Capítulo 6

—¡Ése es Mutt! —y todos subieron corriendo a cubierta, Jenny con el sable desenvainado. El Espectro Espeluznante, con el primer maestre Mutt al timón, estaba atrás del otro barco y le daba alcance rápidamente.

—Estamos llegando al costado, capitana —dijo Mutt—. Es Malvada Winnie. Lo capturaremos en un minuto.

Jenny sacó su telescopio y atisbó al Winnie. Su tripulación remaba frenéticamente con escobas, cubetas y maderos; cualquier cosa que lo hiciera ir más rápido.

No perdían de vista al Espeluznante, y según se acercaba éste remaban con más fuerza.

—Parecen aterrorizados —exclamó Jenny.

Mutt hizo una mueca.

—Ya vieron a nuestra tripulación —respondió señalándolos. Jenny levantó la vista. Todos sus piratas estaban sentados en los aparejos y hacían caras de espanto al Malvada Winnie. Perro de Mar Williams temblaba. Polly tiritaba dentro de sus plumas.

—¡UUUH! —exclamó Roger.

—¡Bien hecho, primer maestre Mutt! —dijo Jenny. Cortó el aire con su sable—. ¡PREPÁRENSE PARA EL ABORDAJE!

Se desató una actividad frenética. La tripulación del Espectro Espeluznante cayó sobre cubierta, golpeándose unos a otros en la espalda.

—¡Parecen gatos asustados!

Los garfios se izaron.

—¡Ya los tenemos!

Los ganchos de hierro fueron arrojados sobre el costado del Winnie. Su tripulación soltó todo y corrió bajo cubierta.

—¡Huyen para esconderse!

Pronto el Winnie quedó amarrado firmemente por un costado.

—¡Pedirán clemencia de la paliza que les daremos!

—¡Y AHORA ESCUCHEN! —Jenny pateó fuerte. Luego el primer maestre Mutt lanzó un silbido fuerte y agudo. La tripulación se heló.

—¡NO HABRÁ MUERTOS! ¡QUIERO A TODA, A TODA, REPITO, LA TRIPULACIÓN DEL WINNIE HECHA PRISIONERA!

La tripulación del Espectro Espeluznante palideció. Abrieron la boca para protestar, pero la capitana Jennifer Aguamala Jones dio un salto en el aire.

—¡ACCIÓN! —gritó, y lanzándose sobre el costado del Espeluznante subió al Malvada Winnie.

—¡Viva el Espectro Espeluznante! —gritó el primer maestre Mutt y saltó tras ella, seguido muy de cerca por Alegre Roger y Perro de Mar Williams. Polly voló sobre ellos cloqueando ruidosamente. Los piratas, atrapados en medio de la carrera, los siguieron en desorden.

En ese preciso momento la tripulación del Malvada Winnie regresó a cubierta. Estaban verdes del miedo, pero con un aire de torva determinación y armados hasta los dientes con sables, espadas y dagas.

—¡IIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII!

Los piratas del Espectro Espeluznante se detuvieron en seco.

—Creí que habías dicho que parecían gatos asustados, Zorro —dijo una voz nerviosa.

—Ejem… —respondió Zorro.

—¡AGUAMALA PARA SIEMPRE! —chilló la capitana Jennifer Aguamala Jones. Se lanzó contra el pirata más grande y feroz del Malvada Winnie y lo golpeó en la cabeza con el mango del sable. El pirata dejó escapar un fuerte alarido y se desplomó.

—¡MUTT! ¡MUTT! ¡MUTT! —gritó Mutt, y golpeó a otro.

—¡ZAZ, CUAS! ¡Y al SUELO vas! —Alegre Roger abofeteó a un tercero.

—¡GRRRRRRRRRRRRRRRRRRRR! —gruñó Williams, y tiró a un cuarto.

—¡CLOCCCCCCCCCCCCCCCC! —cloqueó Polly. Un quinto pirata le lanzó un puñetazo, falló y tumbó a otros tres.

—¡MUY BIEN HECHO, POLLY! —La capitana Jennifer Aguamala Jones la vitoreaba mientras remolineaba el sable sobre su cabeza.

Los piratas del Malvada Winnie titubearon. Uno arrojó su espada. Otro ondeó un pañuelo blanco mugroso. Zorro aprovechó el momento.

—¡Aquí vamos, capitana! —Y la tripulación del Espectro Espeluznante se lanzó a la lucha.

—¡AAAAAAAAAAAALTO!

La capitana Jenny hizo una seña a Mutt y éste tocó su silbato.

—¡No podemos detenernos ahora, capitana! —Zorro estaba furioso.

—Por supuesto que podemos —contestó la capitana Jennifer.

En unos minutos la tripulación del Malvada Winnie se rindió y Perro de Mar Williams los alineó en filas llorosas y moqueantes. La tripulación del Espectro Espeluznante se mantuvo detrás de ellos, ceñuda, lanzando miradas feroces y refunfuñando en voz baja.

—¡AY, AY, AY! ¡Qué bola de chillones!

—¿No podemos atizarles por lo menos un palo?

—¡PRISIONEROS! ¡Dennos sus tripas para hacer ligas!

—¡Sí!

—¡Niñas ridículas y tontas! ¡Tienes que hacer algo, Zorro!

Zorro se tapó la nariz de un lado.

—¡Esperen, camaradas! —siseó—. ¡Habrá motín! ❖