Love-45. El poeta tiró la raqueta al piso, transparentando por primera vez su desesperación. El artista se tiró al piso, con los brazos abiertos y una paz beatífica en la sonrisa. Parcial para el lombardo, gritó el matemático, uno a uno; desempate por la cancha. Osuna se acercó al poeta. Le dijo al oído que dejara de actuar como niño y se preparara para patear y morder si era necesario: si no te toca la defensa, estás jodido –en la ofensiva no pudiste ni acercarla a la puta buchaca.