Las verduras ofrecen una sorprendente variedad de sabores, colores y texturas, además de muchos otros aspectos positivos. Un principio básico del Programa Atkins para el Control del Azúcar Sanguíneo (PACAS) es que usted sustituye alimentos de baja calidad y pobres en nutrientes (como los carbohidratos refinados) por alimentos de alta calidad y ricos en nutrientes, y la mayoría de las verduras se encuentran en esta última categoría.
Con reemplazar sus carbohidratos de baja calidad por verduras de alta calidad será suficiente para que vea una mejoría en el azúcar de la sangre. Es una situación en la que usted gana por partida doble: cuando consuma una gran variedad y cantidad de verduras, se dará cuenta de que tienen un sabor tan agradable que no extrañará los carbohidratos. Además, las verduras están repletas de nutrientes que casi siempre están ausentes de la mayoría de los carbohidratos refinados. Son una poderosa fuente de fibra, que ayuda a estabilizar los niveles del azúcar sanguíneo. Si su límite diario de carbohidratos se lo permite, podrá disfrutar los mismos beneficios consumiendo frutas bajas en índice glicémico.
Además de ayudar en la prevención y en el tratamiento de la diabetes, esas porciones de espárragos, brócoli, coliflor y semejantes son esenciales para prevenir enfermedades cardiovasculares. Si padece el síndrome metabólico, prediabetes o diabetes, usted sabe que tiene un riesgo mucho mayor de enfermedades y de paros cardiacos, y que necesita toda la ayuda posible. Veamos los resultados de un estudio reciente que examinó la conexión entre el consumo de verduras y frutas con el riesgo de enfermedades cardiovasculares. El estudio, publicado en el 2002 en el American Journal of Clinical Nutrition, observó a casi 10,000 adultos que habían sido monitoreados por casi veinte años como parte de la Primera Encuesta Nacional sobre Salud y Nutrición.1
Los participantes que consumieron verduras tres o más veces al día tuvieron 42 por ciento menos de riesgo de morir de infarto, comparados con los que consumieron verduras una vez al día o los que no consumieron ninguna. El primer grupo también tuvo un riesgo 27 por ciento menor de morir por una enfermedad cardiovascular, 24 por ciento menor de morir debido a problemas causados por obstrucción de las arterias y 15 por ciento menor de morir de cualquier causa.2
Las verduras frescas y las frutas bajas en índice glicémico son un aspecto importante del PACAS, pues ayudan a estabilizar los niveles de azúcar sanguíneo, siempre que usted las consuma en lugar de carbohidratos refinados. Las personas que opten por esta alternativa desde temprano podrían evitar el riesgo de desarrollar problemas en el azúcar sanguíneo.
Un estudio publicado en 1999 contribuyó a respaldar aún más la importancia que tiene consumir verduras. 1,100 personas llenaron un cuestionario sobre la frecuencia con la que consumían ciertos alimentos, a la vez que se les hizo una prueba de tolerancia a la glucosa. Los que comieron ensaladas y verduras crudas tuvieron una incidencia significativamente menor de diabetes de Tipo 2 que los que comieron ensaladas y verduras crudas esporádicamente. Hay que destacar que no hubo una diferencia que fuera notable en términos estadísticos en las mediciones de glucosa de quienes comieron frutas.3 Esto confirma los beneficios que el Doctor Atkins observó en sus pacientes cuando consumieron la cantidad mínima recomendada de verduras. Cuando usted hace Atkins adecuadamente, debería comer un mínimo de cinco porciones de verduras al día.
¿Qué tienen las verduras que son tan buenas para la salud? Que casi todas son muy bajas en carbohidratos, y la mayoría de las que no contienen almidón tienen un bajo Índice Glicémico y una Carga Glicémica igualmente baja. Con sólo reemplazar los alimentos ricos en carbohidratos y en CG por otros bajos en carbohidratos y en CG—sustituir brócoli por una papa horneada, por ejemplo—usted mejorará sus niveles de azúcar sanguíneo. Además, estos alimentos están llenos de fibra, antioxidantes, vitaminas, minerales y fitonutrientes. Sabemos que estos nutrientes son especialmente importantes si usted tiene el síndrome metabólico, anomalías en el azúcar sanguíneo o diabetes.
Antes de seguir hablando de los verduras, vamos a desviarnos un poco para hablar de las frutas. En términos generales, las frutas contienen más carbohidratos que una porción igual de verduras. Es por esta razón que cuando usted come frutas, deberían ser parte de un snack que contenga también proteínas y grasas, o comerlas luego de una comida con proteínas y grasas, a manera de postre. Si hace esto, el azúcar que contiene la fruta no entrará tan rápidamente a su corriente sanguínea. Tenga cuidado con las porciones de frutas, pues algunas tienen un alto contenido de carbohidratos. La típica porción de fruta en el PACAS es una manzana pequeña, media naranja o media taza de uvas rojas o de arándanos (blueberries).
Cuando usted llegue a la fase del Programa en la que puede añadir frutas, empiece con las que aparecen en la categoría “Consuma con frecuencia” de la lista de AGR. (Mire las listas de AGR que aparecen en la página 506.) Si usted necesita limitar los carbohidratos, estos alimentos deben ser gustos ocasionales, acompañados siempre de proteínas y grasas. Las pocas frutas que aparecen en la categoría “Consuma ocasionalmente,” como el banano y las uvas pasas, están casi prohibidas si su límite de carbohidratos es de 60 gramos o menos al día.
Cuando comience a incorporar frutas a su dieta, añada unas pocas porciones por semana y observe con mucho cuidado sus síntomas y la reacción de su azúcar sanguíneo. Si ve que sube por encima de 140 mg/dL noventa minutos después de una comida, o si siente síntomas que usted asocia con altibajos de azúcar en la sangre, suprima las frutas. Es probable que su metabolismo no haya mejorado aún lo suficiente para aceptar los niveles de azúcar que tienen las frutas. En ese caso, si ha llegado a un punto en el que quiere añadir más carbohidratos a su cantidad diaria permitida, sería mejor que consumiera verduras bajas en Índice Glicémico y que incorporara frutas en pequeñas cantidades en un futuro.
Insistimos en que coma al menos cinco porciones de verduras bajas en carbohidratos y en Índice Glicémico, y un poco más si se lo permite su límite de carbohidratos. También le recomendamos que si consume entre 20 y 40 gramos de Carbohidratos Netos diarios, no coma más de dos porciones de fruta (aparte de aceitunas, aguacate o tomates, que son considerados como verduras pero que en realidad son frutas). ¿Qué es una porción? En el PACAS, una porción de verduras equivale a 1 taza de verduras crudas de hojas verdes o a ½ taza de verduras sin almidón y cocinadas, como el brócoli o los repollitos de Bruselas. En el caso de verduras como tomates o espinaca, que se reducen notablemente cuando se cocinan, mídalas crudas para evitar un consumo excesivo de carbohidratos. Una porción de frutas equivale a una fruta pequeña: una manzana o ½ taza de bayas. Tenga cuidado con los tamaños de las porciones y consulte su contador de gramos de carbohidratos cuando no esté seguro.
Si tiene problemas con su metabolismo de insulina/azúcar sanguíneo, debería consumir una porción de fruta al día cuando más. A medida que pase el tiempo, quizá pueda aumentar la cantidad de fruta que coma, pero probablemente siempre tenga que prestarle atención a los tamaños de las porciones.
¿Cómo vamos luego de una década de propaganda y de educación pública sobre el valor nutricional de las verduras y las frutas? No muy bien. De acuerdo con un estudio realizado en el año 2000, entre 1990 y 1996 sólo el 45 por ciento de los americanos consumió cinco o más porciones al día. Este es un incremento, pues entre 1989 y 1991 el porcentaje fue de 32 por ciento.4 Aunque esto denota cierto progreso, lo cierto es que más de la mitad de los adultos americanos consumen menos de la cantidad mínima recomendada.
Pero aquí va una mala noticia: la calidad nutricional de esas frutas y verduras es baja. Sólo cinco frutas, verduras y otros vegetales fueron responsables de más del 30 por ciento del consumo: lechuga iceberg, tomates, papas fritas, bananos y jugo de naranja. En otras palabras, una buena cantidad de los alimentos y vegetales que consumen los americanos promedio son muy bajos en nutrientes (la lechuga iceberg) o muy altos en carbohidratos (bananos y jugo de naranja) o poseen estas dos características (papas fritas). Aunque el tomate es muy bajo en carbohidratos y es una buena fuente de vitamina C, licopeno y fibra, la cantidad diaria consumida en promedio fue de sólo media porción, es decir, el tomate que viene en las hamburguesas de las cadenas de comida rápida.
En el mismo estudio, los investigadores encontraron que las papas blancas representaron el 30 por ciento de los vegetales consumidos por una persona promedio. De este porcentaje, una tercera parte fue a través de papas fritas, y el brócoli sólo representó el 0.4 por ciento del consumo de vegetales. ¡Sólo el 3 por ciento de los americanos come brócoli en un día normal! Aunque los nutricionistas clasifican la papa como un vegetal, realmente pertenece a la misma categoría que otros carbohidratos con alto IG, como la pasta, en términos de reacciones glucémicas. Comer papas es casi lo mismo que comerse una porción equivalente de azúcar pura. De hecho, es peor: una papa horneada o una porción de papas fritas le dispararán sus niveles de azúcar sanguíneos y de insulina a un nivel mayor y más rápido que si se come una barra de dulce.5
¿Cómo se compara su consumo de verduras y frutas con el del americano promedio? Si usted está siguiendo el Programa Atkins para el Control del Azúcar Sanguíneo como se recomienda, estará muy por encima del promedio. Su consumo de vegetales de alta calidad no sólo es mucho mayor, sino que también es mucho más variado. Eso quiere decir que usted está obteniendo una mayor cantidad de vitaminas, minerales, antioxidantes y fitonutrientes que ayudan a combatir casi todas las enfermedades fatales conocidas.
Está bien; es comprensible que el brócoli y la espinaca no sean sus alimentos preferidos. Podemos cansarnos hasta de los alimentos favoritos si los comemos todo el tiempo. Dele gusto a sus papilas gustativas y opte por la variedad. Actualmente existe una gran variedad de verduras en casi todos los supermercados. ¿Está cansado de los repollitos de Bruselas? Pruebe los chayotes (una especie de calabaza de Centroamérica), guisantes u hojas de nabo. O ensaye con una mezcla de verduras y prepárelas salteadas. Le alegrará saber que la cocción casi no afecta la fibra. De hecho, muchas verduras ricas en fibra son más fáciles de digerir cuando se cocinan, así que podrá agregarlas a las sopas, estofados y cacerolas. En el Capítulo 27 encontrará deliciosas recetas para preparar verduras. Visite también nuestra página www.atkins.com.
Preferiríamos que no bebiera la mayoría de las frutas y de verduras, pues se pierde la valiosa fibra. Las frutas contienen una cantidad mucho mayor de carbohidratos, especialmente en forma de fructosa, y agregarle tanta azúcar a su corriente sanguínea puede producirle un fuerte aumento del azúcar sanguíneo. Tenga cuidado con las bebidas de frutas, pues suelen contener una pequeña cantidad de fruta, pero mucha agua y azúcar en forma de sirope de maíz alto en fructosa.6, 7, 8
Si sigue el PACAS, usted puede y debe consumir una gran cantidad de ensaladas, pues son una forma excelente de consumir una mayor cantidad de esas verduras ricas en fibra que, como decimos constantemente, son bajas en carbohidratos. Generalmente, 1 taza de cualquier verdura de ensalada tiene menos de 1 gramo de Carbohidratos Netos. Usted puede agregarle sus aderezos favoritos y bajos en carbohidratos a las ensaladas. Ésta es una buena forma de consumir grasas saludables como aceite de oliva. (Para saber más sobre grasas dietarias, lea de nuevo el Capítulo 12.)
Desgraciadamente, la verdura que más se consume en las ensaladas es la lechuga iceberg, la variedad que posiblemente tiene menos fibra y nutrientes. Es difícil evitar esta clase de lechuga cuando usted come por fuera, pero si está en casa puede preparar ensaladas mucho más nutritivas y atractivas si ensaya con otras variedades de lechuga que se encuentran en todos los supermercados. También puede agregarle más fibra, sabor y poder nutritivo a sus ensaladas si les mezcla algunos frutos secos y semillas—por ejemplo, almendras en rodajas y semillas de girasol—pero sólo si usted se mantiene dentro de su límite diario de carbohidratos.
Los trillones de células de su organismo trabajan incansablemente durante cada segundo. Una de sus funciones es producir energía mediante la quema de glucosa o de grasas. Una consecuencia perfectamente natural de este proceso son los radicales libres, átomos inestables a los cuales les falta un electrón. Cuando esto sucede, ese átomo se mueve en busca de otro electrón que pueda atrapar, y a menudo roba el electrón de otra molécula, dañándola en el proceso. Para neutralizar los radicales libres antes de que puedan capturar electrones de lugares en donde pueden causar daños, su organismo utiliza antioxidantes. Estos químicos capturan a los radicales libres y los neutralizan rápidamente mediante un proceso complejo. Para asegurarse de que estos defensores puedan hacer su trabajo como es debido, su cuerpo necesita muchas vitaminas, particularmente betacaroteno (el precursor natural de la vitamina A), vitamina C y E, y minerales de traza, especialmente selenio y zinc.
Todos nosotros producimos radicales libres constantemente; son una parte normal de nuestro metabolismo, y generalmente, nuestro organismo es capaz de ocuparse de ellos. Sin embargo, el proceso de metabolizar grandes cantidades de carbohidratos genera una tendencia oxidante debido a la abundante producción de radicales libres. El exceso de grasa corporal también se suma a su producción de radicales libres, agregándole así una carga adicional a su sistema antioxidante. Además, si usted tiene sobrepeso y es resistente a la insulina (aunque no lo sepa todavía), podría tener un exceso de glucosa circulando en su corriente sanguínea, lo que produce muchos más radicales libres y oxidación. De hecho, muchos investigadores creen que el estrés oxidativo producido por los radicales libres es altamente responsable de muchas de las complicaciones que se presentan en la diabetes y en las enfermedades del corazón. Este tipo de estrés también puede acelerar la destrucción de las células betas de su páncreas, las cuales producen insulina.9
Los radicales libres también están involucrados en la formación de lo que se conoce como AGEs (Productos terminales de glicosilación avanzada). Con el paso del tiempo, la glucosa se adhiere a las proteínas corporales y las pega unas con otras. El resultado de esto es la formación de los AGEs, que se cree dañan los pequeños vasos sanguíneos de sus ojos, riñones y cualquier otro órgano. Muchos investigadores creen que los radicales libres también participan en este proceso.10
Por supuesto que perder peso y mantener su insulina y azúcar sanguíneo bajo control son las formas más efectivas de reducir la producción de radicales libres. También le será útil comer verduras y frutas frescas ricas en antioxidantes y complementar esto con su límite individualizado de carbohidratos. Si usted sigue el PACAS, su producción de radicales libres debería disminuir automáticamente, pues su oxidación de carbohidratos también disminuirá.11 Los suplementos también le serán de ayuda: en el Capítulo 20 hablaremos más detalladamente acerca de ellos.
Un estudio reciente que comparó adultos con y sin síndrome metabólico mostró que las personas que tenían el síndrome presentaban niveles más bajos de antioxidantes importantes, especialmente de vitaminas C y E. Los investigadores concluyeron que además de ingerir alimentos ricos en nutrientes, el consumo de suplementos podría ayudar a elevar los niveles de antioxidantes en aquellos adultos que tengan un alto estrés oxidativo causado por el síndrome metabólico. Usted sabe que si controla los carbohidratos, controlará también el síndrome metabólico.12 Seguramente hay otro elemento en juego: La razón por la cual las personas con el síndrome metabólico consumieron menos verduras se debió a que ingirieron más carbohidratos. Sus dietas basadas en carbohidratos (llenas de alimentos como papas fritas) encienden el fuego de la carga oxidativa y utilizan los antioxidantes de manera masiva. Como si esto fuera poco, estas personas no reciben la suficiente cantidad de antioxidantes, pues todos los carbohidratos que consumen se han encargado de eliminar la mayoría de los nutrientes. Esta mezcla—un mayor nivel de carga oxidativa y un menor consumo de antioxidantes—produce daños adicionales en los vasos sanguíneos.
Todas las verduras y frutas contienen una buena cantidad de antioxidantes, pero algunas contienen más que otras. Si usted está limitando sus carbohidratos, haría bien en escoger las frutas y verduras que sean más ricos en antioxidantes y más bajos en carbohidratos. Debido a que calcular esto por sus propios medios sería un complicado ejercicio químico, nosotros lo hemos hecho por usted a través de la Relación Atkins, una lista en donde figuran las diez verduras y frutas más nutritivas. Esta lista le dirá cuántos oxidantes recibirá por cada “dólar” de carbohidratos. (Mientras más alta sea la relación Atkins, mayor será la cantidad de antioxidantes con respecto a los carbohidratos.) En lo posible, consuma al menos dos porciones diarias de estos alimentos, siempre y cuando no vea cambios en sus niveles de azúcar en la sangre ni otros síntomas desagradables. (Lea el Capítulo 19, en donde encontrará bebidas ricas en antioxidantes.)
La fibra y los antioxidantes que contienen las verduras y frutas hacen que sean alimentos importantes en el Programa Atkins para el Control del Azúcar Sanguíneo, pero también existen otras razones. Ésta le gustará: generalmente, las verduras y frutas son una buena fuente de magnesio. Por razones que no se han entendido completamente, muchas personas que tienen diabetes y anomalías en el azúcar sanguíneo tienen bajos niveles de magnesio, mineral que se necesita para una gran variedad de procesos corporales rutinarios (hablaremos más de esto en los Capítulos 20 y 21.)13 El consumo de magnesio puede contribuir a un mejor control del azúcar sanguíneo. Algunos alimentos ricos en magnesio son el brócoli, el quingombó, la espinaca y la col suiza. Los frutos secos y los frijoles también son una buena fuente de magnesio, al igual que las frutas, pero éstas no contienen tanto como las verduras. Además, los frijoles son relativamente altos en carbohidratos.
Todos los alimentos de origen vegetal contienen una gran cantidad de otros químicos naturales que se conocen como fitonutrientes o flavonoides. Estas sustancias son las que generalmente le dan el color y el sabor a los alimentos, pero también tienen efectos benéficos. La lista de fitonutrientes es extensa, y cada vez aumenta debido a las continuas investigaciones en este campo tan fascinante. A continuación mencionaremos algunos fitonutrientes importantes:
Todo esto y mucho más es el premio que usted recibe al eliminar los carbohidratos de baja calidad y reemplazarlos con alimentos de origen vegetal, los cuales son ricos en fibra y en nutrientes.
¿Necesitamos decir más? Creemos que no: la evidencia es bastante convincente. Y ahora que usted ya sabe por qué necesita consumir todos estos vegetales frescos, en el próximo capítulo le explicaremos cómo elegir otros carbohidratos saludables.
Respuestas:
Steve Horstman había luchado inútilmente para adelgazar desde su infancia. Cuando se dio cuenta de que era un adicto a los carbohidratos, dio los pasos necesarios para salvar su vida.
NOMBRE: Steve Horstman
EDAD: 37 años
ESTATURA: 6 pies 1 pulgada
PESO ANTERIOR: 571 libras
PESO ACTUAL: 250 libras
COLESTEROL TOTAL
ANTERIOR (HACE 6
MESES): 230
COLESTEROL TOTAL
ACTUAL: 151
LDL ACTUAL: 85
HDL ACTUAL: 66
TRIGLICÉRIDOS: 132
PRESIÓN SANGUÍNEA (HACE
6 MESES): 140/90; ritmo
cardiaco en reposo: 88
PRESIÓN SANGUÍNEA
ACTUAL: 11 5/65; ritmo
cardiaco en reposo: 56
Comencé a hacer Atkins el 28 de abril de 1999. Nunca olvidaré esa fecha, que tiene para mí el mismo valor que el día en que nacieron mis hijos. He pesado más de lo normal y ensayado todas las dietas posibles desde niño, pero siempre perdía peso y lo ganaba de nuevo, y el ciclo se repitió innumerables veces. A finales de los ochenta tuve un poco más de éxito: llegué a pesar 200 libras a fuerza de pasar hambre. Ahora que lo pienso, terminé por eliminar los carbohidratos sin darme cuenta. Pero me mantenía siempre tan hambriento que no era capaz de seguir así y me convertí en un escéptico de todas dietas.
Un día, mi esposa Melissa compró La Nueva Revolución Dietética del Dr. Atkins, lo puso sobre mi mesa de noche sin decir nada, y permaneció dos días allí. Al tercer día no tuve que ir a trabajar y estaba almorzando en casa; recuerdo que me comí seis perros calientes y me bebí dos latas de Coca-Cola. Me gusta leer mientras como, y entonces decidí darle una mirada al libro. Cuando terminé el capítulo “¿Es usted uno de ellos?,” dije: “¡Claro! ¡Ese soy yo!” A las 6:30 p.m. ya había leído el libro dos veces y comencé a leerlo por tercera vez. Llamé a mi esposa al trabajo y le dije: “Ensayemos esta dieta.” Ella decidió celebrar y llegó a casa con filetes de carne y colas de langosta para nuestra primera cena Atkins.
Al día siguiente fui a pesarme en la tienda local de Burlington, Kentucky, un suburbio de Cincinnati, que sólo tenía una antigua báscula para cereales. Era la única opción que yo tenía, pues las básculas convencionales no pasan de 300 libras. Creí que iba a pesar un poco más de 400 libras, pero la báscula marcó 571 libras. También tenía 70 pulgadas de cintura y había comenzado a desarrollar todos los síntomas propios de la diabetes de Tipo 2.
Aunque todavía era muy escéptico con el programa, decidí intentarlo y consumir menos de 20 gramos de Carbohidratos Netos al día, tal como lo exige la fase de Inducción.
Volví a pesarme nueve días después en la misma báscula y vi que había rebajado 30 libras. “Está bien. Seguiré este programa,” me dije. Luego vi una báscula electrónica en una tienda GNC que resistía mi peso. Seguí yendo todos los días para medir mi progreso. Perdí 100 libras en los dos primeros meses. Entonces comencé a hacer ejercicio, caminaba hasta la esquina de la calle en donde vivía y regresaba; tenía que detenerme a mitad del camino. Permanecí en Inducción durante un año y adelgacé 273 libras. He estado controlando mis carbohidratos en la fase de Pérdida de Peso Progresiva y he perdido 48 libras desde entonces. Aún me falta rebajar 25 libras para alcanzar mi peso ideal de 225.
Ahora me asombra recordar mis hábitos alimenticios. No desayunaba, pero me iba a almorzar a un restaurante de comida rápida y me comía cuatro sandwiches, dos porciones grandes de papas fritas y una Coca-Cola grande. Luego iba a otro restaurante de comida rápida, me comía otros tres o cuatro sandwiches, una bolsa de anillos de cebolla y otra Coca-Cola grande. Iba a dos lugares diferentes porque me avergonzaba de la cantidad de comida que ingería y también porque buscaba cierta variedad de sabores. Me comía cuatro o cinco sandwiches de mermelada y mantequilla de maní, o un paquete grande de Doritos mientras esperaba que estuviera lista la lasaña y el pan con ajo que cenaría después. Creo que todos los días bebía el equivalente a doce Coca-Colas grandes.
Ahora me encantan las verduras. El brócoli, la coliflor, los espárragos, las espinacas y muchas otras verduras son alimentos nuevos para mí. Aunque no me gustan los días fríos de invierno, sigo caminando con mi esposa, quien ha perdido alrededor de 100 libras con Atkins y quiere rebajar otras 35. Caminamos de tres a cuatro millas, cinco o seis días a la semana. Sé que necesito realizar alguna actividad aeróbica para aumentar mi ritmo cardiaco, y eso es lo que planeo hacer.
Ahora me parece muy divertido comprar ropa. Antes tenía que comprarlo todo por catálogo. El día en que finalmente pude comprarme unos jeans normales sin banda elástica en la cintura en una tienda normal fue muy importante para mí. Ahora tengo 38 pulgadas de cintura. Pasé de camisas 6X a extra-large. Antes calzaba 14, ahora calzo 11½. Y la talla de mi anillo bajó de 14 a 11½; me queda tan grande que lo llevo en el dedo gordo.
Casi siempre he trabajado como administrador de restaurantes. Hace poco, una joven vino a aplicar para un trabajo. “¿Sabes quién soy?,” le pregunté. “Trabajaste cuatro años conmigo.” Como no me creía, le mostré mi identificación y a ella le dio tanta alegría de verme tan bien que comenzó a llorar y luego me abrazó.
Me he convertido en una especie de celebridad, pues he aparecido en el Today Show y en las noticias locales. Una semana luego de haber salido en las noticias, fui a comprar alimentos y varios productos Atkins. Comencé a hablar con la administradora, quien se encontraba en la caja y le pregunté si los productos bajos en carbohidratos se estaban vendiendo bien. “Más tardo en colocarlos en los estantes que la gente en llevárselos desde que ese tipo salió en la televisión.” “Yo soy ese tipo,” le dije, y ella me pidió que le diera mi autógrafo.
Le he servido como consejero a unas cien personas sobre este Programa. Todas las personas que hagan Atkins—y que lo hagan como es debido—pierden peso. Me he convertido en un contador ambulante de carbohidratos. He ayudado a otras personas a que descubran los carbohidratos ocultos en los alimentos que consumen. “Puedes mentirle a quienquiera, menos a ti mismo,” les digo. Mis tres hijos se sienten muy orgullosos de mí. Cuando la más pequeña—que tiene nueve años—ve una foto vieja de mí no puede recordar que yo hubiera sido tan gordo. Diabetes, paro cardiaco, infarto: si no fuera por Atkins probablemente mis hijos ya no me tendrían.
Nota: Sus resultados individuales pueden ser diferentes de los que se muestran aquí. Como se dijo anteriormente, Atkins recomienda una evaluación inicial de laboratorio y seguimiento continuo en coordinación con su proveedor de salud.