MUFFINS
Los muffins son una creación de la minipastelería. Se clasifican como panes rápidos porque se hacen con polvo para hornear en lugar de levadura. Su nombre deriva del vocablo alemán muffe, que designa un tipo especial de torta, o del término francés moufflet, que significa pan suave.
Se distinguen dos grupos de muffins: los english muffins, que son panes circulares chatos hechos con levadura de cerveza; y los clásicos norteamericanos, que son budincitos con forma de domo, horneados en envases de papel o pirotines. Estos últimos comenzaron siendo de levadura, pero luego comenzaron a hacerse con polvo para hornear.
Los muffins son típicos de la hora del desayuno y, por tal motivo, en su composición figuran los cereales, las fibras y las frutas frescas y secas, todas fuentes de energía para afrontar los desgastes de un día de trabajo.
No existe una fórmula definida para hacerlos, pero se recomienda mezclar los líquidos por un lado y, por otro, los secos. Luego, hay que unirlos a último momento sin llegar a homogeneizar la preparación; con rapidez, hay que colocarla en los moldes y hornearlos. De esta manera, se obtiene una masa tierna y muy aireada. Trabajar demasiado la masa hará que el gluten se desarrolle y el resultado será un producto elástico y correoso.
Cuando se baten los ingredientes líquidos, es ideal usar una lira para evitar que ingrese demasiado aire.
Si este producto forma parte del elenco de un menú, se puede tener la masa base refrigerada y darle sabor en el momento de hornearla. Así, se podrá tener una masa blanca, otra hecha con azúcar negra y otra con harinas integrales, y cada día se podrán preparar las combinaciones agregando, por ejemplo, bananas, frambuesas, cereales, copos, etc. Los muffins pueden ser dulces o salados.