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LA COMADREJA QUE INVITÓ A COMER A LAS AVES

Una comadreja, fingiendo que era su cumpleaños, invitó a los pájaros a un banquete. Los aguardaba mientras entraban, cerró las puertas y, de uno en uno, los devoró.

Este relato conviene a aquellos que se esperan lo más agradable y se encuentran justo lo contrario.

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LA GRAJILLA Y LA HIDRIA

Una grajilla sedienta se acercó a una hidria e intentó decantarla. Pero no tenía fuerza para levantarla, ni para inclinarla. Se le ocurrió una idea para su propósito: tiraría guijarros dentro y, cuando estuviera llena, el agua subiría desde el fondo hasta la superficie. Así es como la grajilla calmó su sed.

La razón es más poderosa que la fuerza.

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EL SEÑOR Y LOS MARINEROS

Un señor que navegaba por el mar estaba harto del temporal, y los marineros no tenían suficiente fuerza para remar a través de la tormenta. Les dijo el hombre: «¡Vosotros! Si no hacéis que la nave vaya más rápido os tiraré piedras». Entonces, uno de ellos le respondió: «¡Ojalá hubiera piedras en este lugar donde estamos!».

También pasa lo mismo en nuestra vida, nos sirve soportar los males más ligeros para escapar de los más pesados.

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EL ASNO ENFERMO Y EL LOBO MÉDICO

Examinaba un lobo a un asno enfermo. Empezó por tocarle y examinarle el cuerpo, y le preguntó qué le dolía. Respondió el asno: «Que tú me toques».

También los hombres malvados, aunque finjan ayudar, perjudican.