LAS ENTREVISTAS (I)

 

 

 

 

Para que resulte más sencillo leer los extractos del primer bloque de entrevistas realizadas durante la investigación, mis intervenciones se reproducen, a continuación, en cursiva.

 

Berta Álvarez

 

 

TERESA RIVERO (madre de Mario)

 

—Bueno, claro... Cuando le pasó todo esto, tuvo que volver a casa... Quiero decir... que volvió, sí. Por nosotros no ha habido ningún problema, claro... Es nuestro hijo... Ellos ya saben, los dos, que a mí me van a tener para lo que quieran, cuando me necesiten...

 

 

—¿Definiría a su hijo Mario como una persona violenta?

—Qué estupidez... Mario es un trozo de pan... ¿Quién te ha dicho que es violento?

 

 

—¿Qué podíamos hacer?... ¿¿Qué??... Yo soy enfermera, ¿sabes?... Intenté desde el principio que se medicara... Él decía que solo era ansiedad... Porque él ya había tenido ataques de pánico antes... Cuando era adolescente... Pero Mario rechazaba todo lo que viniera de mí.

 

 

MARINA WILHELMI (terapeuta de Mario)

 

—Me gustaría tratar el tema con rigor... No estoy segura de querer participar en esto.

 

 

—Mario llevaba un año tratándose conmigo... Yo no le hubiera definido exactamente como agresivo... Él veía mucho su miedo y tal vez un poco menos su ira, su rabia... Pero tiene... Tenía mucha, mucha rabia dentro... Rabia que no siempre canalizaba bien... ¿Violento?... No... O solo contra sí mismo, de alguna manera. Cuando... conoció a Louis, por así decirlo, y... pasó eso...

 

 

—No... Corta, para, por favor... ¿Puedo volver a empezar?

 

 

—El proceso de Mario era bueno... Empezamos a trabajar juntos antes de su ruptura con Diego. Él pudo elaborarla con madurez y ocuparse de cuestiones que... Bueno... Ocuparse de sí mismo. Es cierto que llevaba mucha tensión acumulada, que lo asustaban cada vez más cosas y que sentía más miedo cada día... En fin, no se necesita ser terapeuta para entender adónde puede llevar eso. Mario había vivido toda su vida con miedo.

 

 

TERESA RIVERO (madre de Mario)

 

—¡Ya lo sé!... ¡Muchas veces me lo dijo!... Mario me dijo muchas veces que yo era una madre tóxica... ¿Una «madre tóxica»? ¿Qué significa eso?... Yo no me he drogado nunca. ¡Ni siquiera un porro en la universidad!

 

 

—Esa mujer, su terapeuta..., estaba enamorada de Mario, ¿sabes? Estoy convencida... ¡Y le ponía en mi contra!... ¿Estuvo esa señora en mi casa para ver cómo educaba yo a mi hijo? Me gustaría saber si esa señora tiene hijos... ¿Tiene?... Porque es muy fácil dedicarse a hablar y a juzgar a los demás... Que se ponga ella, o cualquier psicóloga, a criar a dos hijos... ¡A ver qué tal le sale!... Yo a mi hijo le quiero más que a nada en el mundo, ¿eh...? Mi hijo es el amor de mi vida... ¡El amor de mi vida!

 

 

MARINA WILHELMI (terapeuta de Mario)

 

—Hay que saber amar de una manera sana... El niño que no es amado, bien amado, quiero decir, cuando es adulto piensa que nunca lo será, porque no lo merece... Que no tiene derecho a serlo.

 

 

DR. JOSÉ LUIS VEGA (actual psiquiatra de Mario)

 

—No, no es violento... Bueno, vosotros le habéis visto... Ese chico es absolutamente inofensivo... Está muy bien medicado.

 

 

MARINA WILHELMI (terapeuta de Mario)

 

—Vamos a ver... Tratar de cuestionar «la familia», tal y como la entendemos hoy, es algo prácticamente prohibido... No se tolera.

 

 

—En un núcleo familiar compuesto por un número equis de elementos, todo va a funcionar por homeostasis... Como en cualquier grupo social: para que yo sea yo, tú tienes que ser tú, el que te hemos dicho que eres... El que te hemos hecho creer que eres... El que te permitimos ser, en definitiva. Si tratas de salirte de ahí, si tratas de ser «otro», el resto del grupo va a tratar de impedir ese cambio porque, si un miembro del grupo comienza a modificar su conducta, o cambiamos todos los que formamos dicho grupo o el grupo se desintegra. Por eso muchas parejas son incapaces de dejar de nutrirse de sus problemas. Y en las familias, por supuesto, sucede igual.

 

 

—«Es igual que su abuelo»... O «es clavadita a su tía...». «Eres listo», «eres tonto», «eres nervioso»... O «estás loco». Es información que vamos recibiendo desde que nacemos por parte de nuestras familias... Y que nos vemos obligados a asumir.

 

 

—Está en la Biblia... Jesucristo abandonó a sus padres para hacer su propio camino. En Un curso de milagros está clarísimo, el libro dice: «Si yo me sano, no soy el único que se sana». En una relación dada, cualquiera que sea, entre dos o más personas, si una de ellas comienza a sanar, o sana también el resto o la relación se tensa hasta romperse.

 

 

—Bueno, en teoría suele pasar que los componentes de un mismo grupo familiar tienden a padecer en mayor o menor grado un mismo trastorno... Pero esto no refuerza, no es positivo asirse a esa creencia... Las palabras crean realidades.

 

 

DIEGO SALVADOR (expareja de Mario)

 

—En realidad... Siéndote franco, no. No me sorprende lo que le ha pasado. A veces, cuando estábamos juntos, tenía la sensación de que Mario se iba a romper... De repente era el más fuerte, pero, de repente, tareas tan básicas como tender las sábanas o ir a pagar una factura le suponían un mundo.

 

 

—Cuando nos separamos, cuando me fui, al principio tenía todo el rato la sensación de que, en cualquier momento, me iban a llamar diciéndome que Mario... Bueno... Que había hecho una locura...

 

 

—No... Yo no diría que es inestable... No sé... Es..., tal vez sí es... excesivamente frágil.

 

 

—¿Violento?... No sé qué decirte... Digamos que pierde fácilmente los nervios... Alguna puerta se llevó un puñetazo. Qué sé yo... Los dos tenemos nuestras cosas... Estuvimos juntos dos años, nos amamos mucho... La cosa se terminó, discutíamos todos los días, al final ya era insostenible.

 

 

—Por supuesto que yo también le amé... Entiendo que su madre piense eso de mí, pero... Mi madre también podría decirte muchas cosas feas de Mario... Obvio que yo también le amé... Por supuesto que no me aproveché de él... Qué expresión tan fea... ¿Eso quién te lo ha dicho?

 

 

—Has conocido a sus padres, ¿no?... Bastante bien está Mario para lo que hay ahí dentro... Esto último no lo pongas, por favor... Córtalo.

 

 

—El libro de Mario fue un éxito y eso hizo que su padre tratase de «olvidarse» de que Mario es homosexual... Presumían mucho de él... Y su madre, los dos, su padre y su madre... Bueno..., Mario empezó a tener prestigio como escritor y ellos presumían por todos lados, con los vecinos... Con todo el mundo... Era... gracioso.

 

 

¿Tú a qué te dedicas?

Escribo.

 

 

También eres escritor...

Sí.

 

 

¿Qué libros has publicado? Sería interesante leer alguno...

No... A mí no me interesa publicar. Yo no escribo buscando eso.

 

 

TERESA RIVERO (madre de Mario)

 

—En los dos años que estuvieron juntos, ese chico nunca trabajó, no escribió una palabra... No sé qué es lo que escribe... ¡Que se hubiera puesto a servir copas!... Vamos, que yo no me quiero meter en eso, no sé... Pero la realidad es que vivieron siempre de los ingresos de mi hijo... Bueno, nosotros les tuvimos que pasar dinero más de una vez.

 

 

—Yo no digo que no estuviera enamorado de Mario... Todo el mundo se enamoraba de Mario... Un día, comiendo en casa, yo le dije a ese chico: «Tú sabes que mi Mario es... especial, ¿verdad?».

 

 

DIEGO SALVADOR (expareja de Mario)

 

—«Especial»... Utilizó ese término... Esa palabra tan condescendiente...

 

 

¿Y tú qué le dijiste?

—Yo le dije: «Sí, sé que Mario sufre».

 

 

TERESA RIVERO (madre de Mario)

 

—Mario me llamó una noche llorando, habían vuelto a discutir... Diego le acabó diciendo que se sentía su enfermero a sueldo... ¡Qué cruel!... Desde luego, le quisimos como a un hijo... Nos engañó pero bien engañados... ¿Qué te ha dicho él de mí?

 

 

DIEGO SALVADOR (expareja de Mario)

 

—¿«Enfermero a sueldo»?... Puede ser... No recuerdo... Nos dijimos muchas cosas... Los dos... Es difícil no ser injusto con lo que se ama.

 

 

MARTA RUIZ (hermana de Mario)

 

—Diego siempre fue muy agradable... Y Mario siempre, incluso cuando se separaron, insistía en que Diego era un buen hombre...

 

 

¿Definirías a tu hermano como alguien violento?

—Bueno..., puede serlo, ¿no?... Un poco... Mario tiene en el cuerpo, o en la cabeza, más rabia que el resto de la gente...

»Lo que quiero decir es que puede que el paso que mi hermano dio con Louis fuera mayor... Pero Mario ya llevaba mucho camino andado, por decirlo de alguna manera... Era como si ya estuviera muy roto... No sé si hubiera podido volver a empezar otra vez... Cuando pienso en lo que hizo, ni siquiera sé entender si lo eligió o simplemente... no pudo más. Las personas... Mario... Hay gente que se la juega todo el rato, buscando la felicidad, y, cuando se cae, muchas veces..., acaba por romperse...

 

 

—Yo creo que mis padres decidieron hace mucho tiempo que Mario era... raro. Yo nací después, y mi relación con mi padre siempre ha sido mejor que la de mi hermano. Mi padre es... así.

 

 

MARINA WILHELMI (terapeuta de Mario)

 

—Sí, definitivamente, para Mario, el amor romántico, la fábula..., era imprescindible. «Si no, me marchito», me decía... «Si no, no sé quién soy», me dijo en una de sus primeras sesiones. «Por eso necesito amar, para descubrirme en los ojos del otro». Es un error universal, esperamos que el amor nos salve.

 

 

—Necesito ir al lavabo.

—¿Quieres parar?

 

 

No, estoy bien. Vuelvo y seguimos.

—Mira que estoy acostumbrada a estas cosas, no me asusto.

 

 

Necesito ir al lavabo. Voy a vomitar.