La escena es la siguiente: llegas a tu casa feliz de haber hecho un mercado maravilloso, pero ¿y ahora? ¿Sabías que la manera como almacenas tus compras determina muchas cosas? Por ejemplo: tener a la vista ciertos alimentos te hará incluirlos más en tus recetas. Si conservas algunos de una manera, las probabilidades de que duren más tiempo frescos son muchas.
Por eso, a continuación, te contaré mi ritual para organizar el mercado y hacer que cada alimento sea aprovechado de la mejor manera:
Al tener este departamento organizado, sigo con lo que requiere de refrigeración. Empiezo con las lechugas, me gusta lavarlas muy bien antes de organizarlas en la nevera. Tengo un aparato que me ayuda a secarlas muy bien para evitar que la humedad las marchite y se dañen más rápido. Si no tienes este aparato puedes utilizar papel absorbente o servilletas para secarlas y luego ponerlas en recipientes que ayuden a mantener su frescura. Es importante que no deshojes las lechugas para que mantengan un poco más su vida. Si no tengo suficientes recipientes, las envuelvo en papel absorbente que además las protege un poco más del frío de la nevera. Si eres de los que se preparan ensalada a cada rato, te recomiendo dejarla ya lista con la mezcla de lechugas que más te gusta; estas sí debes dejarlas deshojadas y listas para consumir. Con este truco de organización y anticipación para las comidas y preparaciones, la vida será mucho más fácil y práctica a la hora de alimentarte.
Luego, sigo con el resto de vegetales: brócoli, calabacín, tomates, zanahoria, cebollas, pimentones, plátanos, papa, yuca, limones, alcachofas, etc. Procuro lavarlos todos de una vez. Esto hace que más adelante no tenga que hacerlo, evitando demoras si tengo afán. No todos los guardo en la nevera, pues al vivir en Bogotá, cuyo clima es frío, no todos se me dañan si los dejo por fuera. Por lo general, el plátano, la cebolla, la yuca, los limones, los ajos y la papa los dejo por fuera en un organizador. El resto van dentro de la nevera en los cajones de las verduras.
Así mismo, lavo muy bien las frutas. Los frutos rojos, las manzanas y las peras las dejo en la nevera, así me aseguro de que si alguno de mi familia, sobre todo mis hijos, las van a consumir, ya estén limpias. Me encanta pelar la piña y tenerla lista en un recipiente, al igual que la papaya. Créanme que si no lo hiciera nunca la consumiría por pura pereza de tener que pelarla o porque simplemente no tendría tiempo para hacerlo y se me dañaría ahí en la nevera.
Me encanta organizar y porcionar el pollo, los pescados y las carnes, esto lo hago desde el supermercado. Por ejemplo, si compro un lomo fino o la carne molida —que casi siempre pido que la muelan al instante—, le pido al carnicero que me la guarde teniendo en cuenta que son alimentos que deben ser congelados para evitar que se dañen. Si eres de los que compra la porción para el día, entonces te encantarán los trucos de preparación que te voy a compartir a continuación.
Estos consejos te los doy para que tengas buenas herramientas, facilites el camino y consigas mejores resultados. Cada quien lo aplica según sus necesidades.
Antes de empezar a cocinar es muy importante que tengas los materiales necesarios para que todo salga bien. No quiere decir que gastes muchísima plata en utensilios, con que tengas estos básicos todo estará bajo control: