Laura no está

Laura tiene 24 años y vive en Buenos Aires. Tiene cabello rubio y ojos celestes. Sus amigos dicen que se parece a Cameron Diaz. A primera vista parece una chica europea. Pero Laura nació en Argentina. Laura alquila un departamento en Palermo. Desde hace un año vive sola. Le gusta mucho el barrio y la gente. Sus amigos también viven en Palermo. En su casa Laura pinta y dibuja. Gana dinero como artista. Todos los días Laura vende sus dibujos en la calle. A Laura le encanta su trabajo.

Todos los días Laura vende sus dibujos en la calle Florida. En la calle Florida hay artistas y vendedores ambulantes. Laura hace dibujos de personas y de naturaleza. Los dibujos de personas son retratos. Solo dibuja el rostro, la cara de la persona. Los dibujos de naturaleza son paisajes. Dibuja montañas, bosques y playas. Laura pinta y dibuja todo el día. En la calle Florida siempre hay turistas y extranjeros. Laura vende sus dibujos en dólares. Un retrato está 20 dólares. Un paisaje está 30 dólares.

¿Qué hace Laura en su tiempo libre? Cuando no pinta o dibuja Laura pasea en bicicleta. Por la mañana toma su mountain bike y regresa al mediodía. A ella le gusta andar en bicicleta bajo el sol. Como su piel es muy blanca debe usar protector solar. A veces anda en bicicleta con amigos. Les gusta ir a los Bosques de Palermo o al Tigre. Laura también lee cuentos y novelas en inglés. Su autora preferida es Flannery O’Connor. Todos los días Laura escucha mucha música. Sus favoritos son Janis Joplin y The Beatles.

Las amigas de Laura no son artistas. Ellas trabajan en oficinas o en tiendas. A Laura no le gustan esos trabajos. Por eso ella trabaja como dibujante. Laura también tiene amigos varones. Ellos son médicos o abogados. Con sus amigos/as tienen cosas en común. Les gustan las mismas películas y la misma música. A Laura le encanta conversar con sus amigos. Su mejor amigo se llama Claudio. Siempre se juntan a comer. Después conversan o ven una película. La película favorita de los dos es Kill Bill.

Claudio tiene 28 años y es artesano. Él vive en San Telmo. Tiene cabello negro y ojos marrones. Laura dice que se parece a Lenny Kravitz. Claudio es muy simpático. Nunca está triste o deprimido. Antes de ser artesano él era músico. Tocaba la guitarra y cantaba. Sus músicos favoritos son Spinetta y Charly García. A Claudio también le gusta leer. Le gustan los libros de misterio y las biografías de rock. Su favorita es la biografía de Bob Dylan. Claudio es fanático de Stephen King. Leyó todos sus libros.

El trabajo de Claudio es hacer artesanías. El vende collares, pulseras y brazaletes en la calle Florida. Los turistas siempre le compran. Claudio sabe poco inglés. Él aprendió unas pocas frases: “That costs five dollars” o “That costs seven dollars”. También sabe decir “I accept dollars!”. A Claudio le encanta hablar con la gente. Habla con los clientes y con los vendedores. Les hace preguntas o les cuenta historias. Así conoció a Laura, su mejor amiga. Claudio trabaja por la tarde, desde la 1pm hasta las 8pm.

Casi todos los días Laura se despierta a las 8.30am. Se lava los dientes y lava su cara. Luego toma un vaso de agua. A las 9am se da un baño. Después toma su desayuno: dos o tres frutas, o un té con galletas. A las 10am Laura empieza a dibujar. Al mediodía prepara su almuerzo y a la 1pm va a la calle Florida. Los sábados toma clases de yoga o de baile. Son sus días preferidos. Los domingos Laura se despierta a las 10.30 o a las 11am. Los días domingo ella lee libros, mira películas y va al parque con amigos.

A Laura le encantan los museos de arte. También le gustan las exposiciones. En Buenos Aires hay muy buenos museos. Los museos preferidos de Laura son: el Museo Nacional de Bellas Artes, el Malba y el Museo del Cine. Los sábados Laura va a museos con amigas y amigos. Los pintores preferidos de Laura son Pablo Picasso y Frida Kahlo. A Laura también le gusta escribir críticas de arte. Las escribe en su blog: La Pintora Azul. Allí comparte sus críticas de arte. También comparte sus dibujos.

Laura habla un perfecto inglés. Puede hablar con acento británico o americano. Ella también sabe hablar portugués, italiano y francés. A Laura también le gusta leer en estos idiomas. Cuando mira películas extranjeras ella no necesita subtítulos. Claudio siempre le dice: “Vos me tenés que enseñar a aprender idiomas”. Laura le responde: “Ya te dije que es muy fácil. Solo tenés que practicar y practicar. Pero no un solo día o dos. Para aprender un idioma tenés que practicar todos los días”.

Los turistas siempre hablan con Laura en inglés. Le preguntan sobre sus pintores favoritos. Ella responde: “I love Picasso and Frida Kahlo. They have different styles, but I like them all the same. Frida is powerful. I love her personality and charisma. Picasso was a great artist. Both are huge inspirations”. Laura también les hace preguntas: “What is your life purpose? My life purpose is to share the beauty of the world through my artwork. What about you? I love to hear life purposes!”

La calle Florida es una peatonal. En una peatonal no hay autos. Solo se puede caminar. La peatonal de Florida siempre está llena de turistas. La gente habla en muchos idiomas. Todos miran, hablan y compran. Los vendedores muestran sus productos. Algunos ponen carteles con precios, en pesos o en dólares. Al mediodía hacen un “break”. Se toman un descanso y luego siguen trabajando. Por la tarde los vendedores comen galletas y toman mate. Comparten el mate con amigos o clientes.

¿Cuáles son los sueños de Laura? El sueño más grande de Laura es vender sus dibujos en Europa. A ella le gustaría viajar a España y vender sus dibujos. Le gustaría tener un taller de arte. También quiere visitar el museo de Louvre y los grandes museos de España. Allí están las grandes obras de arte. En Europa Laura quiere escuchar buena música y ver películas. En España quiere bailar flamenco y escuchar música española. En Italia quiere ir a la ópera. Y en Francia quiere ir a ver el mejor cine de autor.

Los vendedores de la calle Florida son jóvenes. Casi todos son hombres. Pero también hay mujeres y gente más grande. Pedro es uno de los más antiguos. Él vende en la peatonal desde hace 20 años. Conoce a todos los vendedores. Siempre les da consejos y los ayuda. Para los vendedores, Pedro es como un padre. Otra de las vendedoras se llama María. Ella tiene 29 años y vende juegos de ingenio. Los juegos que ella vende son artesanales. Sus juegos favoritos son el Sudoku y el ajedrez.

A Laura le encantan las ferias de artesanos. Los fines de semana visita dos o tres ferias. Las que más le gustan son la feria de Mataderos y la de Plaza Francia. Ella va a las ferias sola o con amigos. Caminando o en bicicleta. Los domingos las ferias empiezan a las 2 o 3pm. En las ferias casi siempre hay músicos. Allí también venden comidas típicas de Argentina. Laura prefiere llevar su propia comida. Siempre dice: “La comida que venden en la calle no es sana. Además, no es muy rica. Por eso, traigo mi comida”.

Laura ama viajar. Desde pequeña ella viaja por todas partes. Con sus padres iba de vacaciones a la playa. Conoce Mar del Plata, Mar de Ajó, Necochea y Bahía Blanca. Con sus amigas viajó a distintas provincias de la Argentina. Visitó el sur, la Patagonia, el norte del país y las Cataratas del Iguazú. También conoce otros países de América del Sur. Visitó Perú, Bolivia Brasil y Paraguay. Ella tiene amigos en toda Latinoamérica. Siempre los invita a visitarla. También habla con ellos por Facebook o por Skype.

A Laura le encanta hablar con los turistas. Ella les recomienda restaurantes, bares y tiendas. Laura habla con ellos sobre arte. Los turistas le preguntan: “How did you start drawing/painting? How much time did you practice to draw like that? Is it hard?”. Laura les responde en inglés. Luego ella les pregunta: “¿Cuál es tu profesión? ¿De qué trabajás? ¿Te gusta el trabajo que haces?”. Los extranjeros le preguntan sobre turismo. Laura les recomienda Bariloche, Ushuaia, Salta, Jujuy y las Cataratas del Iguazú.

Laura hace todo tipo de dibujos: retratos, paisajes y naturalezas muertas. Lo que más le gusta son los retratos. En la calle Florida ella tiene un cartel: “Retratos/Portraits”. Los turistas le preguntan el precio. Laura les dice un precio en dólares. Laura hace los mejores retratos de Buenos Aires. Hacer un retrato le lleva 30 minutos. Ella solo dibuja el rostro de la persona, sin el cuerpo. Algunas personas le piden el retrato de su pareja o el de sus hijos. También le piden retratos completos: la cara y el cuerpo de la persona.

Los paisajes de Laura son muy bellos. Los turistas siempre le dicen: “They are really beautiful. Such beautiful landscapes”. Ella dibuja paisajes de bosques, playas y de montañas. Le gusta mucho dibujar amaneceres y atardeceres. Laura piensa: “No hay nada más lindo que ver el amanecer”. Los domingos, a veces, Laura se levanta temprano. Solo para ver la salida del sol. Se sienta en un banco y hace un dibujo. Luego, si tiene tiempo lo pinta. A veces, también busca fotos de paisajes en Internet.

Claudio tuvo muchos trabajos. Trabajó como vendedor, como músico y como luthier. Una vez trabajó como “arbolito” en la calle Florida. Los “arbolitos” llevan ese nombre porque tienen “verdes” (dólares). Los “arbolitos” son personas que compran/venden dólares. Claudio trabajó 6 meses como “arbolito”. A él no le gustaba ese trabajo. Pensaba: “No está bien hacer esto. Quiero un trabajo honesto. Esto no es honesto”. Al otro día dejó ese trabajo. Y en una semana consiguió un trabajo honesto.

La peatonal de Florida no es un lugar seguro. Los ladrones buscan dólares y euros. Por eso les quitan la billetera o los bolsos a los turistas. Pero ellos no usan violencia. En la calle Florida hay muy pocos policías. Y los policías de Buenos Aires no hablan inglés. Por eso, Laura les da consejos a los turistas. Les dice que no usen dinero en efectivo. Les recomienda usar tarjeta de crédito. También les aconseja no llevar cámaras Nikon. Otro consejo de Laura: “No hablen inglés. Hablen solo en español”.

Hoy es martes por la tarde. Laura tuvo un cliente raro. Una persona muy extraña. Era un turista sueco. Le dijo que se llamaba Viktor. Era rubio y muy alto. Medía casi 2 metros. Su piel era muy blanca y tenía ojos grises. Su rostro era frío y muy serio. Estuvo un rato largo mirando los dibujos de Laura. Luego de unos minutos le dijo: “You’re amazing. A truly gifted artist. I want a portrait”. Laura dibujó el rostro de Viktor. El dibujo quedó muy bien. Viktor pagó el retrato y se fue sin saludar.

El miércoles por la tarde Laura vuelve a la peatonal. No puede dibujar. Se siente nerviosa. Siente que alguien la mira desde lejos. Pero nadie la está mirando. Habla con los vendedores de al lado. Los vendedores de la peatonal le dicen: “Laura, nadie te está mirando. No estés nerviosa”. Pero Laura sigue nerviosa. No logra concentrarse. Toma mate, se levanta y va al baño. A las 7pm llega Claudio. Laura quiere hablar con él, pero él está apurado. Le dice que lo llame por teléfono a la noche, a eso de las 9pm.

-Hola, Claudio. ¿Podés hablar?

-Sí, Lau. ¿Cómo estás? ¿Qué pasó hoy?

-Nada... sentía que me miraban.

-¿Que te miraban? ¿Quién te miraba?

-No lo sé, Claudio. Sentía que alguien me miraba.

-Fue una sensación. No te preocupes. Seguro no es nada, Lau.

Ahora Laura está más tranquila. Piensa: “Tal vez Claudio tiene razón. Tal vez fue solo una sensación. Una idea mía”.

El verano en Capital Federal es muy caluroso. La temperatura llega a 35°C. La gente toma mucha agua. Todos caminan por la sombra. Nadie puede caminar bajo el sol. Toda la gente enciende sus aires acondicionados o sus ventiladores. Los jóvenes van a la piscina o a la playa. A Laura le gusta mucho el calor. Cuando hace calor ella bebe mucha agua fría. A veces se prepara smoothies con hielo. También come muchas frutas. Las frutas de verano que come son: melón, sandía y uvas.

Hoy es viernes. “Ya casi termina la semana”, piensa Laura. Son las 6pm y en poco tiempo volverá a su casa. A las 6.30pm llega una persona conocida: Viktor, el turista sueco. Hoy viene acompañado por una mujer alta y rubia como él. Es su esposa, Eva. Viktor le pide a Laura un retrato de él y de su esposa. Laura le dice el precio en dólares y él acepta. A las 7.30pm Laura terminó el dibujo. Viktor y Eva están satisfechos con el trabajo. Pero ninguno de los dos sonríe. Le pagan el retrato, la saludan y se van.

Viktor y Eva son turistas en Buenos Aires. Son suecos y tienen dos hijos pequeños. Llegaron hace 15 días. Planean quedarse 45 días más. Ahora viven en una casa en Olivos. Viktor es inversor y empresario. Eva es modelo. Los dos tienen mucho dinero. Son aficionados al arte y amantes de la buena comida. Ninguno de los dos habla español, pero los dos hablan muy bien en inglés. Sus hijos también hablan inglés. En la familia de Viktor nadie ríe. Ni siquiera los niños.

El lunes Laura se despierta muy temprano. Se da un baño, toma su desayuno y sale a tomar aire. Recuerda el retrato que hizo el viernes. “Viktor y Eva son misteriosos”, piensa Laura. Al mediodía Laura almuerza con una amiga. Y a la 1.30pm va a la peatonal de Florida. Hoy hay poca gente. De repente, Laura se siente nerviosa. Siente que alguien la mira. Pero nadie la mira. En ese momento, ve a una pareja. Son rubios y altos. Laura piensa: “Son Viktor y Eva. Estoy segura de que son ellos”.

-Hola, Claudio. Me pasó otra vez.

-¿Qué cosa te pasó otra vez?

-Que me miraban. Creo que es la pareja de suecos. Viktor y Eva.

-¿La pareja de suecos? No puede ser, Lau.

-Es que los vi. Vi que se iban caminando. Bueno, me pareció que eran ellos.

-Ah, te pareció. No te preocupes. Te repito: seguro no es nada, Lau.

Laura piensa: “Seguro son ideas mías, como dice Claudio”. Toma un té y se va a la cama.

Hoy es miércoles por la tarde. Laura ya hizo tres retratos. A las 7pm vuelve a su casa. Entra al chat de Facebook. Le envía un mensaje a Agustina: “Hola, Agus! Cómo va?”. Agustina le responde:

-Hola Lau! Cómo andás tanto tiempo?

-Bien, bien. Todo bien por acá! Vos, seguís estudiando?

-Sí, ya estoy terminando el tercer año. Me falta menos!

-Qué bueno Agus! Te re felicito! :)

-Hola, Claudio. Perdoná la hora. ¿Es muy temprano?

-Y... son las 7am, Laura. ¿Pasó algo?

-Tuve una pesadilla. ¿Te la puedo contar?

-Sí, claro. Contame.

-En la pesadilla estaba en la peatonal Florida. Toda la gente me miraba. Miles de personas. Y hablaban en un idioma raro.

-Bueno, ya pasó Lau. Es solo una pesadilla. No tengas miedo.

-Tenés razón. ¡Gracias, Clau!

Los viernes Laura cena con amigos. Hoy todos van a comer a la casa de Florencia. Laura y Claudio van juntos. Llegan a las 9.30pm. A las 10pm llegan todos los invitados. Primero sirven las ensaladas. Luego unos sándwiches, chips y bocadillos. A las 11.30pm sirven el postre: helado con ensalada de fruta. Después de comer van a un bar. En el bar hay muchos turistas. Laura habla con ellos. Les pregunta: “Do you like the night life in Buenos Aires?” o “How long have you been in Buenos Aires?”.

El domingo es día de pileta. Laura y sus amigos van a la piscina. Llevan sándwiches para el almuerzo y mate para la tarde. A Laura le encanta el agua. Ella puede estar horas enteras en la pileta. Con Claudio y otros amigos hacen competencias. Hacen carreras de velocidad. Claudio les dice: “Yo soy más rápido que Michael Phelps y José Meolans”. Todos se ríen. Claudio siempre sale último. Por la tarde todos hacen deporte. Las mujeres juegan al vóley y los hombres juegan al fútbol.

Es lunes por la tarde y Laura está dibujando en la peatonal. Hoy hay poca gente. Escucha una voz que la saluda. Es Viktor, el turista sueco:

-Hi Laura? How are you today?

-Fine. I’m fine. Thanks. And you?

-I'm fine too. Laura, I have a job for you. It’s a family portrait. Would you come over to our house to do it? I’ll pay you 500 dollars for it.

-Let me think... Mmm... Okay. I’ll do it.

Ese mismo día por la noche Laura va a la casa de Viktor. La casa tiene dos pisos y un jardín. Allí conoce a los hijos de la pareja: Erik y Hanna. Son gemelos y tienen 5 años. Laura se prepara. La familia está sentada en un sofá. Ninguno de ellos sonríe. Es un trabajo difícil. Terminar el dibujo le lleva dos horas y media. Al terminar el dibujo Viktor le da los 500 dólares. También le paga un taxi a Laura para que regrese a su casa. Ella está muy contenta con su trabajo.

-Hola, Claudio. ¿Cómo estás? No sabés lo que me pasó ayer.

-Hola, Lau. ¿Qué te pasó? ¿Bueno o malo?

-Muy bueno. Le hice un retrato a la familia de Viktor en su casa. Él, su esposa e hijos.

-¿De verdad? ¿No es peligroso? No sabés nada sobre ellos. ¿No te dio miedo?

-Y... solo un poco. Me pagó 500 dólares.

-Tené cuidado, Lau. No los conocés.

-Es cierto. ¡Gracias por cuidarme, Claudio!

-¡No tenés por qué! Para eso soy tu amigo.

“Pasajes a Europa”. Laura lee un cartel en la calle. Es una agencia de viajes. Hay carteles con precios. Algunos pasajes están menos de 1000 dólares. Laura piensa: “Ya tengo la mitad del dinero para viajar a Europa”. En su casa Laura busca precios en sitios de Internet. Entra a kayak.com y a skyscanner.com. Busca precios para Barcelona. Tiene su pasaporte listo y todos sus documentos. Pero aún no compra el pasaje. Laura piensa: “Necesito ganar otros 500 dólares. O más dinero”.

Los días jueves Laura hace muchos dibujos. Esos días la peatonal de Florida está llena de gente. Hoy, por ejemplo, hizo cuatro retratos. Uno de sus clientes era de Francia. Vivía en París, pero ahora vive en Buenos Aires. A las 6pm Laura hizo dos dibujos: dos hermanas de Bélgica. Eran gemelas. Tenían el mismo rostro y la misma voz. Antes de irse Laura hizo el retrato de una señora de 70 años. Ella era de Japón y estaba acompañada por su marido. A las 8pm Laura regresa a su casa. Come y se acuesta.

En la peatonal de Florida, Claudio siempre tiene trabajo. A los turistas les gustan sus artesanías. Claudio hace pulseras y brazaletes latinoamericanos. Los hace con los colores de los países. Usa celeste y blanco (Argentina), verde, azul y amarillo (Brasil), y rojo y blanco (Perú). Antes, Claudio también hacía rastas. En ese entonces él escuchaba Bob Marley y otros artistas de reggae. Ahora escucha música en español o en portugués. Escucha rock nacional, fados y bossa nova.

Hoy es viernes por la noche. Laura va a salir con sus mejores amigas. Primero van a cenar y luego a jugar pool y bowling. Se juntan a comer en lo de Clara. En total son seis amigas. Clara prepara una cena espectacular para todas. Tiene entrada, plato principal y postre. A Clara le encanta cocinar para sus amigas. Y sus amigas la elogian. Después de comer van a jugar al pool. Juegan dos contra dos. La máxima ganadora es Laura. No perdió un solo juego en toda la noche. Está muy contenta.

“Hi Laura. It’s me, Viktor. Would you like to do another job? This would be bigger than the last one. I think it could take you a whole day or even more”.

Laura piensa en la oferta: “Viktor quiere que haga otro dibujo. Un dibujo más grande. Seguro me ofrecerá aún más dinero. Con ese dinero podría viajar a Europa”.

-Hola Claudio, soy Laura. Recibí otro pedido del turista sueco.

-¿Y aceptaste?

-Todavía no... Creo que voy a aceptar. Es bastante plata. Son 2000 dólares.

-Pensalo bien, Laura. Si no lo querés hacer, no lo hagas. No te sientas obligada.

Son las 9.30pm. Hace mucho calor y Laura transpira. Toma dos vasos de agua fría. Prepara la tina del baño con agua fría. Entra y piensa: “Ahora ya no tengo más calor”.

“2000 dólares es mucho dinero. Voy a hacer el trabajo”, piensa Laura. “¿Cuántas cosas puedo comprar con todo eso? ¿Cuántos pasajes de avión?”. Laura hace cálculos en su cabeza. Imagina que ya tiene el dinero. Luego mira ofertas en sitios de Internet. Piensa en los productos que podría comprar. Piensa en comprar un celular último modelo o un Smart TV. Pero luego dice: “No. Este dinero es para mi viaje a Europa. No debo gastarlo en celulares o en TVs. Debo esperar y ahorrar todo ese dinero para mi viaje”.

“Preparar un viaje lleva tiempo”, piensa Laura. “Por eso, lo mejor es empezar a prepararme ahora”. Primero busca su maleta más grande. También tiene dos maletas pequeñas y un bolso de mano. Abre todas las maletas y empieza a guardar ropa. Pone ropa de verano y de invierno. Pantalones, polleras, remeras, sweaters y camperas. En los bolsos más pequeños Laura guarda sus cosméticos. Agrega libros y fotos. Guarda sus cuadernos, lápices y pinturas. También algunos de sus dibujos.

El miércoles por la mañana, Laura va a la casa de Viktor. Lleva un maletín con los materiales para pintar: pinturas, aceites y paletas. Laura saca todos sus materiales. La familia está sentada en el sofá: Viktor, Eva y los niños. Ninguno de ellos sonríe. Laura los mira y les dice: “Why are you so serious? It won’t be boring! Relax, smile and take it easy”. Pero ninguno sonríe. El dibujo es muy grande. Terminarlo le llevará tres o cuatro días. Viktor le dice: “You will stay here until it’s finished. No need to go back home”.

Claudio está preocupado. Hoy Laura no fue a la feria. Quiso comunicarse con ella, pero no responde sus mensajes o llamados. Ya probó con SMS, Whatsapp y Facebook. Ahora piensa lo peor. Piensa que tuvo un accidente, que se siente mal, o que está deprimida. “A lo mejor está cansada. Y por eso no vino a trabajar a la feria”, imagina Claudio. Pero, ¿por qué no responde los mensajes o llamados? Pablo piensa: “Tal vez no quiere que la molesten. Tal vez quiere descansar. Estar tranquila. Y por eso, apagó su celular”.

La noche del miércoles Claudio está más preocupado. Son las 10.30pm y Laura aún no respondió sus mensajes. Claudio no sabe qué debe hacer. Finalmente, se le ocurre algo: chequear si Laura estuvo conectada a Internet. Revisa su muro de Facebook. Su último mensaje es de ayer a la noche. Mira en Whatsapp: “Last seen on Tuesday”. Sin rastros o pistas del día de hoy. Antes de ir a la cama Claudio entra en su cuenta de Skype. Pero allí tampoco está. Claudio se acuesta y se duerme rápidamente.

El jueves por la mañana Claudio se levanta cansado. Tiene dolor de cabeza. Durmió muy mal. Mira su celular: ningún mensaje o llamado de Laura. Ningún rastro en ningún lado. Ya hace un día entero desde que Laura no está. Al mediodía llama por teléfono a los amigos/as de Laura. Ninguno sabe nada de ella. Ellos también la están buscando. Le dicen: “Laura no está en ningún lado”. Tampoco fue a la peatonal de Florida a trabajar. A las 7.30pm Claudio va a la casa de Laura. Toca timbre, pero nadie atiende.

El segundo día terminó sin novedades. A la noche Claudio volvió a revisar el muro de Facebook de Laura. También la volvió a buscar en Whatsapp. Todo igual que siempre. Ningún mensaje, ninguna señal. Intentó llamar a los padres de Laura, pero no logró comunicarse. Se pregunta qué más puede hacer. Piensa: “Tal vez ahora solo tengo que calmarme y esperar. Tengo que esperar a que se comunique. Donde sea que esté, seguramente está pintando”. En ese momento se acordó del turista sueco: Viktor.

Hoy es viernes por la mañana. Es el tercer día que Laura no está. Claudio se levantó pensando en Viktor. Lo había olvidado por completo. Olvidó por completo esa conversación con Laura. Laura le dijo: “No sé si aceptar o no”. Claudio ahora piensa en voz alta: “Tal vez aceptó el trabajo y ahora está con Viktor y su familia”. Pero, ¿por qué no se comunicó con Claudio? ¿Por qué no responde ningún mensaje? ¿Por qué? Claudio no tiene respuestas. Piensa en llamar a la policía, pero prefiere esperar.

La noche del viernes Claudio está muy agotado. Su cabeza está por explotar. Imagina cosas buenas y cosas malas. Está seguro de que Laura está en Olivos, en casa del turista sueco. Pero él no sabe dónde vive Viktor. Claudio trata de concentrarse en Viktor. Quiere recordar su rostro, pero se le ha olvidado. En ese instante mira su celular. Laura le envió una foto del primer retrato de Viktor. Aún la tiene guardada en la memoria del celular. “Bueno, ahora al menos sé cómo es el rostro de Viktor”, piensa Claudio.

“Los nervios me están matando”, piensa Claudio. “Necesito tomarme un descanso. Pensar en otra cosa”. Toma su abrigo y sale a la calle. Es una noche fría, pero agradable. Decide mirar una película en el cine. “Sí, una película me va a hacer bien. Es lo que necesito”. El Shopping está lleno de gente. Los viernes a la noche siempre es así. Apenas se puede caminar. La gente come en restaurantes, va al cine, compra ropa y perfumes. Claudio aún no cenó. Piensa: “Primero voy al cine. Luego voy a cenar”.

Claudio mira la cartelera del cine. Hay películas argentinas, de Hollywood y películas extranjeras. Claudio le pregunta al vendedor del cine: “¿Qué película me recomendás? Que no sea de Hollywood, por favor”. Le recomiendan la película “El ganador”. En la fila de la película Claudio escucha: “Es una película sueca. Está nominada al Oscar”. Claudio piensa: “Qué coincidencia. Justo una película sueca”. La película es muy aburrida. Sobre un ganador de lotería. Claudio la mira sin ningún interés.

A la salida del cine siempre hay mucha gente. Pero hoy no. La sala estaba casi vacía. Claudio piensa: “¡Qué mala película! Solo a un sueco le puede gustar”. Después de decir eso Claudio levanta la vista. En frente suyo están Viktor y su familia. Reconoce a Viktor por el retrato de Laura. Mira otra vez la foto en su celular. Es él. Es Viktor. Claudio quiere hablar con él, pero sabe muy poco inglés. Piensa: “Lo mejor es seguirlos”. Claudio los sigue de cerca. Baja las escaleras y camina cerca detrás de ellos.

Viktor y su familia salen del cine caminando. Claudio los sigue algunos metros atrás. Los turistas suecos van al patio de comidas. Se sientan en un restaurant de comida italiana. Claudio se sienta en el mismo restaurant. Pide un plato de pasta (gnoccis al’la provenzal). Claudio observa a Viktor de cerca. Cuando Viktor y Eva se levantan, él se levanta. Claudio paga y los sigue. Van caminando a la salida del Shopping. Claudio los sigue unos pasos atrás. Sabe que Viktor lo llevará hasta Laura.

Ahora todos están afuera del Shopping. Viktor para un taxi. Suben todos y el auto arranca. Claudio no pierde un segundo. También pide un taxi. Le dice al chofer: “Siga a ese taxi”. El chofer pone el auto en marcha. Claudio ahora piensa: “Espero que no vayan muy lejos. No sé si tengo mucho dinero para este taxi”. El viaje en taxi dura unos 40 minutos. Claudio no lo puede creer: el viaje le salió 290 pesos. “Esto es una locura”, piensa Claudio mirando su billetera. Luego se acuerda de Laura y baja del auto.

La casa de Viktor es enorme. Una verdadera mansión. Al bajar del taxi la familia entra a la casa. Claudio mira la dirección de la mansión. La escribe en su celular y en un papel pequeño. Ahora Claudio siente un poco de miedo. Sabe que tiene que entrar a la casa. Mira a su alrededor. La calle está desierta. No hay nadie. Mira la puerta: no es muy alta. Trepa la puerta y da un gran salto. Ya está dentro del jardín de la casa. Fue más fácil de lo que pensaba. Ahora sí está cada vez más cerca de Laura.

El miedo más grande de Claudio son los perros. Por suerte, en la casa de Viktor no hay perros. Claudio camina lentamente. Después de unos minutos encuentra una puerta. Está abierta. Ya está adentro de la casa. Claudio está en la cocina. Puede ver la heladera y el horno. Ahora tiene que explorar la casa. Pero con mucho cuidado. No quiere que lo descubran. Respira una o dos veces. Cierra los ojos y se acuerda de Laura. Abre los ojos. Respira dos o tres veces. Y empieza a explorar la casa.

Antes de explorar duda en llamar a la policía. Por un instante, siente mucho miedo. Piensa: “Pueden creer que soy un ladrón o un criminal. Me pueden atacar. O hasta me pueden matar”. Tiene el celular en su mano. Marca los números 91. No sabe si llamar o no llamar a la policía. Tiene miedo y nervios. Finalmente, decide no llamar a la policía. “Tal vez lo puedo solucionar yo solo. Tal vez Viktor es un buen tipo. O tal vez Laura no está acá”. Sabe que su amiga Laura lo necesita. Y sabe que él puede ayudarla.

Ahora Claudio piensa en llamar a sus amigos. Pero él aún no sabe si Laura está en esa casa. Busca en la agenda de su celular. Matías, Federico, Pablo, Lucas... podría llamar a cualquiera de ellos. Pero prefiere no hacerlo. “Se van a preocupar”, piensa. “O tal vez van a querer llamar a la policía. Mejor sigo solo”. Ahora tiene menos miedo. Llamar a la policía no es una opción. Llamar a sus amigos tampoco es una opción. Tiene que resolverlo él mismo. Sabe que él es el único que puede ayudar a Laura.

Claudio sigue sentado en la oscuridad. De repente, escucha voces. Es un idioma extranjero. “Deben estar hablando en sueco”, piensa Claudio. No entiende una sola palabra. Eva habla con Viktor. Están en el living. Toman un vaso de jugo y vuelven a su habitación. Claudio va a esperar una media hora. O tal vez una hora entera. Quiere esperar a que todos duerman. Piensa: “Tienen que estar todos durmiendo. Si no puede ser muy peligroso”. Mira su reloj: 11.50pm. “A las 12.30am salgo”.

Son las 12.30pm. Todos duermen y Claudio empieza a explorar. Explora la planta baja de la casa. Hay muchas habitaciones. Todas las luces están apagadas. Claudio no prende luces ni abre puertas. Solo intenta escuchar sonidos. Intenta escuchar la voz de Laura. O sentir el olor a pintura. “¿Estará pintando? ¿Estará dibujando? ¿Estará bien?”, se pregunta Claudio. Piensa que quizá Laura también esté durmiendo. Claudio también siente ganas de dormir. Pero se mantiene despierto. Tiene que encontrar a Laura.

En la planta baja Claudio no encontró rastros de Laura. La casa tiene dos pisos más. Claudio sube la primera escalera. Ahora está en el primer piso. Aquí hay algunas habitaciones y un baño. “Creo que aquí duermen todos”, piensa Claudio. Sí: en este piso están las habitaciones. La habitación de Viktor y Eva, y las habitaciones de los niños. Sube al segundo piso. Allí hay una sala de juegos y entretenimientos: tiene un Smart TV de 50’’ y anteojos 3D. También hay un Home Theater 8.1. Ninguna pista de Laura.

Ya revisó el primer piso y el segundo piso. Claudio está por bajar, pero ve algo. Hay un piso más. Parece ser un ático o un altillo. “Bueno, con probar no pierdo nada. Tal vez encuentro alguna pista de Laura”, piensa. Sube una pequeña escalera más. Ahora está en el ático de la casa, el último piso. Tiene solo dos habitaciones. En este piso hay un olor extraño, a pintura o aceite. Claudio sonríe. Piensa: “Tal vez encuentro a Laura”. Mira la habitación sin ventanas. Ni rastros de Laura. Solo le falta ver una habitación.

La última habitación de la casa. Esta habitación tiene una ventana. Claudio se acerca y mira. No lo puede creer: ¡Laura está en la habitación! Está pintando. Parece muy cansada. “¿Cuánto tiempo hace que está pintando?”, se pregunta Claudio. La habitación está bastante oscura. Hay una luz muy débil. Está pintando un dibujo enorme, el retrato de Viktor y su familia. El dibujo es excelente. Claudio quiere llamar a Laura, pero ella no lo oye. Hace algunos gestos, pero Laura tampoco puede verlo.

Claudio mira la puerta de la habitación. Intenta abrirla, pero está cerrada. Piensa: “¿Cómo puedo abrir esta puerta?”. Mira a su alrededor. Hay pocos objetos: una estatua, pelotas y una caja. Abre la caja y mira adentro. Son herramientas. “Qué suerte”, piensa Claudio. Toma un martillo y una estaca. Intenta abrir la puerta con el martillo. Da algunos golpes suaves y otros fuertes. Unos golpes más y la puerta se abre. Claudio mira a Laura. Laura mira a Claudio y sonríe. Ya está a salvo.

-Claudio, ¡gracias por salvarme!

-No es nada, Lau. ¡Soy tu amigo!

-Sos un gran amigo. Estaba encerrada.

-Bueno, después me contás. Ahora, salgamos de acá.

-Sí, pero esperá.

-Es el dinero que me pagó Viktor. Los 2000 dólares. El cuadro ya está terminado. Ahora sí, vámonos de aquí.

Laura y Claudio caminan en la oscuridad. No hay nada de luz. No pueden ver por dónde caminan. Bajan rápidamente al segundo piso. Luego bajan un piso más. Ahora están en el primer piso. Los dos hacen silencio. Pero Laura se tropieza. Choca con algo y cae al suelo. Se escucha un ruido fuerte. Claudio mira el pasillo. Se abre una puerta y aparece una persona. Es Viktor. Tiene cara de furia. Está muy enojado. Dice algunas palabras en sueco. Claudio y Laura no entienden lo que les dice. Ellos lo miran muy asustados.

-What are you both doing here? And who the hell are you?

-I’m done with the painting. Now I’m going home. I was here against my will.

-That’s not true! You came here for work! You yourself decided to come.

-But you just kept me in the attic. Why did you take my cell? I wanted to go out!

-Laura, please forgive me. I just wanted a nice portrait. I thought you liked the attic. Really. Please, forgive me.

-Don’t be afraid! I just want to talk. As I said, I just wanted a family portrait. I wanted to give you a quiet place to work. I’d have let you out tomorrow morning.

-I just had a few water bottles to drink. You didn’t even bothered to give me food. You wanted to starve me until I die.

-That’s not true, Laura. You know it well. That’s just not true.

Claudio y Laura se alejan. De repente, se abre otra puerta en el pasillo. Son los niños.

Los niños miran a Laura y Claudio. Están asustados. Los miran y gritan. Luego corren hacia su padre. Viktor les dice: “It’s okay, kids. They’re visiting us. Nothing to fear. Calm down”. Los niños siguen gritando. Eva también sale de su habitación. “Laura, debemos escapar. ¡Laura, debemos escapar!”. Laura no lo escucha. Claudio la toma del brazo. Le dice: “Laura. Es ahora. Debemos escapar ahora. ¡Bajemos!”. Laura lo mira y responde: “Sí. Es ahora”. Claudio y Laura bajan la escalera. Bajan corriendo.

Claudio y Laura están en la planta baja. Pero Laura ha olvidado su bolso arriba.

-Claudio, esperá. El bolso está arriba.

-Te acompaño.

-No, voy sola.

-No. Te acompaño, Laura.

Los dos juntos regresan. Toman el bolso y bajan nuevamente. Viktor y los niños están muy cerca. Laura y Claudio abren la puerta. Los dos respiran. Están fuera de la casa.

-Tenemos que escapar de acá. Muy rápido.

-¿A dónde vamos?

-Lejos de acá. A cualquier lugar.

-Lau, tomemos un taxi. ¡Ahí viene uno!

Claudio y Laura paran el taxi. Laura le dice al chofer: “Vamos hasta Palermo, por favor”. El viaje dura 40 minutos. Le pagan al chofer y se bajan en la puerta de la casa de Laura.

Laura abre la puerta de su casa. Allí está su bolso de viaje y las valijas. Está todo listo.

-Claudio. ¿Querés ir a Europa conmigo?

-Sí, me gustaría. Pero no tengo dinero.

-¡Yo te invito! Me salvaste la vida.

-Pero... es mucho dinero. ¿Estás segura?

-Sí, claro que sí. Además, tengo el dinero.

-Bueno... ¡vamos!

Laura compra los pasajes online. Dos pasajes a Barcelona. El vuelo sale a las 6pm.

Laura y Claudio están en el Aeropuerto de Ezeiza. Su vuelo es el 1160. Va directamente a Barcelona, sin escalas. Los dos cargan sus maletas y suben al avión. Es la primera vez que viajan por aire. Están muy emocionados. El viaje en avión es muy placentero. La comida es muy rica y la atención es excepcional. En el avión tienen tiempo para leer, dormir y escuchar música. Viktor y su familia quedaron atrás. Ya no piensan en ellos. Ahora están tranquilos. Claudio y Laura bajan del avión felices.

Llegan a Barcelona a las 5.30am. Es muy temprano y hace frío. Claudio y Laura desayunan en un bar del Aeropuerto de Barcelona. Toman un desayuno mediterráneo: jugo de naranja, pan integral, tomate, albahaca y aceite de oliva. Luego, dejan sus maletas en un hostel y pasean por la ciudad. Barcelona es una ciudad hermosa y con mucha cultura. Hay artistas de todas partes del mundo. La gente es muy amigable. Nadie parece estar enojado. A los dos les encanta Barcelona.

En Barcelona la vida es muy tranquila. Ahora recuerdan su vida en Buenos Aires. Recuerdan a Viktor y a su esposa. Claudio le dice a Laura:

-¿No deberíamos denunciar a Viktor? Él te secuestró por 3 días. ¡No te dejaba salir!

-Sí... tenés razón. Podemos hacer la denuncia aquí en Barcelona.

Claudio y Laura van a una estación de policía. Allí hacen la denuncia contra Viktor.

Al día siguiente reciben un llamado de la policía. Les informan que Viktor está detenido. Van a hacer una investigación en Argentina. Claudio y Laura ahora están más tranquilos. Ahora pueden continuar con su vida. Primero buscan un hostel en Barcelona. Eligen el más barato. Se llama “El buen vivir”. Allí hay turistas de Europa, América y Asia. En poco tiempo Claudio y Laura hacen muchos amigos. Conocen las plazas y teatros de Barcelona. Hablan con los turistas, venden dibujos y artesanías.

En Barcelona hay muchas ofertas de trabajo. Las empresas necesitan muchos empleados. Claudio y Laura tienen muchas oportunidades. Pero a ellos no les gustan los trabajos normales. Ellos quieren seguir siendo artistas, artesanos. Por suerte, en Barcelona hay muchas ferias. Laura puede seguir dibujando. Claudio puede seguir haciendo artesanías. Eso es lo que los hace más felices. Claudio y Laura trabajan todos los días en las dos ferias de Barcelona. Allí conocen a turistas y a otros artistas.

Claudio y Laura pasan mucho tiempo juntos. Siempre fueron grandes amigos. Pero ahora son más que amigos. Ahora son novios. Sus amigos dicen que hacen una linda pareja. Ellos se sienten muy felices. Viven juntos en un departamento en el centro de la ciudad. Tienen un perro pequeño que se llama Dante. Laura tiene su propio taller de arte. Allí vende sus obras. Turistas de todo el mundo compran sus dibujos y pinturas. Claudio también tiene su propio negocio. Ahora vende sus artesanías en todo Europa.

Hace ya cinco años que Laura y Claudio viven en Barcelona. Los dos ganan mucho dinero y se sienten felices. Tienen un lindo departamento, muchos amigos y bastante tiempo libre. A veces van a Buenos Aires a visitar a amigos y familiares. Claudio y Laura siguen muy enamorados. Ahora quieren formar una familia. Laura está embarazada de cinco meses. Esperan un niño para fin de año. Laura trabajará menos y Claudio contratará a un empleado. Pero para eso falta. Por ahora, disfrutan el presente.