Quiero compartir con ustedes algunas de las escalofriantes estadísticas que podrían tener un efecto devastador en sus vidas:
Millones de personas y sus familias forman parte de estas estadísticas. Mi trabajo como médica es sólo un microcosmos de una crisis inminente en el campo de la salud. Como médica familiar, todos los días veo personalmente el impacto tan devastador que tienen estas estadísticas en mis pacientes y que, como usted aprenderá en este libro, está íntimamente ligado al hecho de tener sobrepeso o de ser obeso. El peso excesivo y los desequilibrios metabólicos derivados de él les afecta la salud y, en algunos casos, les cuesta la vida.
Desde hace varios años he estado interesada en la nutrición de carbohidratos controlados. Durante mi práctica como médica familiar vi que mis pacientes no lograban sus objetivos cuando yo les hacía las recomendaciones que me habían enseñado en la universidad. Noté que necesitaban controlar su peso y su metabolismo. Me sentía impotente, pues no podía sugerirles nada que tuviera un impacto significativo en su mejoría. El consabido programa bajo en grasas y en calorías para perder peso era muy difícil de seguir. Se quejaban de sentir hambre y de irritabilidad; yo necesitaba una herramienta eficaz para ayudarles a controlar su apetito para que ellos pudieran perder peso a largo plazo y mantenerlo controlado.
Investigué todas las posibilidades que existían para controlar el peso y el metabolismo. Eventualmente, me concentré en la medicina bariátrica, en el tratamiento de la obesidad y en los problemas relacionados con esta afección. (Actualmente soy médica bariátrica certificada.) Como todos los médicos, estudié el metabolismo en la universidad, y vi el papel que cumplen los carbohidratos en el almacenamiento de grasas. Me di cuenta que la información se aplicaba directamente a mis pacientes, y ahora quiero que entiendan bien esto. Gran parte de este libro está dedicado a transmitir, en términos muy simples, las complejas funciones bioquímicas de la producción de insulina y en la regulación del azúcar sanguíneo.
Decidí examinar las herramientas disponibles para el control de carbohidratos antes de pretender reinventarlo todo. Revisé todos los programas conocidos que regulan el consumo de carbohidratos. El Método Nutricional de Atkins me sedujo porque me pareció simple (no se necesitaba calculadora ni báscula) y también porque podía individualizarse. Si utilizaba el enfoque nutricional de carbohidratos controlados, que tiene un efecto natural en la supresión del apetito, yo podía ayudar a mis pacientes.
Me sorprendió la notable mejoría que tuvieron en factores de riesgo como lípidos y cardiovasculares, así como en el control de la insulina y del azúcar sanguíneo. También comencé a escuchar que mis pacientes decían las mismas cosas que el Doctor Atkins había escrito en sus libros. Me decían que sus niveles de energía habían aumentado, que su temperamento era más estable, y que sentían mayor bienestar y menos dolores, reflujo estomacal o indigestión. Los resultados de mis pacientes me convencieron de que yo iba por el camino indicado.
Conocí a Bob en el año 2000, durante un encuentro médico de carácter didáctico sobre los carbohidratos reducidos que tuvo lugar en la ciudad de Nueva York. Allí hablé con otros médicos, cuyos pacientes estaban teniendo el mismo éxito. También me encontré con investigadores como los doctores Eric Westman y William S. Yancy, Jr., de la Universidad de Duke. Ellos eran algunos de los doctores que habían realizado pruebas médicas cuyos descubrimientos demostraron la seguridad y eficacia del Método Nutricional de Atkins en el control del peso y en la mejoría de factores de riesgo cardiovascular. Cuando le conté mis experiencias, el doctor Westman aceptó analizar los resultados de mis pacientes, lo que terminó por demostrar mis observaciones. Relaté mis exitosas experiencias médicas con pacientes que tenían diabetes de tipo 2 en la edición del otoño de 2003 de Metabolic Syndrome and Related Disorders.
Otros investigadores de instituciones igualmente prestigiosas tampoco tuvieron prejuicios acerca del Método Nutricional de Atkins. En el 2002, los dos primeros estudios que lo respaldaban se publicaron en revistas médicas o fueron presentados en congresos médicos. (Actualmente existen veinticinco estudios que respaldan dicho método,a y me siento orgullosa de ser la autora de dos de ellos.) Aunque muchas personas han tenido éxito con Atkins y han seguido el método desde hace varios años, la publicación de un artículo por el escritor científico Gary Taubes en The New York Time Magazine en julio de 2002 fue un momento decisivo. Se titulaba “What If It’s All Been a Big Fat Lie?” (¿Y qué si todo ha sido una gran mentira?). El artículo dejaba en claro que las dietas bajas en grasa tenían unas bases científicas casi inexistentes y que, de hecho, las últimas investigaciones respaldaban el control de carbohidratos. Fue muy importante que un autor tan respetado hubiera publicado esa información en una revista tan prestigiosa.
Volví a encontrarme con Bob en septiembre de 2002, cuando dio una conferencia en el encuentro anual de la Sociedad Americana de Médicos Bariátricos. El doctor Westman y yo presentamos la información que teníamos sobre el Método Nutricional Atkins, en el que comparábamos sus beneficios con los de una dieta de calorías restringidas. En términos generales, había un interés enorme en los nuevos descubrimientos que respaldaban el Método Atkins y a Bob. Era obvio que se sentía recompensado por estas manifestaciones, y nos dijo: “¿Se dan cuenta? Hace mucho tiempo que había descubierto esto.” Luego, en varios almuerzos en compañía de su esposa, Bob y yo compartimos nuestras experiencia médicas, y él se dio cuenta de que yo entendía completamente su método y que tenía su mismo interés por los pacientes.
Seguimos hablando durante varios meses y él estuvo al tanto de mis ponencias y revisó con entusiasmo mis experiencias médicas. Luego me hizo un verdadero honor: cuando visité el Centro Atkins para la Medicina Complementaria en noviembre de 2002, me pidió que me uniera a su equipo. Coincidencialmente, tuve el placer de estar con Bob el día en que la investigación del doctor Westman, que comparaba el Método Nutricional de Atkins con las recomendaciones realizadas por la Asociación Americana del Corazón (AHA), fue presentada en el encuentro anual de esta asociación. Finalmente, se presentó una fabulosa prueba controlada y al azar, que arrojó resultados semejantes a los que ya había obtenido el Doctor Atkins, quien realmente se alegró de que su experiencia médica hubiera sido científicamente confirmada.
Bob y yo seguimos considerando la posibilidad de que yo me uniera a su equipo hasta el momento en que sufrió el accidente que le costó la vida. Es lamentable que a veces las cosas no salgan como se tienen planeadas. Ahora, en lugar de ser su colega en el Centro Atkins, soy miembro del Consejo Médico de Atkins (APC), cuyos miembros tienen una amplia experiencia en áreas como endocrinología, cardiología, pediatría, salud femenina, bariatría y ortopedia. Como parte de los Servicios Informativos de Atkins para Asuntos Médicos y de la Salud, este grupo humano está comprometido a educar a la comunidad médica, a los consumidores de servicios de salud y a aquellas personas que establecen los parámetros del exitoso programa de carbohidratos controlados, que juega un papel fundamental en el tratamiento de las epidemias de obesidad y de diabetes. Como parte de este compromiso, el APC ya ha presentado la Pirámide Nutricional del Estilo de Vida Atkins como unos parámetros dietarios alternativos. Como miembro de APC, tengo el honor de ser la coautora de este libro y de ayudar a divulgar los conocimientos adquiridos por Bob durante el trabajo que realizó a lo largo de su vida, y en ese sentido, asumo esta tarea con todo el respeto posible. Podría haber aprendido mucho más de él, pero en esta ocasión rindo honor a su legado ayudando a concluir su último y más importante trabajo. Los otros miembros del APC seguramente publicarán otros trabajos en el futuro.
No tendría la arrogancia de asumir sola un proyecto tan importante; este libro es posible gracias a la colaboración de Jacqueline Eberstein. Ella puede transmitir todos sus años de experiencia clínica con las mismas palabras que hubiera utilizado Bob, pues vivió con él toda una época llena de descubrimientos. Sabe de memoria todo lo que hay que saber para implementar un programa nutricional de carbohidratos controlados, y a medida que hemos trabajado juntas en este libro, nos hemos sorprendido con mucha frecuencia acerca de las similitudes que encontramos en nuestras experiencias profesionales de todos los días.
Otra persona que también es fundamental en transmitir el legado de Bob es, por supuesto, su esposa, Verónica. Durante el tiempo que estuvieron juntos, ella no sólo fue su esposa, sino que también participó activamente en muchos aspectos de su vida, como por ejemplo, en un libro de recetas culinarias. Los dos se comprometieron a desarrollar investigaciones independientes sobre la nutrición de carbohidratos controlados, y para tal fin, establecieron la Dr. Robert Atkins Foundation, de la que Verónica es presidente. Se ha donado dinero para el fomento de las investigaciones a instituciones como Duke University, Albert Einstein College of Medicine, Ball State University, University of Connecticut, Pennsylvania Hospital, University of Kansas y el Beth Israel Deaconess Medical Center.
Como médica especializada en la medicina bariátrica, reconozco la necesidad de personalizar el tratamiento de cada paciente. Individuos con enfermedades crónicas como diabetes, hipertensión y enfermedades cardiovasculares deben trabajar con sus médicos buscando un tratamiento que específicamente los beneficie a ellos. El contenido de este libro les ofrece información acerca de un programa que muchos piensan que funciona. Aunque este libro está escrito en un lenguaje sencillo pare que aquellos que no son profesionales lo entiendan, de ninguna manera pretende tomar el lugar de la relación entre paciente y médico.
Me alegra enormemente poder ofrecerles a mis pacientes opciones de estilos de vida que les producirán mejorías en su salud. Jackie y yo creemos que este libro les ofrecerá a usted y a su profesional en el cuidado de la salud información que les ayudará a obtener los mismos resultados. Después de todo, y como el pionero de la medicina complementaria que era, el legado más valioso de Bob es el regalo del conocimiento. Él realmente practicaba el “arte de la medicina,” que es la base del verdadero interés por los pacientes.
—Mary C. Vernon, M.D., C.M.D.
Miembro del Consejo Médico de Atkins