Tiempo de preparación: 30 minutos
Este fue el aderezo que me enseñó mi mamá. Yo creo que para ella era indispensable tenerlo listo por lo que trabajaba tanto y llegaba cansada en la noche con una actitud amorosa a prepararnos la comida. Me acuerdo que sin mucha complicación la ponía a calentar en una sartén y luego la mezclaba con pasta, arroz o incluso con carne molida. Definitivamente, tener listas ciertas preparaciones te ahorrará un montón de tiempo en la cocina y le añadirá un sabor delicioso a las preparaciones. Este aderezo lo puedes usar para todo: pastas, pizzas, arroces, huevos, carnes, pollo y pescados. Si se te ocurre alguna otra forma de combinarlo compártelo conmigo a través de las redes sociales usando el hashtag #CocinaconEstefit.
En una olla con agua hirviendo coloca los tomates para que aflojen la cáscara y los puedas pelar fácilmente. Saca los tomates del agua y pélalos (con la mano es más fácil). Dispónlos en una refractaria con las hierbas, el aceite de oliva y los dientes de ajo. Precalienta el horno a 350 °F. Mete la refractaria con los tomates al horno durante unos veinte minutos para que se rosticen y queden doraditos. Debes estar pendiente de que no se te quemen. Si se toma más tiempo no importa, eso es muy relativo según el horno que tengas en casa. Cuando ya estén rostizados saca la refractaria del horno y espera a que se enfríen durante unos diez minutos para pasarlos luego a la licuadora. En una olla a fuego medio vierte la salsa que acabas de licuar y ponla a reducir, es decir, haz que quede más espesa y menos líquida. Remueve durante quince minutos más. Este tiempo empieza a contar apenas la salsa hierva, es ahí cuando debes agregar la miel y la pizca de sal. Revuelve bien. Ten en cuenta que el Tiempo de preparación de la salsa es hasta que espese lo suficiente.
Si preparas suficiente salsa puedes guardar una parte en la nevera en un envase de vidrio y utilizarla para tus preparaciones, o también puedes congelarla porcionada y descongelarla luego para usarla. Recuerda que lo ideal para descongelar cualquier salsa o alimento es pasarla del congelador a la nevera.
Si no tienes horno en tu casa puedes omitir el paso de rostizar los tomates sin problema.