ARRABAL DE SENECTUD

Tránsito monocorde de los días

de otoño,

                cuando

la tez del mar vira hacia el malva

y los exhaustos árboles

diseminan sus últimos despojos

por los rezumaderos del jardín.

Los estragos del tiempo desdibujan

a rachas los confines

benevolentes del paisaje,

                                mientras

borran las nubes el verdor del día

y en algún sitio reaparecen

las acérrimas cifras del recuerdo.

Cada vez más las noches

tienen ya algo de preámbulos.