Complicidad famélica del viento
que engulle viejas páginas,
restos de historias preteridas, tenues
añicos de la decepción.
Cobíjate
donde no existan más que remembranzas
amatorias, las lentas letras vivas
de tantas precedencias anhelantes,
esa urgente escritura con boquetes
por donde se derraman las materias
prohibidas, los bulliciosos sueños
compartidos, la confabulación de los contrarios.
Oh contrición, epístola perdida
en las borrascas de la felicidad, palabras
que restauran la disfunción del tiempo,
papel afortunado donde por fin descubro
que eres tú quien escribe,
es decir, yo.