¡Algo nuevo puede resultar difícil, ¡pero tú puedes hacerlo!
Jueces 4 – 5
Débora, una líder de Israel, amaba a Dios y confiaba en él. Los israelitas no habían estado obedeciendo a Dios, por eso el malvado rey de Canaán reinaba sobre ellos. Pero cuando el pueblo clamó a Dios para que los ayudara, Él lo hizo. Le dijo a Débora lo que debía hacer.
Débora llamó a un hombre llamado Barac. «Dios tiene una misión para ti», le dijo. «Reúne un ejército de diez mil hombres. Ve al monte Tabor a pelear contra los cananeos. Dios los ayudará».
Barac tenía miedo. Él quería asegurarse de que tendría la ayuda de Dios. Le dijo a Débora: «Si vas conmigo a la batalla, yo iré».
«Iré contigo», le respondió Débora.
Ella fue con Barac a su ciudad natal. Él convocó a hombres para que se unieran a su ejército. Débora fue con el ejército al monte Tabor. Luego, en el momento preciso para la batalla, ella le dijo a Barac: «Alístate y ve. Este es el día. Dios va delante de ti».
Débora dijo la verdad. Dios peleó a favor del ejército de Barac cuando ellos atacaron a los cananeos. El líder del ejército cananeo se escapó. Con Débora de su lado, Barac y su ejército todos los carros de los cananeos y ganaron la batalla. Débora y Barac entonaron una canción de victoria.