de los autos es que llevamos registros de ellos. Miles y miles de millones de registros. Cada vez que llevas tu auto a una verificación de contaminantes, tienes un accidente, registras un reclamo de seguro o transfieres la propiedad, un registro se archiva en alguna parte.

Durante mucho tiempo, este hecho no nos hacía ningún bien a los consumidores ordinarios como tú y como yo porque esos registros estaban repartidos por todas partes: en las oficinas de la empresa aseguradora, en los centros de servicio automotriz y en las oficinas del Departamento de Vehículos de Motor en cincuenta estados distintos. Pero ahora, las instituciones como Carfax (www.carfax.com) y Experian AutoCheck (www.autocheck.com) mantienen una vasta base de datos que contiene miles de millones de registros automotrices de miles de fuentes gubernamentales y privadas. Por una cuota de $20 a $25, ellos tomarán el número de identificación vehicular y te enviarán un reporte por correo electrónico en el cual te informarán todo lo que necesitas saber acerca del pasado de ese auto en particular, incluso todos los dueños que ha tenido, si ha sido robado o ha tenido accidentes, cómo resultaron sus verificaciones de contaminantes, si su odómetro ha sido alterado y cuándo fue entregado al distribuidor (es decir, una fracción de información que podría representar una ventaja para ti al momento de la negociación si resulta que el auto ha permanecido en el lote durante varios meses).

Veinticinco dólares pueden parecerte mucho dinero, pero confía en mí: si consideramos lo eficientes que son los vendedores de autos usados para hacer trucos de manera que los vehículos parezcan “como nuevos”, vale la pena. Comprar un auto usado sin revisar su historia es buscarte problemas. El precio de esta verificación es menor a un tanque de gasolina. Haz la inversión. Te complacerá haberla hecho.

Busca autos con certificación (CPO, por sus siglas en inglés)

A pesar de que un reporte de historia del vehículo puede revelar mucho acerca del pasado de un auto, no dice nada acerca de su posible futuro. Ésa es la razón por la cual nunca debes comprar un auto usado sin garantía. Las mejores garantías son aquellas que vienen con autos que han sido inspeccionados y garantizados personalmente por un distribuidor fiable. En la mayoría de los casos, el fabricante emite la etiqueta de certificación (CPO) para un auto en buenas condiciones y con bajo millaje, pero algunas cadenas nacionales de distribuidores de autos usados, como CarMax, también realizan impresionantes programas de certificación. (Ésta es una de las razones por las cuales no siempre es buena idea comprar un auto de un particular. Quizás obtengas un buen precio, pero en definitiva no obtendrás una garantía).

La mayoría de los autos usados certificados tienden a ser de marcas de gran prestigio, como Mercedes, Lexus y BMW, cuya confiabilidad a largo plazo se refleja en el hecho de que sus garantías originales de fabricación por lo general son más amplias que las garantías comunes por tres años o 36.000 millas. Sin embargo, existe un número cada vez mayor de marcas más accesibles, como Chevy y Ford, que certifican sus autos usados.

Los autos usados certificados pueden costar hasta $2.500 más que los autos usados no certificados y menos deseables; no obstante, con frecuencia vale la pena pagar el costo adicional dado que tienden a ser los autos más limpios, mejor conservados y de aspecto más nuevo que puedas encontrar.

Considera las marcas comunes y los autos de imitación

Quizá te parezca extraño, pero a veces un auto puede ser demasiado fiable. Si revisas el Kelley Blue Book (www.kbb.com), que es una de las referencias regulares en cuanto a precios de autos usados, verás que las marcas con los valores más altos de reventa (BMW, Honda, Scion, Mini y Volkswagen) se encuentran entre las más fiables. Eso no debería sorprendernos. La confiabilidad es uno de los factores más importantes a considerar cuando compras un auto; de hecho, esperarías que los más fiables fueran aquellos con demanda más alta y, por tanto, los más caros.

Si el dinero no es problema, lo cierto es que debes comprar uno de esos autos pero, desde luego, el dinero siempre es un problema, lo cual significa que necesitas pensar si el dinero adicional que tienes que pagar por esa confiabilidad adicional en verdad lo vale. De hecho, tal vez no sea así.

¿Por qué? Porque existen autos un poco menos fiables que se venden por mucho menos dinero, lo cual equivale a decir que, a pesar de que son un poco menos fiables que un BMW o un Mini, su valor es mayor. Las marcas comunes como Chevrolet, Ford, Nissan y Mazda, todas las cuales fabrican vehículos de razonable confiabilidad, en realidad pueden ser las opciones más inteligentes para los compradores de autos usados porque sus vehículos se deprecian con mayor rapidez que sus contrapartes más fiables y, por tanto, se venden a precios inferiores en los lotes de autos usados.

Lo mismo sucede con algunas marcas estadounidenses como Cadillac, Buick y Lincoln. No es recomendable comprarlos nuevos porque su valor cae como roca al instante en que salen del lote del distribuidor. Pero, justo por la misma razón, tienden a ser buenas compras cuando están usados. No sólo vienen con amplias garantías del fabricante, buenas calificaciones de confiabilidad y una red nacional de distribuidores que ofrece excelente atención al cliente, sino que, dada esa horrible depreciación, el precio de los modelos usados tiende a ser bastante razonable.

Y no omitas los autos de imitación. En esencia, los autos de imitación son autos idénticos y construidos en la misma línea de ensamblaje, pero vendidos bajo distintos nombres por diferentes fabricantes. Por ejemplo, el Pontiac Vibe es imitación del Toyota Matrix. Puede ser idéntico en todo al Matrix, excepto en el nombre, pero el nombre es justo lo que vale en términos de depreciación. Y dado que los Pontiac se deprecian más rápido que los Toyota, un Vibe usado es más conveniente que un Matrix usado. De igual manera, un Chrysler Crossfire usado, que fue construido con la misma estructura y en la misma fábrica que el viejo Mercedes SLK, puede ser mucho más conveniente que un SLK usado.

Que vengan los autos de imitación*
Costo de un Toyota Matrix con tres años de antigüedad: $15.015  
Costo de un Pontiac Vibe con tres años de antigüedad: $14.230  
Tú ahorras: $785  
*Basado en el valor sugerido a menudeo en el Kelley Blue Book del Toyota Matrix Sport Wagon y el Pontiac Vibe Sport Wagon modelo 2006, ambos con 45.000 millas.

Busca ofertas en línea

A pesar de que los mejores autos usados pueden ser los certificados que encuentras en las principales agencias distribuidoras, los cazadores serios de gangas prefieren comprar sus autos con el dueño anterior en tratos directos. En gran medida, esto se debe a que ya no tienes que revisar la sección de clasificados del periódico dominical de tu localidad para averiguar quién vende qué. En estos días, lo único que tienes que hacer es encender tu computadora y navegar en la red.

Dada la enorme popularidad de los sitios de anuncios clasificados en línea como Craigslist (www.craigslist.org) y los sitios de subastas en línea como el gigante eBay Motors (www.ebaymotors.com), no es sorprendente que Internet figure en más de un cuarto de las ventas totales de autos usados. Craigslist anuncia alrededor de tres millones de autos usados cada mes. Por su parte, eBay recibe a once millones de visitantes al mes y vende alrededor de $18 mil millones en autos y productos relacionados por año.

Existen múltiples razones para la popularidad de estos sitios, pero las principales son precio y selección. Al ser todos iguales, los autos usados que venden los propietarios tienden a ser más baratos que aquellos que se venden en agencias. La naturaleza de Internet significa que no estás restringido a buscar anuncios de autos usados que sólo están disponibles en tu ciudad. Puedes consultar anuncios de autos en cualquier parte del país (Craigslist cuenta con listados separados de 450 ciudades), lo cual significa que puedes decidir cuán lejos estás dispuesto a viajar para recoger un auto o cuánto dinero estás dispuesto a pagar para que te lo envíen.

Ésta es una gran ventaja. Quizá sea difícil conseguir un Toyota Prius en Dallas o en Houston, pero tal vez sea más fácil conseguirlo en Austin, que no está demasiado lejos. La capacidad de tomar en consideración los autos de otros mercados puede facilitar el proceso de localizar el auto que deseas.

Ten en mente que cuando compras de individuos particulares es probable que no obtengas una garantía. Dicho lo anterior, eBay Motors cuenta con una “sala de exhibición” en línea de autos usados certificados que ofrece miles de vehículos.

Desde luego, las agencias de autos usados también se anuncian por Internet. Además, existen numerosos sitios electrónicos de referencia, como Autos.com, AutoNation (www.autonation.com), AutoTrader.com, Cars.com, Cars Direct (www.carsdirect.com). Edmunds.com, InvoiceDealers (www.invoicedealers.com), que pueden contactarte con un distribuidor local de autos usados que tenga el tipo de auto que buscas. Sin embargo, es poco probable que te ofrezcan el tipo de ofertas que puedes encontrar en Craigslist y en eBay.

También puedes lograr buenas negociaciones con especialistas

En general, debes evitar a los vendedores independientes de autos usados; es decir, los sujetos que tienen pequeños lotes llenos de autos viejos. Las agencias franquiciadas de distribuidores tienden a apoderarse de los mejores autos. Éstas tienen la preferencia por los autos a cambio con los distribuidores de autos nuevos y, por tanto, le dejan a los vendedores independientes pura chatarra. Sin embargo, existe una excepción a esta regla: los vendedores independientes de autos usados que se especializan en un tipo particular de auto, por lo regular una marca extranjera de gran prestigio.

Me refiero a los vendedores independientes que venden y dan servicio sólo a BMW, Mercedes, Saabs u otros autos similares. Por lo general, estos sujetos conocen a sus autos por dentro y por fuera, ofrecen una buena variedad de su marca y con frecuencia ofrecen garantías. Lo más importante es que en primer lugar son admiradores de la marca y en segundo lugar son vendedores, lo cual significa que es mucho más divertido tratar con ellos. También tienden a comprar su inventario de clientes reincidentes fanáticos que prestan mucha atención a sus autos; por tanto, los vehículos que venden compiten con aquellos que venden las agencias distribuidoras franquiciadas; excepto que por lo regular son menos costosos.

Mi amigo Allan, por ejemplo, compró un viejo Mercedes convertible de un gran distribuidor de Mercedes en el sur de California por alrededor de $28.000 varios años atrás. Algunos meses después, vio un Mercedes del mismo año y modelo en un pequeño lote especializado por sólo $22.500. ¡Y el auto más barato estaba en mejores condiciones!

No te olvides de las empresas de alquiler

A las empresas de alquiler les gusta deshacerse de los autos antes de que el millaje sea demasiado alto; por lo regular antes de que el odómetro llegue a las 20.000 millas. Esto puede suceder pronto en un auto de alquiler, de manera que estas empresas por lo regular venden vehículos que no tienen mucho más de un año de antigüedad y a veces ni siquiera eso.

Casi todas las empresas principales tienen departamentos de ventas que ofrecen sus autos usados al público y todas cuentan con sitios electrónicos que proporcionan detalladas descripciones de los vehículos disponibles. Entre las más populares se incluyen:

Quizá pienses que es mala idea comprar un auto que ha sido conducido por personas que no lo poseen. Sin embargo, en la actualidad los autos de alquiler se encuentran entre los vehículos mejor conservados en las calles. Son revisados por profesionales cada vez que son devueltos y son sometidos a servicio con regularidad religiosa.

Como resultado, las empresas que alquilan autos por lo general ofrecen sólidas garantías sobre los vehículos usados que venden. Y esto además de las garantías originales de fábrica, a las cuales, dada la condición que suelen tener estos autos, por lo regular les restan varios años y decenas de miles de millas para expirar.

A veces, las empresas que alquilan autos cobran un poco más por sus vehículos que la mayoría de los distribuidores de autos usados, pero dado el excelente mantenimiento que les dan, sus vehículos por lo general lo valen. Además, la mayoría de las empresas tiene una política de ventas contraria al regateo, lo cual puede hacer que el proceso de venta sea mucho menos doloroso. Y algunos de los tratos son bastante buenos. Por ejemplo, al tiempo que escribo esto, Enterprise ofrece un Jetta sedán modelo 2007 con 32.000 millas por $15.499, $316 menos que el precio del Kelley Blue Book.

De lo que debes cuidarte

Existen muchas trampas en la venta de autos usados, que van desde las ofertas engañosas (donde te seduce un anuncio que promete la proverbial “crema” para que, cuando llegues, te digan que acaban de venderla) hasta vender vehículos robados. La mayoría de ellas no son difíciles de detectar, si sabes lo que debes observar. He aquí las principales señales de alerta que debes evitar.

Autos con bajo millaje sospechoso

Los fraudes con los odómetros solían ser los engaños más frecuentes que enfrentaban los compradores de autos usados.

Todavía lo son.

Los fabricantes de autos pensaron que, al digitalizar los equipos regulares de los odómetros, los vendedores deshonestos no podrían volver a lograr que un viejo caballo de guerra luciera más joven y fresco al retroceder el odómetro. Se equivocaron. Los odómetros digitales han resultado ser tan susceptibles a las trampas como los viejos odómetros mecánicos, y los vendedores de autos sin escrúpulos no tienen reparo alguno en aprovechar las ventajas de este hecho.

Las estadísticas son sorprendentes. El odómetro de uno de cada diez autos usados que se venden en la actualidad ha sido retrasado. De acuerdo con las cifras del gobierno de Estados Unidos, esta práctica ilegal les cuesta más de $1.000 millones a los compradores de autos al año en precios inflados.

Para asegurarte de no ser una de las víctimas, sé escéptico cuando te encuentres con una “crema” con millaje bajo que te parezca inusual. Ten en mente que el auto promedio recorre unas 12.000 millas por año; por tanto, si buscas un convertible de tres años de antigüedad y su odómetro señala sólo 18.000 millas, sé escéptico. ¿En verdad perteneció a una ancianita de Pasadena que sólo lo utilizaba los domingos? Revisa las llantas. Si el odómetro muestra menos de 20.000 millas, el auto debe tener las llantas originales. (Si la condición de las cuatro llantas no coincide o no son de una marca de prestigio, sabrás que algo anda mal). Observa el acelerador y el freno. No deberían estar muy desgastados si el auto en verdad es un “especial de bajo millaje”.

Números de identificación vehicular (VIN) que no coinciden o que faltan

Desde principios de los años ochenta, todo vehículo de motor fabricado o importado a Estados Unidos está obligado a tener un número de identificación vehicular de diecisiete dígitos impreso en una pequeña placa metálica que está sujeta a varios lugares del auto, incluso el tablero junto al parabrisas, el poste de la portezuela del conductor, el aislamiento contra incendios, el motor y el chasis.

El número de identificación vehicular (VIN) es un identificador único tan importante para tu auto como tu número de Seguro Social lo es para ti. Si falta el VIN de tu auto o parece haber sido alterado de cualquier manera, ésa es una señal segura de que hay algo sospechoso en el vehículo; lo más probable es que se trate de un auto robado o reconstruido. Sea cual sea el caso, no querrás ser parte de ello.

Entonces, antes de comprar un auto usado, asegúrate de que todos los números VIN se encuentren donde deben estar, que todos coincidan por completo y que ninguno de ellos se haya desprendido o que haya sido empleado para malos propósitos.

Autos que se venden “como están”

Por ley federal, los vendedores de autos usados deben adherir lo que se conoce como una etiqueta de “Guía del comprador” al parabrisas de cada auto que venden. Esta etiqueta tiene recuadros que indican si el auto se vende con una garantía o “como está” (lo cual significa que el comprador está dispuesto a aceptar el vehículo en cualesquier condiciones que se encuentre). Sin importar el buen aspecto que el auto tenga, si el recuadro de “como está” está marcado, aléjate. No querrás comprarlo.

Como norma, nunca deberás comprar un auto usado que no cuente con una garantía de al menos treinta a noventa días que te proteja contra cualquier problema mecánico no evidente que el auto pueda presentar. Recuerda la ley de Murphy: “Si algo puede salir mal, así será”. No fue escrita con los autos usados en mente, pero bien pudo ser así.

Y que no te convenza un vendedor si te dice que no te preocupes porque el recuadro de “como está” esté marcado, que el distribuidor se hará cargo si surge cualquier problema.

Sin importar lo que prometa el vendedor, “como está” significa que estás solo en esto. Cuando compras un auto “como está”, antes de que te entreguen las llaves, ellos te pedirán que firmes un documento en el cual reconoces de manera específica que eso es justo lo que has hecho; es decir, que has renunciado a todas las garantías, verbales o de cualquier otro tipo. En otras palabras, asumes toda la responsabilidad por arreglar cualquier cosa que esté mal con el auto, y no debes esperar que nadie acuda en tu ayuda si el auto resulta ser un “limón”.

“Los autos de Katrina”. Todos están “húmedos”

Alrededor de 10 por ciento de los autos y camiones de Louisiana y Mississippi, es decir 571.000 vehículos en total, fueron arruinados por el huracán Katrina en agosto de 2005. Un mes después, el huracán Rita dañó decenas de miles más. Muchos de esos llamados “autos de Katrina” fueron destruidos, pero muchos otros no lo fueron. En lugar de ello, fueron limpiados y ofrecidos a la venta, en algunos casos por vendedores sin escrúpulos que ocultaron su pasado.

Lo mismo sucede cada año después de la temporada de huracanes. La única variable es la escala del problema. En cualquier año hay decenas de miles de autos dañados a causa de las inundaciones que son ofrecidos a incautos compradores en todo el país. Quizá tengan buen aspecto y tal vez funcionen bien, pero literalmente sólo son problemas a la espera de presentarse. Como dijo un experto en seguridad automotriz al Washington Post: “Todos los componentes electrónicos se encuentran en alto riesgo. Es inevitable que se corroan. Los frenos fallarán, los motores fallarán de manera intermitente en el tránsito y las bolsas de aire no se inflarán en una colisión”.

Por suerte, estos “autos de Katrina” tienen señales que los delatan. Debes prestar atención si un auto usado que has considerado tiene corrosión inferior o un olor mohoso, o si existe alguna evidencia (como placas de Louisiana o Mississippi) de que ha estado en el área afectada durante un huracán. Mira debajo de la alfombra, tanto en la cajuela como el compartimiento de pasajeros, para ver si hay cualquier signo de humedad estancada u hongos. También revisa debajo del cofre para ver si hay un anillo alrededor del compartimiento del motor. Una línea de agua marcada por corrosión, lodo o salitre es una indicación segura de que el motor estuvo sumergido en agua en algún momento.

El auto en el estacionamiento de Wal-Mart con el letrero de SE VENDE en la ventanilla

Los vemos todo el tiempo: autos estacionados al lado de la calle o en el estacionamiento de un centro comercial con esos letreros rojos y blancos de SE VENDE pegados a las ventanillas laterales o traseras. Por lo general, los vendedores dicen que es su auto personal y que sólo desean hacer una venta rápida en efectivo, de persona a persona, sin intermediarios ni papeleo. A veces son legítimos por completo, pero muchos de estos vendedores son lo que se conoce como “coyotes”; es decir, vendedores de autos usados ilegales y sin licencia que operan en las aceras en lugar de trabajar en un lote legítimo. La mayoría de los autos que venden los coyotes son vehículos rescatados de la destrucción o que han reprobado las inspecciones. Algunos son robados; por tanto, ten cuidado con las ventas callejeras sin importar lo atractivo que sea el precio.

Qué hacer si algo sale mal

Muchas de las trampas que los vendedores deshonestos de autos usados intentan hacer no son sólo injustas, sino que van en contra de la ley. Los fraudes como las ofertas engañosas, la modificación de odómetros y el lavado de títulos (donde un auto muy dañado es registrado en otro estado y con otro título que no refleja su verdadera condición) son crímenes. Así que si crees que has sido víctima de este tipo de fraudes, anímate: la ley está de tu lado.

Pero antes de llamar a la policía, hay algunas acciones menos drásticas que puedes intentar si crees que hay algo extraño en el auto usado que acabas de comprar.

En la mayoría de los casos, lo primero que debes hacer es confrontar al vendedor e intentar resolver el problema de manera directa. Si se trata de una cadena grande como AutoNation y CarMax o una agencia distribuidora franquiciada conectada con alguno de los grandes fabricantes de autos, es probable que cuenten con un departamento de servicio al cliente que hará su mayor esfuerzo para resolver el problema. Si se trata de un distribuidor independiente, debes acudir al vendedor o a su supervisor.

Lo importante es mantener la calma y expresar tu queja por escrito, junto con lo que te gustaría que ellos hicieran al respecto.

Como es obvio, no esperes que se sientan felices de verte. De hecho, la mayoría de los vendedores de autos usados correrán hacia el otro lado cuando vean que un ex comprador disgustado se presenta en su lote. Puede ser increíblemente frustrante. De hecho, no puedo pensar en una situación más irritante que ser ignorado por el mismo sujeto que fingió ser tu mejor amigo cuando intentó venderte un vehículo apenas unos días o semanas atrás. Sin embargo, a pesar de que puede hacerte sentir mejor, la manera más conveniente de obtener resultados no es gritarle todas las groserías del diccionario ni amenazarlo con pedir que lo arresten. Lo que harás es enviar una carta clara y concisa a su jefe o al dueño de la distribuidora en la cual expliques tu queja, sugieras una posible solución y expreses, con toda educación, que esperas que no sea necesario emprender alguna acción legal.

Es probable que esto produzca resultados. Si no es así, es momento de acudir a las autoridades y/o contratar a un abogado. Además de contactar a la división de protección al consumidor de la oficina del fiscal general de tu estado, también deberás quejarte con el Better Business Bureau (www.bbb.org). Y piensa en llamar al periodista de asuntos del consumidor en tu estación de televisión local o en tu periódico local. Los periodistas de asuntos del consumidor adoran exhibir los fraudes relacionados con autos usados. (Por otra parte, no les interesan en absoluto las disputas de “él dijo/ella dijo” entre compradores y vendedores, de manera que, si tu problema en realidad no es un vendedor cuya práctica es el engaño a sus clientes, ni te molestes).

Si tienes problemas con un auto usado que compraste en una transacción privada (tanto si lo encontraste en un anuncio de periódico como en Craigslist), tienes menos opciones. Si el vendedor se niega a hacer algo respecto de tu queja o incluso a responder a tu carta, no es mucho lo que puedes hacer excepto contratar a un abogado y demandarlo. Éste es uno de los beneficios de hacer tratos con un distribuidor.

Sin embargo, existe un tipo de transacción privada de autos usados en el cual los compradores cuentan con protección: los vehículos vendidos a través de eBay. Bajo su Política de protección de compra de vehículos, eBay reembolsará a sus clientes hasta $50.000 si un auto que compraron a través del sitio resulta ser robado, estar dañado o no cumplir con lo anunciado.

Pasos de acción para luchar por tu dinero

Comienza por emplear sitios como Edmunds.com y el Kelley Blue Book (www.kbb.com) para investigar valores de autos, sus precios, marcas y modelos. ¡Investiga antes de lanzarte!

Antes de comprar un auto usado, revisa su historia en www.carfax.com o www.autocheck.com.

Siempre haz que un mecánico independiente realice un diagnóstico minucioso del auto antes de comprarlo.

Busca certificaciones (CPO) cuando le compres a un distribuidor.

Busca ofertas en línea, en sitios como www.craigslist.com y www.ebaymotors.com.

¡No olvides las ventas de autos usados de las empresas que alquilan autos! Visita sus páginas individuales para conocer su inventario.

Leasing de autos

¿Quieres hacer feliz a un distribuidor de autos? Entra a su sala de exhibición y dile que estás interesado en un leasing (alquiler con opción a compra). Los distribuidores adoran a los clientes de leasing.

Existe una buena razón para ello. El leasing puede ser tan complicado y confuso que engañar a los clientes es facilísimo. De hecho, es tan fácil jugar con los números que los distribuidores de autos ganan, en promedio, el doble de utilidades por un leasing que por una venta convencional.

Dado que casi 25 por ciento de los autos nuevos (y más de 85 por ciento de algunos modelos de lujo) son arrendados en lugar de comprados, estamos hablando de mucho dinero, alrededor de $10 mil millones por año en utilidades adicionales, de acuerdo con algunos estimados. Esto no significa que el leasing siempre sea un robo. Existen situaciones en las cuales tiene sentido arrendar en lugar de comprar. De hecho, yo he realizado leasings exitosos. El truco es reconocer cuándo te encuentras en la situación adecuada y cuándo no.

¡Atención!

Los distribuidores de autos obtienen hasta el doble de ganancias por un leasing que por una venta convencional.

Cómo luchar por tu dinero

El leasing de autos puede sonar más sencillo de lo que es en realidad. Cuando arriendas, lo que haces es obtener derecho a utilizar un auto durante un periodo establecido (por lo regular entre dos a cinco años), durante los cuales accedes a pagar el costo de la depreciación de dicho auto. Digamos que arriendas un Honda de $25.000 durante tres años. Dado que un Honda por lo regular se deprecia 40 por ciento en tres años, el auto valdrá sólo alrededor de $15.000 cuando termine el plazo del leasing. Entonces, por el derecho de utilizar ese Honda durante esos tres años, tienes que compensar a la empresa arrendadora por la disminución de $10.000 de su valor.*

En teoría, podrías entregar $10.000 en efectivo al inicio del leasing y terminar con el asunto. Algunas personas lo hacen así, a pesar de que desafía uno de los principios fundamentales de la mayoría de los leasings de autos, que es minimizar tus costos inmediatos. Pero la mayoría de la gente que contrata un leasing ofrece poco o nada en efectivo para cubrir la depreciación. En lugar de ello, esta gente cubre el costo de la depreciación en pagos mensuales, más intereses.

Ésta es la razón por la cual los pagos del leasing por lo general son mucho menores que los pagos por préstamos para autos. Con un préstamo para auto, tú pagas el precio de compra del auto; es decir, su valor total. Con un leasing, sólo pagas una parte de su valor, que a menudo es menor a la mitad. Desde luego, una vez que has pagado un préstamo para auto, ya eres dueño del auto por completo. Cuando termina un leasing, tú no posees nada. Es verdad que por lo general puedes comprar un auto al finalizar el leasing si pagas el precio depreciado, conocido en la jerga como valor residual. Pero, a menos que la empresa haya calculado mal, lo cual hacen a veces, por lo general es mucho más barato tramitar un préstamo para auto y comprar el vehículo nuevo que arrendar un auto durante varios años y después comprarlo. Lo anterior se debe a que a menudo las tasas de interés sobre préstamos de auto son más bajas que las de los leasings.

Entonces, ¿cuál es el mejor acuerdo: pagar mucho menos cada mes pero tener que entregar el auto al final del leasing o pagar más, pero poder conservar el auto? De hecho, no existe una respuesta única para todos. Depende de una amplia variedad de factores: cómo conduces, dónde conduces, cuánto se deprecia el auto, el tipo de intereses que debes pagar, etc.

Los distribuidores de autos siempre te dicen lo conveniente que es el leasing. Ellos harán énfasis en los pagos mensuales más bajos y en los bajos costos directos, “la conveniencia” de deshacerte del auto al finalizar el leasing y, sobre todo, la capacidad de colocarte detrás del volante de un auto más elegante del que podrías pagar de otra manera.

Ellos jugarán a ganar y mucho de lo que te digan puede ser verdad, pero mantén la guardia en alto. Hay muchas cosas más que no te dicen, y por un buen motivo.

Cuándo el leasing tiene sentido … y cuándo no

El leasing es atractivo para muchas personas porque parece ser menos caro que comprar un auto nuevo. Como veremos en breve, esto puede ser confuso. Sin embargo, no hay duda alguna de que el leasing puede colocarte detrás del volante (al menos durante un tiempo) de un auto mucho mejor del que quizá puedas comprar. Sin embargo, en realidad no debes considerar esta opción a menos que coincidas con la mayoría de las siguientes categorías, si no es que con todas.

1. Necesitas tener un auto nuevo cada dos o tres años. El leasing no tiene sentido si en realidad no te importa tener un auto nuevo. El hecho es que, cuando arriendas, pagas continuamente los precios de los autos nuevos sin poder ser dueño de ellos; por tanto, si bien podrías conducir un aceptable auto usado, ¿para qué molestarte?

2. Por lo general conduces menos de 15.000 millas al año. Dado que el valor de un auto usado se relaciona de manera directa con cuántas millas ha recorrido, la mayoría de los leasings limitan el número de millas que puedes agregarle al auto. Tú puedes elegir el límite (por lo general 10.000, 12.000 o 15.000 millas por año) y mientras más alto sea, más caro será el leasing. Si superas cualquiera que sea el límite que hayas elegido, tienes que pagar una rígida penalización que por lo general varía entre 15 y 25 centavos por milla. De acuerdo con un estudio de CNW Marketing Research, más de la tercera parte de la gente que arrienda autos excede su límite anual; el excedente común es de alrededor de 25.000 millas por año. Quizá no te parezca mucho, pero, en el transcurso de un leasing de tres años, el exceso de millas puede costarte alrededor de $2.000 en tarifas de penalización. Y si sobrepasas el límite por mucho, puede terminar por costarte tanto que quizá te convendría más comprarle el auto a la arrendadora por el valor residual y revenderlo.

3. Eres bueno para mantener tu auto en buenas condiciones. Deberás pensar dos veces el leasing si te gusta modificar o adecuar tu auto o, por el contrario, si no eres muy bueno para cuidarlo. Se espera que devuelvas el auto casi en condiciones de sala de exhibición cuando termine el plazo del leasing. Raspa una llanta con la acera y eso te costará cientos de dólares, quizá miles, según el tipo de llantas que tengas. Sufre cualquier abolladura, raspadura, cuarteadura de parabrisas o desgaste de alfombras, cualquier cosa que se te ocurra, y te cobrarán por desgaste “excesivo”. Y, créeme, te cobrarán el valor total. A menudo, este tipo de tarifas son absurdas. De acuerdo con CNW, las valuaciones de desgaste fueron, en promedio, de $1.700 en el año 2006.

Las valuaciones de desgaste fueron, en promedio, de $1.700 en el año 2006.

Con lo anterior en mente, antes de devolver un auto arrendado debes fotografiarlo de arriba abajo para probar que fue devuelto en buenas condiciones. El distribuidor no lo hará cuando le devuelvas el auto. Ellos evalúan después las condiciones del auto y te envían una factura o deducen los cargos correspondientes de tu depósito, si dejaste alguno.

4. Eres propietario de un negocio o eres un profesional independiente y utilizas el auto para trabajar. Si eres propietario de un negocio o eres un profesional independiente que utiliza el auto para trabajar, el costo total del leasing debe ser deducible de impuestos. Para algunas personas que pertenezcan al rango del 355, esto puede reducir el costo real del leasing en más de una tercera parte, lo cual convierte a este sistema en un mejor acuerdo que la compra. Las personas asalariadas a veces pueden deducir gastos de automóvil (en términos básicos, 58,5 centavos de dólar por cada milla que conducen relacionada con negocios), pero por lo general no pueden amortizar el costo de leasing de un auto.

5. Tu empleo es seguro y no anticipas ningún cambio de estilo de vida que pudiera afectar el tipo de auto que necesitas. Un leasing de auto es un contrato y las empresas arrendadoras pueden ser brutales para hacerlos obligatorios. El hecho de que tus circunstancias cambien (que hayas perdido el empleo, que hayas tenido trillizos o que hayas sido convocado por la Guardia Nacional) no les importa. La mayoría de las empresas de leasing no te permitirán devolver un auto antes de tiempo sin pagar altas penalizaciones que con frecuencia equivalen a los pagos restantes del leasing total. De hecho, una vez que has firmado un contrato de leasing de auto, es casi imposible escapar de él a menos que te declares en bancarrota. Por tanto, ni pienses en arrendar un auto a menos que tengas seguridad absoluta en que será el vehículo adecuado para ti durante el plazo completo del leasing y de que serás capaz de cubrir todos tus pagos.

Cómo obtener un buen trato: enfócate en el costo total

Así que has considerado todos estos factores y crees que el leasing puede tener sentido para ti. Ahora es cuando comienza el verdadero trabajo. No hay duda alguna de que, comparado con financiar la compra de un auto con un préstamo, el leasing por lo general ofrece pagos mensuales y costos inmediatos más bajos. Como ya mencioné, el distribuidor de autos insistirá en este punto una y otra vez. El asunto es que ésa no es toda la historia y, con el fin de asegurarte de obtener un buen trato, necesitas conocer toda la historia.

En definitiva es agradable tener pagos mensuales y costos inmediatos bajos, pero lo que en realidad importa es el costo total del leasing; es decir, cuántos de estos bajos pagos mensuales tendrás que hacer, cuáles son las otras tarifas en las cuales podrías incurrir y cuál será la suma final de todo ello.

Existen muchas variables básicas que afectan el costo total de un leasing. Pueden parecer complicadas pero, si no permites que la terminología te abrume, en realidad son muy fáciles de comprender.

En primer lugar está el valor real del auto, que se conoce como el “costo capitalizado”. Después está el plazo del leasing (cuántos años durará), el límite de millaje y el valor residual, que es cuánto dice la empresa que valdrá el auto cuando expire el leasing. La diferencia entre el costo capitalizado y el valor residual es la depreciación, que es el costo básico que tú y el arrendador tendrán que pagar. También existen los costos inmediatos, que por lo general incluyen el pago del primer mes, un depósito de seguridad reembolsable, tarifas de registro y otros cargos. Al final hay un concepto llamado “factor monetario”, el cual determina cuánto interés deberás pagar sobre la depreciación.

Como es obvio, mientras menor sea la depreciación, menos costoso será tu leasing. Lo que complica las cosas es que existe muchas maneras distintas de reducir la cifra de la depreciación. Una manera es bajar el costo capitalizado, lo cual puedes lograr al regatear con el distribuidor o al acordar realizar un pago en efectivo (conocido en los círculos de leasing como “reducción de costo capitalizado”). Por lo general, cuando negocias un leasing, un vendedor te exhortará a entregar algunos miles de dólares en efectivo con la idea de proponerte que tus pagos mensuales sean menores. No te dejes convencer. Claro que tus pagos mensuales serán menores, pero perderás una buena cantidad de dinero, y si sucede que pagas el costo total del auto en los primeros meses de tu leasing, no lo recuperarás.

Una mejor manera de reducir la depreciación es incrementar el valor residual, lo cual puedes lograr al negociar con el distribuidor, al acordar un límite menor de millaje o al elegir un auto reconocido por conservar su valor (un Lexus o Honda, digamos, en comparación con un Cadillac o un Kia). También podrías reducir el plazo del leasing dado que, mientras más corto sea, más joven será el auto cuando el contrato expire y menos se habrá depreciado.

También puedes reducir el costo de un leasing si intentas obtener el factor monetario más bajo posible. Esto puede ser difícil dado que los distribuidores no están obligados a revelar este número, pero si les dices que no firmarás un contrato de leasing sin saber cuál es el factor monetario, la mayoría te lo dirá. Si tu distribuidor se niega, márchate de allí.

Un sistema sencillo para desenmascarar el viejo juego de triles

Dado que existen muchas partes móviles, muchos distribuidores de autos convierten la negociación de leasing en una especie de juego de triles en el cual intentan distraerte con conversaciones sobre bajos pagos mensuales mientras ocultan el costo capitalizado, omiten algunos miles de millas del límite anual y agregan algunos meses adicionales al plazo y, al final, te sorprenden con un montón de tarifas administrativas únicas, no negociables, y cargos adicionales.

No es imposible derrotar al distribuidor con su propio juego, pero hace falta verdadera disciplina y enfoque. Por suerte, existe una manera mucho más sencilla de asegurarte de obtener un buen trato en un leasing de auto. Todo lo que necesitas es decidir cuatro cosas por adelantado: el modelo de auto que te gustaría, el monto del pago inmediato que estás dispuesto a hacer (si es que lo hay), el periodo que te gustaría que durara el leasing y el límite de millaje con el cual crees que puedes vivir.

Con estas cuatro variables definidas en mente, no necesitas preocuparte más acerca de los demás factores complicados que intervienen en el cálculo del costo total del leasing. Unos buenos sitios para investigar lo que es razonable pagar son:

Entonces sólo entra a Internet o comienza a llamar por teléfono a las agencias distribuidoras locales.

Pídeles a los distribuidores que cumplan con tus cuatro especificaciones (“Busco un leasing de tres años de un Honda Accord LX, no más de $2.500 de pago inmediato y con 12.000 millas por año”). Después, pregúntales cuál es el mejor pago mensual que pueden ofrecerte.

Cuando inicias el proceso de leasing desde esta perspectiva, no importa cuáles sean las otras cantidades y cómo llegue a ellas el distribuidor. Dado que tú ya has especificado cuánto dinero en efectivo pagarás de inmediato y cuántos pagos mensuales harás, sólo hay una cosa que necesitas saber con el fin de calcular el costo total del leasing: el monto del pago mensual.

Una vez que conoces el pago mensual, sólo multiplícalo por el número de meses de tu contrato de leasing y después suma tu pago inmediato. Lotería: ¡tienes tu costo total!

Este sistema también te facilitará descubrir cuál distribuidor te ofrece el mejor acuerdo. Cuando juegas con todos estos factores, es probable que todo acuerdo que te ofrezcan esté estructurado de distinta manera y termines por comparar manzanas con naranjas. Con esta perspectiva simplificada, siempre serán manzanas con manzanas dado que la única variable que compararás es el precio mensual.

Si todo esto te parece muy complicado o consume mucho de tu tiempo, existen servicios que se harán cargo de todos los cálculos e investigación por ti. Algunos de ellos, como 1ClickAutoBrokers.com, cobran una tarifa; otros, como Auto Leasing Direct (www.autoleasingdirect.info) y LeaseByNet.com, incluyen sus compensaciones en el acuerdo que logran conformar para ti. Todas estas empresas declaran que pueden obtener tratos tan convenientes para ti que, incluso con sus honorarios, tú sales ganando. El asunto es que estos servicios tienden a especializarse en automóviles de lujo, así que si buscas un Chevy o un Volkswagen, quizá no te sean muy útiles.

Protégete con un seguro

Cuando arriendas un auto, eres responsable de devolverlo a la empresa de leasing en buenas condiciones al final del leasing. Entonces, ¿qué sucede si el auto es pérdida total o es robado? En la mayoría de los contratos regulares de leasing, tendrías que pagar a la empresa los pagos mensuales restantes además del valor residual del auto. Quizá pienses que tu seguro de auto se hará cargo del asunto, pero la mayoría de las pólizas pagarán sólo el valor actual del auto, y éste puede ser mucho menor a lo que tú le debes a la empresa. (Ten en mente que al instante de sacar el auto arrendado del lote, su valor disminuyó hasta un 20 ó 30 por ciento). En un auto de $25.000 robado o con pérdida total al principio del leasing, la diferencia entre lo que tu aseguradora pagará y lo que tú deberás a la empresa arrendadora puede ascender a $7.000. Y créeme, ellos esperarán que les pagues.

Para protegerte contra esta posibilidad, puedes obtener lo que se conoce como seguro por diferencia, el cual paga la diferencia entre lo que debes y lo que tu seguro de auto pagará. Algunos contratos de leasing los incluyen de manera automática. Si el tuyo no lo incluye, pide a tu compañía aseguradora una cobertura por diferencia. La prima no debe costarte más de $100 por año. (Advertencia: no se la compres al distribuidor pues intentará cobrarte varias veces esa cantidad).

De lo que debes cuidarte

Declaraciones de que siempre es más barato arrendar

Un vendedor que te diga que el leasing siempre es más barato no es un vendedor en quien puedas o debas confiar. En lo que se refiere al leasing, no existe un “siempre”. Si es probable que entregues un auto a cambio antes de que un préstamo esté cubierto, quizá el leasing sea un mejor acuerdo para ti que la compra. Pero si por lo general sueles conservar un auto mucho tiempo después de hacer el pago final (o si pagaste en efectivo por él desde el principio) es probable que la compra te salga más barata. Como demostró un estudio reciente de Consumer Reports, en el primer o segundo año, el leasing por lo regular te cuesta menos; a partir del tercer año, la balanza comienza a inclinarse a favor de la compra.

Promesas de que puedes cambiar tu viejo auto arrendado por uno nuevo

Los vendedores ansiosos por cerrar un trato a veces te dirán que, si te aburres de tu auto antes de que termine el plazo del leasing, ellos estarán felices de liberarte del auto original y ofrecerte uno nuevo. No les creas. Es cierto que estarán felices de ayudarte, pero sólo porque tú les das la oportunidad de extraerte más dinero. De hecho, no existe tal cosa como sustituir el auto viejo por uno nuevo. Lo que en realidad sucede es que el distribuidor te pedirá que le devuelvas el auto antes de tiempo y te cobrará el costo de las tarifas por terminación previa, penalizaciones y depreciación no pagada en tu nuevo leasing. El distribuidor también podría embolsarse tu depósito de seguridad en el proceso.

En el primer o segundo año, el leasing por lo regular te cuesta menos; a partir del tercer año, la balanza comienza a cambiar a favor de la compra.

Confusión con las tasas de interés

A los distribuidores de autos les encanta hablar acerca del factor monetario como si se tratara de una tasa de interés. “Le daremos una tasa de 4,6 en este leasing”, te dirá un distribuidor. “Intente conseguir un préstamo de auto por esa tasa”. De hecho, la cifra de 4,6 que el vendedor menciona no es una tasa de interés anual de 4,6 por ciento. Es una abreviación del factor monetario, que en este caso es 0.0046. Para convertir el factor monetario en una tasa de interés anual, multiplícalo por 2.400. Entonces, al multiplicar un factor monetario de 0.0046 por 2.400, obtienes una tasa de interés de 11,04 por ciento, que no es un buen acuerdo en absoluto.

El manejo de las cifras

Después de invertir horas en avanzar y retroceder con el distribuidor, por fin has llegado a un acuerdo en los términos de tu leasing. En este punto, él desaparece a una sala trasera para redactar el contrato. Entonces tú gastas veinte minutos en retorcerte los dedos y en preguntarte qué sucede. Cuando por fin reaparece, te presenta el contrato de leasing. Tú lo miras y notas que el pago mensual es $30 más alto de lo que debía ser. “Cuando usted y yo negociábamos el asunto, cometimos un pequeño error en los cálculos”, te dice. “No hay problema”. No le creas. Para empezar, en un leasing por treinta y seis meses, este “pequeño error” te costará más de $1.000. Además, es probable que no se trate de un error, sino del resultado de que él ha manejado las cifras; por ejemplo, que ha intentado ocultar una ganancia adicional al anotar un costo capitalizado $1.000 más alto del que habían acordado.

A pesar de que los contratos de leasing de autos son formatos largos y complicados, llenos de letras diminutas y docenas de cifras, revisa cada una antes de firmarlo. Confirma que las cuotas administrativas, el pago inmediato, el costo capitalizado, el límite de millas, el costo residual, el pago mensual y el plazo sean justo lo que acordaste. Algunos distribuidores redactarán todo bien, pero después escribirán que el leasing será por treinta y nueve meses en lugar de los treinta y seis que debían ser, con la esperanza de que tú no lo notes hasta que sea demasiado tarde y te veas obligado a hacer tres pagos mensuales adicionales. Algunos intentarán disminuir el límite de millas.

Asume lo peor y revisa con cuidado el contrato de leasing. Si no estás seguro acerca de cualquier detalle, ¡NO LO FIRMES! Una vez que obtengan tu firma, estarás atrapado y no habrá manera de retroceder.

Accesorios innecesarios

Los vendedores de autos son vendedores de autos y, tanto en la venta como en el leasing, intentarán engañarte para que pagues accesorios innecesarios sobrevaluados como extensiones de garantía, anticorrosivos, selladores de pintura y cosas por el estilo. Algunos incluso pueden sugerir que las empresas arrendadoras te obligan a comprar algunas de estas “protecciones”. Que no te convenzan. Si un vendedor utiliza esta frase, busca otro distribuidor.

De hecho, estos accesorios son innecesarios en un auto que compras y mucho más innecesarios en un auto que arriendas. Recuerda: el auto que arriendas es nuevo y, dado que nunca debes arrendar un auto durante un periodo mayor al cubierto por la garantía del fabricante, estarás protegido durante el periodo total del leasing. Por tanto, una extensión de garantía es una pérdida total de dinero y lo mismo sucede con los demás accesorios.

En cierta ocasión, un vendedor me miró a los ojos y me sugirió una protección anticorrosiva para un auto que arrendé en California. Le dije: “Es una broma, ¿cierto? Un convertible en California … ¿de verdad cree que necesito un anticorrosivo?”. Él replicó: “Tengo que preguntarlo”.

Qué hacer si algo sale mal

Varias leyes federales y estatales solicitan que los distribuidores y las empresas de leasing revelen sus términos y condiciones para leasing de autos, incluso el costo capitalizado, el valor residual, el cargo financiero (es decir, el monto en dólares por el interés que pagarás, NO el factor monetario o la tasa de interés utilizados para calcular dicho monto), así como asuntos como los cargos por desgaste y las penalizaciones por terminación previa. Si has sido víctima de prácticas fraudulentas o injustas, puedes contraatacar al contactar a la agencia de protección al consumidor de tu estado o a la oficina del fiscal general. También puedes quejarte ante la Federal Trade Commission (www.ftc.gov) y al Federal Reserve Board, cuyo trabajo es hacer cumplir el Acta del consumidor de leasing, la cual regula la mayoría de los leasings a consumidores.

Puedes llamar al número telefónico gratuito del centro de respuesta de la Federal Trade Commission: (877) FTC-HELP (877-382-4357) o escribir a:

Federal Trade Commission
Consumer Response Center—204
600 Pennsylvania Ave., NW
Washington, DC 20580

Puedes llamar al número telefónico gratuito del centro de ayuda de la Federal Reserve’s Consumer Help: (888) 851-1920 o escribir una queja en línea a www.federalreserveconsumerhelp.gov.

También puedes escribir a la FED a:

Federal Reserve Consumer Help
P.O. Box 1200
Minneapolis, MN 55480

Si tienes problemas con el auto en sí mismo (y no con el proceso de leasing), cuentas con las mismas protecciones de la ley Lemon que una persona que compra un vehículo nuevo. Para más detalles, consulta la sección “Comprar un auto nuevo”.

Una manera segura y legal de salir de un leasing de auto

Como ya mencioné, una vez que firmas un contrato de leasing, estás atrapado. Si intentas entregar el auto antes de tiempo, ellos te cobrarán costosas penalizaciones y, si no cumples con los pagos, ellos arruinarán tu historial crediticio. Entonces, ¿qué debes hacer si pierdes tu empleo o tienes hijos o, de cualquier manera, experimentas cambios en tu vida que te obligan a salir con desesperación del leasing de tu auto? La respuesta puede ser transferir tu leasing a otra persona.

Por una tarifa que por lo regular equivale a varios cientos de dólares, sitios electrónicos como Swapalease.com y LeaseTrader.com ponen en contacto a personas que intentan salir de un leasing con personas que buscan entrar en uno. Aceptar la transferencia de un leasing puede ser un buen acuerdo dado que todos los costos inmediatos ya han sido cubiertos, junto con una porción de la depreciación.

Una vez que se ha establecido el contacto, el sitio verifica el crédito del comprador y se encarga del papeleo para transferir el auto. En este punto, tú quedas libre. A pesar de que a veces tienes que ofrecer varias concesiones financieras para convencer a un comprador de aceptar tu leasing, casi siempre te saldrá mucho más barato que pagar esas tarifas de penalización por entrega previa.

Aceptar la transferencia de un leasing puede ser un buen acuerdo dado que todos los costos inmediatos ya han sido cubiertos, junto con una porción de la depreciación.

Pasos de acción para luchar por tu dinero

Asegúrate de que el leasing es la decisión correcta para ti (por lo general no lo es).

Enfócate en los cuatro factores que conforman el costo total para obtener el mejor acuerdo en términos financieros.

Haz tu tarea antes de intentar negociar el leasing de un auto nuevo. Utiliza sitios electrónicos como CarBuyingTips.com y Edmunds.com, los cuales ofrecen abundante información y herramientas de investigación.

Acepta el leasing de alguien más con el mejor acuerdo.

Alquiler de autos

El problema con el aquiler de un auto no es que las tarifas sean muy altas. De hecho, con frecuencia son razonables según el estado y la ciudad donde alquiles. Sin embargo, las empresas de alquiler de autos tienen la misma actitud hacia la maximización de utilidades que las líneas aéreas. Con una intensa competencia que les dificulta elevar sus precios básicos, ellas intentan vaciar tu bolsillo al cobrarte todo tipo de tarifas y cargos especiales, muchos de los cuales son por productos o servicios que quizá no necesites. Esto les representa miles de millones de dólares en ganancias adicionales y eleva entre 20 y 60 por ciento el precio que terminas por pagar sobre las tarifas básicas anunciadas.

Entonces, el truco para alquilar un auto es asegurarte de que obtienes sólo lo que quieres y necesitas, en contraposición a lo que la empresa de alquiler de autos intentará venderte.

Cómo luchar por tu dinero

El negocio de alquiler de autos es grande. Existe media docena de compañías importantes que operan ocho marcas nacionales: Alamo, Avis, Budget, Dollar, Enterprise, Hertz, National y Thrifty. Juntas producen más de $20 mil millones al año.

Es probable que tengas una historia de horror acerca de que fuiste maltratado por una u otra de ellas. Yo sé que tengo varias, pero, de acuerdo con una encuesta elaborada en el año 2007 por el Consumer Reports National Research Center, todas ofrecen más o menos el mismo nivel de servicio, así que no es necesario que te vuelvas loco para decidir a cuál compañía debes alquilerle. Sólo acude a la que te ofrezca los mejores precios.

He aquí cómo puedes asegurarte de obtener un buen acuerdo.

¡Investiga y negocia!

Gracias a Internet es fácil obtener cotizaciones de cualquiera de las empresas principales y buscar las más bajas. Los sitios electrónicos comparativos como www.kayak.com, www.hotwire.com y www.sidestep.com, junto con los sitios de viajes como Expedia (www.expedia.com), Orbitz (www.orbitz.com) y Travelocity (www.travelocity.com) pueden ofrecerte tarifas competitivas para cualquier modelo de auto, en cualquier fecha y ubicación. Una vez con ellas en mano, puedes contactar a las empresas de alquiler de manera directa, tanto a través de sus sitios electrónicos como por teléfono, y averiguar si pueden ofrecerte algo mejor. Con frecuencia podrán hacerlo y lo harán.

También, y esto es muy importante, cuando llames directo a la empresa de alquiler, te recomiendo tener abierta su página web y frente a ti porque es muy posible que exista un precio más bajo que el que te coticen. Esto me ha sucedido media docena de veces. Dicho lo anterior, ésta es la razón por la cual también necesitas estar listo para negociar. A veces, la persona con quien hablas por teléfono puede disminuir el precio en línea aunque se trate de la misma empresa. Y ahora, para hacerlo aún más enloquecedor, cuando llegas en persona al mostrador de alquiler, pregunta: “¿Cómo puedo obtener un mejor precio?” para ver si puedes lograr que lo disminuyan un poco más. En términos básicos, por lo que se refiere a alquilar un auto, no existe un “precio fijo”. Lo que te coticen no es lo que tienes que aceptar.

En términos básicos, por lo que se refiere a alquilar un auto, no existe un “precio fijo”. Lo que te coticen no es lo que tienes que aceptar.

Y no restrinjas tu búsqueda a las marcas más importantes. Existen numerosas empresas más pequeñas de alquiler de autos (como ACE, Advantage, Fox, Triangle, incluso U-Haul) que quizá no sean conocidas a nivel nacional, pero alquilan el mismo tipo de autos último modelo y de bajo millaje que las principales. Puedes obtener información de tarifas y hacer reservaciones a través de sitios electrónicos como Car-rental Express (www.carrentalexpress.com) o CarRentals.com (www.carrentals.com).

Por último, reserva con anticipación para obtener los mejores precios porque siempre puedes cancelar sin penalización, ya que por lo general no estás obligado a hacer una reservación con tarjeta de crédito.

Alquila los fines de semana, si tienes esa flexibilidad

Puedes ahorrar mucho si alquilas durante un fin de semana. Por lo general, los fines de semana representan muy baja actividad para las empresas de alquiler de autos dado que la mayor parte de su demanda proviene de gente de negocios que realiza la mayoría de sus viajes entre semana. Por tanto, en un esfuerzo por generar tránsito, éstas disminuyen sus precios de manera drástica los sábados y los domingos. Y en verdad es drástica. Hace poco, en Enterprise, el mismo auto compacto que te costaría $78.59 durante la semana, se rentaba por sólo $29.89 por día en sábado o domingo. Así que, si tienes esa flexibilidad, ahorra y alquila durante el fin de semana.

Lee el contrato

Es probable que el momento en el cual eliges el auto sea cuando algo pueda marchar mal. En definitiva, debes tomarte unos minutos para leer el contrato antes de firmarlo. Con tantas agencias de alquiler que ahora ofrecen “clubes de oro” que te permiten sólo abordar tu auto y marcharte, es demasiado fácil obviar algo importante. El contrato puede tener marcada la opción de seguro, porque eso es lo que aparece en tu perfil, cuando de hecho no lo necesitas. Peor aún, el auto que te llevas puede tener daños, raspones o abolladuras por los que podrían cobrarte. Así que, antes de salir de allí a toda velocidad, revisa el auto por completo y asegúrate de que se encuentra en las mismas condiciones descritas en el contrato. Cualquier daño necesita incluirse en el contrato. También asegúrate de que el millaje escrito coincida con el odómetro y de que el tanque de gasolina esté lleno.

Asegúrate de saber qué es lo que en verdad pagas

La tarifa básica diaria o semanal que pagarás por un auto alquilado sólo es una parte del precio total que pagarás al final. Existe todo tipo de costos adicionales por considerar. Algunos son obligatorios, como:

Otros son opcionales, como:

Cuando sumas todo lo anterior, estos cargos adicionales pueden terminar por duplicar el costo de tu alquiler, así que pregunta por ellos con anticipación y asegúrate de que todos los cargos adicionales aplicables se incluyan en tu cotización. No temas preguntar con amabilidad: “¿No puede agregar un GPS o el asiento para bebé, etc., sin costo?”. A menudo, el gerente del lote de alquiler de autos puede hacerlo. Por lo general, yo obtengo algunos servicios adicionales “gratuitos” con sólo preguntar con amabilidad. Justo la semana pasada obtuve un auto mejor del que había solicitado y un asiento para bebé “gratis”, lo cual me ahorró $75 en mi alquiler.

Elimina los accesorios opcionales
Si alquilas un Ford Taurus en el aeropuerto O’Hare de Chicago:
Tu costo total aproximado por día, sin accesorios: $120.94  
Tu costo por día con GPS, radio satelital y asiento para bebé: $153.68  
Elimina los accesorios y en el curso de una semana ahorras: $230.00  

Que no te avergüence solicitar descuentos

¿Perteneces a la American Automobile Association? ¿A AARP? ¿A Costco o a Sam’s Club? Si es así, es probable que puedas obtener un descuento de entre 5 y 25 por ciento sobre el precio de tu alquiler. La mayoría de las empresas principales de alquiler de autos ofrecen descuentos a miembros de ciertas organizaciones, a empleados de ciertas compañías, a clientes de ciertas corporaciones, incluso a personas que asisten a ciertas convenciones y exposiciones comerciales. En cierta época, fui miembro de un gimnasio que proporcionaba tarjetas de descuento de Hertz a sus clientes. Existen muchos de estos acuerdos y siempre puedes ganar puntos a tu favor si preguntas si cualquiera de tus afiliaciones personales o profesionales califican para un descuento.

Además de estos descuentos grupales, las empresas de alquiler también ofrecen cupones de descuento en los sitios electrónicos de viajes, en revistas turísticas y en las áreas de cajas de los grandes almacenes minoristas como

Sólo miembros

Ahorra 25 por ciento con tu credencial de Costco en National, Alamo y Avis; o 20 por ciento en Hertz y Budget.

Ahorra 20 por ciento con tu credencial de miembro de AAA en autos de clase premium en Hertz o 15 por ciento en clases desde económica hasta mayor.

Costco, así que mantén los ojos abiertos. También puedes visitar sitios electrónicos de descuento al consumidor como www.rentalcarmomma.com y www.rentalcodes.com para lograr algunos ahorros considerables. Por último, SIEMPRE pregunta en el mostrador: “¿Tienen alguna oferta especial? ¿Hay algo que pueda hacer para obtener un mejor precio o un mejor acuerdo el día de hoy?”.

¡Alquilar en el aeropuerto puede costarte 25 por ciento más!

De acuerdo con un estudio realizado en el año 2005, alquilar un auto en cualquiera de los aeropuertos principales puede costarte 25 por ciento más en tu factura total. No hay duda de que es lo más conveniente cuando llegas por avión, pero casi siempre es más caro alquilar un auto en el aeropuerto que en una agencia de la localidad. Esto se debe a que la mayoría de los aeropuertos y los gobiernos locales que los regulan les imponen una variedad de impuestos y tarifas especiales por alquiler de autos. La idea básica es que los clientes que son embaucados por lo regular no son residentes locales; así que, ¿a quién le importa si no les gusta? El aeropuerto intercontinental George Bush de Houston tenía los cargos más sorprendentes y sus impuestos incrementaban el costo de alquiler en más de 66 por ciento.

Entonces, si vas a aquilar por más de un día o dos es probable que valga la pena que omitas el gran centro de alquiler de autos en el aeropuerto y, en cambio, te organices para recoger tu auto en la agencia de la localidad, cerca de donde te hospedes. En años recientes, las principales empresas de alquiler de autos han abierto miles de nuevas sucursales en sitios ajenos al aeropuerto, así que no te será difícil localizar alguna.

Veinte minutos para ahorrar
Alquilar un Chevy Impala a Avis en el aeropuerto de Minneapolis/St. Paul: $132,36 por día  
Alquilar un Chevy Impala a Avis en la sucursal de Maplewood, MN (trayecto de 20 minutos en taxi): $70,13 por día  
Incluso con el costo del taxi, el cual será de unos de $50 de ida y otros $50 vuelta, si alquilas un auto por una semana, ahorras: ¡$300!  

Revisa tu cobertura de seguros antes de alquilar un auto

La mayor y más productiva parte del negocio de alquiler de autos es el seguro sobre alquiler. Casi la tercera parte de todos los clientes que alquilan autos lo contratan y pagan hasta $40 al día por una cobertura que la mayoría de ellos no necesita. Esto es grandioso para las empresas que alquilan autos dado que la mayor parte de los cargos que cobran son puras utilidades, pero por lo general es un robo muy costoso para ti (si ya tienes la cobertura).

Revisemos las condiciones básicas de las complicadas políticas de cobertura de seguros y veamos si en realidad las necesitas. Las pólizas básicas ofrecidas por las agencias de alquiler de autos incluyen la renuncia a daño por colisión (Collision Damage Waiver-CDW), la renuncia a daño por pérdida (Loss Damage Waiver-LDW), la protección de responsabilidad suplementaria (Supplemental Liability Protection), el seguro contra accidentes personales (Personal Accident Insurance-PAI) y la cobertura para efectos personales (Personal Effects Coverage-PEC). En teoría, todo lo anterior es muy razonable. En la práctica, es totalmente innecesario.

Renuncia a daños por colisión (Collision Damage Waiver-CDW)

Ésta en realidad ni siquiera es una póliza de seguro. En lugar de ello, es un contrato legal que te libera de la responsabilidad por cualquier daño por colisión que el auto pueda sufrir mientras lo alquilas. Es bueno contar con esta protección, pero, si sucede que eres propietario de un auto, es probable que ya cuentes con ella. La razón es que la mayoría de las pólizas de seguros para autos cubren no sólo los accidentes que ocurran mientras conduces tu propio auto, sino también aquellos que ocurran mientras conduces otros vehículos. Entre ellos se incluyen los autos alquilados.

Renuncia a daños por pérdida (Loss Damage Waiver-LDW)

La única protección que deberías considerar es la renuncia a daño por pérdida (Loss Damage Waiver-LDW), la cual te protege de tener que reembolsar a la empresa de alquiler el ingreso que pierde mientras el auto está en el taller mecánico. Sólo hay ocho estados en los cuales las pólizas regulares de seguros para autos cubren este daño por pérdida, así que si no vives en Alaska, Connecticut, Louisiana, Minnesota, Nueva York, Dakota del Norte, Rhode Island o Texas, quizá debas considerar la idea de aceptar esta protección.

Protección de responsabilidad suplementaria (Supplemental Liability Protection)

La cobertura de protección por responsabilidad suplementaria proporciona una protección adicional de responsabilidad si alguien hace un reclamo en tu contra mientras conduces un auto alquilado; por ejemplo, si tienes un accidente y el otro conductor demanda en tu contra por heridas propias y daños a su vehículo que excedan los límites regulares de tu póliza. Una vez más, existe un fuerte posibilidad de que ya cuentes con esta cobertura en tu propia póliza de seguro de tu auto.

Seguro contra accidentes personales (Personal Accident Insurance-PAI)

El seguro contra accidentes personales te cubrirá a ti y a tus pasajeros por daños causados mientras conduces un auto alquilado. Si ya cuentas con un seguro médico o una cobertura médica suficiente dentro de la póliza de seguro de tu auto, es probable que no lo necesites.

Cobertura para efectos personales (Personal Effects Coverage-PEC)

La cobertura para efectos personales protege artículos y propiedades personales si resultan dañados. Si cuentas con un seguro de propietario de vivienda o de arrendatario, es probable que ya tengas esta cobertura.

¿No tienes auto? ¡Aún puedes estar cubierto!

Si no tienes auto y, por tanto, no tienes seguro de auto, aún puedes estar cubierto por tu tarjeta de crédito. Muchas empresas de tarjetas de crédito proporcionan un seguro para autos alquilados a los clientes que utilizan dicha tarjeta al alquilar, PERO no lo asumas. Llama a tu empresa de tarjetas de crédito para asegurarte de que calificas, antes de rechazar la cobertura a través de la agencia de alquiler de autos. Es importante que sepas que la mayoría de las empresas de tarjetas de crédito sólo ofrecen seguros por treinta días; entonces, si alquilas a largo plazo, deberás devolver el auto el día treinta y luego alquilar otro distinto con el fin de asegurar una cobertura continua. Algunas tarjetas de crédito definen determinados autos que no aseguran, así que una vez más necesitas conocer las especificaciones de lo que cubre tu tarjeta de crédito. Realiza esa llamada telefónica.

Herramientas

Evita los seguros innecesarios al alquilar un auto y te ahorrarás alrededor de $32 al día.

Existe una excepción a todo esto: si alquilas un auto fuera del país. La mayoría de las pólizas de seguro para autos estadounidenses no necesariamente cubren accidentes que ocurran en otro país.

Antes de alquilar un auto, revisa tus pólizas de seguros existentes y averigua con tu empresa de tarjetas de crédito si existe alguna razón para que contrates una cobertura adicional con la agencia de alquiler de autos. Lo más probable es que no sea así. (Y una vez que hayas dicho que no, revisa de nuevo tu contrato. Muchos agentes de alquiler de autos marcarán en automático el recuadro de “Sí” para el seguro, incluso después de haberles dicho que no lo deseas).

¡Llénalo!

El consejo más importante que puedo darte ahora acerca de los precios de la gasolina que han llegado a los cielos es que te asegures de que tu auto tenga la cantidad de gasolina que la empresa de alquiler de autos dice que tiene. Si ellos dicen que el auto está lleno y en realidad tiene un cuarto de tanque menos, ése es un golpe financiero rápido de $10 a $20, según la capacidad del tanque del auto. Regresa al mostrador e infórmales de inmediato, no te alejes asumiendo que podrás arreglar el asunto cuando regreses. También, como ya sabes, la mayoría de las agencias de alquiler de autos te solicitan devolver el auto con el tanque lleno de gasolina. Si no lo haces, ellos lo llenarán y te lo cobrarán sin falta. De hecho, ¡estas empresas promueven este “servicio” como un beneficio! Pero terminarás por pagar de $7 a $14 adicionales a lo que pagarías si tú mismo compraras la gasolina. Y con precios cercanos a los $4 por galón mientras escribo esto, ¿no pagamos suficiente por la gasolina tal como está? La cuota de rellenado casi siempre está anunciada en el área de recepción porque es una gran ganancia para las empresas de alquiler de autos y también porque es un tema delicado con los clientes. Así que cuando te alejes del lote de alquiler de autos, fíjate dónde está la gasolinera más cercana y después, cuando regreses, llena el tanque antes de devolver el auto. Si tienes un vuelo temprano por la mañana y temes no contar con tiempo suficiente para hacer una parada y rellenar el tanque, hazlo la noche anterior.

Ahorros que tú mismo haces
Lo que pagarías si permitieras que Budget llenara    
el tanque de gasolina de un Toyota Camry: $82  
Lo que pagarías si lo llenaras tú mismo: $68  
Tú ahorras: $14  

Al devolver el auto

He aquí otro momento en el cual algo puede salir mal: cuando devuelves el auto. Por lo regular tienes prisa, quizá para abordar tu avión, y te entregan la factura. Ahora es el momento de detectar cualquier error en ella así que tómate un momento para revisarla por completo. Asegúrate de que te cobren lo apropiado por gasolina y por millaje.

Hace poco devolví un auto, ¡y la mujer miró el millaje y anotó que conduje 12.000 millas! Yo comencé a reír porque eso no era posible. Ni siquiera lo había rodado 500 millas. El contrato estaba mal. Incluso ella reconoció al instante que aquello no era posible. Por fortuna para mí, no tuve que discutir al respecto.

De lo que debes cuidarte

Aumentos no deseados

Es curioso cómo cambian los tiempos. Antes, los clientes avezados siempre reservaban un auto un poco menor al que en realidad deseaban. La idea era que, dado que la mayoría de las agencias de alquiler contaban con más autos intermedios y grandes que compactos y subcompactos, era probable que terminaran por obtener un aumento gratuito a un modelo más grande. Ahora, sin embargo, con los altísimos precios de gasolina, la situación es a la inversa. La mayoría de los clientes quiere autos económicos, no sedanes grandes ni camionetas. Dado que por lo regular no son suficientes, cada vez es más común que los clientes sean presionados a aceptar autos más grandes en contra de su voluntad.

Eso es justo lo que me sucedió hace poco en Nueva York. Como recién escribí un libro acerca del ambiente llamado Go Green, Live Rich, es importante para mí conducir un automóvil híbrido porque es mejor para el ambiente y me ayuda a ahorrar dinero en gasolina. No quiero conducir una camioneta que devore gasolina. Entonces, hace poco alquilé un Toyota Prius de Hertz. Debido a su gran demanda, en Nueva York es muy difícil conseguir un Prius, así que reservé el mío con casi dos semanas de anticipación. Cuando me presenté a recoger mi auto, ellos me dijeron que me harían un enorme favor y me darían un aumento sin cargo adicional a una lujosa SUV. Por lo general, el alquiler de la SUV sería casi $50 más por día por lo que yo debía estar encantado. Sin embargo, no lo estaba; de hecho, estaba bastante molesto. Había reservado el híbrido dos semanas atrás y quería ese auto específico, no una SUV. Insistí en que localizaran un Prius donde fuera y lo enviaran a la sucursal donde yo estaba. Después de alrededor de 15 minutos de búsqueda, encontraron un auto y lo enviaron a la sucursal donde yo esperaba. Me hubiera costado el doble llevarme la SUV sólo por concepto de gasolina.

En Hertz pagarás $7 más por alquilar un Toyota Prius que por una Ford Explorer. ¡Pero obtienes más del doble de millaje por la gasolina!

Dada la preponderancia de autos grandes y las SUV’s en sus flotas es probable que a las empresas de alquiler de autos les tome varios años cambiar la balanza hacia los vehículos más “verdes” de manera notable. Mientras tanto, que no te sorprenda si una empresa intenta darte un “aumento” a un auto menos eficiente, en términos de combustible, del que tú reservaste. No te dejes convencer. Si insistes, ellos cumplirán, si pueden. Por otra parte, quizá quieras aprovechar el hecho de que algunas empresas ahora cobran menos por algunos grandes consumidores de combustible que por un auto menor y más eficiente. Ésta es una situación en la cual puedes obtener un mejor acuerdo; sólo recuerda que esos consumidores de gasolina no son convenientes para el planeta.

El periodo de gracia desapareció

Las empresas de alquiler de autos no solían ser tan estrictas con las reglas. Si tu auto debía estar de regreso al mediodía del martes y tú no llegabas sino hasta la 1:30 p.m., por lo regular hacían la vista gorda y no te hacían un cargo adicional. Ahora, si te tardas más de treinta minutos después de la hora de entrega, que no te sorprenda si te cobran todo un día adicional.

Lo que es aún más molesto es que las empresas han comenzado a aplicar reglas en letras pequeñas acerca de los horarios. Dado que algunas tasas de descuento se basan en la hora a la cual recoges el auto, si tu vuelo se retrasa la empresa de alquiler tiene derecho de cancelar tu descuento y cobrarte más. Era raro que antes hicieran algo así, pero, ya que la industria entera intenta exprimir tantas utilidades como sea posible, si les das una excusa para retirarte un descuento es probable que lo hagan.

Así que antes de alquilar, investiga si serás sujeto a alguna penalización si tu vuelo llega con retraso o si tienes que cancelar la reservación. Si no te agrada la respuesta que recibes, cámbiate a otra empresa.

Opciones innecesarias

Además de los seguros, la fuente principal de ingresos adicionales para las empresas de alquiler de autos son opciones con muy alta promoción y muy costosas, como combustible prepagado, aparatos de GPS y radios por satélite. A pesar de que los aparatos de GPS, los transmisores EZPass, las radios satelitales y las unidades de entretenimiento para los asientos traseros son agradables, pueden aumentar hasta en 20 por ciento el costo de un alquiler de auto.

Alamo, una de las menores entre las ocho principales empresas de alquiler de autos, ganó $30 millones adicionales por aparatos GPS sólo en el año 2007, y eso fue cuando esa tendencia apenas comenzaba. Como ya comenté antes, con frecuencia obtengo esas opciones adicionales de manera gratuita con sólo solicitarlas de manera amable. Así que intenta solicitarlas. No te hará daño.

La opción del combustible prepagado es quizá el más engañoso de los trucos. Las empresas de alquiler de autos solían cobrar dos o tres veces el costo de la gasolina, pero ahora, con lo altos que están los precios, ya no pueden salirse con la suya en ello, así que han ideado una nueva manera de robar. Lo que la mayoría hace ahora es ofrecer venderte un tanque lleno de gasolina al principio del periodo de alquiler por un precio apenas menor que lo que te costaría en una gasolinera. El truco es que, una vez que has comprado la gasolina, es tuya tanto si la usas como si no. No hay reembolsos, ni siquiera si devuelves el auto con el tanque casi lleno. Por tanto, a menos que sepas que vas a conducir más de las 300 o 400 millas que te gastarías para vaciar un tanque de gasolina moderno, no aceptes la opción del combustible prepagado.

Si viajas con un niño, piensa en traer tu propio asiento de seguridad. La mayoría de las líneas aéreas no te cobran por registrar un asiento para niños, aunque vale la pena que te asegures de ello de antemano. Las empresas de alquiler de autos cobran hasta $12 adicionales al día por proporcionártelas.

Ve directo a los ahorros
Costo de alquiler semanal de un GPS: $59.75  
Costo de comprar un mapa: $2.95  
Tú ahorras: $56.80  

Qué hacer si algo sale mal

En caso de que tengas problemas con una empresa de alquiler de autos, el mejor curso de acción es hablar con el gerente en la agencia de alquiler de autos donde hayas hecho el trato. Él o ella tendrán el poder para resolver el problema lo más pronto posible (mientras te encuentras allí). En mi experiencia, estos gerentes tienen demasiado trabajo y están sometidos a mucho estrés; además, la mayoría de la gente está furiosa cuando interactúa con ellos, así que, si intentas un poco de cortesía, tienes más probabilidades de avanzar con mayor rapidez. Si no obtienes progresos con tu problema o no puedes resolverlo allí mismo, entonces contacta a la empresa de manera directa con una explicación del problema. Todas las empresas principales tienen departamentos de servicio al cliente. Puedes encontrar la información de contacto necesaria en la página web de la empresa.

Si lo anterior no funciona y utilizaste una agencia de viajes o algún servicio de reservaciones, contáctalos para pedirles que intercedan por ti. Y no dudes en quejarte ante el Better Business Bureau (www.bbb.org) y la Federal Trade Commission (www.ftc.gov).

También, si eres miembro de AAA o de AARP, esas organizaciones actuarán para ayudarte si no puedes resolver el problema a través de otros medios.

Pasos de acción para luchar por tu dinero

Investiga en línea. Entre mis sitios electrónicos favoritos se incluyen:
www.kayak.com
www.sidestep.com
www.orbitz.com
www.carrentals.com
www.hotwire.com
www.expedia
www.travelocity
www.carrentalexpress.com

¡Obtén tus descuentos! ¿Eres miembro de AARP, AAA, Costco o Sam’s Club? ¡Aprovecha los beneficios! Y revisa los sitios de descuento para clientes, como: www.rentalcodes.com o www.rentalcarmomma.com.

Si te es posible, no alquiles en un aeropuerto.

Averigua contra qué estás asegurado de manera que no compres una cobertura que no necesitas.

Lee tu contrato e inspecciona las condiciones del auto antes de sacarlo del lote.

Llena el tanque de gasolina antes de devolver el auto si no prepagaste el combustible.

Reparaciones de auto

En el capítulo relacionado con la compra de un auto nuevo te conté la historia de cuando compré un auto nuevo con problemas mecánicos tan terribles que tuve que amenazar al distribuidor con la ley Lemon de California. Si compraste un auto hace poco tiempo y tienes problemas con él, regresa a la página 25 y lee esa sección ahora mismo.

Las reparaciones de autos pueden ser un desastre financiero. Una y otra vez, cuando hago renovaciones monetarias para otras personas, descubro que un problema del auto fue lo que les provocó deudas. Con frecuencia la historia comienza cuando alguien lleva su auto al taller creyendo que se trata de un pequeño problema, sólo para enterarse de que en realidad se trata de un problema mucho más grande que le costará miles de dólares. El desafío es que la mayoría de nosotros sabe poco o nada acerca de cómo arreglar un automóvil; por tanto, en realidad es difícil saber si el consejo que recibimos es honesto.

Casi todo el mundo tiene una historia acerca de un mecánico deshonesto que intentó robarle. Recuerdo que mi amigo Allan me dijo que, hace algunos años, llevó su auto al departamento de servicio en una gran distribuidora de California y le dijeron que, a menos que gastara $3.300 en un nuevo sistema, en definitiva reprobaría la prueba de contaminantes y podría arruinar su motor. Estuvo a punto de caer en estas tácticas de terror, pero al último minuto decidió someter su auto a revisión en otro taller. Como era de esperarse, todo lo que necesitaba era un ajuste menor que le costó menos de $75. Aprobó el examen de contaminantes y utilizó su auto sin complicaciones durante otros cinco años.

Yo viví una situación similar relacionada con los frenos de mi auto. Cada vez que llevaba mi auto al servicio, me decían que necesitaba nuevos frenos y una alineación a un costo de $1.500 o más. Por fin, revisé el manual del usuario y descubrí que no había necesidad alguna de cambiar los frenos con tanta frecuencia. Llevé mi auto con otro mecánico, quien me dijo que los mismos frenos que el distribuidor había señalado como cortos y peligrosos estaban en perfecto estado.

Robos como éstos pueden hacer que las reparaciones de nuestros automóviles nos cuesten una fortuna si no supervisamos a nuestros mecánicos y si no luchamos por nuestro dinero.

No todos los mecánicos de autos son deshonestos, pero como grupo no gozan de una buena reputación. Los talleres mecánicos ocupan los primeros lugares entre las diez industrias que reciben más quejas en el Better Business Bureau y algunos expertos declaran que hasta una tercera parte de las reparaciones de autos son fraudulentas, lo cual significa un costo anual a los consumidores de alrededor de $30 mil millones.

Encontrar un buen mecánico siempre ha sido un desafío, pero en estos días es aún más difícil y más importante que nunca. Los autos se han vuelto tan sofisticados a nivel tecnológico que prácticamente hacen falta estudios en ciencias computacionales para comprender qué es lo que sucede debajo de la tapa de l cofre. Olvídate de intentar descubrir lo que causa ese extraño ruido. Necesitas un taller de reparaciones en el cual puedas confiar. Por suerte, existen algunos y encontrarlos no es tan difícil como podrías pensar.

Algunos expertos declaran que hasta una tercera parte de las reparaciones de autos son fraudulentas, lo cual significa un costo anual a los consumidores de alrededor de $30 mil millones.

Cómo luchar por tu dinero

Haz tu tarea

En términos básicos, existen dos maneras de encontrar un buen mecánico: prueba y error o investigación a la antigua. La primera puede ser costosa y dolorosa, mientras la segunda sólo requiere un poco de tiempo y esfuerzo.

Entonces, enfoquémonos en la investigación. En general, lo mejor es empezar por las recomendaciones. Esto significa solicitar sugerencias a tus amigos, familiares y compañeros de trabajo. Gracias a Internet, no tienes que detenerte allí. Los servicios en línea como Angie’s list (www.angieslist.com) y Consumers’Checkbook (www.consumerscheckbook.org) califican todo tipo de negocios de servicios, incluso talleres de reparación de autos, con base en reportes enviados por miles de consumidores alrededor del país. Estos servicios no son gratuitos (las tarifas varían entre $25 y $50 por año), pero la orientación que proporcionan los valen.

Una vez que hayas obtenido algunas recomendaciones de buenos talleres, necesitas verificar si en verdad son tan buenos como se presume. Una de las mejores maneras de hacerlo es revisar si la gente que trabaja en ese sitio cumple con las normas del National Institute for Automotive Service Excellence (ASE), una organización no lucrativa que examina y certifica los talleres mecánicos en especialidades que cubren desde la reparación de motores hasta calefacción y aire acondicionado.

Los talleres que emplean al menos a un mecánico certificado por la ASE por lo general muestran una etiqueta de la ASE en una ventana. Desde luego, todo esto significa que hay al menos un mecánico en el sitio que aprobó al menos un examen de la ASE. No significa que él será quien trabaje con tu auto. Lo que tú deseas es un taller donde la mayoría de los mecánicos estén certificados por la ASE y donde al menos algunos tengan certificados de Técnicos Master de la ASE, lo cual significa que han aprobado los exámenes en las ocho especialidades automotrices. La ASE otorga lo que llama el “Sello azul de excelencia” a los talleres donde al menos 75 por ciento de su personal de servicio cuenta con un certificado de la ASE. (Para encontrar un taller Sello Azul cerca de ti, utiliza el localizador de Sello Azul de la ASE en línea: http://locator.ase.com/blue/).

También es buena idea asegurarte de que un taller que tengas en consideración esté avalado por la American Automobile Association. Los talleres que aprueban una estricta inspección de la AAA cuentan al menos con un Técnico Master de la AAA en su nómina, y el hecho de merecer una calificación de satisfacción del cliente de 90 por ciento o más les permite mostrar el símbolo azul y rojo de la AAA de “reparación de autos aprobada”.

No esperes hasta el último minuto

No hay nada peor que estar conduciendo con el escape arrojando humo negro, en búsqueda frenética de un centro de servicio de apariencia decente que esté (1) abierto y (2) sea capaz de descubrir y corregir lo que está mal. Debes establecer una relación con un buen taller de reparaciones antes de tener una necesidad desesperada por sus servicios. Por ello, comienza a buscar ahora, mientras tu auto está libre de problemas.

Elige al taller adecuado para el trabajo adecuado

En resumen, existen tres tipos de establecimientos para reparación de autos entre los cuales puedes elegir: distribuidoras, cadenas nacionales como Sears, Midas o Jiffy Lube, y talleres independientes. ¿Cuál es mejor? Bueno, de hecho, todos lo son … por distintas razones.

Antes, llevar tu auto a servicio o a reparación en una distribuidora casi siempre era un robo dado que los precios de éstas por lo general eran mucho más elevados que los de los talleres independientes. Eso ya no es verdad. Como las ventas de autos nuevos ya no producen mucho dinero en términos de utilidades, el negocio del servicio ha adquirido una importancia increíble para la mayoría de los distribuidores. Por lo que éstos se han hecho más competitivos con sus tarifas en taller y con frecuencia ofrecen precios especiales para cambios de aceite, trabajos en los frenos y similares.

Sin embargo, esto no significa que debas llevar tu auto al distribuidor cada vez que necesite trabajos de servicio o reparación. Lo cierto es que siempre debes procurar que todo trabajo cubierto por la garantía del fabricante sea realizado por el distribuidor. Si el dinero no es problema —y cuando el trabajo está cubierto por la garantía, no lo es— no necesitas preocuparte por si el trabajo o las refacciones son más baratas en algún otro lado. Lo único que importa es el hecho de que los distribuidores tienden a contar con el equipo más actualizado para tu auto en particular y es probable que sus mecánicos hayan recibido la capacitación más reciente para repararlo.

Para la mayoría de los trabajos de rutina —es decir, cosas como un cambio de escape, sustitución de baterías o lavado del sistema de refrigeración— no necesariamente requieres un Técnico Master certificado por la ASE. Según la naturaleza del trabajo, una de las grandes cadenas nacionales puede realizarlo a menos costo que un distribuidor, siempre y cuando no sea nada fuera de lo ordinario en los detalles. Sólo es importante que no te dejes convencer de permitirles hacer más que un trabajo básico y, en definitiva, no algo que esté fuera de su especialidad principal.

Un buen mecánico independiente puede valer su peso en oro. Puede cobrarte más que las cadenas, pero vale la pena pagar un poco más con el fin de contar con alguien en quien confías para encargarse del mantenimiento rutinario. Ten en cuenta que la ley federal te otorga el derecho de darle servicio a tu vehículo dondequiera que gustes sin afectar tu garantía. La única restricción es que, dado que los autos son cada vez más sofisticados, es más difícil que los talleres independientes cuenten con la tecnología y los equipos más avanzados. Por tanto, quizá sea más conveniente dejar las reparaciones complicadas a los distribuidores, en especial cuando implican sistemas que son únicos para la marca de tu auto.

Sigue los consejos del fabricante, no del taller

Muchos mecánicos, incluso aquellos que trabajan para una distribuidora, te dirán que ignores el manual del usuario y, en cambio, aceptes sus consejos en cuanto a la frecuencia del cambio de aceite y la realización de otro tipo de rutinas de mantenimiento. Con sorprendente frecuencia, sus consejos implican que les lleves el auto más a menudo de lo que indica el manual o programar procedimientos, como el lavado de motor o de la transmisión, que el manual no menciona (¡como cambiar los frenos cada 15.000 millas!). Esto casi siempre es una estafa. Recuerda: tu manual de usuario fue escrito por la misma empresa que fabricó tu auto y respalda tu garantía, así que confía en lo que dice.

Siempre solicita una cotización detallada y pídela por escrito

Tanto si llevas tu auto a una reparación importante como si se trata de un servicio de rutina, un buen mecánico deberá poder decirte de antemano cuánto costará. También deberá estar dispuesto a informártelo por escrito. Como dice el dicho: las cotizaciones verbales no valen el papel en el cual no están escritas.

Nunca permitas que nadie trabaje en tu auto sin haber obtenido antes una cotización por escrito que especifique con exactitud cuánto es probable que cuesten las refacciones y la mano de obra que se requieren. La cotización también deberá aclarar que el taller no está autorizado para realizar ningún trabajo adicional sin tu aprobación. (Ésta es la razón por la cual tenemos teléfonos; por tanto, el taller puede llamarte si descubre algún problema no anticipado una vez que han comenzado a trabajar en tu vehículo). Cualquier taller que no te entregue un formato de autorización de reparación para que lo firmes antes de dejar tu auto allí, no es un taller en el cual debas confiar.

Busca una segunda opinión

Si tu mecánico te dice que tu auto necesita una cirugía mayor, haz lo mismo que harías si recibieras un diagnóstico de igual seriedad por parte de tu médico: busca una segunda opinión. No es sólo que tu mecánico pueda tener un interés retorcido al persuadirte de que es necesario un trabajo mayor; también es porque todo el mundo comete errores, incluso los buenos mecánicos.

Si tu mecánico es honesto, no le importará que lleves tu auto a un centro de diagnóstico para que lo revisen. Sólo informa a la gente del segundo taller que estás interesado en un diagnóstico; si esa gente concluye que tu auto sí necesita trabajo, se realizará en otra parte. Una vez que aclares lo anterior, estos mecánicos no tendrán razón alguna para recomendar reparaciones innecesarias.

De lo que debes cuidarte

Los viejos trucos para atraer clientes

Los periódicos y los volantes locales están llenos de anuncios de talleres que ofrecen todo tipo de ofertas: cambios de aceite por $19,99, inspecciones gratuitas de frenos, afinaciones especiales a $95. La idea, desde luego, es atraerte a sus puertas y tu auto a sus rampas. Una vez allí, un mecánico deshonesto, como por arte de magia, descubrirá todo tipo de problemas que debes atender de inmediato. Antes de que te des cuenta, tu afinación de $95 se habrá convertido en un trabajo de válvulas de $800.

No permitas que te abrumen. Si el taller se empeña en venderte cualquier servicio adicional a aquel que te atrajo en primer lugar, dile que aprecias sus consejos, pero que prefieres que el trabajo adicional lo realice tu mecánico regular (incluso si no tienes uno). Después, sal de allí.

Sé cauteloso con esas inspecciones de frenos “gratuitas”. Nadie que yo conozca ha recibido una inspección “gratuita” que no haya resultado en que el mecánico le informe que necesita nuevos frenos, rotores y calibres.

Los mecánicos que lo hacen todo son sospechosos

Los mecánicos deshonestos se aprovechan de la ignorancia y de la ansiedad. Ellos saben que la mayoría de nosotros no comprendemos cómo funcionan nuestros autos y toman ventaja de ello al describir todo tipo de imágenes perversas sobre lo que ocurriría si no ordenamos una limpieza de transmisión o el cambio de la banda DE INMEDIATO.

De hecho, los peores estafadores intentan causar problemas o, al menos, la apariencia de un problema. No es raro que los vendedores en las gasolineras derramen gasolina debajo de un vehículo en un intento por convencer al dueño de que su auto tiene una gotera. Peor aún, algunos perforan las mangueras o cortan las bandas, razón por la cual nunca debes permitir que un mecánico a quien no conoces se asome a tu cofre sin que tú lo observes por encima de su hombro.

Y no pienses que este tipo de cosas sucede sólo en talleres independientes de mala reputación. Fue este tipo de “sobreventa” lo que obligó a Sears a pagar $46 millones por compensaciones después de ser demandado por clientes a quienes se les vendieron reparaciones y servicios innecesarios en los años noventa.

Cambios inexistentes

Otra manera deshonesta de los talleres de reparación de abusar de nosotros es insistir en que necesitamos sustituir alguna parte del auto que se supone que está descompuesta; digamos, la bomba de agua, cuando en realidad funciona bien. Entonces, ellos no hacen nada, excepto cobrarnos la nueva bomba de agua inexistente y la inexistente mano de obra para instalarla, asumiendo que nunca lo sabremos.

Existe una manera de impedir que nos engañen así. Cada vez que accedas a la sustitución de una pieza, dile al mecánico que esperas que te entregue la pieza dañada cuando termine. (De hecho, algunos estados tienen leyes que obligan a los talleres a hacerlo). Claro está que un mecánico honesto no tendrá problema alguno con esta solicitud.

Precios que parecen inusualmente altos

En estos días, todos los precios de reparaciones parecen altos, pero si lo que el taller pretende cobrarte te parece astronómico, tómate el tiempo para llamar por teléfono a otros talleres e investigar lo que ellos cobrarían por el mismo trabajo. Un buen taller de reparaciones puede ser más costoso que el taller promedio, pero si los precios de tu mecánico son 20 ó 30 por ciento más altos que los del resto, algo puede estar mal. Pregúntale a tu mecánico por qué sus precios están fuera de lo normal. Si la respuesta no es convincente, busca otro mecánico.

Confusión por impuestos

Los talleres perezosos o faltos de escrúpulos (que con frecuencia significan lo mismo) pueden intentar cobrarte un impuesto sobre venta por el monto total de tu factura de reparación. De hecho, se supone que tú sólo debes pagar impuestos por las piezas que compraste para la reparación y no por el costo de la mano de obra que fue realizada. Por tanto, revisa con cuidado tu factura. Un impuesto de 5 por ciento sobre venta mal aplicado a un trabajo grande que incluyó $1.000 por mano de obra representa $50 no merecidos que salen de tu bolsillo y entran en el del dueño del taller.

Un “error” que puede costarte

Impuestos que debes pagar por mano de obra: 0 por ciento

Qué hacer si algo sale mal

Si crees que has sido víctima de un engaño en la reparación de tu auto, hay mucho que puedes y debes hacer.

Si el trabajo fue realizado en una distribuidora de autos nuevos, debes comenzar por ascender en la escala de mando. Primero, lleva tu queja a la atención del gerente de servicio, después al director general, al dueño de la distribuidora y, por fin, a la empresa automotriz propietaria de esa franquicia.

El proceso es similar si tu problema es con un taller perteneciente a una cadena, como Midas o Sears. Si el taller local no atiende tu queja, contacta al departamento de servicio al cliente en sus oficinas nacionales. Puedes encontrar los números telefónicos y las direcciones electrónicas necesarias en la página web de la cadena.

Si no funciona nada de lo anterior, o si tu problema es con un taller independiente, reporta el taller a la oficina general del fiscal estatal y a la agencia local de protección al consumidor. Algunos estados cuentan con departamentos que se especializan en combatir los fraudes en reparaciones de autos. Por ejemplo, California tiene un Bureau of Automotive Repair (www.bar.ca.gov) que investiga quejas e intenta mediar soluciones. Para averiguar si tu estado tiene una agencia similar, contacta al departamento de transporte correspondiente.

También debes enviar una queja al Better Business Bureau (www.bbb.org) y, si eres miembro, a tu rama local de AAA. Incluso si no eres miembro, debes contactar a la AAA si los talleres muestran algunos de sus letreros de “reparación de autos de la AAA”. Si tu queja es lo bastante seria, el taller podría perder su sello de aprobación.

Pasos de acción para luchar por tu dinero

Busca un mecánico experto en quien puedas confiar antes de que tu auto se descomponga. Obtén recomendaciones de amigos o vecinos, o suscríbete a un servicio como www.angieslist.com o www.consumerscheckbook.org. Busca la certificación de ASE y la aprobación de AAA.

Haz que todas las reparaciones cubiertas por tu garantía las realice el distribuidor donde compraste tu auto.

Siempre solicita un estimado detallado por escrito antes de que se realice cualquier trabajo.

Para reparaciones mayores, ¡solicita una segunda opinión!

Asegúrate de que no te cobren impuestos por mano de obra.

*A pesar de haber negociado el leasing con un distribuidor de autos, en realidad le arriendas el auto a una empresa arrendadora. Lo que sucede es que, una vez que tú y el distribuidor acuerdan los términos, el distribuidor vende el auto a una empresa arrendadora, la cual te lo arrienda a ti.