A mis editoras, Miryam y Ana Rosa. Qué manera de creer en mí.
A Susana, Javi, Breixo, Carlos, Guillermo, Agustín y Jesús. Con vuestros consejos y sugerencias habéis convertido la novela en lo que ahora es. Nunca me cansaré de daros las gracias.
A Paula, por sus consejos judiciales.
A Carlos, por su sabiduría informática.
A mi familia, que de alguna manera se ha colado en la historia.
A mi cuñado y a mi hermana por llevarme a las termas de Outariz.
A mi padre, por el viaje al embalse de As Conchas. El primer capítulo es todo un homenaje. Ese fotógrafo tal vez le recuerde a alguien.
A Ignacio del Moral y Joan Barbero, si algo sé de escribir se lo debo a ellos.
A Celanova, mi pueblo. Le falta el río para ser Novariz.