Agradecimientos
Dedicado a Barbara Stanwyck, cuya presencia en todo tipo de películas las convertía en una delicia para la vista. Fuerte, profesional y muy activa, se ha colado en más de un libro. Gracias también a Duffy por su evocadora versión de la canción Stepping Stone, que me proporcionó el título original de esta historia.
Esta novela, y todas las demás, se han beneficiado enormemente de la maestría, la tenacidad y el ejemplo de Katherine V Forrest. De verdad, lamento mucho lo de las comas.
A mi familia, como siempre, y a mis lectoras.
Sin todas vosotras no habría una vigésima segunda.