¿Está preparado para leer la estadística más alarmante que encontrará en este libro? Alrededor del 75 por ciento de las personas que tienen diabetes morirán de una enfermedad del corazón.1
El deterioro en el estado de salud—actualmente conocido como síndrome metabólico—que lo condujo al diagnóstico de la diabetes, eventualmente origina la formación de placas que contraen las arterias, lo que puede reducir el flujo de sangre hacia su corazón. En los peores casos, esto puede derivar en un bloqueo arterial y producir un ataque cardíaco. La mitad de los que no sobreviven a un ataque cardiaco mueren en menos de una hora, y muchos no alcanzan a llegar al hospital.2 Aunque usted sobreviva a ese ataque, su músculo cardíaco nunca volverá a ser el mismo.
Como puede ver, la enfermedad cardiaca y la diabetes son un duo mortal. De hecho, si usted tiene diabetes, su riesgo de tener un primer ataque cardiaco es tan alto como el riesgo que tiene una persona no diabética que ya haya sufrido un ataque cardiaco.3 En otras palabras, usted está automáticamente en riesgo de contraer una enfermedad del corazón cuando se convierte oficialmente en un paciente diabético, así nunca haya tenido ningún problema cardiaco. Durante varias décadas, en las que usted desarrolló gradualmente la diabetes, sus vasos sanguíneos fueron sufriendo progresivamente el tipo de daño que suele desembocar en un ataque cardiaco.
Puesto que usted puede controlar lo que ingiere, tiene una oportunidad única para elegir de inmediato un camino alternativo hacia una mejor salud. La enfermedad cardiaca y la diabetes no son inevitables; usted puede hacer mucho para minimizar su riesgo. Además de controlar su azúcar sanguíneo y su presión de la sangre, como ya lo discutimos, también necesita observar sus lípidos sanguíneos—el colesterol y las grasas en su sangre. Y en vez de confiar en los tratamientos farmacéuticos tradicionales basados en medicamentos que reducen el colesterol para nivelar los lípidos sanguíneos altos, ¿no sería mejor atacar de raíz el problema de fondo? Eso es lo que hará con el Programa Atkins para el Control del Azúcar Sanguíneo (PACAS).
Le daremos un ejemplo de lo efectivo que es este programa, aun para aquellas personas que han sufrido años de problemas de salud relacionados con su azúcar sanguíneo. Cuando Muriel R., de setenta y tres años (cuyo caso mencionamos en el Capítulo 4), consultó por primera vez al Doctor Atkins, había sido diabética de Tipo 2 por treinta años. Estaba tomando numerosos medicamentos para controlar su azúcar y lípidos sanguíneos, pero no le surtían ningún efecto. Su azúcar sanguíneo era alto, su colesterol total era 318 y sus triglicéridos estaban casi disparados: 1,455. Después de tres meses de seguir el PACAS perdió cinco libras, pero sus factores de riesgo de ataque cardiaco se redujeron considerablemente. ¡Su azúcar sanguíneo disminuyó, su colesterol total descendió a 202 y sus triglicéridos cayeron a 101! Muriel es un ejemplo clásico de que nunca es demasiado tarde para mejorar su salud.
A lo largo de este libro hemos hablado mucho acerca de sus lípidos sanguíneos: el colesterol LDL, el colesterol HDL y los triglicéridos. Ahora que estamos hablando sobre la salud de su corazón, es hora de verlos en más detalle.
Cuando usted va rumbo a la diabetes, su riesgo de tener una enfermedad cardiaca es substancialmente mayor que el de las personas que no van por ese camino. ¿Qué tan alto es este riesgo? De acuerdo con los resultados del Nurse’s Health Study realizado a 118,000 mujeres, la respuesta es: casi cuatro veces más. Los investigadores a cargo de este estudio observaron a las mujeres durante un período de veinte años. Al comienzo, alrededor de 1,500 ya tenían diabetes y 394 tenían historial de ataques cardiacos. En las dos décadas siguientes, casi 6,000 desarrollaron diabetes y 2,500 mujeres fueron diagnosticadas de nuevo con enfermedad coronaria. El estudio encontró que las mujeres con diabetes y con enfermedades cardiacas previas tenía una probabilidad 20 veces mayor de morir de cualquier enfermedad cardiovascular como infarto, y una probabilidad 25 veces mayor de morir debido a una enfermedad coronaria.3, 4
No sólo las mujeres corren este riesgo. Los hombres maduros con altos niveles de azúcar sanguíneo tienen un mayor riesgo de morir, no solo debido a enfermedades cardiacas sino también a muchas otras causas aunque no padezcan diabetes. Sabemos esto gracias a un revelador análisis de tres estudios conducidos en Europa durante un largo tiempo. Alrededor de 17,000 hombres fueron observados cuidadosamente durante un período de veinte años. Los investigadores hallaron que entre los tres grupos, los hombres que se encontraban dentro del 20 por ciento del nivel más alto de azúcar sanguíneo considerado como normal, tenían un riesgo de mortandad 1.6 veces más alto que aquellos cuyo nivel de azúcar estaba en el 80 por ciento inferior del rango normal. Los hombres cuyos niveles de azúcar sanguíneo estaban en el 2.5 por ciento superior de la glucosa normal en ayunas y normal a las dos horas, tuvieron un riesgo 1.8 veces mayor de morir debido a enfermedades cardiacas que los hombres con niveles bajos o normales de azúcar en la sangre.5
Las personas con síndrome metabólico, prediabetes o diabetes de Tipo 2 casi siempre tienen un colesterol HDL bajo y triglicéridos altos y niveles normales o ligeramente altos de colesterol LDL. Tal como lo demuestran numerosas investigaciones, la combinación de un colesterol HDL bajo y triglicéridos altos es prácticamente una fórmula para un ataque cardiaco.8, 9, 10 Si usted tiene problemas con sus lípidos, debe controlar sus carbohidratos, bien sea que necesite perder peso o no. Una dieta rica en carbohidratos está muy asociada con lípidos nocivos, y si controla sus carbohidratos, sus triglicéridos podrían disminuir, aumentar su HDL, disminuir su LDL y cambiar su producción general de colesterol hacia formas menos peligrosas.
Los síntomas clásicos de un ataque cardiaco incluyen una sensación de opresión en el pecho, dolor en el pecho (angina) que se irradia hacia el brazo izquierdo o hacia la mandíbula y falta de aire. Sin embargo, es importante destacar que es posible que las mujeres y personas con diabetes no experimenten estos síntomas. Para ellos, los síntomas más probables pueden incluir náuseas y vómito, cansancio, sudoración y colapso. Los doctores los llaman ataques cardiacos silenciosos, pues son más peligrosos que aquellos que son más evidentes, ya que una posible intervención para preservar el corazón y salvarle la vida podría darse más tarde o nunca.
Lo importante es que usted no debe esperar hasta que sufra esta crisis. Si tiene síndrome metabólico, prediabetes o diabetes, consulte con su médico acerca de lo que debe hacer en caso de sentir cualquiera de estos síntomas. La medicina tradicional americana es realmente efectiva en estas situaciones de emergencia, pero usted debe reconocer los signos y obtener ayuda rápidamente.
Los ataques cardiacos no son el único problema. La obesidad puede forzar su corazón hasta el punto de que su capacidad para bombear sangre de manera eficiente se vea seriamente comprometida.6 Este problema—la insuficiencia cardiaca—también puede ser causado por la hipertensión y la cicatrización de un ataque cardiaco. Entre el 20 y el 40 por ciento de las personas con insuficiencia cardiaca tiene diabetes.7
Los altos niveles de colesterol LDL en su sangre están asociados con un mayor riesgo de enfermedad vascular como la enfermedad cardiaca y el infarto debido a la obstrucción de las arterias. Por eso, a menudo se le llama colesterol “malo.” Sin embargo, decir que el colesterol LDL es malo, sería un enfoque simplista que es más útil para vender medicamentos que disminuyen el colesterol que para ayudar a evitar el taponamiento de las arterias. Si usted analiza detenidamente el colesterol LDL, verá que la situación es más compleja.
Los tipos de colesterol LDL pueden ser divididos en subfracciones basadas en el tamaño de las partículas del colesterol. Las partículas de lipoproteína de muy baja densidad (VLDL) son considerablemente grandes; las partículas de densidad intermedia (IDL) son más pequeñas, y las partículas de lipoproteínas de baja densidad (LDL) son las más pequeñas de todas. Mientras más pequeña sea la partícula, más aterogénica (que daña las arterias) será en términos potenciales.11 En las personas con síndrome metabólico, prediabetes y diabetes, estas partículas del colesterol LDL tienden a ser básicamente pequeñas y densas, en vez de ser partículas más grandes, livianas y “esponjosas.”
Esta situación obedece a razones más complejas, pero no tenemos suficiente espacio para extendernos más. Basta con decir que los altos niveles de insulina hacen que su organismo no produzca partículas más grandes y livianas, sino unas partículas de colesterol más pequeñas y densas. Disminuya su insulina mediante el control de sus carbohidratos, y su organismo seguramente producirá un colesterol más saludable; es decir, que estas partículas de colesterol se irán aflojando o “esponjando.” 12
¿Por qué estamos explicando este aspecto con tanto detalle? Si usted ha estado siguiendo el PACAS durante algunos meses, sus niveles de colesterol LDL probablemente serán iguales o podrían incluso elevarse un poco, aún si su colesterol HDL aumenta y sus triglicéridos disminuyen. La mayoría de las personas presentan un incremento de LDL modesto, temporal e inofensivo, y está más que compensado por el aumento en la relación de HDL/triglicéridos. Casi todas las personas que han seguido el PACAS apropiadamente han mostrado una normalización de sus valores de LDL en un lapso de tres a seis meses. Desafortunadamente, es muy probable que a su médico lo hayan adiestrado para que se alarme por los valores numéricos de LDL y para que le preste poca atención a otros cambios positivos en sus lípidos sanguíneos, y que tal vez reaccione si ve que sus niveles de LDL aumentan, o incluso si no disminuyen, y le formule medicamentos a base de estatinas.
Antes de tomar un medicamento para disminuir su colesterol LDL, pídale a su médico que revise más a fondo su LDL para encontrar las proporciones de partículas densas y livianas. Incluso si su valor numérico total de LDL ha subido, existe una buena posibilidad de que la proporción de partículas más livianas y esponjadas haya aumentado y evolucionado hacia lo que los médicos definen como Patrón A, gracias a los beneficios producidos por el programa de carbohidratos controlados. Estudios recientes han confirmado que el Programa Nutricional de Atkins puede hacer que su LDL evolucione hacia el de tipo favorable y “esponjoso.” 13, 14
Usted también puede pedirle a su médico que le haga un examen de sangre para un tipo de lípido llamado lipoproteína pequeña a y que se identifica como lipoproteína(a), o lp(a) a modo de abreviación. Esta es otra forma de lípido sanguíneo que ha demostrado ser un factor de riesgo independiente para enfermedad cardiaca.15 Sus niveles de lp(a) pueden ser altos aunque su colesterol LDL sea normal. La mayoría de los médicos creen que sus números de lp(a) se heredan y que no pueden ser modificados por la dieta ni por ningún otro medio, pero el Doctor Atkins reportó haber visto algunos casos en donde éste disminuyó—al igual que los niveles de insulina—cuando el paciente seguía un programa de carbohidratos controlados. La doctora Vernon ha observado lo mismo, como lo demuestra este ejemplo:
Un ejemplo de tal mejoría como resultado de cambios en la dieta ocurrió en uno de mis pacientes. Maureen Y., una mujer de veintiocho años que sólo pesaba 100 libras, disminuyó sus lipoproteínas(a) de un peligroso y alto valor de 64mg/dL a un nivel más seguro de 36 mg/dL, simplemente controlando su consumo de carbohidratos. El proceso tomó seis meses, y sus otros lípidos sanguíneos, que eran altos, mejoraron también. Todo esto ocurrió sin que ella perdiera peso.
—MARY VERNON, M.D.
Las investigaciones en esta área aún están comenzando; sin embargo, todavía no existe la información suficiente para decir que sus indicadores de lp(a) pueden disminuir si sucede lo mismo con sus niveles de insulina.
EL colesterol HDL, “bueno” o “protector,” compensa el colesterol LDL. El colesterol HDL elimina el colesterol que no se ha utilizado de su corriente sanguínea y lo lleva de nuevo a su hígado. Cuanto más alto sea su nivel de HDL, más colesterol estará siendo removido de su corriente sanguínea antes de que tenga la posibilidad de oxidarse y dañar sus vasos sanguíneos; esto explica la creencia actual sobre por qué los altos niveles de HDL son protectores de sus arterias y su corazón.16
Así como el LDL, el HDL viene en partículas de diferente tamaño, o subfracciones. Las personas con síndrome metabólico no solo tienen bajos niveles de HDL, sino que sus partículas de HDL tienden a ser pequeñas y densas, justo como es el caso del LDL. Estas partículas, llamadas HDL3, no son tan eficientes para transportar los lípidos almacenados a su hígado como la variedad grande y esponjosa (llamada HDL2). Cuantas más partículas HDL2 livianas y grandes tenga, menor será su riesgo de una enfermedad cardiaca. Y al igual que el colesterol LDL, los altos niveles de insulina modifican su producción de colesterol; usted ya no producirá las partículas HDL2 sino las partículas más densas y pequeñas llamadas HDL3. Disminuya su nivel de insulina siguiendo el programa de carbohidratos controlados y ayudará a modificar su producción de HDL hacia partículas HDL2 más livianas y deseables.1718
Los glóbulos de grasa de su sangre (conocidos como triglicéridos) a veces se conocen como triacilglicerol. Los niveles altos de esta sustancia no son deseables y el Doctor Atkins creía que el número óptimo debería ser inferior a 100. Es aquí cuando usted obtiene el beneficio real luego de controlar sus carbohidratos, pues los altos niveles de éstos en su dieta se convierten directamente en triglicéridos altos en la sangre.1920 Casi todas las personas que siguen el programa de carbohidratos controlados encuentran que sus niveles de triglicéridos disminuyen considerablemente. Hemos visto casos en los que los triglicéridos que se encontraban literalmente por fuera de la tabla disminuyeron a menos de 100 pocos meses después de haber comenzado a controlar los carbohidratos. Si sus triglicéridos disminuyen y su HDL aumenta, el riesgo de padecer afecciones cardiacas será mucho menor.21, 22
Como las personas diabéticas suelen tener niveles de colesterol LDL ligeramente altos o normales, se ha especulado hasta qué punto estos pacientes deberían disminuir sus niveles hasta un rango normal. Algunos investigadores dicen que sí y creen que todos los pacientes con diabetes deben tomar estatinas, aun cuando su LDL sea normal.
Pero nosotros le recomendamos que no se apresure. Algunos estudios sobre los medicamentos a base de estatinas muestran que una disminución modesta del LDL, así no se encuentre en el rango alto, podría ayudarle a algunas personas con diabetes a disminuir su riesgo de enfermedad cardiaca. Lo que no comprueban es que usted necesita tomar medicamentos a base de estatinas para que esto ocurra, aunque los pacientes en el estudio fueron tratados con estos medicamentos, que no fueron comparados con un programa de carbohidratos controlados. Los cambios alimenticios que controlan los carbohidratos son una manera muy efectiva de mejorar su perfil lipídico. ¿Por qué tomar entonces un medicamento costoso que puede causar dolor muscular, debilidad, problemas hepáticos y un posible aumento en el riesgo de insuficiencia cardiaca cuando usted puede lograr lo mismo con el PACAS? La mayoría de los pacientes que siguen el Programa Atkins pueden corregir sus lípidos a niveles normales o casi normales en un período de tres a seis meses, sin tener que tomar medicamentos.
Puede que algunos de ustedes—quienes tengan una fuerte tendencia hereditaria a presentar niveles extremadamente altos de colesterol y triglicéridos—no quieran estar en desacuerdo con su médico sobre lo referente a los medicamentos que disminuyen el colesterol. Aunque este sea el caso, tomar los medicamentos no debería ser obstáculo para seguir el PACAS. Muchos de ustedes se sorprenderán con los resultados que obtendrán en sus valores de lípidos y otros aspectos de la sangre, resultados que usted no obtuvo sólo después de haber tomado medicamentos. Una vez que su médico vea los resultados, él o ella querrán discutir un ajuste en sus medicamentos.
Este popular grupo de medicamentos utilizados para tratar las anomalías lipídicas, (vea el sidebar en la página 121 ) se receta con frecuencia para pacientes con síndrome metabólico, prediabetes y diabetes. De hecho, si usted tiene colesterol alto, su doctor puede pensar que la única opción es recetarle estos medicamentos. Esto se debe a que, actualmente, los médicos están fuertemente presionados a seguir las recomendaciones del Programa Nacional Educativo sobre el Colesterol (PNEC), el cual les aconseja utilizar estos medicamentos.23 Un gran número de investigaciones muestra que los medicamentos a base de estatinas disminuyen el colesterol. Sin embargo, el Doctor Atkins nunca tuvo necesidad de utilizarlos. Pídale a su médico que le dé una oportunidad para tratar de reducir sus factores de riesgo cardiovasculares sin medicamentos. Le diremos por qué:
Inicialmente se pensaba que los medicamentos a base de estatinas disminuían el colesterol debido al bloqueo de la producción de una enzima que su cuerpo utiliza para producir colesterol. Sin embargo, recientes investigaciones sugieren que es posible que gran parte de ese efecto no esté relacionado en lo absoluto con la disminución del colesterol. En cambio, los medicamentos a base de estatinas parecen trabajar disminuyendo la inflamación, especialmente en las células endoteliales que revisten sus vasos sanguíneos.
Cualquiera que sea la forma en que trabajan, estos medicamentos requieren un monitoreo cuidadoso y pueden causar efectos secundarios. Debido a que bloquean la síntesis de un componente llamado coenzima Q10 (CoQ10 o ubiquinona) utilizada en sus células para el metabolismo energético, dichos medicamentos pueden causar daño hepático y muscular—incluyendo el daño al músculo cardiaco. Algunos expertos creen que esto podría producir una insuficiencia cardiaca congestiva, al menos en algunos pacientes.24 El daño muscular puede ser tan severo que un medicamento a base de estatinas (Baychol) fue retirado voluntariamente del mercado después de causar algunas muertes. También pueden presentarse lesiones hepáticas. Los fabricantes de estatinas recomiendan exámenes de sangre cada tres a seis meses para monitorear posibles daños hepáticos.25
Si no hubiera ninguna otra forma de mejorar los lípidos, deberíamos estar de acuerdo en que los significativos riesgos de salud de los medicamentos a base de estatinas bien valen la pena. Pero he aquí la razón por la cual no estamos de acuerdo: el mismo efecto obtenido mediante los medicamentos puede ser logrado siguiendo el programa de carbohidratos controlados de Atkins. Esto se debe a que la disminución de las concentraciones de insulina en el cuerpo, puede, teóricamente, reducir la producción de una enzima llamada HMG Co-A reductasa—la misma enzima que combaten los medicamentos de estatinas—de manera simple y natural. ¿Y cuál es la herramienta más efectiva para disminuir la insulina a niveles normales? Controlar el consumo de carbohidratos.26
¿Qué sucede con la capacidad que tienen los medicamentos a base de estatinas para reducir la inflamación en el revestimiento de los vasos sanguíneos? El programa de carbohidratos controlados también puede ser útil en este aspecto. Los altos niveles de insulina aumentan la inflamación—y controlar los niveles de insulina mediante el control de los carbohidratos puede ayudar a controlar la inflamación en todo el cuerpo.27, 28 Además, al controlar los carbohidratos, su organismo elimina el exceso de grasas—cuyas secreciones contribuyen a la inflamación de las células que revisten las paredes de los vasos sanguíneos. 29 Súmele a esto el efecto benéfico de las grasas esenciales provenientes de alimentos y suplementos, los que disminuyen la inflamación, y usted contará con una manera efectiva y natural de combatir la inflamación sin necesidad de tomar medicamentos, incluidos los de estatinas.
Ingrediente genérico: atorvastatina
Marca: Lipitor
Ingrediente genérico: fluvastatina
Marca: Lescol
Ingrediente genérico: lovastatina
Marca: Mevacor
Ingredientes genéricos: lovastatina y niacina
Marca: Advicor
Ingrediente genérico: pravastatina
Marca: Pravachol
Ingrediente genérico: simvastatina
Marca: Zocor
En el 2001, el tercer Panel de Tratamiento para Adultos (ATP III) del NCEP, emitió nuevos parámetros para la evaluación y el tratamiento del colesterol sanguíneo elevado.30 El Panel disminuyó significativamente los límites para el colesterol alto. Esto hizo que el número de americanos que serían candidatos para un tratamiento con medicamentos aumentara substancialmente—de un estimado de 15 millones de adultos bajo los antiguos parámetros de 1993, a unos 36 millones según los nuevos parámetros.31 Al mismo tiempo, el Panel emitió nuevas recomendaciones sobre dietas bajas en grasas y ricas en carbohidratos. Los descubrimientos del Panel fueron un sueño hecho realidad para los fabricantes de medicamentos. Está casi garantizado que las recomendaciones alimenticias no funcionan, a no ser que el paciente pierda peso, lo que significa que más pacientes “necesitarán” medicamentos a base de estatinas.32 Combinados con una aproximación más agresiva para reducir el colesterol, los nuevos parámetros le garantizan inmensos beneficios a las compañías de medicamentos en los años venideros.
Dos estudios recientes y altamente significativos han mostrado que controlar los carbohidratos puede tener un fuerte impacto en los lípidos de la sangre. En el primer estudio, doce hombres con buen estado de salud y de peso normal siguieron una dieta muy baja en carbohidratos durante seis semanas. Al final de ese período, su colesterol HDL se elevó y sus triglicéridos bajaron. Tal vez aún más importante, entre los hombres que al comienzo del estudio tenían principalmente partículas LDL pequeñas y densas, el tamaño del LDL aumentó, y ellos mejoraron sus niveles de colesterol .33 Un estudio similar realizado a diez mujeres saludables y con peso normal también mostró excelentes resultados. Sus triglicéridos bajaron y su HDL subió, y sus partículas HDL pasaron a ser del tipo más deseable: más grandes y esponjosas. Los efectos benéficos de un programa nutricional bajo en carbohidratos fueron incluso mayores para las mujeres que para los hombres. Tres de las mujeres con pequeñas partículas como punto de referencia presentaron un cambio hacia partículas más grandes y esponjosas.34
Estos parámetros fueron desarrollados a partir de datos estadísticos en pacientes que siguieron la típica dieta americana rica en carbohidratos. Los parámetros tampoco tienen en cuenta el panorama total de lípidos, que incluye otros factores de riesgo cardiovascular como la homocisteína, la lipoproteína (a), el fibrinógeno y la proteína c-reactiva. Como usted ya sabe, sus células dejan de quemar grasas de inmediato cuando sienten la presencia de glucosa e insulina, y se preparan para almacenarla. Para manejar efectivamente estos factores de riesgo, el problema debe ser corregido desde su origen. Si controla los carbohidratos, usted puede prevenir el efecto hormonal de almacenamiento de grasas producido por el exceso de insulina, lo que resulta en un aumento de los factores de riesgo cardiovasculares. Estos incluyen triglicéridos altos, HDL bajo y partículas lipoproteicas pequeñas, densas, peligrosas, en lugar de concentrarse en los valores de colesterol total y LDL.35
Aunque los parámetros del ATP III tengan sentido o no, son los que establecen los estándares para los médicos de todo el país. Vea la siguiente tabla para saber cuáles son estos parámetros.
EL SIGNIFICADO DE LOS LÍPIDOS
COLESTEROL LDL | |
Óptimo | 100 mg/dL |
Casi óptimo/más que óptimo | 100–129 mg/dL |
En el límite alto | 130–159 mg/dL |
Alto | 160–189 mg/dL |
Muy alto | 190mg/dL o más |
COLESTEROL HDL | |
Bajo | menos de 40 mg/DL |
Alto | 60 mg/dL o más |
COLESTEROL TOTAL | |
Deseable | Menos de 200 mg/DL |
En el límite alto | 200–239 mg/DL |
Alto | 240 mg/DL o más |
TRIGLICÉRIDOS | |
Normal | Menos de 150 mg/dL |
En el límite alto | 150–199 mg/dL |
Alto | 200–499 mg/dL |
Muy alto | 500 mg/dL o más |
Fuente: Programa Nacional de Educación sobre el Colesterol
Las últimas recomendaciones dietarias del NCEP son conocidas como TLC, o Cambios Terapéuticos en el Estilo de Vida. La versión corriente de esta dieta baja en grasas y en colesterol no es muy diferente de la dieta que la NCEP ha estado promoviendo por años. Esta dieta sugiere mantener la grasa total del 25 a 35 por ciento de las calorías diarias y limitar el colesterol de la dieta a menos de 200 mg diarios, y recomienda obtener del 50 al 60 por ciento de las calorías totales de los carbohidratos. Esta aproximación errónea puede reducir ligeramente su colesterol LDL, pero a expensas de reducir también su colesterol HDL. No solo eso; la dieta TLC puede también hacer que su organismo produzca partículas más pequeñas y densas de HDL, algo que no es muy efectivo para limpiar el colesterol LDL de su sangre. Y por supuesto, si usted consume todos esos carbohidratos, probablemente sus triglicéridos se elevarán.
Atkins mejora todos los aspectos de sus lípidos sanguíneos de forma natural, y no arruina su cuerpo con medicamentos ni juzga los resultados exclusivamente por los números de un solo examen de sangre. El primer paso es controlar sus carbohidratos. Sus triglicéridos disminuirán a medida que su metabolismo de insulina/glucosa mejora. Incluso antes de que pierda las diez primeras libras, usted podría ver una mejoría inmediata en los niveles de triglicéridos. El HDL comenzará a aumentar, aunque de acuerdo a nuestra experiencia, puede tardarse entre tres y seis meses para llegar a su mejor nivel una vez que el metabolismo de la glucosa se haya normalizado. Al mismo tiempo, los niveles de partículas diminutas de LDL disminuirán, y las partículas LDL serán más grandes y esponjosas, las cuales, además, no son tan peligrosas para sus arterias. Si usted sigue el programa, su perfil lipídico casi con seguridad continuará mejorando.
Claudia W., una de las pacientes del Doctor Atkins, tenía sesenta y ocho años y el nivel de HDL más bajo que él jamás había visto—era de sólo 20 mg/dL. Ella comenzó a seguir el PACAS y tres meses después su HDL había aumentado a 70. De hecho, su caso ya era inusual, pero en un sentido saludable, porque su HDL era más alto que sus triglicéridos.
Aunque los cambios dietarios del PACAS son una manera efectiva de aumentar su HDL, el ejercicio y los suplementos proporcionan una mejoría adicional. ¿Se debe esto al ejercicio en sí, o es que el ejercicio ayuda a perder peso? Es difícil decirlo, porque en casi todos los estudios que han observado los efectos del ejercicio en el HDL, las personas han perdido peso. Es difícil separar los dos efectos, pero realmente no importa. Después de todo, perder peso también aumenta su nivel de HDL, además de todos los otros beneficios. Y no hay ninguna duda de que el ejercicio es benéfico para cualquier aspecto de su salud.
Si usted creía que todo se debía a su colesterol, le diremos que estaba engañado. El colesterol es sólo una parte de la historia de enfermedad del corazón. ¿Sabía que es muy posible sufrir un ataque al corazón aunque sus niveles de colesterol estén dentro del rango normal?
Recuerde, un ataque al corazón se produce cuando se obstruye el flujo sanguíneo a las arterias del corazón, normalmente debido a un coágulo. El desequilibrio bioquímico propio del síndrome metabólico genera una gran tendencia a la coagulación de la sangre. Esto se debe parcialmente a que la grasa abdominal, que es un indicador tan predecible del síndrome metabólico, secreta químicos que elevan el nivel de los factores coagulantes en su sangre y hacen que sus plaquetas se vuelvan “más pegajosas” y más propensas a formar un coágulo. La reacción inflamatoria que ocurre en el síndrome metabólico—parcialmente debida a esos mismos químicos secretados—daña las células endoteliales que cubren sus vasos sanguíneos.36 Ésta es una receta para la formación de coágulos de sangre, bloqueo arterial y trombosis venosa profunda. Si se había preguntado alguna vez por qué nuestra sociedad está sufriendo esta epidemia de infartos, ataques al corazón y coágulos de sangre en los pulmones (émbolos pulmonares), ya sabe la respuesta.
Sin embargo, hay buenas noticias; el Doctor Atkins observó en su práctica que cuando las personas con obesidad abdominal, síndrome metabólico, prediabetes o diabetes comenzaron a seguir el programa Atkins, casi siempre perdieron proporcionalmente más peso en el área abdominal. Aunque en muchos casos la pérdida total de peso es relativamente moderada, el efecto es poderoso si el peso se debe a las grasas almacenadas en el área abdominal: el colesterol HDL aumenta y los triglicéridos bajan más de lo que lograría con sólo perder peso. Otras sustancias peligrosas en su sangre, como los factores de coagulación, también pueden reducirse, porque usted tendrá una menor cantidad de esa grasa abdominal, que es la que los produce. Si a esto le suma ejercicio, que aparentemente también ayuda a eliminar la grasa, el efecto en sus lípidos y en sus factores coagulantes e inflamatorios será aún mayor. Perder unas pocas libras de grasa visceral podría ser suficiente para controlar su síndrome metabólico y mejorar su salud cardiaca.
Es tanta la atención que se le ha prestado al colesterol como uno de los factores de riesgo para la enfermedad del corazón que otros factores de riesgo importantes tienden a ser ignorados, especialmente si su colesterol está en el rango normal. Veamos tres factores de riesgo independientes que el Doctor Atkins consideraba más importantes que el nivel total de colesterol.
Es un producto normal del metabolismo del aminoácido metionina. Los altos niveles de homocisteína en su sangre son un factor de riesgo independiente para enfermedad del corazón debido a la obstrucción de las arterias. Esto incrementa automáticamente el riesgo de muerte por enfermedad del corazón para el estimado 25 por ciento de la población que tiene una tendencia genética a niveles elevados de homocisteína. Y si usted tiene esta tendencia genética además de diabetes, su riesgo es aproximadamente 2.5 veces mayor.37 Un estudio reciente realizado en Finlandia encontró que hasta los niveles moderadamente elevados de homocisteína son un factor de riesgo independiente para ataques de corazón fatales en personas con diabetes de Tipo 2, aún cuando se tuvieron en cuenta otros factores de riesgo como el tabaquismo y los altos niveles de azúcar en la sangre. El estudio encontró que un alto riesgo comenzaba cuando los niveles de homocisteína eran de 15µmol/L o mayores un nivel que no es mucho más alto que el límite superior normal.38
Aunque tengan tendencia genética o no a presentar altos niveles de homocisteína, las personas con resistencia a la insulina o diabetes parecen más propensas a tener altos niveles de homocisteína que las personas con tolerancia normal a la glucosa. Además, las personas con diabetes y altos niveles de homocisteína son más propensas a tener complicaciones como enfermedades renales.39 El Doctor Atkins trataba a estos pacientes que presentaban altos niveles de homocisteína por medio de los cambios alimenticios característicos del PACAS y también con suplementos adicionales de vitaminas B6, B12 y ácido fólico. Aunque el rango normal para la homocisteína es de 5.5 a 12.9 µmol/L, su meta era que sus pacientes tuvieran un nivel de 8 µmol/L o menos de homocisteína. La mayoría alcanzaron estos niveles.
Un nivel elevado de esta proteína, producida por su hígado, es síntoma de inflamación. Como se cree que la inflamación es uno de los problemas originales que generan obstrucción en sus arterias, los altos niveles de CRP en general parecen ser un buen signo de advertencia de enfermedades cardiacas. Por ejemplo, en el Physician’s Health Study (Estudio de salud de médicos), los hombres que tenían mayores niveles de CRP al comienzo del estudio fueron mucho más propensos a sufrir ataque al corazón en los diez años siguientes que los hombres que tenían niveles normales de CRP, aunque según otros indicadores, como el colesterol, parecían ser igualmente saludables.40 Los resultados para las mujeres en el estudio de investigación de enfermeras fue muy similar.41
Las personas con obesidad abdominal, mala tolerancia a la glucosa y diabetes de Tipo 2 generalmente tienen altos niveles de CRP.42 (Otros factores, como alguna enfermedad aguda o el uso de algunas hormonas, también pueden elevar el CRP.) Pero de nuevo, hay razones para ser optimistas. Un estudio reciente realizado a mujeres con sobrepeso que tenían altos niveles de inflamación—según indicadores sanguíneos como el CRP—mostró que cuando pierden tan sólo 10 por ciento de su peso corporal por medio de la dieta y de un programa de ejercicios, esos indicadores descendieron de nuevo a niveles mucho más saludables. De hecho, sus niveles estaban muy cercanos a los de las mujeres con peso normal.43 Y aunque algunos sectores señalan lo contrario, seguir un programa nutricional bajo en carbohidratos no aumenta los niveles de CRP.44
Ésta es una proteína de la sangre que juega un papel crucial en el complejo proceso de la coagulación sanguínea. Cuando sus niveles de fibrinógeno son altos, su sangre puede coagularse fácilmente—y un coágulo que obstruye una arteria puede producir un ataque al corazón o un infarto. Las personas con síndrome metabólico, prediabetes o diabetes pueden tener altos niveles de fibrinógeno, al igual que un incremento de otras sustancias que aumentan la coagulación sanguínea. 45 Esta tendencia a la coagulación puede estar relacionada con el proceso inflamatorio que es parte del síndrome metabólico. (Al igual que con el CRP, otros factores como la terapia de sustitución de hormonas y los desequilibrios hormonales pueden aumentar los niveles de fibrinógeno.) Ésta es una de las múltiples razones por las que muchos médicos recomiendan aspirina en dosis menores como una forma de disminuir su riesgo de enfermedad del corazón. El Doctor Atkins concluyó que la aspirina—que puede causar sangrado gastrointestinal—no era necesaria para la mayoría de los pacientes. En cambio, él recetó suplementos de ácidos grasos para disminuir la adherencia de las plaquetas y también por sus efectos antinflamatorios.
Este capítulo lo explica claramente: primero, si tiene síndrome metabólico, prediabetes o diabetes, usted posee un alto riesgo de enfermedad del corazón. Segundo, y más importante aún, no importa cuál sea su nivel de diabetes, la enfermedad del corazón no es inevitable para usted. Si sigue el PACAS, usted comenzará a corregir los problemas metabólicos subyacentes que amenazan la salud de su corazón. Y una vez usted comience a controlar su consumo de carbohidratos y a normalizar su metabolismo, el riesgo de padecer enfermedades del corazón disminuirá de forma segura, natural y sin tener que tomar medicamentos peligrosos.
Responda el siguiente cuestionario para determinar su riesgo de enfermedad cardiovascular.
Para determinar el riesgo de que desarrolle enfermedad del corazón, sume los números en corchetes de cada una de sus respuestas.
Puntaje:
0 a 6 = riesgo más bajo
7 a 10 = riesgo moderado
11 o más = riesgo alto
Joe McCoy sufrió un ataque al corazón a los cuarenta y cuatro años. Mientras seguía una dieta baja en grasas, el azúcar de su sangre y su presión sanguínea se descontrolaron. Pero actualmente son estables, todo gracias a Atkins.
NOMBRE: Joe McCoy
EDAD: 53 años
ESTATURA: 5 pies 10 pulgadas
PESO ANTERIOR: 278 libras
PESO ACTUAL: 196 libras
COLESTEROL TOTAL ANTES: 880
COLESTEROL TOTAL DESPUÉS: 168
PRESIÓN SANGUÍNEA ANTES: 200/ 130
PRESIÓN SANGUÍNEA DESPUÉS: 145/78
TRIGLICÉRIDOS ANTES: 6,600
TRIGLICÉRIDOS DESPUÉS: 273
Mi padre era médico, y ahora me doy cuenta que estaba adelantado a su época en lo referente a la dieta y a la nutrición. Mi hermano, hermanas y yo fuimos criados con una dieta de proteínas y vegetales. Nunca comimos pan ni postre en la casa, salvo por los pasteles de cumpleaños. Practiqué varios deportes en la secundaria, incluyendo fútbol, y nunca tuve problemas de sobrepeso.
Comencé a subir de peso luego de casarme, principalmente debido a la cocina casera de mi esposa, Karen, y a su delicioso e increíble pan. Sin embargo, pasaron quince años antes de que fuera consciente de que realmente necesitaba perder peso. Sufrí un ataque al corazón en 1995 y mi doctor me puso en una dieta baja en grasas. Yo había sido hipoglicémico antes del ataque y creo que el régimen bajo en grasas me condujo a una diabetes de Tipo 2 en 1999. ¡Mi hemoglobina glicada (A1C) estaba en 13! Mis niveles de azúcar sanguíneo estaban entre 500 y 600. También desarrollé neuropatía periférica, un efecto colateral común de la diabetes que causa adormecimiento y dolor en los pies y en las manos. Sentía tanto dolor que nunca se lo desearía a mi peor enemigo. Uno de mis amigos me sugirió ver a la doctora Mary Vernon, que trabaja en Lawrence, Kansas, en la misma ciudad en donde vivo. En ese entonces yo no sabía que ella era una abanderada del Método Nutricional Atkins.
La doctora Vernon me observó y me dijo, “Definitivamente, usted tiene el tipo corporal que se beneficiaría con un programa de carbohidratos restringidos.” Mientras diseñaba mi programa alimenticio, me dijo que dejara de tomar Glucovance. No me sorprendí que me dijera que tenía que perder peso, pero no podía creer que me estuviera diciendo que dejara de tomar mi medicamento para la diabetes. Sin embargo, me sentía tan mal que decidí seguir sus recomendaciones. Tardé un mes en perder diez libras. Tres meses después habían mejorado mis niveles de azúcar en la sangre, mi colesterol y mis triglicéridos. Cinco meses más tarde me dio neumonía en ambos pulmones y pasé tres semanas en el hospital. Sé que me hubiera muerto si mi salud no hubiera mejorado tanto luego de hacer Atkins. Volví a seguir el programa Atkins cuando me recuperé, y al cabo de seis meses pesaba 220 libras. Necesité cambiar toda mi ropa. ¡Tendría que haber comprado unos tirantes porque se me caían los pantalones!
He estado pesando alrededor de 200 libras desde febrero del 2003, y aún mantengo mis gramos de carbohidratos netos en 20 diarios. Sin embargo, me gustaría perder otras 15 libras. Continúo midiéndome el azúcar sanguíneo todos los días y tomo una pequeña cantidad—de un cuarto a media tableta—de Glucovance, que me ayuda a mantener mi azúcar sanguíneo alrededor de 110. Mi cifra de A1C es de 3.5, lo que está bastante bien. Mis triglicéridos están un poco altos y me gustaría mejorarlos. También me han dicho que estoy muy bien del corazón. El dolor de la neuropatía no es ni la sombra de lo que era antes y uno de los nervios de mi mano se ha regenerado—espero que me suceda lo mismo con los demás nervios. Debido a este problema, no puedo hacer ejercicio ni trabajar de nuevo como mecánico de autos, pero sí puedo decir que tengo una energía que no tenía antes de seguir el programa Atkins.
Cuando estaba gordo y enfermo de diabetes, rezaba para poder conocer a mis nietos. Ahora, nuestro único hijo y su esposa pronto tendrán su primer bebé, justo cerca de nuestras bodas de plata. Así es fácil entender por qué mi esposa y yo recomendamos Atkins cada vez que podemos.
Nota: Sus resultados individuales pueden ser diferentes de los que se muestran aquí.