Pantagruel mostraba un semblante triste y parecía descontento con la estancia de cuatro días208 que nos fijaba Edituo, lo que este notó y dijo209:
—Señor210, sabéis que siete días antes y siete días después del solsticio de invierno211 nunca hay tempestad en el mar. Es por el apego212 que los elementos tienen a los alciones, aves consagradas a Tetis, que por entonces ponen sus huevos y empollan a sus polluelos cerca de la ribera213. Ahora el mar se toma la revancha por esta larga calma, y durante cuatro días no cesan las fuertes tempestades cuando llegan algunos viajeros. Pensamos que es para que durante ese tiempo se vean obligados a quedarse, para ser bien agasajados con los ingresos del repique. Así es que no creáis que perdéis aquí ociosamente el tiempo. Una fuerza forzosamente os retendrá. Si no queréis combatir a Juno, a Neptuno, a Doris214, a Eolo215 y a todos los vejoves216, decidíos solo a daros un alegre festín.
Después de las primeras comilonas, el hermano Juan preguntó a Edituo:
—En esta isla solo tenéis jaulas y pájaros, que ni trabajan ni cultivan la tierra. Su única ocupación es disfrutar, gorjear y cantar. ¿De qué país os viene este cuerno de abundancia y copia217 de tantos bienes y apetitosos bocados?
—De todo el otro mundo —respondió Edituo—, si exceptuáis algunas comarcas de las regiones aquilonarias218, que desde hace unos años han removido la Camarina219. ¡Vamos!220.
»Se arrepentirán, chimpún221,
Se arrepentirán, chimpán.
»Bebamos amigos, pero ¿de qué país sois?222.
—De Turena —respondió Panurgo.
—Verdaderamente no os empolló —dijo Edituo223— mala urraca, puesto que sois de la bendita Turena. Tantos y tantos bienes nos vienen anualmente de Turena que224 un día nos dijeron unas gentes del lugar225, que pasaban por aquí, que el duque de Turena no tiene, con toda sus rentas, con qué hartarse de tocino, por la excesiva generosidad226 que sus predecesores tuvieron con estos sacrosantos pájaros, para que aquí nos hartemos de faisanes, de perdices, de pollitas, pavos, capones cebados de la región de Loudun227, caza de todo tipo y todo tipo de presas228. ¡Bebamos, amigos! Mirad ese grupo de pájaros, lo tiernecitos y rollizos que están de las rentas que de allí nos vienen. Por eso cantan tan bien para ellos. Nunca visteis ruiseñor229 que gorjease mejor de lo que lo hacen ellos en el campo230, cuando ven esos dos bastones dorados...
—Es —dijo el hermano Juan— la fiesta de los estandartes231.
—... Y cuando les toco esas gruesas campanas que veis colgadas alrededor de sus jaulas. ¡Bebamos, amigos! Hoy es buen día para beber, como lo son todos los días. ¡Bebamos! Bebo de muy buen corazón a vuestra salud232, y sed muy bienvenidos. No temáis que el vino y las provisiones falten aquí, pues, aunque el cielo fuese de bronce y la tierra de hierro233, no nos faltarían los víveres, aunque fuese durante siete u ocho años, más tiempo de lo que duró la hambruna en Egipto234. Bebamos juntos en total acuerdo y caridad.
—¡Diablos!235 —exclamó Panurgo—. ¡Cuánto bienestar tenéis en este mundo!
—En el otro —respondió Edituo— tendremos mucho más. No nos faltarán los Campos Elíseos, cuando menos. Bebamos, amigos, bebo a vuestra salud236.
—Fue237 —dije— un espíritu muy divino y perfecto el que inspiró a vuestros primeros siticines el inventar el medio por el cual obtenéis lo que todos los humanos apetecen238 naturalmente y que a pocos o, para hablar con propiedad, a ninguno se concede. Es tener el paraíso en esta vida e igualmente en la otra:
»¡Oh gente dichosa, oh239 semidioses!
¡Pluguiese al cielo que así me sucediese!240.
208 En la edición quatridien «de cuatro días»; en la Isla Sonante cotidian «cotidiano», sin duda un error de lectura; en el manuscrito falta «de cuatro días que nos fijaba Edituo».
209 En la Isla Sonante «nos dijo».
210 En la Isla Sonante «señores».
211 En la edición breume, en el manuscrito brume «solsticio de invierno», en la Isla Sonante bruine, probable error de lectura.
212 En la edición y en la Isla Sonante pour faveur «por favor», «por [el] apego», en el manuscrito pour l’amour «por el amor».
213 Plinio (Historia natural, X, 90) dice que los alciones hacen sus nidos en los siete días que preceden al solsticio de invierno y ponen sus huevos en los siete días que le siguen. El mar está entonces en calma y es apto para la navegación, sobre todo el mar de Sicilia.
214 Doris o Dóride, oceánide que casó con Nereo y fue madre de las Nereidas, divinidades marinas.
215 Señor de los vientos. En la Isla Sonante, «Atlas», probable lectura errónea de Æolus. En el manuscrito Elus.
216 Vejove (latín Veiovis, Vediovis) es un antiguo dios romano de la muerte. Erasmo (Elogio de la locura, 46) emplea el término «vejoves» para designar a los dioses maléficos.
217 En el sentido del latín copia «abundancia».
218 Regiones norteñas donde sopla el aquilón, aquí Inglaterra y Alemania.
219 Refrán antiguo, que aparece en el capítulo 14 del Tercer libro: movere Camarinam o Camerinam «provocar uno mismo su desgracia» (Erasmo, Adagios, I, I, 64). La Camarina era una ciénaga situada cerca de la ciudad del mismo nombre en Sicilia, de olor nauseabundo, que, al intentar desecarla los habitantes, provocó la desgracia de las gentes del lugar. Virgilio alude a ella (Eneida, III, 701).
220 Chou: interjección con un posible juego de palabras entre chou «col» y chou forma picarda de ce «eso», como en el capítulo 7 del Cuarto libro. Lo adapto como interjección.
221 La Isla Sonante añade de nuevo chou. Cf. nota anterior.
222 La Isla Sonante y el manuscrito añaden «amigos».
223 En la Isla Sonante y en el manuscrito falta «dijo Edituo».
224 La Isla Sonante añade «nos alegra mucho».
225 En la Isla Sonante falta «unas gentes del lugar». En el manuscrito figura un espacio en blanco detrás de «que». Debía de existir un nombre de difícil lectura y la edición, como en otros casos, obvia la dificultad.
226 En la Isla Sonante «donación», «legado», en vez de «generosidad».
227 Ciudad de Poitou, en el centro-oeste de Francia.
228 venaison... gibier: ambos términos significan «animales cazados», «caza». En el primer caso, caza mayor.
229 En la Isla Sonante falta «ruiseñor[es]» (en plural en la edición y en el manuscrito).
230 En la edición en plat «en llano», plat pays «campiña», «campo»; en la Isla Sonante y en el manuscrito en place «en el lugar», «en público», que figura después de «cuando».
231 En el capítulo 45 del Cuarto libro, capítulo en el que se inicia la sátira contra Roma, se habla también de una fiesta «de los bastones» o fiesta en la que se sacaban los estandartes.
232 En la edición y en el manuscrito à vous «a vuestra salud», que falta en la Isla Sonante.
233 Maldición de Yahvé a los que no obedecen a su voz y no guardan todos sus mandamientos y todas sus leyes (Deuteronomio, 28, 23). En el Levítico (26, 19) la maldición contra quienes no obedecen a Yahvé es de hacer de hierro su cielo y de bronce su tierra.
234 José anuncia al faraón, interpretando su sueño, que vendrán siete años de gran abundancia en toda la tierra de Egipto, seguidos de siete años de escasez (Génesis, 41, 29-30).
235 En la Isla Sonante y en el manuscrito en singular.
236 En la edición à toy «a tu salud»; en la Isla Sonante à vous «a vuestra salud», fórmula adoptada; en el manuscrito à vous tous «a la salud de todos vosotros».
237 La Isla Sonante añade, delante de «fue», «todo esto».
238 En el manuscrito, en su lugar, «llaman» (appetent/appellent).
239 En el manuscrito falta «oh».
240 Reproducción inexacta de un epigrama contra los monjes de Victor Brodeau, amigo y discípulo predilecto de Clément Marot (Demerson, en Rabelais, 1997, 90, n. 14).