En todo este proceso de cambio no solo es importante la comida, sino también lo que yo llamo los rituales, tanto los de la mañana, como los de la noche, ¿y por qué no decir los de todo el día? Con el tiempo, he ido aprendiendo truquitos que he implementado en mi estilo de vida y, por supuesto, quiero compartirlos todos contigo. ¡Ojo pues!
El limón
Es alcalino y al mezclarlo con el agua tibia, a primera hora de la mañana, lograrás que tu sistema digestivo se prepare para recibir alimentos de la manera más eficiente y correcta. Esto también permitirá que tus defensas estén fuertes y que desde temprano empieces a reforzar tu sistema inmunológico que es tu principal aliado. Cuando empecé a instaurar estos hábitos en mi rutina me decía: «Ok, me tomo el agua ¿y luego qué más hago?». Ahora tú ya sabes que debes esperar unos diez minutos para seguir con el desayuno.
Tengo varios rituales que pongo en práctica todos los días, no solo por vanidad, sino porque realmente me hacen sentir muy bien y me ayudan a comenzar el día con mucha energía. Acá te comparto algunos para que también los puedas poner en práctica.
Me encanta ponerme hielo en la cara para que la piel se me vea más fresca y deshinchar un poco el contorno de mis ojos que suelen amanecer inflamados. Esta terapia me la hago también porque me relaja mucho.
Suelo bañarme con agua tibia pero antes de finalizar, cambio la temperatura a helada para darme un último chapuzón, ya que esta me ayuda a mejorar mi circulación y el tono de la piel.
¿Que me dices de las mascarillas para el cuerpo? ¡Ufff! Tengo dos que me gustan mucho y son fáciles de hacer. Estas dependen mucho de cómo me sienta de energía.
La primera: leche de almendras con panela y miel. La preparo en la ducha y me la aplico con masajes circulares de abajo hacia arriba. Luego de cinco minutos, la retiro con agua tibia y mi piel queda suave y brillante.
La segunda: sal marina y miel. Esta sensación agridulce me gusta porque eleva mi energía, me encanta el olor y siento que me limpia profundamente. También me la aplico de abajo hacia arriba con movimientos circulares que me ayudan a mejorar mi circulación. También utilizo agua tibia para retirarla.
Para cuidar la piel de mi cara soy bastante descomplicada. Me lavo con un jabón muy suave, natural y adecuado para mi tipo de piel, pues es muy sensible. Utilizo además el agua de rosas como tónico, luego hago una terapia de frío durante unos minutos, me aplico una crema para el contorno de ojos, crema hidratante y un bloqueador solar súper poderoso.
En la noche hago el mismo procedimiento, pero en lugar del bloqueador me aplico vitamina C en cápsulas, que me encantan porque siento que me ayudan a recuperar mi piel de todo el trajín del día.
Ya que estamos hablando de rituales, te cuento que desde muy pequeña he tenido demasiado pelo y mi mamá siempre me lo cortaba como niño, jamás por debajo de la quijada, ¡parecía un trapero! A medida que me fue creciendo me empecé a poner aceite de coco, pero no el orgánico, sino el de la playa. Me encantaba ponérmelo porque a los doce años esa era la única manera de que no quedara con frizz. El pelo para mí ha sido un tema, porque siempre he llamado la atención por él. Sin embargo, para cuidarlo también soy básica, así como lo soy con la alimentación. Procuro cortar las puntas mínimo una vez cada dos meses. Tengo el mismo peluquero desde hace veinte años. Es con él con quien mejor se siente mi cabellera y responde a las mil maravillas cada vez que él la consiente.
A lo que me refiero con esto es que sí es bien importante la mano y energía del peluquero. Lo lavo una o dos veces por semana, eso sí, cada vez que lo hago me hago tres champús y me aplico una mascarilla hidratante. Procuro no usar mucha cosa con calor, blower, pinzas y demás, y si lo hago siempre lo protejo con algún producto especial. Los productos que utilizo son casi siempre libres de sal y muy naturales. Hago ejercicio con una moña alta al igual que lo hago para dormir. Me lo desenredo cada día de por medio y me lo peino con los dedos. ¡Eso es todo! Con el pelo también aplica lo de ¡menos es más!