Capítulo 8

FENÓMENOS PARALELOS: HIPERTENSIÓN Y ALTOS NIVELES DE AZÚCAR EN LA SANGRE

Son como las dos caras de la misma moneda: si usted tiene hipertensión, es muy probable que también tenga altos niveles de azúcar en la sangre, y viceversa. Esto se debe a que ambos son consecuencia del mismo desequilibrio metabólico. Corrija este desequilibrio y posiblemente ambos factores mejorarán.

FUNDAMENTOS DE LA PRESIÓN SANGUÍNEA

Comencemos por echar un vistazo a la presión sanguínea y al por qué de su importancia. Su presión es una medida de la fuerza que ejerce la corriente sanguínea contra las paredes de las arterias a medida que su corazón palpita y descansa. Se mide con dos números: con la presión sistólica, cuando su corazón se contrae y bombea la sangre, y con la presión diastólica, cuando su corazón se relaja entre latidos. El número sistólico siempre es el primero, seguido por el número diastólico, por ejemplo, 127 sobre 84, usualmente escrito como 127/84.

Cuando esos números son demasiado altos, usted tiene presión sanguínea alta, también conocida como hipertensión. La hipertensión está asociada a un incremento del riesgo de ataque cardiaco, insufi ciencia cardiaca congestiva, infarto y daño renal. Hoy en día, alrededor de 50 millones de americanos—uno de cuatro adultos—tienen hipertensión.1 La hipertensión es conocida como la “asesina silenciosa,” porque no presenta ningún síntoma. Muchas personas no saben que padecen esta condición.

PARÁMETROS DE LA HIPERTENSIÓN

En los Estados Unidos, los parámetros oficiales para diagnosticar la hipertensión fueron establecidos por el Programa Nacional de Educación para la Hipertensión, una división del Instituto Nacional del Corazón, Pulmón y Sangre, y actualizados en el 2003. De acuerdo con los nuevos parámetros, la presión sanguínea se debe medir así:

  • Normal: inferior a 120 sistólica y a 80 diastólica
  • Prehipertensión: 120–139 sistólica y 80–89 diastólica
  • Etapa 1 de hipertensión: 140–159 sistólica y 90–99 diastólica
  • Etapa 2 de hipertensión: 160 o superior sistólica y 100 o superior diastólica 2

Según los antiguos parámetros que datan de 1997, lo que ahora se define como prehipertensión se definía como un nivel “normal alto.” Debido a esta actualización de los parámetros, alrededor del 22 por ciento de los adultos americanos, o aproximadamente 45 millones de ellos, ahora se clasifican como hipertensos.3 Los nuevos parámetros están basados en evidencias de que el daño en las arterias ocurre a unos niveles de la presión sanguínea que anteriormente los médicos consideraban como normales. Estos estudios también han demostrado que es muy probable que la prehipertensión derive en hipertensión y en otros problemas de salud, a menos que se hagan cambios para corregir la causa subyacente. Si se controlan los niveles de insulina y de peso con el PACAS, se estará haciéndole frente a los problemas de fondo que ocasionan una presión sanguínea alta.4, 5

Así como la medicina convencional ha comenzado a comprender la importancia que tienen los niveles anormales de glucosa en la definición de la prediabetes, también se están revisando los valores de presión sanguínea para permitir una identificación y un tratamiento más tempranos de esta enfermedad potencialmente devastadora. El origen del problema de la presión sanguínea es el mismo desequilibrio metabólico que hemos discutido en capítulos anteriores: el consumo masivo de carbohidratos que produce una acumulación excesiva de grasas, que a su vez causa una inflamación a nivel celular. Tal vez recuerde lo que dijimos en el Capítulo 4 sobre la disfunción endotelial y su relación con las anomalías del azúcar en la sangre y la insulina. Puesto que las células endoteliales recubren los vasos sanguíneos, todos ellos están en riesgo de daño. Es debido a esto que estamos comprometidos a ayudarle a que sepa qué tan descontrolado tiene su azúcar sanguíneo y a superar este problema.

A primera vista, los nuevos parámetros parecen ser buenos. Nadie como el Doctor Atkins abogaba más por una temprana identificación de riesgos y de su tratamiento. Si estas revisiones conducen a realizar cambios en su estilo de vida por medio del ejercicio y de una alimentación saludable que ataquen el problema de raíz, estaremos tomando medidas eficaces contra las epidemias de la obesidad y la diabetes. Nuestro temor es que, por el contrario, estos nuevos parámetros y recomendaciones hagan que millones de americanos no mejoren su salud sino que por el contrario, terminen en la farmacia, llenos de medicamentos que son “paños de agua tibia” costosos y potencialmente peligrosos. (Para mayor información, vea el Apéndice 6, Medicamentos para la Hipertensión, en la página 513.)

En ese sentido, los nuevos parámetros son una bonanza para las compañías que fabrican medicamentos para la presión sanguínea. La mayoría de las personas con hipertensión necesitan de dos a tres medicamentos para reducir su presión y deben tomarlos indefinidamente. 7, 8 Aún peor, es posible que las personas que tomen estos medicamentos—engañadas por una falsa sensación de seguridad—no se den cuenta de que el problema de fondo empeora silenciosamente aun cuando su presión sanguínea mejore.

OBTENGA UNA MEDICIÓN EXACTA DE SU PRESIÓN SANGUÍNEA

Normalmente, su presión sanguínea varía un poco—hasta 20 puntos o más—en el transcurso del día. Una sola lectura que indique una presión sanguínea alta no necesariamente significa que tenga hipertensión. Si su doctor sospecha que usted tiene hipertensión, la lectura de su presión sanguínea puede repetirse durante el transcurso de la visita al consultorio para asegurarse que no se debe al estrés de estar allí. Tal vez le solicite que monitoree su presión sanguínea en casa por algunos días o que regrese al consultorio para otra prueba. En algunas ocasiones, pueden pedirle que cargue un monitor que registre su presión sanguínea durante un lapso de veinticuatro horas.

Existen diversos brazaletes para niños y personas de diferentes complexiones, pues el brazalete estándar puede ser muy pequeño para aquellos con brazos gruesos y dará una lectura inexacta.6

LA RELACIÓN ENTRE LA PRESIÓN Y EL AZÚCAR SANGUÍNEO

La hipertensión suele ir de la mano de la obesidad, los altos niveles de azúcar en la sangre, el síndrome metabólico, la prediabetes y la diabetes, porque muchas veces tienen la misma raíz metabólica. Si usted padece alguna de esas condiciones, hay una buena posibilidad de que sea también hipertenso. Las personas con hipertensión son casi 2.5 veces más propensas a desarrollar diabetes que aquellas con presión sanguínea normal.9 En un estudio realizado a casi 70,000 personas, el 30 por ciento de los hombres mayores de cuarenta años cuya presión sanguínea sistólica estaba entre 140 y 159 mm/Hg, tenían glucosa en ayunas alterada o prediabetes.10

Aunque la combinación de hipertensión y los altos niveles de azúcar en la sangre es muy común, también es bastante peligrosa. Si usted tiene ambas condiciones, corre un riesgo mucho mayor de lesiones en los vasos sanguíneos, que a su vez producen infarto, ataque cardiaco, insuficiencia renal, ceguera y amputaciones. Pero no se desanime; las investigaciones han demostrado que incluso pequeñas mejorías en la presión y el azúcar sanguíneos—junto con la pérdida de peso—pueden mejorar su posibilidad de evitar estas dolorosas consecuencias. 11 Claro que los estudios utilizados por la ADA restringieron las calorías en dietas bajas en grasas y nosotros hemos observado que los pacientes que siguen el Programa Atkins obtienen mejores resultados.

El aumento de riesgo que tienen las personas diabéticas de contraer las afecciones arriba mencionadas, comienza con una presión sanguínea de 120/70 o más, en otras palabras, tan pronto como se alcanza el nivel de prehipertensión. Es por esto que la mayoría de los expertos están de acuerdo en que las personas con anomalías del azúcar en la sangre deberían tener una presión sanguínea inferior a 130/80.12 Permítanos recordarle que el Programa Atkins para el Control del Azúcar Sanguíneo está diseñado para tratar las anomalías metabólicas de fondo que son las grandes responsables de la hipertensión. Cuando los pacientes han estado siguiendo el Programa por algunos meses, no es inusual encontrar lecturas de presión sanguínea que reflejen una salud óptima—esto es, de 120/70 o menos—a menudo sin medicamentos. ¡Estos no son paños de agua tibia!

 

Cuando Dorothy W., de setenta y un años de edad, vino a su revisión anual, pesaba 151 libras y medía cinco pies. Aunque estaba tomando tres medicamentos para controlar su presión sanguínea, la tenía en 96/84, es decir, necesitaba un medicamento adicional, así como otro para sus lípidos, pues sus resultados de laboratorio mostraron lo siguiente : azúcar sanguíneo en ayunas: 122; hemoglobina glicada: 5.8; colesterol total: 282; triglicéridos : 485; HDL: 38. Su colesterol LDL no pudo ser evaluado debido a que tenía los triglicéridos altos.

Dorothy estaba interesada en disminuir sus medicamentos, de modo que comenzó el Programa Nutricional de Atkins bajo mi supervisión y yo la revisaba con frecuencia. Después de tres meses, durante los cuales reduje sus medicamentos, los triglicéridos de Dorothy disminuyeron a 86; su colesterol total bajó a 209; el HDL a 86 y el LDL a 57. Siete meses después, ella pudo suprimir uno de sus medicamentos para la presión sanguínea. Ahora pesa 123 libras, toma una pequeña dosis de un medicamento y su presión sanguínea es de 120/70. Su azúcar sanguíneo en ayunas es de 112; su péptido c es 2.3; su A1C es 5.1; su colesterol total es 197; sus triglicéridos es 39; su HDL es 74; y su LDL es 115.

—MARY VERNON, M.D.

EL TRATAMIENTO DE LA HIPERTENSIÓN SIN MEDICAMENTOS

¿Qué puede hacer usted para disminuir su presión sanguínea sin medicamentos? Probablemente ya sabe cuál es el único y más importante paso que puede dar: ¡Controlar los carbohidratos! Si controla la cantidad y la calidad de los carbohidratos que consume, usted ataca la anomalía metabólica causante del daño a los vasos sanguíneos, daño que da origen a la larga lista de complicaciones que acabamos de mencionar. Cuando usted controla los carbohidratos, la grasa deja de acumularse. En cambio, el nivel apropiado de consumo de carbohidratos permite que el cuerpo queme el exceso de grasa corporal para obtener energía.

Otros pasos importantes en su estilo de vida para reducir su presión sanguínea son:

  • Una mayor actividad física: La falta de ejercicio, especialmente combinada con la obesidad, lo hace más propenso a desarrollar hipertensión. Hacer ejercicio disminuye su presión sanguínea, ayudándole a reducir sus niveles de azúcar sanguíneo y su resistencia a la insulina, lo que a su vez disminuye aún más su presión sanguínea. Antes de comenzar un programa de ejercicios, lea el Capítulo 22 y consulte con su médico.
  • Limitar las bebidas alcohólicas: si su presión sanguínea está elevada y bebe alcohol, suspenda su consumo por completo y observe el impacto en su presión sanguínea. Si su presión sanguínea es anormal y/o tiene sobrepeso, probablemente usted no debería consumir nada de alcohol. (Para mayor información lea el Capítulo 19.)
  • No fumar ni consumir nicotina en otras formas.

LA ALIMENTACIÓN Y LA PRESIÓN SANGUÍNEA

Tan pronto como usted comienza el Programa Atkins para el Control del Azúcar Sanguíneo (PACAS) y elimina de su dieta aquellos carbohidratos que no tienen ningún valor, su metabolismo se normalizará. Esto ayuda a disminuir su presión sanguínea de dos maneras: Primero, usted obtendrá mucho potasio, magnesio y calcio, pues su fuente primaria de carbohidratos son las verduras de hojas verdes y otras con un bajo índice glicémico (aquellas que tienen un efecto limitado sobre el azúcar sanguíneo.) Estos minerales han demostrado ser efectivos para disminuir su presión sanguínea.13

Segundo, controlar sus carbohidratos detendrá la retención anormal de sal y agua causada por sus antiguos hábitos alimenticios, pues la retención de líquidos puede elevar su presión sanguínea. Usted podría pensar que esto tiene que ver con la sal que contienen los alimentos. Aunque la sal en la dieta produce retención de líquidos en las personas con sensibilidad a esta sustancia, esto no significa que todas las personas que tengan hipertensión sean sensibles a la sal. Según las observaciones del Doctor Atkins y algunas investigaciones, una dieta rica en carbohidratos y altos niveles de insulina podrá causar una mayor retención de líquidos que la sal. 14 Hemos visto que casi nunca se necesita restringir la sal. De hecho, algunas personas necesitan una dosis adicional de sal (una taza de caldo será suficiente) para prevenir las náuseas o la debilidad cuando queman grasa rápidamente. Cuando usted controla los carbohidratos, su organismo se autorregula rápidamente, hasta alcanzar un equilibrio de sal y agua. Otras personas que han estudiado este programa alimenticio coinciden con esta recomendación. 15 Además, si sigue el PACAS, probablemente encontrará que sus papilas gustativas se vuelven más sensibles al sabor de la sal y el azúcar. De manera que en vez de salar su comida antes de probarla, déjese guiar por su nuevo sentido del gusto.

EL ESTRÉS Y LA PRESIÓN SANGUÍNEA

La palabra hipertensión suena como si tuviera algo que ver con el estrés. Es cierto que cualquier situación difícil hará que su presión sanguínea aumente. Sin embargo, este aumento casi nunca es temporal. Generalmente la presión sanguínea retorna a lo normal cuando usted deja de sentirse estresado, incluso si lo ha estado por días o semanas. Si usted se siente estresado, su cuerpo producirá más hormonas del estrés como el cortisol y la epinefrina. Estas hormonas lo harán sentir más alerta, aumentarán su presión, su azúcar sanguíneo y su ritmo cardiaco, y estimularán a su organismo para que obtenga energía de las grasas acumuladas y de los músculos. Estas hormonas aumentan su azúcar sanguíneo, de manera que haya suficiente glucosa disponible para las necesidades energéticas durante la crisis. ¿Cuáles son las repercusiones de esta producción hormonal? Las ansias de carbohidratos. ¿Recuerda haber comido alguna vez una bolsa enorme de papas fritas cuando tenía que entregar algo en su trabajo o en el colegio?17, 18

En circunstancias normales, cuando su crisis ha terminado, una serie compleja de asas retroalimentadoras le dice a su cuerpo que apague las hormonas del estrés. Pero cuando el estrés es algo constante—como lo es a menudo en la vida moderna—el interruptor del estrés se queda atascado en la posición de “encendido.” Si los niveles hormonales se mantienen altos, el organismo cae en un estado crónico de estrés bioquímico, y comienza a producir resistencia a la insulina, más hambre, ansias de carbohidratos y de otras alimentos de escaso valor nutricional, así como aumento de la presión sanguínea y de peso. Este aumento de peso relacionado con el estrés, que suele acumularse alrededor de su cintura, está relacionado con el síndrome metabólico.19, 20

¿Cuál es la solución? Algunas opciones para combatir el estrés.

  • Estabilice su metabolismo del azúcar en la sangre y la insulina siguiendo el PACAS.
  • Comience o aumente su régimen de ejercicio, de acuerdo con los parámetros que aparecen en los capítulos 22 y 23.
  • Establezca un horario regular para comer, ejercitarse y dormir.
  • Realice actividades como yoga y meditación.
  • Busque apoyo en sus amigos y familiares.
  • Duerma bien. Si duerme poco, usted producirá más hormonas de estrés; tener más tiempo de sueño le ayudará a “apagar” el interruptor.21, 22

EL EJERCICIO Y LA PRESIÓN SANGUÍNEA

El ej ercicio es una parte integral del PACAS y es crucial para disminuir su presión y azúcar sanguíneo. De hecho, un reciente meta-análisis de cincuenta y cuatro estudios masivos sobre el valor del ejercicio para la hipertensión demostró rotundamente que hacer ejercicio con frecuencia puede disminuir su presión sistólica en cerca de 4 puntos y su presión diastólica en aproximadamente 3 puntos. Lo mejor de todo es que usted obtendrá beneficios sin importar su edad o peso o qué tan alta sea su presión sanguínea.16 Comprenda que usted no podrá solucionar todos los problemas causados por el consumo excesivo de carbohidratos sólo mediante el ejercicio. Éste debe hacerse en combinación con un programa nutricional de carbohidratos controlados para obtener un beneficio completo. (Vea los Capítulos 22 y 23 para más información sobre la importancia del ejercicio.)

LAS DESVENTAJAS DE LOS MEDICAMENTOS

Los parámetros actuales recomiendan que las personas diabéticas sigan un tratamiento con medicamentos tan pronto como su presión sanguínea alcanza el nivel de hipertensión de 130/90.23 Si la presión sistólica de un paciente está entre 130 y 139, o su presión diastólica está entre 80 y 89, y si luego de tres meses de haber llevado un nuevo estilo de vida su presión sanguínea no ha mejorado, habría necesidad entonces de prescribirle medicamentos. Normalmente, esto significa tomar dos, o algunas veces tres medicamentos combinados. (Para ver una lista de farmacéuticos utilizados para la hipertensión, lea las páginas 103–105.)

Aunque los medicamentos para la hipertensión son eficaces, a menudo tienen efectos secundarios desagradables como tos seca, fatiga y disfunción eréctil. También pueden causar hipotensión ortostática (presión sanguínea muy baja cuando se está de pie) en algunas personas diabéticas. Esto ya es malo de por sí, pero si usted tiene anomalías en el azúcar, algunos medicamentos para la presión sanguínea, particularmente los beta bloqueadores (Inderal, Lopressort, Corgard, así como otros) y los diuréticos tiazídicos (medicamentos que hacen orinar más) pueden elevar su azúcar en la sangre aún más y ¡conducirlo a la diabetes! 24, 25 Si usted mezcla un beta bloqueador y un diurético tiazídico, podría ser seis veces más propenso a contraer diabetes. También existen evidencias que sugieren que tratar a las personas con problemas del azúcar en la sangre exclusivamente por medio de un diurético tiazídico o con una combinación de beta bloqueador y un diurético tiazídico puede incluso incrementar el riesgo de un ataque cardiaco.26, 27

Hemos visto a muchos pacientes que han empeorado su salud luego de haber tomado medicamentos para la hipertensión. Por ejemplo, en el caso de Allison C., su doctor no notó que su hipertensión era un signo del síndrome metabólico. No investigó más a fondo, es decir, nunca descubrió que Allison ya tenía altos niveles de azúcar en la sangre. En cambio, él trató su hipertensión como un problema aislado y le recetó un diurético tiazídico. Seguramente el medicamento le subió su azúcar sanguíneo hasta que se volvió diabética. Cuando ella fue donde el Doctor Atkins, él la hizo seguir el PACAS y suspendió sus medicamentos. Su presión y su azúcar sanguíneo disminuyeron.

Una vez dicho todo esto, existe un lugar para los medicamentos para la presión sanguínea. Disminuir su presión sanguínea de forma natural mediante la pérdida de peso, el ejercicio y otros cambios en el estilo de vida es algo que toma tiempo. Los riesgos de la hipertensión no controlada son muy delicados. Aunque usted debe evitar algunos medicamentos anti-hipertensivos si tiene azúcar sanguíneo alta, otros, como los inhibidores ACE, bloqueadores de canales de calcio y los bloqueadores de receptores de angiotensina (ARBs) no impactan su azúcar sanguíneo negativamente y pueden ser seguros para usted. Consulte con su médico sobre el uso de medicamentos hipertensivos y sopese cuidadosamente las ventajas y desventajas. Recuerde que a su doctor le recomiendan seguir ciertos parámetros que sugieren comenzar el tratamiento con diuréticos tiazídicos.

MEDICAMENTOS PARA LA HIPERTENSIÓN

Actualmente, los médicos tienen una impresionante variedad de farmacéuticos para tratar la hipertensión. He aquí un ejemplo del arsenal actual. (Nota: Cada vez que usted combina dos medicamentos, como suele suceder en el tratamiento de la hipertensión, aumentarán los riesgos de efectos secundarios y de reacciones adversas. Si combina más de dos medicamentos, la posibilidad de una consecuencia negativa aumenta considerablemente.)

Los Diuréticos

Son los medicamentos más recetados a los pacientes que sufren de hipertensión y hacen excretar más agua y sal. ¿Por qué son útiles estos medicamentos? Si usted está siguiendo una dieta rica en carbohidratos, los altos niveles de insulina pueden hacerle retener tanto agua como sal, lo que aumenta su presión sanguínea.28 Los diuréticos revierten esta situación, aunque no resuelven el problema de fondo que está causando su hipertensión. Se clasifican en tres categorías:

  • Tiazídicos: son algunos de los medicamentos más utilizados—especialmente al comienzo del tratamiento de la hipertensión—y causan un aumento moderado en la pérdida de agua, sal y minerales. Estos medicamentos pueden empeorar el metabolismo de la glucosa y causar diabetes de Tipo 2 y/o gota.
  • Diuréticos de asa: los diuréticos de FBS causan mayor pérdida de sal y agua que los tiazídicos—tanto que estos medicamentos suelen suministrarse con un suplemento de potasio y pueden causar deshidratación severa.
  • Espironolactona: este popular diurético hace que usted retenga potasio en lugar de eliminarlo, lo cual ayuda a prevenir un desequilibrio electrolítico peligroso. Debe ser utilizado con precaución en combinación con otros medicamentos para evitar la retención de potasio.

Los Beta Bloqueadores

Trabajan bloqueando un receptor que regula su ritmo cardiaco y la constricción de los vasos sanguíneos. Esto evita que su corazón funcione más rápido y relaje los vasos sanguíneos, pero tiene una desventaja significativa: el mismo receptor que se encuentra en las células de su corazón y sus vasos sanguíneos también está presente en las células adiposas .29 Los beta bloqueadores impiden que su organismo remueva la grasa acumulada de las células adiposas, lo que puede hacer que muchos pacientes suban de peso y que su hipertensión se agrave. Si usted se suministra insulina, los beta bloqueadores pueden poner su vida en riesgo, pues impiden que su organismo reaccione normalmente a unos bajos niveles de azúcar sanguíneo. La combinación de insulina y de un beta bloqueador puede causar una peligrosa disminución de azúcar en la sangre que será muy difícil aumentar de nuevo. 30, 31, 32

Los Bloqueadores de Receptores de la Angiotensina

Estos nuevos medicamentos son muy semejantes a los inhibidores ACE, y son conocidos como bloqueadores receptores de la angiotensina, o ARBs. Las personas que no pueden tomar inhibidores ACE, normalmente pueden tomar ARBs. Así como los inhibidores ACE, los ARBs ayudan a proteger los riñones en los pacientes con diabetes. Si usted toma este medicamento u otros de este tipo, necesita que su función renal sea monitoreada regularmente, porque puede causar trastornos en las funciones renales en personas con disminución del flujo de sangre hacia los riñones.33, 34

 

Antes de recetarles farmacéuticos fuertes, el Doctor Atkins les pedía a sus pacientes que siguieran el PACAS hasta que pudiese evaluar su reacción. Un cambio en la alimentación es suficiente para disminuir la presión sanguínea de manera significativa. Pero los suplementos multivitamínicos y minerales y el ejercicio también son partes importantes del programa, y juegan un papel crucial en la disminución de la presión sanguínea. Él les recetaba suplementos adicionales dirigidos a sus necesidades individuales a los pacientes que tenían una mayor necesidad de disminuir su presión sanguínea.

El Doctor Atkins concluyó que las personas con hipertensión usualmente respondían bien a la combinación de varios suplementos diferentes, incluyendo el magnesio, el amino ácido taurina, los ácidos grasos esenciales y la coenzima Q10. (En el capítulo 21 hablaremos de estos suplementos y otros para la salud del corazón.)

El Doctor Atkins utilizaba dosis menores de suplementos si la presión sanguínea del paciente era ligeramente alta o si respondía bien al programa de control de carbohidratos y de ejercicio. Por supuesto, si la presión sanguínea de un paciente fuera tan alta que ella o él ya estuviera tomando medicamentos, o representara un riesgo inmediato, él utilizaba medicamentos y mayores dosis de suplementos hasta que el PACAS hubiera hecho efecto. En muchos casos sus pacientes veían que su presión sanguínea alcanzaba niveles normales o cerca de lo normal en pocos meses o incluso antes. Él pudo mantener las dosis mínimas y frecuentemente logró que aquellos pacientes que necesitaban medicamentos para la hipertensión sólo tomaran uno.

¿CUÁL ES SU COCIENTE INTELECTUAL SOBRE LA PRESIÓN SANGUÍNEA?

  1. La presión sistólica es la presión:
    1. cuando su corazón late
    2. cuando su corazón se relaja entre latidos
    3. cuando su corazón se detiene
  2. La presión sanguínea es inferior a 120/80. ¿Cuáles son las lecturas para las fases de la hipertensión?
    1. prehipertensión
    2. etapa 1 de la hipertensión
    3. etapa 2 de la hipertensión
  3. El síntoma principal de la prehipertensión es:
    1. dolor de cabeza
    2. mareo
    3. cansancio
    4. náuseas
    5. ninguno de las anteriores
  4. La hipertensión incrementa su riesgo de:
    1. enfermedad cardiaca
    2. infarto
    3. enfermedad renal
    4. enfermedad de los ojos
    5. todas las anteriores

Respuestas

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Recuerde, si usted ya está tomando medicamentos para la presión sanguínea y comienza a seguir el programa de Atkins, probablemente tendrá que disminuir sus dosis a medida que se van dando los beneficios de controlar los carbohidratos. Establezca un programa por adelantado con su médico para ver cuáles medicamentos puede reducir a medida que su presión sanguínea mejora.

 

Jeff T., un profesor universitario, tenía un fuerte síndrome metabólico e hipertensión. Tomaba tres medicamentos al día para su hipertensión y decidió comenzar con el Programa Nutricional de Atkins, pero debido al poco tiempo disponible que tenía, no concertó una cita ni un programa de medicamentos. Suspendió todos sus medicamentos luego de hacer el programa Atkins por sus propios medios. Desafortunadamente, tuvo que ser hospitalizado, pues su presión sanguínea disminuyó bastante. Él se rió y me dijo, “¡Qué bien doctora, esto realmente funciona!”

Claro que funciona y es un buen ejemplo de por qué es tan importante tomarse el tiempo para trabajar de cerca con su médico a fin de planear una estrategia con antelación para disminuir los medicamentos.

—MARY VERNON, M.D.

 

A medida que su presión sanguínea mejora, lo mismo sucederá con su salud cardiaca, pero usted tendrá que mejorar otros aspectos de su salud cardiaca además de su presión sanguínea. Eso es lo que discutiremos en el próximo capítulo.

UN LOGRO “CENTELLEANTE”

Barbara Woodruff, tenia el síndrome metabólico y a pesar de estar tomando varios medicamentos para la hipertensión, no podía controlar su presión sanguínea. Perdió 70 libras, disminuyó significativamente su presión sanguínea y se sintió con altos niveles de energía. Ahora puede dedicarse a lo que le gusta hacer como técnica de juegos pirotécnicos.

NOMBRE: Barbara Woodruff
EDAD: 62 años
ESTATURA: 5 pies 1½ pulgadas
PESO ANTERIOR: 216 libras
PESO DESPUÉS: 145 libras

La gente me mira y piensa que sólo soy una pequeña abuela de pelo gris que teje con agujas y que se ha semijubilado a Florida. Lo que no saben es que a los sesenta y dos años me siento tan llena de energía gracias al Programa Nutricional de Atkins que empleo mi tiempo libre lanzando juegos pirotécnicos.

Sí, leyeron bien. Soy una experta en juegos pirotécnicos. Los lanzo manualmente o por computadora; incluso hago coreografías para espectáculos musicales. ¡Es un hobby que simplemente adoro! No sería capaz de hacerlo si no hubiera sido por el Doctor Atkins. Yo adopté el estilo de vida Atkins el 1 de Abril, de 2001, y perdí 70 libras en menos de un año. Eso fue genial, pero mejor aún es que hubiera reducido significativamente mi presión sanguínea al mismo tiempo que mi nivel de energía aumentó enormemente. Una vez me encontraba trabajando en juegos pirotécnicos con un chico de veintitrés años de edad y literalmente lo dejé extenuado. ¡Renunció al final del día!

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ANTES

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DESPUÉS

Si no hubiera controlado mi presión sanguínea (hoy tomo un solo medicamento para la presión sanguínea, en vez de tres), no podría estar cerca de los juegos pirotécnicos. Si sufriera un ataque cardiaco o un infarto en las afueras de la ciudad (donde se lanzan los juegos pirotécnicos), ¿quien sabe qué podría pasar? Nadie podría ayudarme porque incluso los bomberos tienen que estar a cierta distancia de los juegos pirotécnicos.

Trabajo en Disney World; tengo que estar de pie durante casi todo el día, y no hubiera tenido la energía para hacer esto si no hubiera sido por el estilo de vida de Atkins. Estoy tratando de hacer parte del equipo de juegos pirotécnicos de Disney World (mi trabajo soñado), pero por ahora estoy trabajando en una pastelería localizada en Main Street. La gente me pregunta, “¿No sientes deseos de comer todas estas delicias?” Puedo responderles con honestidad, “No, no me provoca.” El Programa Atkins me ha quitado para siempre las ansias de azúcar. Si siento deseos de comer algo dulce, simplemente me como una barra Endulge™ de Atkins, que me deja completamente satisfecha.

Soy consciente siempre que tengo un pequeño desliz o cuando como muchos carbohidratos, generalmente durante las festividades. El corazón me late más rápido y mi cara se pone roja. Me doy cuenta cuando aumento cinco libras—mi peso normal es 145—porque comienzo a jadear cuando camino por los túneles de Disney, que son utilizados por los trabajadores para movilizarse rápidamente. Luego, regreso inmediatamente a la fase de Inducción y pierdo esas libras de más y me vuelvo a sentir muy bien al cabo de una semana.

Al igual que muchas mujeres, mi problema de peso comenzó después de tener hijos. Las libras aumentaban luego de cada embarazo. Me divorcié cuando tenía cuarenta y dos años y el estrés me produjo más aumento de peso. Luego me hicieron una histerectomía, comencé una terapia de reemplazo hormonal y aumenté 20 libras casi de la noche a la mañana. Algunos años más tarde, desarrollé hipertensión.

Cuando alcancé 216 libras, me dije, “No más.” Había intentado hacer el programa Atkins y perdido 15 libras a comienzos de los años noventa. Pero me era difícil mantenerme en él, pues muchas personas me molestaban y me decían que el programa no seguía las recomendaciones gubernamentales sobre la pirámide nutricional. Además, me era difícil saber qué alimentos eran ricos en carbohidratos, pues en ese entonces las etiquetas contenían poca información.

Esta vez nadie iba a detenerme, ni siquiera mi doctor. Perdí alrededor de 12 libras durante la primera semana. Casi ocho semanas después me revisaron la presión sanguínea y había disminuido. Para el 1 de enero de 2002 había perdido 70 libras y me sentía de maravilla. Mi presión sanguínea había pasado de 160/90 a 145/85.

Actualmente es muy fácil llevar este estilo de vida, pues se consiguen muchos productos deliciosos y bajos en carbohidratos en las tiendas. Incluso los restaurantes hacen que sea más fácil, ya que ofrecen platos bajos en carbohidratos. Hago ejercicio todos los días y veo un programa de ejercicios en la televisión local.

Recientemente estudié para obtener la licencia de conducción comercial de la Florida, y la obtuve, así como una certificación para transportar materiales de alto riesgo. ¡Me encanta conducir el camión de dieciocho ruedas! También he comenzado a tejer, una actividad más típica de las abuelas. Apuesto a que usted nunca ha conocido alguien cuyos nietos vean espectáculos de juegos pirotécnicos y puedan decir, “¡Mi abuela los hizo!” Me alegra que los míos puedan decirlo.

 

Nota: Sus resultados individuales pueden ser diferentes de los que se muestran aquí. Como se dijo anteriormente, Atkins recomienda una evaluación inicial de laboratorio y seguimiento continuo en coordinación con su proveedor de salud.