Dedicado a una querida niña[4]

en memoria de las doradas horas del verano

y los suspiros de un mar estival.

 

 

 

 

Guarnida con traje varonil, empuña azada

En varonil tarea; mas también, sobre amigas

Rodillas, se acomoda y con urgencia reclama,

Tirana, que él le cuente su historia preferida.

 

Rudas almas sumidas en furiosas contiendas,

Una vida tan pura, tan simple, es ilegible.

¡Decidme, si gustáis: tales horas son hueras,

En balde, malogradas, sin encanto posible!

 

¡Clama tú, dulce niña, salva a los corazones

Hundidos en el tedio que el docto don no engaña!

¡Ah, qué feliz será quien los más tiernos goces

Tenga en su corazón y el amor de la infancia!

 

¡Afuera, pensamientos, no turbéis más mi alma!

¡Un trabajo reclama mis días y mis noches,

Aunque el recuerdo aún fluya de esplendorosas playas

Y con su sol frecuente mis ojos soñadores!

Image

Dibujo a lápiz de Gertrude Chataway por Lewis Carroll