¡Es inteligente y divertido seguir a un buen líder!
Mateo 4, 10; Lucas 5; Juan 1
Mientras Jesús iba creciendo, también crecía Juan el Bautista, el hijo de Elisabeth la parienta de María. Juan el Bautista les decía a las personas que se prepararan para cuando viniera Jesús.
Un día Jesús pasaba por allí y Juan el Bautista exclamó: «¡Miren! ¡El cordero de Dios!»
Un hombre llamado Andrés escuchó lo que Juan dijo. Él llamó a Jesús: «Maestro, ¿dónde vives?». Andrés quería hablar con Jesús. «Ven y verás», le respondió Jesús. Andrés lo siguió y pudo hablar con él. Al día siguiente, Andrés trajo a su hermano Pedro para que conociera a Jesús también.
Jesús Juan
Cuando Jesús viajó a otra ciudad-conoció a Felipe. «Sígueme», le dijo Jesús. Luego Felipe trajo a su amigo Natanael para que conociera a Jesús.
Jesús vio a Andrés y a Pedro nuevamente arrojando su red de pesca al mar. «Vengan, síganme», les dijo Jesús. «¡Yo les enseñaré a pescar gente!» Pedro y Andrés dejaron su barco y siguieron a Jesús. Luego Jesús llamó a Jacobo y a Juan, que se unieron al grupo también.
Jesús se encontró con un recolector de impuestos llamado Mateo. «Ven y sígueme», le dijo Jesús.
Más tarde Jesús subió a una montaña y oró a Dios toda la noche. En la mañana escogió a doce ayudantes especiales: Pedro y Andrés, Jacobo y Juan, Felipe y Bartolomé, Tomás y Mateo, otro hombre llamado también Jacobo, más Tadeo, Simón y Judas.