Capítulo 7

❖ La capitana Jenny Aguamala Jones, el primer maestre Mutt, Alegre Roger y Perro de Mar Williams caminaban lentamente de un lado a otro inspeccionando a su prisioneros.

¡Humm! —exclamó Jenny—. ¡Un lote bastante pobre!

—¡Cuélguelos del palo más alto, capitana! —gritó Zorro.

Jenny meneó la cabeza.

—No —respondió—. El prisionero que quiera puede caminar sobre la rampa y confiar en su suerte. NO CREO que haya tiburones. También les permitiremos nadar hasta el Malvada Winnie, si saben nadar. Pero aquel que desee quedarse a bordo del Espectro Espeluznante, lo puede hacer.

Zorro refunfuñó calladamente y se acercó al tonel de agua. Algunos otros piratas resoplaron enojados. El resto se alegró. Siempre era divertido mirar a alguien caminar por la rampa.

Alegre Roger y el primer maestre Mutt se encargaron de la rampa. Un pequeño tripulante del Malvada Winnie dio un paso hacia adelante, mirando nerviosamente a Perro de Mar Williams. La recorrió cojeando y cayó en el mar.

La tripulación del Espectro Espeluznante lanzó vivas sin ánimo.

—Debería ser amarrado —gruñó Zorro—. ¡Y debería haber tiburones horribles y hambrientos esperándolo para arrancarle los dedos de los pies!

—¡CORRECTO! ¿Alguien más? —quiso saber Jenny. El resto de los prisioneros sacudió la cabeza. El Malvada Winnie era húmedo, maloliente e incómodo.

—¡Suelten el Malvada Winnie! —ordenó Jenny.

Mientras el Winnie se alejaba a la deriva, los salvajes y malvados piratas del Espectro Espeluznante echaban miradas furtivas a Zorro.

—¡Vamos, Zorro!

—¡Salvajes y malvados, así somos!

—¡Esto todavía no se acaba! —exclamó Zorro, y sacó del tonel de agua el gran mazo.

—Somos piratas, no niñas ridículas y tontas —y sigilosamente avanzó hacia Jenny. Presumido Smith y Largo Jon Mostaza se escurrieron a hurtadillas atrás de Alegre Roger, quien estaba al timón. Con disimulo, Dientón y algunos otros rodearon el mástil y al primer maestre Mutt.

Los oscuros ojillos de Zorro giraban de un lado a otro. Vio a los demás piratas ocupar sus posiciones y esbozó una mueca astuta. De pronto, se abalanzó contra la capitana Jennifer Aguamala Jones.

En ese preciso instante Perro de Mar Williams prendió el talón de Zorro con sus colmillos. Zorro cayó de narices.

Todo el mundo, menos la capitana Jennifer Aguamala Jones, dio un salto.

—¿Q?

—¿MOTÍN?

—No, no, primer maestre Mutt, señor…

—Sólo contemplábamos el paisaje…

—Muy bello, sí señor, muy bello…

—¡GUAUU!

—¿Qué hacías, Presumido?

—¡Sólo queríamos ayudar a conducir el timón… de veras!

—¡CLOC!

—¡BASTA YA, COMPAÑEROS!

La capitana Jennifer Aguamala Jones estaba de pie en lo alto de un tonel y no prestó atención a la agitación y los murmullos a su alrededor. Presumido, Largo Jon y Dientón estaban en posición de firmes y sonreían como diciendo “nosotros-no-hicimos-nada-cómo-pueden-pensar-una-cosa-así”. Los demás piratas se esforzaban por no parecer sospechosos. Zorro intentaba respirar bajo el peso de Perro de Mar Williams.

—¡Muy bien hecho, mis piratas! —gritó la capitana Jennifer—. ¡Capturamos al Malvada Winnie y ahora tendrán su recompensa!

Se hizo un completo silencio. Los piratas de ambos barco la contemplaban boquiabiertos.

El primer maestre Mutt hizo un guiño a Roger, quien se lo devolvió.

—Verán —continuó Jenny—, hicieron lo que se les pidió. Son salvajes y malvados y no es fácil para ustedes… Por eso los prisioneros del Malvada Winnie les darán su recompensa. Permanecerán a bordo del Espectro Espeluznante durante dos semanas y limpiarán, cocinarán y conducirán el barco… ¡y mi tripulación tendrá vacaciones!

El silencio continuaba. De pronto…

Los vítores podían escucharse a cinco kilómetros de distancia. La tripulación del Espectro Espeluznante lanzó vivas hasta que enronqueció, y después las lanzó en susurros.

Zorro no vitoreaba. Perro de Mar Williams gruñía en su oído, mientras Polly impedía que escondiera un gran mazo de madera bajo un montón de cuerdas. Sólo el primer maestre Mutt y Alegre Roger vieron lo que ella hacía. También vieron a Zorro escabullirse hacia el fondo del buque para esconderse…

El primer maestre Mutt, Alegre Roger y Perro de Mar Williams chocaron manos y patas, y marcharon con la capitana Jenny para disfrutar una cena en verdad espléndida, preparada por la tripulación del Malvada Winnie.

—¡Tres vivas para el Espectro Espeluznante! —exclamó Alegre Roger.

—¡La vida de pirata es una vida maravillosa! —terció Jenny—. ¡Y AHORA, podemos continuar buscando tesoros! ¡Rubíes y diamantes y doblones!

—Casi perfecta —dijo el primer maestre Mutt con la boca llena. Sacó de su bolsillo su máquina para hervir huevos y la contempló pensativo—. Pero no completamente perfecta.

—¡Guau! —respondió Perro de Mar Williams.

—¡Cloc! —añadió Polly, y puso un huevo. ❖