¡Podemos leer sobre el gran amor y poder de Dios!
Hechos 16; 2 Timoteo 1, 3
Saulo recibió un nombre nuevo: Pablo. Recibió también una nueva tarea: ir de lugar en lugar predicando sobre Jesús y ayudando a los creyentes.
Pablo
En uno de sus viajes, Pablo conoció a Timoteo, su madre y su abuela. Eunice y Loida amaban la Palabra de Dios. Timoteo supo por primera vez acerca de Dios a través de ellas. Aprendió sobre Dios el Creador. Escuchó acerca de las promesas de Dios a Abraham, Isaac y Jacob. Conoció cómo Dios había sacado a su pueblo de Egipto y los había llevado a la Tierra Prometida. Oyó sobre el rey David y sobre el Rey que había de venir.
Cuando Timoteo aprendió a leer, pudo leer la Palabra de Dios por sí mismo. Leyó lo que Dios dice que está bien y lo que está mal. Leyó sobre el poder de Dios y su gran amor.
Timoteo se hizo más sabio al conocer la Palabra de Dios. Cuando Eunice y Loida le hablaron de Jesús, Timoteo ya sabía que ellas estaban diciendo la verdad: Jesús es nuestro Salvador y el Rey que habría de venir.
Todos los creyentes en la aldea de Timoteo lo tenían en alta estima y deseaban que Pablo lo conociera. Pablo pudo ver la fe de Timoteo, y dijo: «Timoteo, ven conmigo en mi viaje». Entonces el joven viajó con Pablo a visitar otras iglesias. Aunque era un muchacho, ¡él ayudaba a Pablo en gran manera!