El macilento limo de los días
repta desde la calle
y hay un brusco
despojamiento luminoso
en el perfil de la ventana,
mientras vacila el tedio en los distritos
irreductibles de la decepción.
¿Es la noche que cae, es un preludio
de lluvia, es esa opacidad
que suscitan a veces ciertas enfermedades?
Afuera se abre el foso de la decrepitud,
dentro perdura el dulce fermento de la vida.