El Chapo, arriesgando su vida, decidió visitar a Piedad. Con ella podía ser como es: vulgar; le decía palabras de grueso calibre al oído cuando Coronel no estaba en los alrededores. Joaquín no le era indiferente a Piedad, le agradaba, pero no estaba dispuesta a poner en riesgo su vida de reina en ese rancho, y menos por alguien que estaba casado. La mujer siempre terminaba poniéndolo en su sitio: “Respétame, no seas así, eres un igualado”. Pero Joaquín era insistente, no aceptaba un no como respuesta.
Una noche, luego de completar una entrega y aprovechando la ausencia de Coronel, le propuso ir a la cama. De hecho le propuso hacerlo en la cama de Coronel. Pero ella no dio su brazo a torcer: por nada del mundo se acostaría con semejante personaje, aunque por dentro se muriera de ganas. El Chapo insistió, pero Piedad siempre lo dejaba con ganas, incluso lograba alebrestarlo más con afirmaciones como que a él le faltaba lo que a Coronel le sobraba: huevos. Una trampa muy bien puesta para que el Chapo, herido en su machismo, le contara cosas que ella quería saber: por dónde sacaba la merca, quiénes les bajaban el billete, cómo lo estaba invirtiendo. El Chapo le revelaría que tenía que manejar un bajo perfil, pues de eso no se podían enterar las autoridades.
Piedad, quien en verdad se llama Fernanda, era informante del coronel Mendoza. Le contaba los pormenores de sus conversaciones y le aseguró que el Chapo había acumulado más poder del que tenía antes de que estuviera en la cárcel. Era claro para ella que el Chapo era un tipo muy inteligente y sabía que en la siguiente cita con él tendría que darle lo que tanto quería.
En realidad, Piedad, como muchas otras, creía que con su presencia y su dureza obtendría lo que deseara del Chapo. Pero esa estratagema no funcionaba por algo muy sencillo: con las mujeres, él se comportaba como un hombre sencillo del campo, enamorado de su sierra, de las flores, del ganado, lo que les encantaba y las conquistaba, como estaba sucediendo con Fernanda, que se había infiltrado con el nombre de Piedad.