Ulula en lontananza el animal famélico
de la incredulidad, llegan sus estertores
desde la calle y entran hasta aquí
con un irreverente paso de contrito.
Aunque la incertidumbre acabe siendo
semejante a la noche, aunque
perduren sus preguntas, siempre quedan
residuos de verdades,
páginas leves donde atenuar
los dudosos gravámenes del tiempo.
Materia oscura, líbrame
de lo indudable y lo clarividente,
sálvame del irreprochable y sus acólitos.