EFIGIE

Ella vendía frutas, abalorios,

flores de trapo en un bazar

de Esmirna, en el mercado de Sanlúcar,

en Basora, en Palermo, en Medellín.

Era la misma esclava manumisa,

eran los mismos desperdicios

amontonados en los intramuros

irreparables de la soledad.

La recuerdo entre brumas

suspensivas, rodeada de perros

y garrafas, un bulto aletargado

entre otros bultos igualmente inanes,

mientras caían como copos

las pedregosas horas del invierno.

Seguirá estando allí donde yo esté.