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NUESTRA PASIÓN,
NUESTRO MUNDO

El oficio de cocinero es una tarea artesana que requiere de mucha vocación. Desde los fogones de MasterChef hemos procurado acercar la cocina profesional a todos, con la intención de dar una oportunidad a los que sienten que en esta afición podría haber estado su futuro o en aquellos que tienen la necesidad de cambiar.

También hemos hecho hincapié en las virtudes que necesita todo cocinero para poder andar su camino con el máximo de garantías: humildad, tenacidad, capacidad de trabajo. Todas ellas necesarias, incluso las que a veces creemos negativas, como la ambición, que en su justa medida es un ingrediente básico e imprescindible para llegar lejos. Las cualidades de cada uno construyen y definen nuestro carácter, pero ¿de donde sale la energía? ¿De dónde sale el impulso, la necesidad de hacer algo de lo que sentirse orgulloso y realizado? ¿Cuáles son los cimientos, el punto de inicio, el Big Bang de nuestra vocación en la vida?

Imagino que la respuesta no es nada sencilla. En mi caso, siempre he intentado hacer algo que aporte, que mi gente se sienta orgullosa y que yo pueda sentirme realizado. Tengo la suerte de trabajar en mi vocación, en lo que más me gusta, y estoy feliz por mantener intactas las ilusiones y motivaciones que tenía de pequeño.

La cocina no es solo un oficio; cocinar es un acto de vida que nos alimenta y también es una forma de decir cómo somos, cómo sentimos. La cocina es un reflejo de nuestra personalidad, una manera de expresarse sin palabras, algo que todos tendríamos que hacer como regalo a nosotros mismos y a nuestros seres queridos.

Han pasado muchas cosas desde la primera vez que Eva dijo «Buenas noches y bienvenidos a las cocinas de MasterChef». Hemos gritado a los cuatro vientos las bondades de nuestra gastronomía, pero la razón de ser ha cambiado. En principio queríamos mostrar cómo era nuestra profesión; ahora, poco a poco, intentamos acercar a todos el acto de cocinar. Y poco a poco, también, nos damos cuenta de la gran tarea realizada. Personas que jamás habían cocinado, pequeños chefs abriendo armarios y preguntando a sus mayores si les pueden ayudar, aficionados a la gastronomía que buscan mejorar sus recetas y perfeccionar sus elaboraciones, y gentes que van a los restaurantes en busca de algo más que les emocione. Por todo ello sentimos la certeza de que el tiempo invertido, las muchas horas junto a Pepe y Samantha, tienen sentido.

Junto al equipo del ABaC hemos cocinado estas páginas para acercar a muchos grandes recetas que se pueden hacer en casa. Elaboraciones cargadas de ideas y conceptos, preparaciones que se podrían servir en restaurantes, pero pensadas para ser cocinadas por todos sin problemas.

En tus manos tienes un libro escrito con el corazón, cocinado por un equipo que siente la pasión y la devoción por cocinar a diario. Un libro que puede hacer mucho por ti si pones el esfuerzo y la energía necesarios. Ahora solo nos queda dejarnos de tantas palabras… ¡¡y ponernos a cocinar!!

Jordi Cruz

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