LIV

LA PROPUESTA

 

 

 

Las agencias federales de los Estados Unidos luchaban entre sí por capturar al Chapo y obtener el mérito. A espaldas de la DEA, que intentaba conseguir la extradición del Chino Ántrax a los Estados Unidos, apareció en escena un agente del FBI con un inusual acercamiento al Chapo para hacerle una propuesta: el FBI también estaba interesado en el Chino Ántrax, a quien acusaban de haber matado al licenciado Smith y a dos agentes de la agencia federal estadounidense, por lo que querían ser ellos quienes lo llevaran a prisión de por vida.

La propuesta llegó al Chapo a través de uno de sus cientos de abogados y consistía en ayudar al Narices y al Cóndor, presos en una prisión federal de los Estados Unidos, y bajar la presión en su contra a cambio de entregar al Chino Ántrax antes de que la justicia holandesa lo extraditara a México, adonde quería regresar el Chino, y por quien el Chapo y sus abogados libraban una dura batalla judicial.

Era un dilema difícil de resolver. El Chino Ántrax, su escolta y jefe de seguridad, era su camarada; se conocían desde que eran niños y había sido fiel y eficiente con él, pero la propuesta de dejarlo tranquilo para que recuperara el tiempo perdido lo puso a pensar largo. El Chapo no era ningún tarugo y sabía que, tras esa andanada de mentiras de parte de la agencia federal estadounidense, se le venía algo grande.

Como su especialidad era hacer carambolas a tres bandas, le hizo creer al emisario del FBI que pensaría la propuesta. Los puso a esperar porque detrás tenía un plan estratégico, sin imaginar que la conversación que había sostenido con el emisario del FBI fue grabada por otra agencia federal, para la que el abogado también trabajaba: la DEA.